Parece haberse impregnado sobre el mundo una realidad: el triunfo de la hegemonía de un neoliberalismo duro. Que no es más que los avances de un sistema económico, político y social que modificó los principios de la economía, de la política y las prácticas sociales de vastas poblaciones, haciendo valer el mercado como principio generador del todo. Sin embargo su forma de irradiarse no ha sido igual para todos los continentes.
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