La educación científica de los futuros ciudadanos y ciudadanas se presenta como una necesidad a resolver a partir del primer ciclo de la educación secundaria. Superar los modelos tradicionales, basados en la transmisión de conceptos, dado el fracaso tan extendido, y por tanto, acometer nuevas estrategias fundamentadas en partir de situaciones problemáticas abiertas, en donde los alumnos y alumnas participan como "investigadores noveles" es el estudio que nos muestra Daniel Gil.
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