La aplicación del EMD a múltiples campos de investigación ha ido acompañada de un
conjunto de estudios que intentan detectar debilidades del procedimiento y, si es el caso, sugerir vías de solución. Estos trabajos podrían dividirse en tres grupos:
Un primer grupo se centra en la resistencia del EMD a las violaciones de sus supuestos
básicos: monoticidad en el EMD no métrico y linealidad en el EMD métrico (Cohen y Jones,
1974; Green, 1975a; Spence y Ogilvie, 1973; Shepard, 1969). Otro grupo de trabajos comprueban la estabilidad de las soluciones del EMD ante diversos factores presuntamente distorsionantes:
orden de presentación de los estímulos, número de estímulos, algoritmo utilizado, presencia de casos extremos, etc. (Green, 1975b; Dong, 1983; Jain y Pinson, 1976; Spence y Lewandowski, 1989). Finalmente, un tercer grupo de estudios se ha centrado en el análisis de la validez y fiabilidad del EMD: Day, Deutscher y Ryans (1976), Deutscher (1982), Humphreys (1982),
Malhotra (1982, 1987), Moore y Lehmann (1982), Summers y Mackay (1976, 1977), Weksel y Ware (1967), Wilkes y Wilcox (1977). La conclusión global a extraer sobre este tema quizá no pueda ser muy clara en este momento, dadas las divergencias observadas en los resultados de unos
y otros trabajos. Pensamos que se precisan más investigaciones que usen distintos estímulos, formas de obtener los datos, sujetos y ensayos de fórmulas alternativas para valorar la fiabilidad y la validez del EMD. Este es el caso de la investigación que presentamos.
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