La infancia como significación social ha evolucionado a medida que cambian las sociedades. En la actualidad, al menos conceptualmente, ya las niñas y los niños han dejado de ser considerados como adultos disminuidos, para asumirse como seres con características propias, como personas con derechos y deberes; es decir, como actores sociales que al interactuar con el ambiente son capaces de aprehender el mundo y transformarlo.
Asimismo, en el transcurrir del tiempo se ha complejizado la dinámica de la familia, la escuela y la comunidad, entornos en los que se desarrolla la infancia, estableciendo nuevas relaciones que cada vez exigen mayores competencias en las niñas y niños.
|