Los centros de profesores se constituyeron, en un primer momento, en nexo de unión y coordinación de los movimientos de profesoreslas preocupados por la transformación de la escuela, que lo era, finalmente, de la sociedad toda. El autor analiza los inicios ilusionantes de los CEP y los contrasta con la situación actual (a la que se ha llegado de manera progresiva) de unos CEP uniformados, sumisos, ajenos al profesorado, y llega a la conclusión de que es el momento de volver a empezar: de relanzar los movimientos de renovación.
|