Producir es crear, fabricar, por elaboración colectiva, un fruto, ocasionar o causar un bien, un beneficio público. Ahora bien, en la actual etapa de desarrollo social del tardocapitalismo, la economía es sobre todo circulación. Frente a la producción y el consumo, el eterno retorno de la circulación de bienes, servicios y mensajes nos hace perder, a fuerza de movimiento, el sentido mismo de la dirección ("pro"). La producción, en otras palabras, obedece, más allá de todo proceso de acción inductiva y de pensamiento deductivo, a una lógica de la ducción, esto es, a la ampliación ilimitada de los espacios de valorización económica, independientemente de las condiciones materiales de realización del trabajo, sin que, lógicamente, la dilatación del valor pueda ser quebrada.
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