Cuando hablamos de la educación de los niños y niñas más pequeños no podemos ignorar que no existe una infancia homogénea, pues ésta se encuentra sumergida en una diversidad socioeconómica y cultural, y por lo tanto ideológica, que viene a contradecir cierto conocimiento de raigambre psicológica capaz de producir generalizaciones absolutas en relación a las interpretaciones e intervenciones en la Educación Infantil. Las prácticas en esta Etapa, como en cualquier otra, no son neutrales, sino que por el contrario, se hallan profusamente pobladas de contenidos ideológicos acerca de los cuales los profesores y profesoras han de tomar conciencia, de manera que éstas se puedan convertir en praxis educativa orientada por la crítica que contribuya a la transformación de las relaciones de dominación entre los sujetos en los escenarios escolares, en relaciones de igualdad y por lo tanto, de lucha contra la exclusión. Tanto la aparente candidez e inocencia de ciertos planteamientos que han venido caracterizando esta Etapa educativa, como por el contrario, la falta de interés y el descuido didáctico de la misma, así como el carácter asistencial que han adquirido también sus intervenciones, no hacen sino responder a ciertas concepciones ideológicas que se van desgranando y discutiendo a lo largo de esta obra.
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