Una educación multicultural es una educación para la multiculturalidad, que parte del reconocimiento de la diversidad cultural en el planeta y en la mayoría de los estados, la acepta como un hecho positivo y se propone como meta la formación de las personas para el conocimiento de varias culturas, para la convivencia, el respeto y la colaboración entre culturas. Desde niño me tocó conocer y vivir los conflictos que surgen de la negación de las culturas minoritarias o minorizadas, primero en el País Vasco, luego en Cataluña. Durante mi estancia de diez años en Centroeuropa, aprendí que el diálogo es la única vía para el entendimiento entre pueblos, religiones y lenguas. En la España actual, integrada en Europa, la mentalidad está cambiando positivamente hacia la aceptación de que la diversidad cultural y lingüística no es una rémora que detiene el progreso y la comunicación entre los pueblos, sino un factor enriquecedor. Existe en Europa el proyecto de que todos los ciudadanos de la unión crezcan aprendiendo tres lenguas y conociendo otros pueblos a través de múltiples maneras de intercambio. La paz interna en Europa es más firme que nunca antes, porque está basada en el respeto a la multiculturalidad.
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