Tengo que empezar haciendo una confidencia: uno de mis recuerdos infantiles más lejanos es ver a mi padre, que era periodista, sentado por la mañana con una taza de café solo ya vacía ‑pues la bebía pronto para que no se enfriara‑, con unas cuartillas en blanco delante y con una pluma estilográfica, que era un ingenio que se me...
|