Si bien el campo de actividades concerniente a las exigencias de calidad de vida es amplio, la Comunidad ha determinado su concentración sobre tres sectores de importancia particular donde se manifiestan los problemas, de manera decisiva, por el progreso de los conocimientos y de las técnicas. Estos sectores son la salud, entendida como salud integral, la protección contra las radiaciones y el medio ambiente.
El desarrollo de los programas concernientes a estos problemas debe materializar la idea de una auténtica y fructuosa puesta en común al servicio de la calidad de vida en el seno de la Comunidad Europea, y ello, sin lugar a dudas, contribuirá de forma decisiva sobre el ocio, en cuanto parte sustancial de la calidad de vida.
Es evidente que los cambios de orientación y el impulso de estos programas en el seno de la C. E. pudiera no tener la suficiente repercusión sin un apoyo decidido y una exigencia por parte de los consumidores y de sus organizaciones. En este sentido es de resaltar el papel relevante del comité consultivo de consumidores en el seno de la Comisión y el Consejo de la C.E.
Es importante resaltar las líneas de acción que se van a seguir en materia de protección de los consumidores bajo la presidencia española del Consejo de las C.E. y que van a continuar bajo la presidencia de Francia en los seis últimos meses de 1989.
Estas líneas, elaboradas conjuntamente por los ministros de España y Francia, aluden a que la terminación del mercado interior en 1993 creará las condiciones de un nuevo desarrollo económico que dará a Europa la posibilidad de mejorar su lugar en la economía mundial, al tiempo que puede dar origen a un espacio social europeo, indispensable para la construcción de la Europa de los ciudadanos.
Por tanto, la realización del mercado único no debe reducirse a una simple zona de libre cambio, sino que ha de tener en cuenta a los ciudadanos europeos en su vida cotidiana de consumidores.