Si oimos hablar de tramas de aprendizaje que permitirían el acceso del estudiante a cualquier recurso educativo a través de cuatro redes (una que facilitaría el acceso a cosas o procesos del aprendizaje formal; en la segunda las personas harían públicas unas listas de sus habilidades, la tercera supone una red de comunicaciones que permita a las personas describir las actividades de aprendizaje a realizar y la búsqueda de compañeros para lograrla y por último este servicio supondría un catálogo de direcciones y descripciones de profesionales) puede parecer una definición de las posibilidades actuales de las telecomunicaciones de cara a la educación. Sin embargo, fue escrito en el año 70 por Illich. Las redes de telecomunicaciones parecen materializar, hoy, la utopía de algunos de los movimientos de crítica y renovación educativa aparecidos en los años 60, entre los que destaca el movimiento de desescolarización, con Goodman, Reimer e Illich a la cabeza.
Despues de 25 años, algo parecido es lo que estamos comenzando a contemplar en el panorama de las telecomunicaciones: Inmensas posibilidades de acceso a recursos de aprendizaje por parte de los usuarios, gran cantidad de instituciones que ofrecen sus recursos, posibilidades de interrelación a traves de sistemas telemáticos y grandes catálogos y bases de datos.
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