Cuando Michel Thaut nos dice que debemos replantearnos cómo hemos de enseñar música y que componer debe ser una actividad esencial en la educación musical, no puedo ser optimista con la realidad educativa de nuestro país. Difícilmente puedo pensar que en un plazo corto de tiempo podremos asimilar cambios significativos en la función educativa.
El gran desconocimiento que la administración educativa del nuestras país tiene de los
aspectos biológicos y cognitivos de la música, hacen que la música tenga una marcada
tendencia a desaparecer de nuestra ley educativa y por lo tanto, de la educación musical a las aulas.
¿Sin educación musical, hacia donde vamos?
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