Entiende el profesor Gimeno, autor de este trabajo, que ha llegado el momento de dignificar de una vez la profesión docente y lo hace aludiendo, a lo largo del mismo, a la necesidad imperiosa de construir entre todos una auténtica escuela de calidad, con profesionales dotados del más alto grado de cultura posible. Cuestiona en este sentido el sistema de selección y reconocimiento de méritos tanto a lo largo de la carrera profesional como del posterior reciclaje. La idea de considerar a los docentes como auténticos agentes productores de cultura es solo una conclusión a la que llega el autor. Este concepto aparece íntimamente relacionado, por otra parte, con la idea de educación que expone.
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