A lo largo de la década de los años sesenta del siglo XX el auge de la cultura de masas (cine, cómic, televisión, publicidad...) transformó tanto el paisaje cotidiano de las sociedades industriales como el itinerario de acceso de las personas a la información y al conocimiento del mundo. La invasión sin tregua de las formas y de los contenidos elaborados por las industrias culturales de la comunicación de masas originó una serie de textos de orientación sociológica, psicoanalítica, antropológica, filosófica y semiológica que coincidían en el afán de indagar en torno a la influencia de los lenguajes y de los mensajes de la cultura de masas en la vida cotidiana de los seres humanos, en sus hábitos culturales, en sus actos de consumo, en sus creencias y en sus maneras de entender e interpretar las cosas. Aunque hoy no esté ya de moda enarbolar las armas de la crítica (y aunque hoy sea más urgente que nunca la crítica de las armas), cómo no evocar con nostalgia la mirada inteligente y escrutadora que se refleja en los textos de Roland Barthes, Umberto Eco, Jean Baudrillard, Gillo Dorfles, Henri Lefebvre, Walter Benjamin, Herbert Marcuse, Theodor W. Adorno, Marshall McLuhan, Christian Metz, Edgar Morin, Georges Peninou...
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