Las grandes cadenas españolas, SER, RNE, Onda Cero y COPE, dedican un porcentaje muy escaso de su programación a las necesidades comunicativas del ámbito local. Esta política de desprecio refuerza el carácter de "mero repetidor" que poseen la mayoría del amplio abanico de emisoras de reducida cobertura que conforman las cadenas citadas. Además, esta realidad coincide en Catalunya con un mal momento para las redes municipales, inmersa en un estancamiento infraestructural como programático. La evolución del sistema radiofónico español ha estado marcada por una concentración empresarial
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