A partir de la concreción de dos conceptos básicos mutuamente implicados, como son el de la calidad de la enseñanza y el de formación permanente, tan ligada a la investigación y los proyectos innovadores, el autor analiza la evolución de los CEP desde una etapa inicial de autonomía y participación (1985-1993) a otra de centralización administrativa (1993-1997), determinada por la necesidad de la Administración de difundir los nuevos currículos, y que concluye con el abandono de las competencias en la formación del profesorado, coincidiendo con la llegada del Partido Popular a la Administración autónoma
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