En el artículo se intenta realizar una observación crítica de lo que significa enseñar y aprender matemáticas para las personas que protagonizan las vidas de las aulas. Para ello se intenta mostrar cuáles son los actos intencionales que permiten hacer matemáticas en las aulas. Se hace una revisión de los valores y las costumbres que se han usado para crear y justificar el ambiente del aula cuando se han de explicar, y vivir, en ella historias matemáticas. Se estudia el ambiente matemático que crea un libro de divulgación científica y un libro de texto y se comparan con el ambiente creado en un aula de primaria por un profesor para que sus alumnos aprendan a cooperar compartiendo significados sobre los números.