Este artículo aborda las creencias que se construyen en la infancia acerca de algunas cuestiones ecológico-ambientales, concretamente las que tienen que ver con las formas de vida y su mantenimiento. Pedimos a niños/as escolarizados/as de 9 y 11 años -colombianos, españoles e ingleses- que imaginen una isla desierta donde van a vivir, ya que el conocimiento de sus posibilidades al enfrentarse a este medio desconocido, con todos los recursos de los que deseen disponer, proporcionará una buena oportunidad para determinar si la educación ecológico-ambiental que reciben sigue directrices no depredadoras. Analizadas las respuestas de lo que llevarían y harían en la isla, hemos encontrado una concepción etnocéntrica ingénua, acorde al desarrollo tecnológico de la cultura occidental.
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