Hay enormes diferencias en lo que se aprende en las aulas
En la Argentina, los chicos y jóvenes pobres aprenden menos y en peores condiciones. A más de diez años de la reforma educativa, el dinero invertido en construir y equipar escuelas no ha servido, en general, para compensar las desigualdades de origen y mejorar el aprendizaje. Según los resultados de una investigación realizada por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), con datos de escuelas públicas de todo el país, los chicos de sectores sociales más desfavorecidos asisten a escuelas en peor estado edilicio y con menos computadoras y
equipamiento, con docentes más jóvenes y con menor experiencia, repiten más de grado en la primaria y tienen peores resultados de aprendizaje en el nivel medio. Este panorama, que contradice de manera contundente la noción de la escuela como igualadora de oportunidades, proviene de comparar datos socioeconómicos de los alumnos de nivel primario y medio -obtenidos en un operativo censal en 2000- con la oferta de tiempo y materiales de las escuelas -jornada simple o doble, calidad edilicia, computadoras y bibliotecas-; las características de los docentes; la oferta de comida,
apoyo escolar y material didáctico; datos sobre repitencia y sobreedad, y resultados en las pruebas de lengua y matemáticas tomadas nacionalmente en 2000.
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