Suele afirmarse que la humanidad ha entrado en la era de la información. Esto abriría las puertas a un nuevo tipo de sociedad, que se ha dado en llamar ``del conocimiento". Con respecto a esta denominación parece oportuno comentar la evolución de la manera de utilizar el conocimiento y la escasa estima con que algunas veces se valora a los creadores de conocimiento.
En el largo plazo, el conocimiento no estará en las personas, sino en las máquinas. Por supuesto, se trata del conocimiento rutinario que ha sido posible definir rigurosamente con palabras y procedimientos precisos, y no del creativo, propio de los seres humanos, que siempre será necesario para el avance. Con los resultados alcanzados en la representación y la transferencia del saber a las máquinas, deberemos poner el acento cada vez más en los objetivos de nuestras acciones y menos en las habilidades y los conocimientos requeridos para cumplirlas.
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