La Comunicación Científica Pública se diferencia netamente de la mera divulgación o vulgarización. Su moderno desarrollo, como consecuencia de los abismos creados por el acelerado desarrollo científico‑técnico, plantea sin embargo múltiples interrogantes.
Nuestras sociedades padecen actualmente de una falta de adaptación a las perturbaciones del desarrollo acelerado de las ciencias y de las técnicas. La crisis que conocemos se traduce por una inadecuación creciente entre lo que imponen esos progresos y el estado de la sociedad que utiliza un conjunto de técnicas y de modelos científicos anticuados. Hasta ahora esto permite a la sociedad funcionar y reproducirse sin mayores problemas y sin cambios profundos. ¿Acaso puede continuar así?... El avance de las ciencias y de las técnicas trae nuevas lógicas que chocan con las estructuras tradicionales, ya sean sociales, económicas o culturales. Las mutaciones que resultan se ven apoyadas por la enorme presión de la competencia económica internacional.
Así, vemos aparecer el problema de la integración ‑socialmente aceptable y económicamente eficiente‑ de este progreso sin que las características o las raíces propias de las sociedades sean alteradas demasiado. Eso plantea la cuestión de la capacidad de evolución de las estructuras tradicionales, tanto al nivel de las empresas (calificaciones, modos de organización, nuevas tecnologías...) como al de las costumbres sociales o culturales. El hecho de que estas estructuras no puedan transformar espontáneamente sus modos de funcionar abre el camino para innovaciones marginales que buscan así una legitimidad. Desde hace casi veinte años, el movimiento de la Comunicación Científica Pública (CCP) actúa en esta dirección con una ventaja debida a su misma naturaleza: los fracasos eventuales de la CCP no crean consecuencias negativas para las estructuras tradicionales, pero sus éxitos pueden ser generalizados.
En el campo de la información pública, el movimiento de la CCP ha imaginado, desde principios de los años setenta, algunas soluciones para situaciones bloqueadas a causa de un progreso desestabilizador o de la introducción de nuevas técnicas. Estas acciones se desarrollan en varios sectores: desde las empresas hasta las escuelas, y también en el área política. En cada ocasión la CCP consigue más o menos legitimidad y/o recursos. La CCP puede sólo producir innovaciones en las fallas aparecidas entre una situación caduca y las consecuencias del avance de la ciencia y de la técnica. Es por ello que tiene una geometría variable, y que usa perfiles militantes o profesionales y formas diferentes, de acuerdo con la naturaleza de los problemas y de los actores implicados en los temas que trata.
|