En la actualidad está tomando cuerpo una opinión muy desfavorable acerca de la ca-lidad del servicio que presta la escuela pública. En algunos casos se considera que sus ob-jetivos y modos de organización son el resultado de un pasado modernista (de extensión de la escolarización, de escuela para todos) que hoy no sirve ante la exigencia de calidad y cualificación educativa que reclama actualmente un mercado laboral altamente competitivo. En otras palabras, la escuela pública es cara, supone un derroche económico, y además se encuentra fuera de tiempo.
|