Se entiende por escuela rural la escuela unitaria y/o cíclica que tiene como soporte el medio y la cultura rural, con una estructura pedagógico-didáctica basada en la heterogeneidad y multinivelaridad de grupos de distintas edades, capacidades, competencias curriculares y niveles de escolarización, y con una estructura organizativa y administrativa singular, adaptada a las características y necesidades inherentes al contexto donde se encuentra ubicada. Las funciones y necesidades de la escuela rural varían según las zonas, los recursos, la población y demografía, las decisiones político-administrativas e, incluso, la formación de los maestros. En alguna comunidades autónomas la escuela rural, la escuela pequeña, de pueblo y pública, queda como residual en el sistema educativo, obsoleta, marginal, en vías de extinción. Y no sólo por la falta de población en algunas zonas del territorio español (que bien es cierto que así ocurre), sino también por opciones políticas (con sus correspondientes ajustes y recortes presupuestarios) que consideran que la escuela urbana es la institución escolar que puede ofrecer a los niños y niñas rurales una mejor calidad educativa en detrimento del contexto rural. Nada más lejos de la realidad. A lo largo de las experiencias que se muestran en este libro se puede comprobar cómo donde existe una comunidad educativa interesada, motivada y abierta a las innovaciones y al contexto, la escuela rural se puede convertir en un modelo de escuela, en una escuela que aprende y en una escuela de la que se puede aprender. |