Los imperativos y demandas para incorporar las nuevas tecnologías de la información y comunicación, y particularmente el ordenador, en el sistema educativo, en el mundo de las escuelas y el que hacer pedagógico de los profesores, cobran día a día más relieve.
Nuestro entorno social, cultural, laboral y profesional está siendo seriamente reconstruido como consecuencia de la denominada revolución informática, y, ciertamente, la escuela no puede dar la espalda a esa realidad social y a las demandas de diverso signo que plantea. Hoy por hoy, sin embargo, la presencia de las nuevas tecnologías en nuestras aulas y enseñanza es muy escasa, probablemente insignificante. La cacareada “Revolución Informática” no ha llegado de forma importante y generalizada a nuestro sistema escolar, encargados socialmente de organizar, codificar, tratar y representar la información y el conocimiento para los alumnos.
|