Las teorías económicas no han ofrecido aún respuestas aceptables al impacto de la información. La evaluación de sus aportaciones permite apuntar caminos de análisis, pero se precisa una reconsideración de todos los problemas económicos.
Si hay un fenómeno sobre el que parece existir un acuerdo generalizado acerca de la magnitud de su impacto sobre las cuestiones económicas es el de la información. Sin embargo, no puede decirse que las teorías económicas, ni las más convencionales ni tan siquiera las más críticas con la inverosimilitud de los supuestos ortodoxos, ofrecen respuestas aceptables y aceptadas a los problemas que este nuevo fenómeno plantea a sus modelos de partida.
En las páginas que siguen no pretendemos ofrecer una visión alternativa omnicomprensiva o definitiva a estas carencias, sino tan sólo proponer, tras una evaluación crítica de las aportaciones teóricas en boga, algunos de los presupuestos que creemos necesario tener en cuenta para alcanzar una comprensión rigurosa de la incidencia de los fenómenos informacionales en el sistema económico.
Nos parece que si se quieren comprender adecuadamente las mutaciones que estos fenómenos están generando en el tejido económico, es preciso que previamente se perciba con acierto su propia naturaleza y que de ahí se deduzcan los elementos que resultan esenciales para analizar los nuevos problemas a los que se enfrenta el análisis económico, así como la perspectiva analítica desde la que será más conveniente abordarlos
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