La evolución histórica del escritor en la sociedad y de sus tecnologías de creación orienta una aproximación a las relaciones del creador literario con el ordenador y a los cambios cualitativos que consagra.
El escritor no es un hombre libre. Depende de factores objetivos y subjetivos, sociológicos y psicológicos, que condicionan el ejercicio de su arte. Cuando es consciente de su dependencia y cree en lo que hace, lucha por alcanzar sus objetivos artísticos al costo de cualquier sacrificio, aun el del anonimato (1).
La líneas que siguen no van dirigidas a analizar las vidas de los autores que adoptaron esa actitud extrema y valiente, sino a hacer un repaso de las dependencias que han padecido o han usufructuado los escritores de nuestra cultura occidental hasta el presente, en que el mundo cotidiano, y por supuesto el mundo profesional, se encuentra ante la difusión geométricamente acelerada de los medios electrónicos de comunicación.
Voy a referirme a algunas de las actitudes psicológicas y sociológicas y a los medios técnicos que han condicionado, impulsando, frenando u orientando, la creación literaria, desde el momento de la afirmación de las lenguas vernáculas derivadas del latín como instrumentos expresivos con entidad literaria, hasta nuestros días.
|