Una investigación realizada por el ENI aborda la dinámica psicológica establecida entre el usuario y el ordenador. Los peligros señalados marcan líneas de actuación en los procesos individuales y organizativos para construir una nueva relación con la informática.
Con creciente frecuencia administraciones, empresas, entidades y organizaciones deben afrontar la difusión de nuevas tecnologías en el trabajo de oficina, así como las profundas modificaciones profesionales y organizativas de ella derivadas. Y sin embargo, este ámbito, relativo a los aspectos más estrictamente psicológicos y psicosociológicos de la introducción de las nuevas tecnologías informáticas, constituye uno de los menos estudiados.
El origen de este «olvido» hay que buscarlo, entre otras razones, en la dificultad para hacer frente a situaciones en las que las componentes irracionales y afectivas desempeñan un papel muy relevante, y que difícilmente encajan en la pretendida racionalidad de la proyección organizativa.
Al igual que otros muchos sectores de la administración, el grupo italiano ENI (Ente Nazionale Idrocarburi) se vio ante la necesidad de afrontar este complejo conjunto de problemas, sobre los que decidió arrojar cierta luz, encargando para ello una investigación a la TEMA, un departamento del ENI que desarrolla su actividad en el campo de la electrónica y la informática. Este estudio, titulado Complejidad, pensamiento y ordenador personal, fue realizado por Gianni Zanarini y Laura Ambrosiano del departamento de Análisis Psicosociológico de Milán, y por Paola Valli, de la TEMA, y a él se sumaron posteriormente las aportaciones de un seminario sobre el «Ordenador personal: organización y formación frente al cambio tecnológico», organizado por los propios autores en mayo de 1984.
Como hemos dicho, la investigación que he tenido la oportunidad de seguir de cerca, trata de esclarecer los aspectos más marcadamente psicológicos de la dinámica que se establece con el empleo del ordenador. Se trata de los aspectos más subjetivos y personales y, precisamente por ello, a menudo olvidados por los responsables de la introducción de las nuevas tecnologías.
Para ello se realizaron una treintena de entrevistas en profundidad a una serie de usuarios bastante heterogéneos ‑adolescentes, profesionales, «apasionados» de la informática, usuarios involucrados en procesos de automatización de oficinas‑, estudiando particularmente todo el proceso de expectativas, euforias, enamoramientos y, con frecuencia, desilusiones y abandonos, que parece acompañar con mucha frecuencia todo primer acercamiento al ordenador.
La investigación se desarrolló partiendo de una reflexión sobre la psicología del pensamiento, incluso en la fase de la primera infancia.
|