La incertidumbre y el cuestionamiento de lo que pensamos y hacemos en nuestras clases y centros pueden ser buenas aliadas para que surga el deseo y la necesidad de iniciar procesos investigativos en los que nos cuestionemos nuestra forma de pensar y actuar pedagógica. El análisis de un caso práctico de un grupo de docentes que investiga otra manera de agrupar al alumnado sirve de ilustración para todo lo expuesto
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