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 UNA VIDA DE CALIDAD Reflexiones sobre bioética
Victoria Camps 
 Este libro nace de la necesidad cada vez más perentoria de dar respuestas éticas a los retos planteados por la biotecnología y las nuevas concepciones de la salud y la enfermedad. A diferencia de otras épocas de pensamiento más homogéneo, la nuestra aplaude el pluralismo de las sociedades democráticas en las que convergen una diversidad de creencias y opiniones. En dichas sociedades, el individuo goza de amplias zonas de libertad que le permiten y, en cierto modo, le obligan a tomar decisiones sobre cuestiones difíciles. Los avances de la ciencia y de la técnica permiten augurar un futuro mejor, pero a su vez generan incertidumbre y desconfianza. Aunque el fin del desarrollo científico y técnico debería ser una vida de mayor calidad para todos, no es seguro que ese objetivo acabe consiguiéndose satisfactoriamente. Conseguir una vida de calidad no es ni una tarea puramente individual ni una obligación colectiva o política. La vida es de cada uno y a cada uno corresponde decidir cómo quiere vivirla. Pero las decisiones importantes nunca son exclusivamente privadas ni conciernen sólo al individuo o a los individuos que las toman. La ayuda a morir, la investigación con embriones, el respeto a las decisiones del paciente, la reproducción asistida, la manipulación genética y tantas otras cuestiones que hoy se nos plantean, precisan de una legislación mínima que ponga límites y controle los posibles despropósitos, pero ahí no acaba la exigencia normativa. Lo que este libro propone como eje de la bioética es la autorregulación, esto es, la voluntad individual y colectiva de no dar respuestas arbitrarias, interesadas o corporativas a las situaciones derivadas tanto de la innovación científica como de los nuevos valores. Autorregularse implica organizarse. Organizarse para plantear con rigor las cuestiones, deliberar y discutir, establecer mecanismos que hagan de la práctica moral una tarea socialmente responsable. Lejos de ser un moralista, al filósofo le corresponde la tarea socrática de provocar el debate, la crítica, la sospecha o la duda, a fin de poner de manifiesto la complejidad de los problemas y situaciones. Así entendida, la bioética no es sólo una disciplina que plantea preguntas nuevas que están pidiendo soluciones y fórmulas, sino un proceso que ayuda a descubrir colectivamente cómo vivir mejor.

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