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  NO SOMOS NADA
Laura Levy 
 NO SOMOS NADA La relación mente-cuerpo siempre es central para la mayoría de las ciencias y es un tema que interesa especialmente en el ámbito de la computación porque implica realizar un finísimo rastro de las causas de las acciones humanas. Esto no es otra cosa que tratar de entender qué es ser \\\\\\\"inteligente\\\\\\\", cualidad que persiguen los investigadores para aplicar a un modelo artificial y que, por otro lado, es lo que hasta ahora nos hace sentir distintos a todo lo que nos rodea. Stephen Wolfram, un prestigioso físico, causó enorme revuelo en el campo científico al publicar \\\\\\\"Una nueva clase de ciencia\\\\\\\". Pero no sólo eso: quizá logre herir el narcisismo de cada una de las personas que existen en el mundo entero. En la vida cotidiana no es demasiado común reflexionar sobre cómo entendemos la realidad, cómo la reconocemos y cómo actuamos en ella para luego ponernos en movimiento físico o mental. Normalmente no se describe la realidad sino que simplemente se la reconoce desde una determinada manera. De la misma manera para la Ciencia es un tema bastante más complejo y enraizado -por ahora- el hecho de analizar el funcionamiento y el estado de las neuronas cerebrales en relación y en el momento en que se produce un fenómeno del que son responsables (un estado de ánimo, un movimiento, una frase) que observar, preguntar o escuchar a la persona a la que le pertenecen esas neuronas el propósito o la reflexión sobre su acción o discurso. Pero de ser posible en términos máximos descubrir que cualquier sistema, hasta el más complejo -sea el ser humano o el mismísimo universo-, puede ser medido por la computación se pondría entre paréntesis todo lo que creemos para nosotros y el lugar central que nos otorgamos en el mundo. Es decir que el ser humano sería un sistema más, sólo uno más, dentro de la gran variedad de sistemas que conforman el universo y equivalente a ellos. Y esto es así porque todo lo que se considera hasta el momento como humano (es decir, atribuido a seres inteligentes), como la capacidad de reflexión y el reconocimiento de un propósito, sería puesto solamente en el extremo máximo en una serie de niveles de complejidad y ubicado dentro de la indeterminación cuántica en la que \\\\\\\"lo único absoluto es la negación de lo absoluto\\\\\\\". Nada menos, pero tampoco nada más que eso. Y por eso todo lo que se considera hasta hoy taxativamente humano por definición se convertiría no sólo en parte de un fenómeno generalizado que pertenece a la base de todo -y por ello en un sistema equivalente a cualquier otro (como la lluvia, como una hormiga, como una estrella, como una simple roca)- sino también en algo que no se puede definir, por lo menos, a partir de ciertas variables deterministas. Esta idea es la de Stephen Wolfram, creador del programa de software de cálculo Mathematica, considerado un innovador en la tecnología de software y la informática y autor del best-seller publicado en mayo de este año A New Kind of Science, (Una nueva clase de ciencia), un libro de más de 1.200 páginas que ha levantado un revuelo inusitado en el campo científico. El creador de Mathemática pone de relieve en su libro que enterarse de todo esto significará un cambio cognitivo en el hombre y que, de hecho, ése cambio es el próximo paso lógico después de las anteriores revoluciones, cada una de las cuales demostró a la humanidad el error de caer una y otra vez en la idea de que \\\\\\\"algo especial\\\\\\\" existe en nuestra especie y en el lugar que ocupan en el universo. LOS HUMANOS, LA SENCILLEZ DEL NÚMERO UNO Desde el prólogo del libro, Wolfram ya elige sorprender: \\\\\\\"Hace poco más de veinte años hice lo que entonces me pareció un pequeño descubrimiento: un experimento informático que realicé mostró una cosa que no esperaba. Pero cuanto más investigo, más me doy cuenta de que lo que vi fue el comienzo de una fractura en los mismos cimientos de la ciencia existente, y la primera clave hacia un tipo de ciencia totalmente nuevo\\\\\\\". Su controvertida teoría es que todos los procesos producidos por el humano o por la naturaleza pueden verse como cálculos computacionales o son reducibles a algoritmos que calculen la interacción entre pequeños programas. Y ya en el comienzo aclara que esto, en definitiva, es la continuación de algo que empezó hace tiempo: \\\\\\\"Hace trescientos años la ciencia fue transformada por la dramática nueva idea de que reglas basadas en ecuaciones matemáticas podrían ser usadas para describir el mundo natural. Mi propósito en este libro es iniciar otra transformación similar e introducir una nueva clase de ciencia basada en tipos de reglas mucho más generales, que pueden tomar cuerpo en la forma de simples programas de computación\\\\\\\". La computación se caracteriza por producir complejidad a partir de lo simple. Tal vez por ello, ha sido sustento de teorías desde infinitos ángulos para explicar todo tipo de causas y de comportamientos. Según Wolfram el código de computación más sencillo puede revelar complejos patrones de la naturaleza. O dicho de otro modo un sistema cuya conducta parece simple, lo es. O al menos es tan simple como cualquier sistema computacional. Esto es la manera en que este científico explica el Principio de Equivalencia Computacional, una nueva manera de observar cómo opera nuestro universo y una teoría que pone entre paréntesis muchos de los supuestos de los procesos científicos plagados de ecuaciones muy complejas acerca de los patrones de la naturaleza. LA EQUIVALENCIA COMPUTACIONAL El principio de la equivalencia computacional nos dice que reglas simples generan contra-intuitivos resultados complejos, es decir, que los sistemas complejos tienen un comportamiento que muchas veces parece contrario al sentido común. Afirma también que una vez que un sistema llega a cierto grado de complejidad, ha llegado en verdad al máximo punto de complejidad, medido por la computación necesaria para emitir un resultado. Los cálculos computacionales necesarios para producir comportamientos complejos son, en potencia, los mismos. Y por eso en determinado nivel de complejidad puede ocurrir que las reglas subyacentes no puedan ser estudiadas a partir del fenómeno. Lo que se pone en entredicho entonces es que lo que se entiende como \\\\\\\"inteligencia avanzada\\\\\\\" no implica que versiones más simples de ella -que conviven en el universo- no tengan potencialidades, y esto es tanto para la materia viva como la inanimada. Quiere decir que la complejidad de los sistemas se debe solamente a la gran cantidad de componentes simples que interaccionan simultáneamente. Entonces, más allá de las diferentes estructuras subyacentes de los sistemas serían, sin embargo, fundamentalmente equivalentes (a nivel computacional). De hecho ya existe un programa que producen el mismo resultado para los patrones de pigmentación en mariscos y la conducta de mercados financieros. Teniendo en cuenta este principio de equivalencia computacional que nos dice que las herramientas computacionales son tan complicadas como el sistema a estudiar se concluye que, por obvias razones, hay límites a la misma ciencia, ya que muchas cuestiones son imposibles de responder, porque la única manera de descubrir las consecuencias de muchos procesos muy complejos es dejar, simplemente, que ocurran. Esta nueva ciencia tiene en cuenta la propia irreductibilidad computacional, en la que las reglas subyacentes a un sistema no pueden predecir siempre el complejo comportamiento resultante. Para muchos Wolfram resulta incomprensible; para otros, fascinante. Algunos dicen que delira. Pero sí es seguro que la incidencia de la llamada nueva ciencia podría ser enorme. Involucra la física, la biología, la matemática, la filosofía. Así, por ejemplo, el eterno problema del libre albedrío abordado siempre desde las ciencias políticas, la filosofía y hasta desde la economía, puede enfocarse ahora desde esta perspectiva como producto de una complejidad resultante de reglas simples en el nivel básico, la que deriva luego en cálculos irreductibles y complejos que difícilmente puedan ser simplificados por lo que, finalmente, son consideradas \\\\\\\"producto de la libre voluntad\\\\\\\". Por eso Wolfram puede ir mucho más allá de una teoría de autómatas y proponer una nueva base para todas las ciencias y, por lo mismo, vislumbra increíbles desarrollos tecnológicos ya que un programa de computación muy simple puede capturar muchos fenómenos, incluso lograr que las máquinas piensen como lo hacen los humanos. Según el autor de Una Nueva Clase de Ciencia se necesita sólo que sus ideas sean entendidas y que sus seguidores generen un gigantesca reserva de sistemas relacionados a las computadoras para crear fenómenos idénticos a los encontrados en el mundo natural. Y que cuando estas dos cosas ocurran el peso de la evidencia convencerá que está en lo cierto y entonces los problemas más grandes serán resueltos. Coherente con su abarcadora teoría este reconocido científico encuentra una excepción a la segunda ley de la termodinámica; hipotetiza sobre si los extraterrestres se comunican con nosotros mediante mensajes que no podemos percibir; explica el aparente azar de los mercados financieros; y, como si fuera poco, Wolfram estima que existe un \\\\\\\"modelo final del universo\\\\\\\", una sóla, única y simple ley (dice que probablemente lleve tres o cuatro renglones de programación en el lenguaje Mathematica) capaz de computar todo, todo lo que tocamos, olemos, escuchamos. Por ahora hay mucho escepticismo. Es que cuesta mucho creer que este mundo realmente esté plagado de tanta inteligencia. ********************************************************************************* El libro, llevado a la práctica Wolfram Research desarrolló una aplicación complementaria al libro A New Kind of Science que se basa en los mismos programas que Stephen Wolfram utiliza en su libro. Así la herramienta A New Kind of Science Explorer permite al lector experimentar los descubrimientos detallados en el libro a través de la computadora. Se pueden repetir los experimentos propuestos por Stephen Wolfram y crear, además, experimentos propios. El programa incorpora aproximadamente 450 experimentos interactivos, organizados de acuerdo con el recorrido del libro, ofreciendo un sistema sencillo de referencias entre libro y experimentos. El autor -Stephen Wolfram nació en Londres en 1959 y se educó en Eton, Oxford, y Caltech. -A los 15 años publicó su primer artículo científico. -Desarrolló una brillante carrera en Física de Partículas. Se recibió en Doctor en Filosofía en la física teórica de Caltech a los 20. -Luego se abocó a Sistemas Complejos y, en contra de las costumbres académicas, comenzó a usar computadoras para sus investigaciones en 1973, y rápidamente se hizo un líder en el campo emergente de informática científica -En 1979 comenzó la construcción de SMP - el primer sistema de álgebra de ordenador moderno - que lanzó al mercado en 1981. -A los 21 ganó el premio MacArthur en 1981 a la genialidad en reconocimiento a su trabajo en física e informática y se convirtió en el científico más joven en obtener este premio. -En 1981 Wolfram tomó una dirección nueva en la ciencia apuntada al entendimiento de los orígenes de complejidad en la naturaleza. La primera idea clave de Wolfram era usar experimentos de computación para estudiar el comportamiento de programas informáticos simples, como autómatas celulares. -Wolfram comenzó a hacer una serie de descubrimientos sobre los orígenes de complejidad. Cada artículo que publicaba tenía un gran impacto. Las investigaciones sobre la relación entre el cálculo y la naturaleza y el concepto de \\\\\\\"irreductibilidad computacional\\\\\\\" lo colocó en el centro de las miradas. -En 1986 fundó el primer centro de investigación del campo e inició una empresa de Computación, Wolfram, S.A, para vender el lenguaje \\\\\\\"Mathematica\\\\\\\", (desarrollado por él mismo y que se comercializa desde 1988) y se lo considera como un avance principal en la informática. -Wolfram, S.A se posicionó como un líder mundial en la industria de software. -Desde 1991, Wolfram comenzó a dividir su tiempo entre el desarrollo Mathematica y la investigación científica e hizo una sucesión rápida de descubrimientos que lo llevaron a desarrollar un marco conceptual fundamentalmente nuevo, que es posible aplicar a muchos problemas en la física, la biología, la informática, matemáticas y en otros campos. -En mayo de 2002, luego de casi diez años de trabajo, publica en A New Kind of Science un libro de más de 1.200 páginas. El libro es ya un bestseller y se lo considera el inicio histórico de un nuevo paradigma en la ciencia. ********************************************************************************** Laura Levy llevy@3puntos.com Artículo publicado con el permiso de la revista 3Puntos www.3puntos.com

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