Ahora más que nunca, es necesario revitalizar las técnicas Freinet y la educación popular, el profesorado como agente de transformación social tiene la palabra.
La primera noticia de Freinet me llegó en la “Escola d'Estiu” de Barcelona a finales de los sesenta. Creo que vino de la mano de Ferran Zurriaga y un grupo de maestros valencianos que habían estado recientemente en el sur de Francia en unos encuentros freinetianos. Aquellas primeras Escuelas de Verano eran espléndidas islas de libertad dentro del desierto cultural de la larga noche franquista donde las nuevas ideas eran acogidas con inusitado entusiasmo. Así ocurrió con la pedagogía del fundador de la Escuela Moderna.
Muy pronto volvía a reconstruirse el movimiento Freinet en nuestro país. Primero como ACIES ‑Asociación para la Imprenta y la Correspondencia Escolar‑ y, más adelante, como MCEP ‑Movimiento Cooperativo de Escuela Popular‑ . La organización se extendió como una mancha de aceite por todo el Estado, con una particular implantación en el litoral Mediterráneo y en Andalucía.
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