La comunicación como instrumento informativo para el consumidor y como objeto de creciente consumo plantea nuevas exigencias a las asociaciones de consumidores. En especial, las Nuevas Tecnologías de la Información son objeto de nuevos planteamientos destinados a hacer valer los intereses de los consumidores.
Comunicarse y consumir bienes ‑ o servicios constituyen, sin duda, dos de las actividades que definen de forma plena la vida del hombre en tanto que animal social. Pero si el empleo de esos términos pone de manifiesto algún riesgo básico del ser humano, sin embargo, también remite al aquí y al ahora concretos en los que se realizan las actividades referidas; y el contexto que, en nuestro caso actual, confiere sentido a esas dos expresiones es el constituido por la sociedad industrial. Más exactamente, el constituido por las últimas fases que, en su evolución, ha atravesado aquella sociedad, que abarcan desde los postreros años de siglo XIX hasta nuestros días ‑en los que ya parece declinar y dar paso a un nuevo período del devenir social.
|