La finalidad del artículo es reflexionar sobre las características o competencias
deseables en los directivos de educación secundaria, a partir del reconocimiento de algunos problemas que se presentan en la vida cotidiana de nuestras escuelas.
El líder de una escuela tiene que poseer capacidad de escucha. Muchos de los sujetos que laboramos en una escuela nos sentimos agobiados por el diario acontecer; por la carga de problemas y frustraciones que caracterizan la vida moderna y esencialmente requerimos que alguien nos escuche. La dirección, de acuerdo con la evolción de la sociedad, debe ser un lugar de puertas abiertas a todo aquel que, en principio, necesite ser escuchado.
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