El gran enemigo de la libertad es el constructivismo, aquella fatídica pretensión de querer organizar, desde un centro cualquiera de poder, la vida de la comunidad, sustituyendo las formas espontáneas, las instituciones surgidas sin premeditación y control, por estructuras artificiales y encaminadas a objetivos como racionalizar la producción, redistribuir la riqueza, imponer el igualitarismo o uniformar al todo social en una ideología, cultura o religión. Mario Vargas Llosa (“El País”, 05-04-92, 15).
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