Hablar de contenidos, definir objetivos, establecer períodos y articulaciones del saber es importante. Pero todo eso no puede prescindir de las condiciones materiales y de los tiempos puestos a disposición. Mucho, demasiado a menudo, sin embargo, se prescinde de este requisito fundamental. El resultado lo tenemos delante de los ojos: una escuela inmutablemente transmisora, a pesar de que la investigación pedagógica y de que la maduración democrática de la sociedad requiere justamente lo contrario.
|