Al principio de todo, los cuervos tenían un pelaje multicolor: eran rosas, lilas o verdes, a veces tenían topos o rayas según las diferentes familias. Los cuervos vivían juntos y felices, pero un día un muñeco de nieve hizo una pregunta fatídica: —¿Cómo ha de ser un auténtico y verdadero cuervo?—. Desde entonces cada cuervo reivindica su color, o se han creado grupos de cuervos de color uniforme. Han empezado las luchas, y las guerras a muerte entre los cuervos hasta que un buen día empiece a llover…
Este fantástico cuento nos habla de los peligros de la intolerancia y de sus consecuencias. Una manera de enseñar a los niños lo que puede provocar el rechazo del prójimo por ser diferente. |