Análisis de un periodismo de datos al servicio de la propaganda
política / Caso del diario La Rioja
Lic. Concha Mateos Martín ©
Doctoranda en Ciencias de la Información -
Universidad de La Laguna (Tenerife, España)
Experta universitaria en gestión y comunicación
política (UCM)
Equipo Latina de Comunicación Social (La Laguna,
Tenerife)
En “Teoría de la segregación de públicos al
servicio de la propaganda política”
desarrollamos la primera parte de este análisis. En aquella describimos
conceptualmente un proceso con el que se segregaba a los lectores de periódicos
y secciones especializadas y generalistas. Con ello dejamos trazado el marco en
el que encuadrar ahora el análisis de las páginas que el diario regional La
Rioja dedica a informar sobre la evolución de los precios dentro de su sección
de asuntos generales de la comunidad autónoma (sección Región).
Esta segunda parte, igual que la primera, puede ser leída de forma independiente y no
pierde por ello sentido completo.
Ciertamente ambas partes componen un análisis
teórico y casuístico integrado de nuestro objeto de estudio: las consecuencias
de tratar sin especialización contenidos informativos que sí son especializados
y que sacados de contexto generan confusión y se convierten en terreno abonado
de la propaganda, manipulación e intoxicación informativa, adulterando el
producto de la actividad periodística y contaminando gravemente los fundamentos
de la democracia.
En esta segunda parte iremos analizando mes a mes
las informaciones sobre precios de la sección citada y compararemos en algunas
ocasiones las noticias que ofrecen otros diarios (El País, El Correo) sobre los
mismos datos que trata la Rioja. A final de cada uno de los dos grandes periodos
analizados (2001 y 2002) avanzamos un
breve cuadro de conclusiones y por último cerramos el análisis con un compendio
final de conclusiones de todo el trabajo.
2001: doce meses sin piedad o la
obsesión por acomodarse a la versión de un gobierno dictador de periódicos
La primera parada de nuestro análisis vamos a
dedicarla a las informaciones relacionadas con el IPC publicadas por el diario
La Rioja durante el año 2001, utilizando como elemento comparativos a veces el
diario El Correo (edición riojana).
Se trata de informaciones alojadas en las primeras
páginas de estos dos diarios porque la primera sección de ambos es la de
contenido regional, su contenido-gancho-comercial (se trata de periódicos de ámbito
regional y hacen la competencia al resto de publicaciones ofreciendo una
supuesta mayor atención e intensidad a los temas locales y regionales). Este
dato es importante a la hora de valorar la ubicación de las noticias y la
valoración que de ellas ha hecho el editor. La regla general nos indica que
cuando más bajo el número de página más importancia y mayor impacto para la
noticia. Y también siempre más si la información aparece en número de página
impar. Pero al tratarse de noticias que forman parte de la sección primera del
periódico, siempre nos moveremos entre la primera página y la 7 o entre la
primera y la 13. En este marco puede ocurrir que algún día la sección de información regional termine en la página 7,
con lo cual una información colocada ese día en tal página resultaría una
información relegada, a pesar de que apareciese en una página de número relativamente bajo.
En enero de 2001 el INE publica el dato del IPC
anual de 2000. Se trata de un índice que rebasa con creces las previsiones del
Gobierno de la nación. El Gobierno esperaba el 2% de subida y la subida
finalmente llega hasta el 4%. Por tanto lo rebasa y lo dobla. En la comunidad riojana la diferencia resulta
mayor aún, 4´5%, es decir, los precios han subido 0'5% más que la media
nacional.
El dato por tanto resulta malo, un dato capaz de
disgustar a los ciudadanos de a pie que se informan de estas cuestiones
económicas en las páginas de información general. El diario La Rioja habla del
asunto en página 7 el día 3 de ene. Titula así: "Los pensionistas riojanos
perderán 338 millones por el desvío del IPC regional" a dos columnas,
interior, junto a los breve. Y además coloca un breve de salida.
La Rioja trata esta información de forma escondida,
igual que lo hace el día 12 de enero: "El IPC riojano creció el 4´5% en el
2000, el mayor desde 1996"; en página par (página 8) nuevamente en el
interior, además con el titular debajo del gráfico, es decir, “escondido”, y
también en la página de los breves (a los que también de nuevo ha dado más
importancia que a la noticia sobre el IPC).
El día 13 de enero vuelve a hacer algo parecido en
la página 5, con un titular a dos columnas para una información que luego va
presentada a 5 columnas.
En cuanto a la redacción señalaremos dos cosas tan
sólo: se elige el verbo crecer, un verbo positivo, para hablar de los precios,
cuando resulta que en el contexto del gasto la palabra crecer resulta negativa.
Pero como en el titular el concepto gasto no aparece, ni el de coste de la
vida, ni tan siquiera el de coste, ni el de poder adquisitivo, ni el de precio,
pues resulta que se ha presentado la subida de los precios como un logro, como
algo positivo, al desligarla del contexto en el que subir resulta malo.
El tono semántico por tanto es engañoso para el
punto de vista del lector, que espera que las malas noticias vayan tituladas
con verbos que indiquen claramente la maldad del hecho, algo que no ocurre con
el verbo crecer. En todo caso, según los titulares los precios no suben en La
Rioja, ni tampoco la vida está más cara que en el resto del país. Esa realidad
hay que deducirla de la información pero la información no sólo no la presenta
directamente sino que además la enmascara cuanto puede.
En el titular del día 5, "Las cláusulas de
revisión compensan a 26.600 riojanos del desvío del IPC", se enmascara otra realidad que tampoco es
visible claramente en este diario: la diferencia por la que se compensa a esos
trabajadores no incluye la diferencia entre el IPC nacional y el regional; y a
muchos otros trabajadores no se les compensará en absoluto por ninguna de las
dos diferencias. Esos muchos otros son seguramente más de 13.000 (pues tan sólo
los funcionarios ya suman 12.000 –cifra que este diario elude citar-, y no se
compensa ni a los funcionarios, ni a
los trabajadores que no tengan en sus convenios la cláusula correspondiente
–cantidad que este diario tampoco dice- ni a los que perciben el Salario Mínimo
Profesional –cifra que este diario también evita decir-). Como vemos, el quién
de esta información aparece incompleto.
En definitiva, La Rioja habla de los que serán
compensados y no dedica ni el mismo espacio, ni la mitad, ni otra noticia otro
día, ni un párrafo a hablar de los que no serán compensados. No es que La Rioja
mienta, es que no hace ningún esfuerzo por que los lectores puedan entender qué
significa que 26.600 vayan a ser compensados –de forma parcial además-. El
lector no sabrá si esos 26.000 son todos los trabajadores, son la mitad de los
trabajadores, o qué porcentaje representan. Y tampoco tendrá muchas
oportunidades el lector de reparar en que hay muchos otros que no serán
recompensados porque ese hecho se trata de soslayo, en una única frase.
Como anécdota, aunque grave, fijémonos en que uno
de los ladillos de la información de ese día 13 de enero de 2001 en la página
5, dice así: "Nadie con menos de 100.000 pesetas". Una bella frase
que suena positiva y que hace pensar en un hecho tranquilizador: nadie cobra
menos de 100.000 pesetas. Pero un lector debe ir hasta el final de la noticia
para entender que esta frase no se refiere a un hecho, ni a un dato, sino a un
deseo, que además no es del gobierno sino de un sindicato. Un deseo que podrá
llegar a ser reivindicación y que además seguro que tardará mucho tiempo en
cumplirse, si es que se cumple. Como vemos, la imagen que los titulares del
diario La Rioja dan de La Rioja no es precisamente una imagen de realidades,
sino de detalles inconexos de la realidad, eso sí, elegidos con una ojo que
obviamente prefiere fijarse en lo que favorece una sensación de bienestar, no en lo veraz.
En ese mismo mes de enero el diario El Correo trata
la subida del IPC a cuatro columnas el día 12, en página impar de las primeras
(página 5) y además relaciona desde el principio el dato con una mala coyuntura:
“Al mal dato del paro se ha unido el de la inflación en el cierre del año”.
Parece que estamos en otra Rioja, ¿o no?
Este diario además trata en días posteriores la
polémica sobre vincular o no los convenios laborales al índice del IPC y el
problema del IPC regional que lesiona más el poder adquisitivo de los riojanos,
agraviados frente al resto de los ciudadanos del país, que soportan menores
subidas de precios. Una polémica y un agravio que no vemos en las páginas del
diario La Rioja.
En febrero de 2001 nos encontramos ante nuevas
fotos “trucadas” de la realidad. Ocurre que el Gobierno regional sube el
salario social el 2% cuando el IPC –oficial, no lo olvidemos- ha subido el
4,5%, en La Rioja. El IPC es la cifra de referencia para calcular las subidas
oficiales aplicables cada año, sin embargo el Gobierno regional sube sólo el 2%
el salario social, por tanto el
Gobierno no compensa la subida del IPC, ni garantiza a los preceptores del
salario social que puedan mantener su grado de riqueza -¿riqueza un salario de
49.000 pesetas en el 2001?-, mantener su poder adquisitivo. En todo caso, los
preceptores del salario social se empobrecen. Pero el diario La Rioja no cuenta
nada de todo esto, sino algo muchos más transparente, claro, comprensible,
directo y esclarecedor: El salario social crece el 2%, menos de la mitad del
IPC riojano. Y lo dice en página par y en interior, junto a los breves, como
siempre. El lector que consiga ver el deterioro económico de las personas que
cobran el salario social será un gran lector de periódicos seguramente –o quizá
será un preceptor del salario social-. Como vemos, el diario La Rioja tiene
pasión por el verbo crecer, por el positivismo de que La Rioja, como dice otro
eslogan del partido en el Gobierno, va a más. Siempre creciendo, es la consigna
oculta que sostiene ese optimismo de titulación.
El día 12 de febrero, en página 4 –esta vez de
entrada- nos encontramos con una perla de título, habla del futuro, no del
pasado, cosa que es de agradecer en el periodismo, pero habla en condicional,
es decir, en un tiempo verbal que deja al lector ante algo muy contrario a
cualquier certeza: "El nuevo sistema de medición del IPC podría elevar el
índice riojano de precios". La información no va firmada por ningún
redactor, ¿será que nadie ha querido vincular su nombre a esta noticia que no
se sabe si lo es o sólo lo intenta?
Esa misma noticia en el subtítulo dice: "El cambio ponderará nuevos productos y
afectará a las regiones más inflacionistas". Pero en ninguna línea de la
información se explica qué significa eso de ponderar. Nuevos productos entran a ser considerados para calcular el
índice, pero la ponderación no se refiere a eso. Aunque nadie, por el texto de
esta noticia, podrá averiguar a qué se refiere lo de la ponderación, pues la
noticia no lo aclara. Estamos ante una de esas fronteras en las que el lector
medio entiende que no tiene carné de conducir para poder acceder al contenido
del escrito. Y recordemos que esto está ocurriendo en el reducto de información
no especializada, es decir, en el rincón al que acuden los lectores no expertos
en economía, incluso aquí, anidan frenos de comprensibilidad.
En cuanto al dato del IPC del mes de enero, el
diario La Rioja destaca que se reduce 4 décimas la inflación interanual. En La
Rioja los precios suben más, pero eso no lo dice ningún titular claramente.
A medida que avanza el año el IPC regional de La
Rioja irá escalando puestos y terminará siendo ineludible reconocerlo. También
seguirá siendo invisible el redactor de las informaciones sobre el IPC en el
diario La Rioja, excepto en el mes de agosto en el que firma la información una
redactora de prácticas.
Sin embargo en ningún caso desaparecen los detalles
de enmascaramiento de la gravedad coyuntural que representa ese liderazgo en la
carestía de los precios:
-
El 15 de marzo el mal
dato para los consumidores se enmascara en un titular a dos columnas para una
información que va a toda plana, se habla de inflación interanual y de báscula
de referencia del IPC. Y en la entradilla rápidamente se señala a un culpable,
el menaje, y para compensar, en una información sobre subida general del IPC,
se recuerda que algunos precios han bajado.
-
El 12 de abril se trata
el dato en una página impar, en el interior, a dos columnas y debajo de un
gráfico. El titular tiene como sujeto un sujeto muy abstracto con quien ningún
lector se ha cruzado jamás por la calle: la inflación interanual. Para colmo la
información se acompaña con una especie de pequeño texto de complemento titulado:
"La Rioja recibió en marzo 99 millones por pensiones no
contributivas". O sea, que aunque el dato del IPC es malo, La Rioja va
bien, va a más, y no hay quien lo pare esto, oiga. Junto a dato desfavorable e
ineludible, galletita de compensación.
-
El sábado 12 de mayo
sigue sin poder evitarse que el IPC riojano haya subido, pero se evita resaltar
en titulares que las previsiones del Gobierno ya están totalmente
rebasadas, es decir, que el Gobierno no
acierta con el IPC. La información va a toda plana con media de publicidad pero
su titular sólo va a dos columnas, se rebaja la importancia de los hechos de
los que se informa. Se señalan rápidamente culpables: esta vez son el butano,
la gasolina, la cultura y el ocio. Y antes incluso de señalar los culpables,
¿qué se recuerda?, pues nada menos que algo que va bien: "Pese a la
contención hostelera en Semana Santa...", así empieza el subtítulo. De
nuevo en una información sobre subida de precios se empieza resaltando los que
no suben. Y el cuerpo de la noticia sigue en la misma línea de “informar de lo
que va bien aún cuando se trate de informaciones sobre lo que va mal”, pues se
inicia así: "A pesar de la progresiva normalización del mercado de la
carne..."
Este cúmulo de improcedencias siempre orientadas en
la misma dirección, y con el mismo efecto suavizador de la gravedad de los
datos, resulta impensable que se produzca de forma accidental, sin intención y
por efecto de criterios profesionales, pues ningún manual de la profesión
recomienda despistar al lector. Si sobre estas informaciones que hemos
analizado gravitasen instrucciones empresariales de hacer lo posible para que
los lectores del diario La Rioja no percibiesen la realidad económica que se da
en esta comunidad, es decir, instrucciones para que los lectores no pudieran
contrastar la versión que el Gobierno da sobre el estado de las cosas, el
resultado sería el mismo. Cuando en contra de todas las normas éticas de la
profesión periodística, la línea de un periódico se acerca más que a la realidad
a la versión de los eslóganes propagandísticos del partido en el Gobierno,
cuando eso pasa, hay que alarmarse, porque queda herida y mal herida la salud
informativa de los ciudadanos que tienen que votar en función de lo que saben y
en función de la información que manejan.
Tras este “fortuito” cúmulo de irregularidades
informativas, el diario La Rioja parece emprender una línea reformada a partir
del mes de junio. Los titulares por fin hablan de que los precios suben en La
Rioja (algo que ya hacía el diario El Correo, y algo que realmente sí puede
informar a los ciudadanos de forma directa e indudable respecto a la evolución
del IPC). Parece, decimos, que por fin la realidad ha llegado a las páginas del
diario La Rioja. Y además ha llegado en un lenguaje claro que los lectores de a
pie pueden entender sin esfuerzo excesivo. ¿Será que todos esos manejos que a
nosotros nos han parecidos excesivos y faltos de ética también se lo parecieron
a algún directivo del diario y dio la voz de alarma, y el periódico ha hecho
examen de conciencia, dolor de los pecados y propósito de enmienda? Quizá sea
así, y nuestra hipótesis va a resultar desmentida?
Veamos los titulares:
-
14 de junio: "Los
precios subieron en La Rioja el 0´5% en mayo, el mayor aumento de España. Vivienda
y transporte, los sectores más inflacionistas, disparan la tasa interanual al
4´7%". (A cuatro columnas, exterior, página par).
-
14 de julio: "La
Rioja cierra junio con una inflación del 4´8%, la tercera tasa más alta de
España. Los precios subieron cinco décimas el pasado mes por el crecimiento de
vivienda, ocio y cultura". (A dos columnas, interior, página impar).
-
15 de agosto: "El
IPC en La Rioja subió el 0´3% en julio, una décima más que la media nacional.
La mayor subida de precios se registra en ocio y cultura y bajan el transporte
y la vivienda". (A cuatro columnas, exterior, página par).
-
14 de septiembre:
"El IPC se dispara un 0´6% en La Rioja y la convierte en la región más
inflacionista". (A dos columnas, en interior, página impar).
En una lectura rápida casi se siente la tentación
de aplaudir al diario La Rioja por estas informaciones, en las que se suelen
incorporar pequeños despieces con la valoración que hacen del dato los
sindicatos y los empresarios. Pero ¿acaso no es este el tratamiento contrastado
que merece un hecho de tal magnitud, el tratamiento mínimo?
Nuestra opinión es que sí, que se trata del
tratamiento mínimo que se le puede dar a un dato que es claramente perjudicial
para los intereses de los consumidores y que toma una tendencia desmedida en
esta comunidad. El tratamiento mínimo, por tanto no merece aplausos, ya que
debería representar la pauta habitual del diario, y lo que ha de ser cotidiano
y normal no puede ser celebrado porque se haga un día como excepción. Con ese
talante deberían haber sido todas las informaciones sobre IPC aparecidas a lo
largo del año; y entonces no hubiéramos tenido que apuntar la sospecha de que
el diario se doblega con docilidad y falta de ética a los intereses propagandísticos
del gobierno. Porque además, observemos un dato que de nuevo confirma en
nuestro temor de seguidismo gubernamental: el diario ha reconocido el IPC
nefasto y desmedido cuando el dato ha tocado techos de record y cuando, cómo
no, el gobierno no ha tenido más remedio que admitir –auque lo ha admitido a
regañadientes y con embarazosas declaraciones, como veremos ahora-. Es decir,
que de momento no se desmonta nuestra sospecha de que la información servida
por el diario La Rioja refleja sobre todo el discurso cocinado del gobierno,
antes que el análisis especializado y objetivo de los datos económicos que
contiene el IPC. La regla deducida reza así: cuando el Gobierno reconoce, La
Rioja reconoce; cuando el Gobierno niega, La Rioja oculta.
Nuestras inquietudes, a pesar de la primera buena
imagen que se saca leyendo los titulares, arrancan de estos otros datos también
presentes:
-
Un asunto de importancia
ya ineludible, de gravedad reconocida y de consecuencias amplias, nunca logra
pasar en el diario La Rioja en este periodo
a primeras páginas, siempre va en 4, 5, 6 e incluso 7. No es esta una
forma de reconocerle la importancia que tiene. Más bien se esconde esa magnitud
–aunque ya no se esconda el dato sobre el IPC-.
-
Tampoco es forma de reconocer
su importancia no dedicarle nunca una información propia, una entrevista, un
reportaje de fin de semana, otro género de información en un día que no sea el
día obligado por la publicación que da a los datos el INE (Instituto Nacional
de Estadística). Ese tratamiento propio se suele dar a un tema cuando toma
interés, es reincidente, agrava la situación, o afecta directamente a los
ciudadanos. Pero con el IPC el diario la Rioja cumple el expediente
ramplonamente a duras penas el día que toca y luego se olvida hasta el mes que
viene. Se esconde la magnitud.
-
Si La Rioja da espacio
al dato ahora que es cuando el Gobierno también se ve obligado a admitirlo
¿acaso no sigue en su dinámica de hacerse eco informativo estructural de la
versión de la realidad que tiene el Gobierno? Lejos de evidenciar una
independencia por parte del diario, este giro
en el tratamiento informativo del IPC (el giro de reconocer por fin la
subida) representa más bien un rasgo más de seguidismo reconfirmado.
-
Por último, una cuarta
observación: insistencia en la estrategia de marcar culpables entre los
productos, como si fueran ellos solos quienes se suben el precio. Y también
insistencia en hablar de lo que baja de precio en medio de informaciones sobre
grandes subidas. Y una insistencia más: insistencia en eludir hablar de la responsabilidad del Gobierno, un factor que
sin embargo sí citan algunas fuentes informativas pero que el diario nunca
resalta, nunca aborda, siempre lo esconde en los recodos menos accesibles de la
información. Es decir, la voluntad compositiva del editor no juega a favor de
resaltar de forma igualitaria todas las versiones interpretativas del dato IPC.
El diario hace cuanto puede por que los lectores no miren ni entiendan la
responsabilidad del Gobierno en el asunto, pero sí hace cuanto puede por
recordar en lugar destacado que hay cosas cuyo precio baja. Se esconde la
responsabilidad –cuando no se ve viable esconder el dato-.
Antes de pasar a
otras páginas recogemos aquí un par de ejemplos de las declaraciones con
que el Gobierno se vió obligado a valorar estos datos nefastos del IPC,
declaraciones que antes hemos citado en las que nos parecía que se hacía un
reconocimiento a regañadientes y bastante desnatado:
-
14 de junio: "El
Ejecutivo regional justificó ayer esta subida del IPC en que “tanto nuestra
comunidad, como el país en general, no han sido ajenos a la tendencia alcista
registrada en el IPC el mes pasado en la zona euro”. El Gobierno señaló los
combustibles, las bebidas alcohólicas y el tabaco como productos más
inflacionistas." Vemos aquí dos cosas. Por un lado esa estratagema de
esconder responsabilidades: que el IPC –por parte del Gobierno, igual que por
parte del diario La Rioja- es una cosa que se debe a los productos, ellos son
los que disparan los precios, detrás no hay ninguna responsabilidad de nadie
que permite o admite o promueve nada, son los productos los únicos
responsables. Se empeñan en subir y
suben los muy antipáticos. Y por otro lado una contradicción: en subtítulo la
noticia dice que la vivienda y el transporte son los sectores más
inflacionistas y luego en el cuerpo de la noticia, haciendo referencia a las
palabras del Ejecutivo se dice que el Gobierno señala como más inflacionistas
tabaco, bebidas y tal y tal, es decir, un dato que contradice a lo que el
lector acaba de leer más arriba, pero nadie explica nada, no es fácil que un
lector sepa con claridad con qué versión quedarse. Las palabras de la fuente
del Ejecutivo –que por cierto no se atribuyen a ninguna persona ni a ningún
cargo, es simplemente un ente abstracto, el Ejecutivo, es decir, se esconden
una vez más personas responsables- están equivocadas pero el diario ni lo dice,
ni lo advierte ni lo suprime, a pesar de que contradicen los datos del gráfico
que acompaña a la información. Es decir, a sabiendas, se publican declaraciones
erróneas, sin señalar que son erróneas. ¿Qué nombre se le puede dar a esto?
-
14 de julio: "Al
término del Consejo de Gobierno, la portavoz del Ejecutivo regional, Aranzazu
Vallejo, reconoció que los datos de la inflación riojana en junio son
“preocupantes”, aunque señaló que la tendencia regional hay sido similar a la
inflación nacional, ya que son los sectores de la vivienda, ocio y cultura, los
que tiraron al alza..." Vemos otra vez que se juega con comparar con la
media nacional sólo cuando interesa y que se juega con escamotear a los
responsables, pues se señala como responsables a los sectores de vivienda, ocio
y cultura.
Para acabar ya el análisis de 2001 vamos a señalar
tres observaciones de las informaciones de los meses que restan:
-
1 de octubre, titular:
"Los pensionistas riojanos recibirán mil millones por el desvío del
IPC. Cada jubilado riojano cobrará
cerca de 20.000 pesetas adicionales, en dos pagas". En esta información se
habla de compensaciones por el alza de los precios y por el poco alza de las
pensiones. Por tanto compensaciones para eliminar la pérdida de poder
adquisitivo. Pero resulta que el dato que ha sido titular en meses anteriores
("La Rioja sube más los precios que el resto de España"), ese dato,
no se compensa. Es decir, aunque suben más los precios no suben más las
pensiones. Y si ese subir más que el resto de España era noticia en titular
para los precios ¿por qué no lo ahora es para las pensiones? Las dos columnas
de esta información vuelven a estar, como en otras ocasiones que hemos visto,
rematadas por un breve ,titulado así: "La Rioja, una de las regiones donde
más crece la inversión del Presupuesto del Estado". Otra galletita de
compensación.
-
12 de octubre, titular:
"La inflación baja del 4% tras mantenerse los precios el pasado
septiembre". La Rioja sigue siendo ese mes la región más cara, los precios
no han bajado, se han mantenido, tanto en La Rioja como en el resto del país,
es decir, no ha habido un comportamiento extraordinario ni positivo de los
precios, sólo un sigue igual. Y La
Rioja sigue medio punto por encima de la media nacional en la subida de precios
del año. Pero el titular habla de bajada. Sí, claro, hay una bajada, ha bajado
de lo muy alto que estaba, pero sigue estando por encima incluso de las
previsiones del Gobierno. Hay, como mucho, una menor subida. Pero el diario La
Rioja elige la óptica de la bajada para resaltar en titulares. Ha buscado el
rasgo menos representativo de lo que está pasando, de los datos, pero seguro
que el dato más afín a los intereses de propaganda gubernamental, el dato más
cómodo para el Gobierno, que, como no podía ser menos, aparece como
protagonista en la información complementaria: "Satisfacción del Gobierno
y cautela de la FER por la crisis internacional".
-
15 de diciembre, parece
que otra vez el diario se ha alarmado de sus propias osadías ocultatorias –o
quizá es que se aproxima la Navidad y tiene sentimiento de bondad informativa-
y nos ofrece este titular: "Los pensionistas riojanos recuperarán sólo 440 millones por el desvío del
IPC". Dos meses antes este mismo diario, lo hemos visto, dijo en titulares
que los pensionistas riojanos recibirían mil millones por desvío del IPC ¿por
qué ahora son sólo440? ¿se equivocó el diario entonces? ¿reconoce que se
equivocó? ¿ha cambiado el Gobierno de idea o de factura? ¿se explica que hace
dos meses se dijo otra cosa? No. Y además ya no se habla de 20.000 pesetas en
dos pagas sino de 7.687 en algunos casos y de 8.800 en otros. Pero tampoco se
explica este cambio en la cifra. El jubilado que leyera el diario dos meses
antes seguro que sí recuerda la cifra anunciada y prometida. Pero ¿qué importan
a nadie los lectores en medio de este desbarajuste? Si importasen ¿se trataría
así la información?
Con esta perla informativa, que en el cuerpo de la
noticia habla de que los pensionistas riojanos pierden 500 millones pero que
titula hablando de que ganan 440, cerramos el análisis de las páginas de 2001.
Pasamos ahora a los seis primeros meses de 2002, pero antes recapitulamos
algunas observaciones concluyentes recogidas hasta aquí.
Recapitulando:
§
La información mala,
desagradable para los votantes, aparece todo lo maltratada que puede ser en
cuanto a la ubicación en las páginas.
§
Los titulares se reducen
lo más posible o se colocan de forma poco visibles, cuando no interesa que los
lectores reparen en ellos fácilmente.
§
Y la redacción de
titulares suele ser todo lo más ambigua posible cuando el dato puede herir su
confianza en la coyuntura económica o desgastar el eslogan propagandístico del
partido gobernante de que La Rioja va bien.
Y si no es ambiguo se presenta de forma sorprendentemente positiva
aunque sea para dar un dato negativo.
§
Se dificulta que los
lectores encuentren los datos negativos de la coyuntura económica, se evita que
encuentren las informaciones desfavorables, y si a pesar de todo las
encuentran, se evita que las lean. Y si las leen, ese evita que las comprendan.
§
Cuando no se puede
esconder el dato, se opta por esconder la responsabilidad.
§
Se elude señalar
cualquier contradicción entre los datos que se ofrecen un día y los que se
ofrecen otro día, o entre los datos que dice el INE y los que dice una fuente
“protegida” (Gobierno, para ser más exactos).
§
Con frecuencia el
titular no refleja la característica más notoria de la información sino la que
más se acomoda a la imagen de “buena situación” que siempre quiere transmitir
el Gobierno.
§
Junto a informaciones
negativas o dañinas de la imagen que pretende el Gobierno se procura colocar
oportunamente informaciones positivas que hablan de otros asunto pero que
compensan la mala impresión que puede causar la página del diario en la que se
informa sobre el IPC.
2002: informar sobre el IPC sin
explicar el IPC
ENERO
Para La Rioja, el IPC no tiene repercusiones de
ningún tipo, ni nada que ver con nada más.
En enero el INE publica los datos del IPC de
diciembre y el del año anterior, en este caso de 2001. Por tanto se trata de
dos datos, y uno de ellos es una cifra anual de referencia, que supuestamente
permite análisis de visión más amplia.
El problema de los datos sobre el IPC, al igual
todos los datos de magnitudes económicas, es que conocerlos tal cual no nos
informa sobre la situación a menos que seamos expertos, es decir, que el dato
puro y simple no es un dato informativo para el lector de a pie, requiere una referencia, un contexto,
una propuesta de interpretación a partir de la cual el lector pueda valorar y
entender qué significa tal dato.
Diario El País:
Titular a cuatro columnas sobre una información que
va a cuatro columnas y que incluye un gráfico: "Los precios subieron en
2001 un 2´7% por los alimentos, el turismo y el redondeo del euro".En la
misma página , la quinta columna contiene una información complementaria sobre
previsiones para el IPC del presente mes y su relación con los impuestos y la
nueva moneda. El titular habla de precios, de que los precios subieron.Y el antetítulo
ya muestra una contextualización del dato relacionándolo con otras parcelas y
posibles repercusiones: "La desviación de siete décimas sobre el objetivo
inicial cuesta 270 millones de euros en salarios".
La entradilla desarrolla el contenido anunciado en el
titular: cuenta que los precios suben y cuenta qué precios suben. No habla de
los que bajan, pues su obligación es ampliar el titular, desarrollarlo, no
introducir otros asuntos, que se desarrollarán seguramente más tarde, cuando el
título haya sido explicado suficientemente.
El primer párrafo del cuerpo de la noticia contiene
una propuesta de entendimiento del dato: "La inflación ha cerrado el año
peor de lo que cabía esperar y los temores sobre efectos del redondeo se han
confirmado, el IPC ha subido más este mes de diciembre que el mes de diciembre
del año anterior".
Y la información va así desgranando datos de
lectura de los índices de precios y de las tendencias a la vez que los coloca
dentro de marcos de comprensión, es decir, los inserta y los relaciona con sus
consecuencias y repercusiones, muestra el dato y trata de explicar qué
significa, aporta elementos para que el lector pueda leer el dato y entender o
inferir cómo funcionan las cosas económicas.
Veamos dos ejemplos aparecidos en esta misma noticia:
-
Habla en el párrafo
segundo de que un año antes subió el IPC y “En aquellas fechas la crisis
alimentaria estaba en plena ebullición y los precios del petróleo acababan de
superar su punto máximo. Ahora no hay problemas de este tipo, la economía está
en proceso de desaceleración y los precios se moderan en Europa, pero en España
la caldera sigue a presión. El 2´7% de los últimos doce meses mantiene la misma
tasa de noviembre y quiebra la tendencia
a la baja iniciada en junio”.
Vemos que la información trata de ser coherente con las informaciones que se
han publicado meses antes o años antes, pues el funcionamiento de los
parámetros económicos no ha variado, lo que varían son los resultados del
cómputo de cada medición, de cada mes. Pero las reglas de la economía que
valían hace un año valen aún, por tanto si se decía que los precios subían
porque la economía subía, ahora que la economía no sube hay que entender que el
dato de que los precios suban contiene un factor de preocupación, no es tranquilizador
que siga igual. Es decir, no se puede entender el dato sin atender a otros
datos, y el diario El País trata de relacionarlos para que el lector lo pueda
entender.
-
Otro ejemplo, dos
párrafos más abajo: “Este 2´7% es bajo si se compara con el máximo de 4´2% que
alcanzó a mediados de año, pero no lo es si se tiene en cuenta que la situación
ahora es más propicia. Tampoco lo es si se compara con la media europea (el
2´1% en noviembre). El índice de precios armonizado español (elaborado con la
misma metodología en toda la UE) se ha acelerado una décima, hasta el 2´9% y
apunta hacia una ampliación del diferencial con la zona euro, ahora en siete
puntos”.
La información va firmada por C.M. y en toda la
página no se plantea el punto de vista de una fuente parcial sobre el asunto
(gobierno o sindicato) sino que propone la información firmada del –se supone-
experto en información económica –que para cada cual tendrá la credibilidad que
quiera otorgarle y que él se haya ganado, él o su medio informativo-.
Veamos qué ocurre en el diario La Rioja.
De entrada la información se va a la página 7,
porque ese día –sin que nada lo justifique- se publica el resultado de una
encuesta de opinión sobre qué es lo que les preocupa a los riojanos. No hace
falta ser muy aviesos para adivinar que no va a ser el IPC –porque si hubiera
sido así quizá no se publicase o quizá se publicase otro día-. Es decir, se
hace competir la información sobre el IPC con otra de gran gancho popular que
titulan así: "Paro y sanidad son los problemas que más preocupan a los
riojanos". ¡Cualquiera se entretiene en hacer el tonto ese día mirando la
información sobre el IPC, algo que ya vemos que no preocupa nada a nadie¡
En la página 7 nos encontramos como viene siendo
habitual una información sin firma –firma Redacción-, por tanto sin experto,
tratada a toda plana con un tercio de publicidad, pero, como también viene
siendo habitual, titulada a dos columnas –reducida su importancia titular-.
No se habla de precios en el titular, y dos de las
cuatros líneas, las dos primeras, no dicen nada: "La Rioja cerró el
2001/con una inflación del / 3´6%, 9 décimas más / que la media nacional".
Recordemos que el funcionamiento del titular en
periodismo tiene una economía del interés muy comprimida, hay que expresar
mucho en poco y procurando poner lo importante cuanto antes y de forma directa
y clara, sin perder espacio ni palabras en rasgos obvios.
Pues bien, según esa lógica general del periodismo,
este titular no informa sino que esconde –no vamos a decir que
intencionadamente- el dato más importante: los precios han subido, más en La
Rioja que en España, más que lo previsto, más a pesar de que la economía ha
crecido menos, más que en Europa... Y el titular esconde ese más en el medio de
sus cuatro líneas y lo aplica a la palabra décimas, es decir lo que se agranda
es lo pequeño, o sea, casi nada a fin de cuentas.
En toda la noticia no se relacionan los datos con
ningún otro parámetro económico, ni se trazan consecuencias o repercusiones.
Las únicas referencias se hacen con datos del IPC de otros ejercicios, algo
lógico y común cuando se trata del año anterior o de plazos largos que permitan
ver tendencias, pero algo tendencioso cuando se trata de buscar un año peor de
referencia para poder decir que algo ha mejorado. Y eso es lo que hace este
diario, compara el dato con el del año anterior y luego acude a 1999 para decir
que respecto al 99 se ha mejorado.
La contextualización por tanto no se da, el dato
del IPC no sale de su hermética cárcel conceptual: no se le permite tener
repercusiones en ninguna faceta de la vida social o económica del país o de la
región; y así es imposible valorar si se trata de un dato que pueda alegrar o
preocupar, o al menos alegrar o preocupar a algunos. Y esta falta de contexto
se aliña además con una falta de lógica referencial, pues tan pronto se habla
de la relación con los datos nacionales como de la relación con los datos
regionales del año pasado, y sin cambiar de párrafo ni mediar explicación
alguna.
Como haciendo un exceso de pluralismo, se acompaña
de un despiece titulado: "El Gobierno, optimista; los agentes,
preocupados". En este apartado se supone que se recogen lecturas que darán
a los lectores puntos de referencia para poder hacerse una opinión sobre lo que
significan estos datos del IPC, pero, ¡qué mala suerte!, la primera valoración,
la del presidente del
Gobierno regional se mezcla con la del Gobierno regional (sí, la del presidente
del gobierno y la del gobierno, lo hemos escrito bien) que dice como lo mismo
pero un poco lo contrario y además enlazado con un aunque. Veamos: “El
presidente riojano, Pedro Sanz, admitió ayer que la subida de precios
experimentada el año pasado en La rioja “no es buena”, aunque desde el Gobierno
regional se considera que el dato de inflación se puede calificar como
razonablemente positivo”. La lectura...” En resumen, que el Gobierno dice una
cosa y también la contraria, así es que el que
quiera entender que entienda ¿no?
En la página de Economía del mismo diario La Rioja
el tratamiento periodístico de los datos del IPC vuelve a mostrar vicios
informativos que ya hemos analizado en las páginas de información regional del
año 2001: una información de compañía en la que se habla de algo que va muy
bien, en este caso ayudas a la vivienda, o sea una información de compensación,
para consolar y distraer: “El nuevo Plan de Vivienda prevé ayudas por valor de
17.188 millones de euros”.
En la página de Economía del diario La Rioja, la
página especializada, la información sobre IPC va firmada por agencia, tampoco
hay un redactor del periódico que firme. Por eso, claro, lo que se ofrece en
forma de noticia o información objetiva es en realidad una opinión enmascarada
ya que en el 80% del texto se habla no del IPC sino de lo que dice el secretario
de Estado de Economía sobre el IPC. No
se citan más fuentes, así es que se entiende que en el 20% restante, también de
lo que dice el mismo secretario de Estado, José Folgado, o Folgado a secas. Es
decir, como información se presenta lo que dice el Gobierno y como opinión todo
lo demás. Al parecer, la verdad tiene autores y, qué casualidad, siempre los
tiene en el Gobierno. Al lado aparece una columna en la que se recogen las
opiniones de los sindicatos, pero ahora el lector que se aventure a leer esta
columna ya entrará en la información avisado de que se trata de la versión de
los sindicatos, cosa que no ocurre cuando el lector entra en el espacio
dedicado a la opinión del Gobierno, porque esta opinión se ofrece como purita (y objetiva, imparcial, neutral...)
información, aunque no sea mas que la versión oficial; allí no dice el titular
"El Gobierno dice que los precios tal y tal...", pero aquí si
dice", CCOO y UGT denuncian la pérdida tal y tal..."
Para cerrar el análisis de las informaciones
relacionadas con el IPC aparecidas en el diario La Rioja en enero de 2002 vamos
a fijarnos en los titulares aparecidos en día 21 de enero. Según el diario El
Correo: "Más de 25.000 trabajadores pierden poder adquisitivo con el IPC
de 2001". Pero el diario La Rioja no nos presenta a esos trabajadores como
personas que han perdido algo o han sido perjudicadas, por el contrario los
presenta como personas que van a recibir una compensación. Para cerrar el
análisis de las informaciones relacionadas con el IPC aparecidas en el diario
La Rioja en enero de 2002 vamos a fijarnos en los titulares aparecidos en día
21 de enero
Publica el diario El Correo a cuatro columnas en
página 3 (página en la que no pueden ser más grandes las informaciones porque
se trata de la página que abre la sección regional y lleva siempre un sumario
de promo): "Más de 25.000 trabajadores pierden poder adquisitivo con el
IPC de 2001". Se trata de una información que trata conjuntamente los
datos de variación del IPC y sus repercusiones sobre el poder adquisitivo de
las rentas del trabajo, es decir, que informa sobre el significado del IPC.
El diario La Rioja ha optado sin embargo por una
fórmula de disección del significado, separación de las causas y consecuencias,
alejamiento de los datos y sus efectos: un día informa sobre la variación del
IPC (que ha sido negativa para los intereses de quienes viven de las rentas del
trabajo) y días después, informa de los efectos de esa variación. Es decir,
evita provocar en los lectores un enfado doble: que suben los precios y que se
daña a los trabajadores. El diario La Rioja no “cuida” mucho a los lectores.
Por eso convierte la noticia que dio El Correo (25.000 trabajadores pierden
poder adquisitivo con el IPC de 2001) en una noticia sobre una acción positiva
que llegará en el futuro: "23.200 trabajadores riojanos, pendientes de que
se les resarza por el desvío del IPC". La Rioja ha convertido una noticia
de un agravio en una noticia sobre una acción compensatoria, eso sí, en un
titular minimizado a dos columnas para presentar una información que va a toda
plana con media de publicidad. La Rioja ha eludido informar de un agravio a los
trabajadores hasta que no ha encontrado la forma de nombrar ese agravio ya
enmascarado con la fórmula de solución, ha evitado informar de un mal pero
ahora no evita informar del remedio.
En la Rioja nunca aparecen males sin remedios,
podemos pensar. El asunto es ¿no aparecen porque todos los males los remedia la
acción del Gobierno, o no aparecen porque si no les pone remedio el Gobierno no
se habla de ellos? En todo caso, La Rioja informa preferentemente de las
acciones del Gobierno, no de los males. El mundo que refleja La Rioja es un
mundo siempre asistido por el presidente del Ejecutivo regional, es un
mundo-versión, versión gubernamental, claro. Y por supuesto un mundo donde todo
va bien, excepto lo que hacen los malos –los que no son gobierno ni primos del
gobierno-.
FEBRERO
Lo incomprensible no se comprende, ni La Rioja
intenta explicarlo.
En febrero se producen varios hechos infrecuentes.
Uno de ellos totalmente nuevo: el INE (Instituto Nacional de Estadística) ha
cambiado el método de medir el IPC. Este hecho acarrea otros que también son
infrecuentes: la información sobre IPC del mes se publica muy tarde, casi a
finales de mes (el 22 la publica el INE y el 23 los periódicos), cuando
habitualmente este dato se hace público el 12 o el 13 de cada mes. En enero ha
entrado en circulación el euro como moneda única, por tanto es el primer IPC
del euro. Además también en enero los
ciudadanos han empezado a pagar una serie de subidas de precios gravados por
impuestos, es decir, subidas fiscales: nuevo impuesto sobre carburantes, nuevas
tasas sobre transporte aéreo y de ferrocarril, incremento de impuestos
especiales sobre el tabaco y las bebidas alcohólicas y una subida del IVA sobre
el butano y las autopistas.
Este es el marco que provoca que la información de
febrero sobre IPC de enero sea distinta y tenga puntos de interés no
habituales, , cómo no, genere polémica,
pues los precios medidos por un sistema no son comparables con los precios
medidos por el otro sistema, y el significado del IPC depende precisamente de
su valor relativo (depende de si sube, baja o se mantiene). En resumen el IPC
es un dato relativo y requiere ser relacionado para poder ser entendido.
Relacionado con otros momentos, otros productos, otros sectores, otros
países... Es un dato dependiente y complejo que no contiene un sentido aislado
sino un sentido en relación con otros datos –a pesar de que el diario La Rioja
se empeñe en mostrarlo como un dato inconsecuente, un indicador decorativo que
se puede comparar sólo consigo mismo y que duerme en el limbo, al margen de la
vida, de la realidad y de los problemas de la gente común-.
En enero se ha calculado el IPC midiendo el precio
de productos que antes no se tenían en cuenta, se ha cambiado la importancia o
el peso que se le asigna a cada grupo de productos a la hora de calcular el
resultado final del IPC, se han incorporado los precios de los productos que
están en rebajas –algo que nunca se había hecho antes- y se ha ampliado el
universo de recogida de datos. Por tanto, es difícil establecer una comparación
entre el IPC medido con el método de
antes y el medido con el método de ahora. Y además, el INE no publica los
precios reconstruidos para poder tener la secuencia de ambos procedimientos
(algo que sí hizo cuando cambio el método de la EPA –encuesta pública de
empleo) y con ella poder apreciar la evolución de los precios.
Pues bien, ese es el escenario sobre el que se
informa del lPC de enero. Y ¿qué datos se tienen? Pues que a pesar de las
subidas de precios por los impuestos, y a pesar del redondeo impuesto por el
cambio de moneda, el IPC nuevo baja, aunque en ese mismo mes sube y mucho en
todos los demás países de la zona euro (0´9% en Alemania). Todas las
previsiones de expertos sufren un vuelco.
Es difícil en este escenario eludir la
controversia, la polémica, el descontento generalizado (oposición, sindicatos, consumidores,
expertos, analistas...). Nadie rechaza el nuevo sistema de medición, al que
desde todas partes se le reconocen cualidades más precisas para medir en
adelante los precios. El rechazo, la crítica, se dirige al hecho de que el INE
no publique datos en los dos sistemas para poder medir la evolución real de los
precios. La crítica reinante responde a que no se hayan facilitado herramientas
para poder saber realmente cómo han subido los precios y, a falta de esas
herramientas, haya que “tragarse” que han bajado una décima. La crítica va
hacia la maniobra del Gobierno de enmascarar su subida de impuestos haciéndola
coincidir con la implantación del euro y el nuevo sistema de medida del IPC.
En definitiva: se vive un momento de escamoteo de
la información sobre IPC, un momento raro, insólito, en el que abundan datos para sospechar que el
cambio de sistema impide apreciar verdades importantes. La información
escamoteada sería la cifra o la medida de
cómo ha afectado a los precios, al coste de la vida, la política de
subida fiscal que ha impuesto el Gobierno. Pero ese dato queda ocultado en
medio de esta confluencia de circunstancias novedosas. Hay un efecto de
invisibilidad, y es objetivo. Lo especulativo es afirmar que se debía a una
alevosía y premeditación del Gobierno para hacer coincidir el cambio con los
impuestos nuevos y rebajar la
factura de impopularidad para el
Gobierno que siempre conllevan los incrementos de presión fiscal.
Resumiendo:
-
la noticia esta vez está
en el método, en la novedad y en la polémica levantada.
-
el dato del IPC de este
mes no sirve como dato relativo, por tanto, no sirve para lo que debería
servir.
-
el dato de los efectos
de la política fiscal del gobierno queda oculto.
Veamos cómo titulan El País y La Rioja, el día 23
de febrero:
-
El País: "El nuevo
sistema del IPC impide conocer el impacto del euro en la subida de los precios.
El nuevo IPC impide ver las subidas del euro. El cambio de metodología y las
rebajas enmascaran las alzas de impuestos y el ‘efecto euro’.
-
La Rioja: "La
inclusión de las rebajas desvirtúa el IPC de enero, que cae siete décimas. Las
ofertas y las rebajas reducen inesperadamente el IPC riojano de enero. Las
rebajas neutralizan las fuertes subidas de precios en enero y el impacto del
euro".
Resultaba ineludible hablar de la novedad del
método y de sus efectos distorsionadores de cualquier comparación. Tanto El
País como La Rioja han incluido este matiz, si bien es cierto que La Rioja
evita hablar del nuevo sistema y carga el énfasis sobre la inclusión de las
rebajas.
El dato no sirve comparativamente, este es un hecho
que ya no lo vemos reflejado en ambos diarios: sobre el método nuevo, la
invalidez referencial del dato y la falta del dato correspondiente útil, La
Rioja no dice nada, solo habla de reducción inesperada y de que la bajada ha
sido en La Rioja de siete décimas, pero ha sido, es decir, la da por válida. No
habla La Rioja de que este mes no se puede medir la variación de precios
respecto al año anterior. La Rioja, ya sabemos, no habla de problemas que
puedan inquietar a la ciudadanía, y para evitar hablar de ellos si hace falta
ni los ve.
Y por último: la estrategia enmascaradora del
Gobierno. No hace falta decir que leyendo La Rioja nadie va a reparar en este
pequeño detalle de cómo el Gobierno ha procurado ocultar el daño económico de
su subida impositiva –este Gobierno, no se olvide, trata de hacer bandera de la
suavidad fiscal, trata de erigirse ante los electores como adalid de la
abolición de los impuestos, aunque, como se puede saber, con él ha subido la
presión fiscal, aunque eso sí, por la vía indirecta-.
En La Rioja no se ve lo que el Gobierno ha
procurado que no se vea, y si alguien esperaba lo contrario ya a estas alturas
del análisis es que, sinceramente, es un cándido.
Y antes de pasar al siguiente mes fijémonos en un
dato: en febrero el redactor jefe de regional firma la información sobre el
IPC, una información que esta vez va en página 2 y 3 y que dedica un amplio
espacio a describir el procedimiento de medida del IPC y que recoge –algo
también insólito- las opiniones de un experto, Julia Villafaña, delegada del
INE en La Rioja. Con tal de ocultar el punto tres de los que reseñamos al
principio del análisis de febrero –es decir, la responsabilidad del Gobierno-
La Rioja hace lo que sea, incluso las cosas casi como mandan los manuales del
periodismo informativo. Pero tampoco se hagan ilusiones los lectores, pues con
la información que ofrece en sus textos este diario no hubiera sido ni siquiera
posible redactar este apartado del análisis.
En febrero por primera vez el asunto IPC va en
página 2 y 3, posición destacadísima. Se trata de un rasgo que no encontramos
en ninguna otra ocasión en el periodo que hemos analizado. Esas páginas van a
llegar al máximo número de lectores ( a más lectores que las páginas 4, 5, 6 y
etcétera. Ninguna subida de IPC, ni grave, ni fuerte, ni dañina, ni desmedida,
ni especialmente agravante para los
riojanos, ninguna subida ha ocupado nunca un lugar tan destacado en este diario
(a pesar de todas las repercusiones que sabemos que tiene el asunto).Pero este
mes se le concede al IPC un lugar
destacado. Y ¿cómo ha sido el índice ese mes? Un índice de bajada de IPC. El
diario no ha tenido razones esta vez para esconder la información en página 8
entre los breves y con titular bajo gráfico. Él sabrá por qué.
Tenemos que señalar además que en la página 30, en
la sección de economía, la entradilla empieza señalando la subida de precios de
transporte urbano, calefacción, carburante, teléfono... Pero en ningún momento
se habla de la incidencia de la decisión fiscal del Gobierno sobre estas
subidas. Es decir, que en esta sección especializada se informa un poco más que
en las páginas de Región, pero siempre respetando mucho la membrana protectora
que deja intocado al intocable. Y la cuestión es ¿puede una información o un
informador veraz y riguroso detenerse, marcar un límite, en la línea donde los
datos pueden perjudicar el prestigio del Gobierno? ¿Es el prestigio del
Gobierno un criterio informativo o ético que pueda poner límites a la actividad
de informar con rigor? ¿Acaso no tiene el Gobierno sus medios para proteger su
prestigio ante los ciudadanos, por ejemplo haciendo una buena gestión de los
intereses públicos y colectivos? Si un dato veraz y contrastado daña la imagen
pública de un Gobierno no es asunto que deba limitar la actividad informativa.
Ese el punto de vista de este análisis, pero parece que el diario La Rioja no
lo ve así.
MARZO
Si el dato es bueno, hacemos periodismo; si no,
‘propagandismo’.
Nuevamente el IPC registra descensos. Esta vez es
tan sólo una décima para La Rioja. El IPC nacional se mantiene estable.
El diario El País dedica bastante atención a un
parámetro del que no se habla en las páginas de Región de La Rioja: se mantiene
la inflación pero se aumenta el diferencial con al zona euro. Sin embargo este
dato no nos resulta muy útil para nuestro análisis porque se trata de un
aspecto del IPC totalmente pertinente para un diario nacional, pero que no
encaja en el ámbito de las páginas de información regional, por tanto un
aspecto lógicamente ausente de las páginas del diario La Rioja que estamos
analizando, y a quien en este caso no podemos atribuir una selección
tendenciosa de los contenidos.
Pero vemos otros aspectos que no parecen tan
inocentes ni tan explicables desde la lógica del equilibrio informativo:
-
El 14 de marzo, la
información sobre el IPC en el diario La Rioja va firmada. Al igual que en
enero, cuando el dato es “bueno” emerge el autor.
-
¿El dato es bueno? Pues
sí, se nos dice en la entradilla nada más empezar: “El nuevo sistema de
medición de precios del Instituto Nacional de Estadística repitió buena noticia
para La Rioja...”.(Decir "buena noticia" es dar una opinión). Sorprende que se califique al
dato de bueno porque no se hace lo mismo cuando no es bueno, es decir, cuando
ha sido malo y muy malo, como hemos visto en 2001. Y también sorprende que se
recuerde que también fue bueno el mes anterior (El titular dice "repite
buena noticia," y "Tras el descenso de siete décimas en enero,
febrero registra tal y tal" ). Sorprende que se califique de bueno, y que
se duplique esa calificación, porque cuando el dato ha resultado negativo para
los consumidores, e incluso muy negativo, no se ha calificado de malo, y mucho
menos se ha recordado un mes después lo malo que fue. La repetición y la
reiteración del mal dato no se ha practicado en el diario La Rioja en los meses
que hemos analizado, no se ha recordado ni se resaltado nunca. La regla
deducible debe de ser: las buenas noticias se dan dos veces, las malas, se
disimulan.
-
En la misma línea
sorprende que se dedique un despiece a “El precio de la vivienda se ralentiza”
porque cuando se encarecía mucho no se decía mucho, e incluso se colocaban
declaraciones del presidente del Gobierno regional destacando otros
encarecimientos que no fuesen el de la vivienda.
-
Es reseñable también que
se utilice la palabra precios en el titular, pues este término –tan sensible
popularmente- suele evitarse cuando se trata de informaciones que hablan de
subida del IPC.
-
El titular de la sección
económica (página 28) ilustra una vez más esa tendencia a seleccionar los
elementos de estabilidad para los títulos. En un mes en el que se habla de un
aumento de precios de una décima, el diario elige empezar el título resaltando
que la inflación interanual se mantiene (un dato que en otros diarios es
parcialmente discutido pues tal estabilidad depende parcialmente del cambio de
método de medida del IPC, ya que la inflación interanual implica controles de
precios anteriores a la implantación del nuevo sistema).
Silencios clamorosos, desvíos de atención,
insistencias sospechosas en aspectos positivos y/o no centrales... El mes de
marzo no nos dice mucho nuevo sobre cómo abordar el IPC cuando airearlo es
favorable, tan sólo nos ilustra una mecánica: con el dato que sí interesa al
editor se hace lo contrario que con el dato que no interesa, es decir: hay, o
se maneja un manual de buen periodismo para unos datos y hay, o se maneja, otro
manual de buen periodismo para otros datos. A esto se le denomina: periodismo
variable. Y La Rioja es una ejemplo paradigmático de este arte desinformativo,
como vemos.
El análisis de marzo lo vamos a cerrar con un
detalle comparativo. Frases como esta, del diario El País, no abundan en las
páginas de La Rioja: “Febrero suele ser un mes con subidas relativamente suaves
en precios, con subidas en torno a una décima en relación a enero. Este año la
subida ha sido también ...”. Este tipo de datos son los que nosotros decimos
que contextualizar la información sobre el IPC y que permiten al lector
entender el dato puro del índice de cada mes. El lector no puede leer sólo
datos de una información como la que nos ocupa, especializada, porque entonces
no sabe qué pensar sobre el asunto. El lector necesita orientaciones,
comparaciones, parámetros de referencia, contexto en definitiva, para poder
valorar si el porcentaje que marca el IPC de cada mes es normal, alarmante,
preocupante, refleja buen estado o malo de la situación económica, le afectará
de forma grave, debe prevenirse... en fin, las consideraciones habituales que
hacen que la información sea de verdad información y garantice que sirve para
formar ciudadanos democráticamente sanos, capaces de apreciar el valor o el
error de la gestión de un equipo de gobierno a fin de reiterarle o retirarle su
voto.
ABRIL
Por si cuela, ponemos cerca un chivo, y si alguien
pica, pues entonces es que el chivo era chivo expiatorio.
Sube el IPC, y entonces el diario La Rioja recupera
la denominación técnica, sube el IPC, dice,
–no los precios-.
El dato vuelve a ser malo desde el punto de vista
del poder adquisitivo de los trabajadores y pensionistas. La Rioja se sitúa a
la cabeza de las comunidades más caras.
Y pese a todo, el diario no ceja en su afán de minimizar la gravedad.
Véase como comienza el cuerpo de la noticia: “En cualquier caso, los datos
facilitados por el lnstituto Nacional de Estadística (INE) dicen también que La
Rioja es una de las regiones que mejor comportamiento de precios ha
experimentado durante marzo.
No nos vamos a entretener en otros detalles porque
sería reiterar observaciones ya hechas. Tan sólo destacaremos que –por
casualidad de la agenda de declarantes políticos o por intención calculada, no
los sabemos ni nos afecta expresamente- la información de la columna que
acompaña en la misma página a los datos sobre IPC se titula así: "36
comercios inspeccionados en rebajas presentaron irregularidades". Y el
texto es una especie de regañina inculpatoria dirigida en público a los
comerciantes y a sus maneras de fijar, informar o anunciar los precios. La
relación que se puede establecer entre ambas noticias ciertamente será ya
asunto de cada ojo lector, pero no deja de ser llamativo que al lado de una
información sobre precios que puede disgustar al lector aparezca esta especie
de rapapolvo a los comerciantes. ¿Sería mucho atribuir a esta casualidad
fortuita un intento velado de desviar las culpas o señalar disimuladamente posibles
chivos expiatorios? Sí, quizá sería mucho, así es que nos abstendremos porque
además, ocurre que el diario ha despreciado –es decir, no ha apreciado- una coartada técnica y de apariencia neutral
que le hubiera permitido haber resuelto el problema del chivo expiatorio de
forma objetivamente no interesada. Ocurre que en marzo –mes al que es refiere
la información de abril- han terminado las rebajas y ha caído la Semana Santa
(periodo vacacional primero de la temporada respecto al cual está comúnmente aceptado
que suban los precios). Pero La Rioja no dice nada, no le atribuye ninguna
responsabilidad al asunto. Quizá porque para eso hace falta un redactor
especializado, y en el diario La Rioja vuelve a firmar la información nadie, es
decir Redacción. Se obcecaron con los comerciantes y tenían a mano a la más
santa de todas las coartadas, la Semana Santa.
Esta interpretación de la subida sí la podemos
encontrar sin embargo en el diario El País; un hecho que nos demuestra que su
talante explicativo de los datos se mantiene tanto para desenmascarar las
razones de las supuestas bajadas de precios como para reseñar las causas
lógicas de las subidas, en un ejercicio de profesionalidad que merece ser
remarcado.
Por último observamos que dos páginas más adelante
La Rioja habla de la subida de precios de la vivienda, una vez más alejando la
información IPC de su relación con otros aspectos de la vida cotidiana. El IPC
sigue en el limbo informativo dentro de este diario, el precio de la vivienda
(cuando sube) no tiene nada que ver con él. Podríamos preguntarnos por qué
cuando hay breves sobre subvenciones para vivienda sí lo ponen cerca del dato de IPC. Pero teniendo
mayo al caer ya no nos lo vamos a preguntar.
MAYO
El uso forzado de titulares forzados.
El análisis de las informaciones del mayo no nos
aporta grandes novedades sobre las rutinas informativas del diario que estamos
analizando. Se repiten rasgos que ya hemos señalado y que vienen siendo
reiterados:
-
No hay firma.
-
No aparece la palabra
precios en los titulares porque se trata de un mes en que el IPC ha subido.
-
No se analizan las
razones de la subida, sólo se identifican los sectores más inflacionistas.
-
No se contextualiza la
información ni se explica el comportamiento de variables que influyen y
determinan las variaciones de los precios.
-
El Gobierno no aparece
para nada relacionado con ninguna responsabilidad sobre la situación.
-
El dato no coincide ni
responde a las expectativas de los analistas pero no se contrasta con ningún
analista ni se consulta a ningún experto.
El índice ha subido 1´4% para la media nacional y
para La Rioja. Un incremento así de alto en un solo mes no se conocía desde
hace diez años. Los expertos hablaban de una subida esperada de 0´6, pero la
previsión no se cumple. También se ha
rebasado ya con este dato de abril la previsión del Gobierno para inflación
acumulada del 2002 (fijada en un 2% y actualmente ya situada en el 2´1%, y
faltan ocho meses todavía para finalizar el cómputo del año). Se trata además
de una subida que desborda el comportamiento que suele registrarse en este mes.
Y no se le puede echar la culpa a la Semana Santa porque la Semana Santa ya
cayó en el mes de abril y es una semana que no tiene de momento la capacidad de
ocurrir dos veces en el mismo año. Y además, como acabamos de señalar en el
análisis del mes anterior, ya se les escapó la oportunidad de utilizar la
Semana Santa como coartada explicativa para la subida del mes marzo.
Vamos a fijar nuestra observaciones de este mes en
tres aspectos:
1.
El papel del Gobierno no
aparece por ningún lado. IPC autista.
2.
El titular utiliza un
verbo (forzar) que neutraliza o confunde.
3.
La comparación con los
titulares de los otros dos diarios que estamos utilizando deja a La Rioja fuera
de contexto.
En todo el texto, incluidos titulares, no aparece
ni una sola referencia al papel de la política económica que aplica el
Ejecutivo. Algo insólito, pues además se trata de al información sobre los
precios de un mes en el que han entrado en vigor impuestos establecidos por el
Gobierno, un gobierno, no lo olvidemos, que ha decidido volcar la carga
impositiva fiscal sobre los impuestos indirectos, los vinculados al consumo, es
decir, los impuestos que se pagan de forma camuflada dentro del precio de los
productos o servicios. Pues bien, también el diario La Rioja ha decidido
informar de forma camuflada, y habla de la subida del tabaco o del transporte,
sin hacer referencia alguna a las tasas e impuestos que gravan algunos de esos
productos o servicios. Subidas por tanto vinculadas a decisiones económicas del
Gobierno, de las que el diario La Rioja nunca dice nada. Gobierno que camufla
impuestos y diario que camufla acciones de gobierno, el tandem parece que
encaja.
El titular de la página (5) de la sección riojana
dice así: "El encarecimiento del vestido y el calzado en abril fuerza un
alza del IPC regional del "1´4%.
Efectos de esta redacción:
-
Contiene una deducción
implícita : salvo el calzado y el vestido, lo demás, bien. Focaliza la
atención, y por tanto la desvía de ciertos ángulos, que, lógicamente, quedan en
sombra, enmascarados. Ya tenemos culpable de la cosa, no hay que buscar otro.
-
“Fuerza un alza del IPC”
además de rebuscado y de ser una forma tortuosa de transmitir una idea, produce
un efecto de confusión: ¿quiere decir que si no es por eso el IPC no hubiera
subido? ¿quiere decir que el IPC iba a bajar pero que por ellos subió? ¿qué quiere
decir “fuerza”? Frente al concepto fuerza, o forzar, se presenta en nuestro
entendimiento el concepto no forzado, natural, relajado. Y ese es el concepto
que se traslada: si no fuera por el calzado y el vestido, todo bien. Con lo
cual, los precios elevados por las tasas e impuestos, ni aparecen en la mente,
quedan muy lejos del escenario conceptual que el titular propone.
Y en tercer lugar, la comparación. El País resalta
en la información del IPC la incidencia del euro y los impuestos: "El euro
y la subida de impuestos disparan la inflación hasta el 3´6%". Y El Correo
directamente habla de las repercusiones sobre el poder adquisitivo: "UGT y
CCOO exigen la cláusula de revisión salarial en los convenios. Los empresarios
califican de ‘escandalosa’, negativa e inesperada la subida de precios del 1´4%
en La Rioja durante el mes de abril". Pero el diario La Rioja no sólo
elude esos dos aspectos del dato sino que además ni los contempla en el
desarrollo de la información. El IPC para La Rioja sigue en el limbo.
JUNIO
Desentendimiento absoluto: firma Agencias.
Llegamos al último mes de nuestra observación. Y
nos encontramos un rasgo formal nuevo que a primera vista atrapa nuestra
atención: no es que ningún periodista firme la información sobre IPC de las
páginas de región del diario La Rioja, es que ya directamente la firma es
Agencias. El desentendimiento del diario con estas informaciones de carácter
económico llega a su máximo grado permisible. La Rioja ha dejado una página a
la voz de otros medios informativos (las agencias) –o al menos eso indica la
firma-.
Encontramos la información en página 4, a toda
plana pero titulada a cuatro columnas y bajo los gráficos. Se trata de una
composición un tanto tortuosa, que ha colocado la cabeza en el lugar del ombligo,
pues el titular es lo primero que se lee y lo primero que busca el lector, y en
es esta página no lo encuentra de forma automática en el lugar previsible. Las
malas noticias La Rioja no suele, por lo que vemos, ponerlas de forma muy
visible.
Veamos cuáles son los datos: el IPC nacional,
catastrófico, con una subida del 0´4%, una esperanza de doblar a final de año
la previsión del gobierno (previsión es del 2%, el índice acumulado está ya en
el 2´5% y las previsiones especializadas hablan de cerrar el año en el 4%).
También la inflación subyacente ha rebasado una barrera psicológica, la del 4%,
pues está en el 4´1% (el peor dato desde que gobierna el PP, es decir, desde
1996). Y el diferencial con la zona euro se ha disparado hasta la cota más alta
desde que se creó la unión monetaria en 1999: está en el 1´7%.
La Rioja no difiere mucho de este panorama: el IPC
regional crece el 0´5%, la tasa interanual alcanza el 3´7%, y el acumulado
ronda la barrera marcada por el Gobierno (cuando aún falta más de medio año
para cerrar el ejercicio), está en 1´8%. Resulta relativamente favorable que el
acumulado vaya por debajo de la media nacional pero es un dato cuyo consuelo se
desmonta cuando se mira el índice interanual, que ha crecido también desde
abril.
El titular es casi calcado del mes anterior:
"El IPC crece en La Rioja el 0´5% por las subidas de precios en ropa y
calzado". Se habla de los mismo, la subida mensual del índice, y se señala
a los mismos culpables.
Y el tratamiento es semejante a los que ya nos
tiene acostumbrados: no hay explicación, no hay razonamientos, no hay
consecuencias, no hay referencia fuera de las propias variaciones internas
entre índices de distintas fechas. Es el globo flotante e impermeable del IPC
flotando sobre la información de la comunidad de La Rioja. Esa esfera cerrada
que no tiene nada que ver con nada ni con nadie, esa especie de juego de cifras
que más que información se ofrece casi como un espectáculo.
Pero junio nos trae una novedad: hay una información
de complemento con datos del IPC nacional, o sea, el tipo de datos que se
encuentran treinta páginas más adelante habitualmente, en la sección
especializada de Economía de este diario. Este trasplante informativo así
hecho, con distinción, en un aparte, denota más un agotamiento y una falta de
recursos que un afán de completud informativa, pues lo lógico sería, lo
profesional, que el redactor del texto fuese capaz de insertar los datos
(nacionales, regionales, e incluso europeos si procediese) en la redacción de
la noticia, de modo que permitiese al lector establecer las pertinentes
conexiones entre los índices de los distintos ámbitos. Los datos, y sobre todo
los económicos, son piezas de un puzzle que sólo los expertos comprenden y sólo
ellos pueden explicar a los profanos. El diario La Rioja, en esta página de 14
de junio de 2002 parece haber tirado la toalla totalmente pues ni siquiera se
ha dignado a hacer una redacción propia de la información. La rutina, la
complejidad, o el sentimiento de absurdo que produce elaborar información al
servicio de un encubrimiento, han hecho naufragar el modelo informativo de
periodismo de calidad. Lo que queda es puro galimatías, muy ilustrado, con
mucho dato porcentual, pero carente de sentido.
El País dedica a la información doble página
agrupando los distintos textos bajo un cintillo que dice "Empeora la
coyuntura". La noticia principal la presenta con este titular: "El
diferencial con la zona euro marca un máximo histórico al subir los precios un
0´4%". Y además coloca al lado una columna bajo el título: "Aluvión
de críticas a la política económica".
En La Rioja ni se toca la política económica, ni se
dice ni se ha dicho nunca que el IPC tenga nada que ver con política ni con
ninguna decisión del Gobierno. Quizá por eso, en una situación tan alarmante,
este diario de provincias ha optado por hacer mutis por el foro en su
obligación de informar con garantías de calidad sobre esta parte de la cara
económica de la realidad.
Recapitulando:
§
No coherencia con datos
de otras ediciones, no continuidad.
§
La verdad y la versión
del Gobierno no se distinguen.
§
No se contextualiza ni
se dan datos para interpretar el dato, no se relaciona con otros aspectos de la
vida económica, social o laboral. No se pueden entender las variaciones del
IPC.
§
No se firma (firma el
Gobierno, pero esa firma se enmascara bajo la rúbrica Redacción o Agencia tal).
§
Focalización de noticias
y de sumarios sobre asuntos que desvían la atención y evitan reparar en los
puntos frágiles de la gestión del Gobierno. Con lo cual se introduce un
criterio a la hora de tratar la
información que no es informativo, que no es periodístico, sino que es un
criterio de protección de la imagen pública del Gobierno, o sea, un criterio
político que envenena el periodismo de servidumbre hacia el patrono económico
que paga la publicidad que mantiene al diario y que protege los movimientos
empresariales de los dueños del grupo editorial.
§
Las informaciones
compensatorias o de chivo expiatorio. Desinformación inducida.
§
Redacción equívoca de
titulares.
CONCLUSIONES
En la sección anterior hemos recopilado las
observaciones más destacadas al final de cada una de las dos secciones. En esas
recapitulaciones se anticipan ya las conclusiones que este análisis ha alumbrado.
Por eso no vamos a repetir los puntos que ahí se recogen, y que hemos procurado
presentar en una enumeración señalizada para que sean más fácil de localizar y
repasar.
En nuestro apartado final de conclusiones vamos tan
sólo a condensar las repercusiones de todos esos rasgos agrupados que hemos
visto.
El diario La Rioja incluye información de contenido
económico en sus páginas de información general sobre la región. Es el caso de
la información sobre IPC, un tema que se convierte en noticia cada mes, que
tiene gran repercusión popular, que representa un indicador importante para la
coyuntura económica, y al que sin embargo el diario La Rioja no dedica ni el
trabajo de un redactor especializado. Por tanto es un tema periodismo
especializado que La Rioja trata no trata como tal y esta desatención produce
una información de escasa calidad, inútil por su falta de contextualización,
confusionante y a veces claramente tendenciosa.
La Rioja se limita a presentar el dato del IPC
refiriéndolo sólo a sí mismo, es decir, ocultando o impidiendo que se vea que
tiene relación con asuntos como por ejemplo:
-
El margen de beneficio
de los empresarios distribuidores o productores.
-
Los impuestos que graban
los precios, por tanto, relación con las decisiones del gobierno, por tanto,
relación con la política.
-
La aceleración o
desaceleración económica.
-
La presión de la
demanda.
-
El poder adquisitivo de
las rentas del trabajo y las pensiones.
-
La capacidad competitiva
de las producciones nacionales, intercambios comerciales y exportaciones.
-
Las subidas o ajustes de precio de loso
contratos oficiales y tantos otros contratos referenciados en el IPC.
Ninguno de estos lazos son explicados o señalados
en las páginas de La Rioja que hemos analizado. Ninguno de estos lazos, ninguna
de estas repercusiones, se explica, ni es fácil que un lector no prevenido las
advierta si lo único que lee sobre el IPC es lo que La Rioja publica en su
sección de región.
Por tanto puede que La Rioja en este caso
entretenga a los lectores, pero no es fácil que les informe y menos que les
forme o eduque. Las funciones de la información que veíamos en la primera parte
de este análisis quedan totalmente incumplidas en el caso que hemos estudiado.
Las disfunciones sin embargo se cumplen con toda puntualidad.
La desinformación es el principal producto que
generan estas páginas dedicadas al IPC. Razones:
·
Falta de información
para comprender el dato del IPC (acabamos de explicarlo).
·
Datos importantes se
colocan de forma difícil de encontrar, esquinados, enmascarados o disimulados,
bien por el diseño de la página, la ubicación de la información, el titular o
la redacción del texto.
·
Otras veces datos
importantes ni siquiera se citan. Se obvian, se olviden o se silencian
intencionadamente.
·
La versión oficial del
Gobierno se presenta no como versión sino como verdad. Y a la vez sí se marca
como versión la que dan otras fuentes. Versión y verdad sin embargo sólo se
parecen en una cosa: ambas se escriben empezando con uve. Y cuando un periódico
toma como verdad lo que dice una fuente, no lo contrasta, ni lo presenta como
versión (interesada) de una fuente, lo que está haciendo es desinformar, pues
oculta lo más importante de un dato: su autor.
·
Normalmente las
informaciones sobre IPC de esta sección no las firma ningún redactor, son
informaciones huérfanas de conocimiento, son refritos redactados por
profesionales no especializados que no pueden desentrañar el sentido, las
repercusiones, las razones, el contexto que determina tal o cual comportamiento
de los precios. En realidad La Rioja no informa del comportamiento de los
precios, informa sólo de los datos y variaciones de la tabla del IPC. Porque
eso es todo lo que puede hacer quien no
entiende cómo funciona del IPC. Y si alguien no lo entiende, difícilmente puede
explicárselo a otro. Por ejemplo: en febrero los precios suelen bajar, por
determinadas razones estructurales del sistema económico, y si en febrero
resulta que de pronto suben un poco, un periodista entendido señalará la anomalía
y advertirá de que aunque poco es preocupante, pero un periodista no
especializado, que ignore esos rasgos estructurales, puede que enfoque la
información como si presentase un hecho positivo que debe tranquilizar a los
consumidores.
Y por último vamos a retomar nuestra hipótesis: el
tecnicismo y la especialización de la información económica hace emigrar a los
lectores hacia las páginas no especializadas de la información porque allí es
más fácil entender algo.
Nuestro análisis nos ha confirmado varios rasgos
que efectivamente blindan las páginas de economía, las recubren de un halo de
espacio para elegidos.
Según
nuestra hipótesis entonces los lectores de a pie se informan en las
páginas no especializadas. Y ocurre que allí encontramos, hemos encontrado
informaciones económicas, que además no elaboran periodistas especializados. Y
¿qué hemos visto?: falta de claridad, falta de rigor, desinformación y
naufragio de la profesionalidad periodística en aras de una mejor colaboración
con la propaganda gubernamental. En esas páginas rigen más las leyes de la
versión del Gobierno que las leyes del periodismo informativo (en la sección de
análisis de 2002 abordamos esta disfunción refiriéndonos a ella como periodismo
variable, con dos manuales de comportamiento según el dato favorezca o
perjudique a quien nos paga).
Por tanto, los lectores “expulsados” de otras
secciones –los lectores menos especializados, no se olvide, pues por esta razón
van a ser también los más indefensos frente al versionismo informativo- acuden
a beber información a un manantial más fácil y accesible pero también muy
contaminado. Esta es nuestra conclusión.
COCA GARCÍA, C.; DIEZHANDINO, M.P. (1991):
Periodismo económico. Paraninfo. Madrid.
COCA GARCÍA, C.; DIEZHANDINO, M.P. (1997):
Información Económica. Teoría y Práctica. CIMS. Barcelona.
ENCISO RECIO, L.M: (1958): Prensa económica del
siglo XVIII: el correo mercantil de España y sus Indias. Colección de Estudios
y Documentos. Cuadernos de Historia Moderna, número 13. Valladolid.
FAUS, J. (1997):Cómo interpretar la prensa
económica y financiera: guía práctica para la lectura de las páginas de
economía. Ediciones Deusto. Bilbao.
HERMIDA, J.M. (1993): Cómo leer y entender la prensa
económica. Ediciones Temas de Hoy. Colección Bolsitemas. Madrid.
NAVAS, R. (1998): La prensa económica en España:
factores exógenos y endógenos que determinan la crisis de su audiencia.
Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias de al Información.
QUIJANOS, F. (1997): La identidad y la estructura
de un diario económico. Newbook. Pamplona.
ROMERO, V. (1984): Introducción al periodismo.
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VALLS, J.F. (1993): Información económica y
multimedia. Papers ESADE. Barcelona.
VV.AA. (1995): Informar de economía. APIE. Madrid.
VV.AA. (1993): La prensa económica, un valor en
alza. Grupo Nuevo Lunes. Madrid.
VV.AA. (1993): Información económica: poder e
influencia. APIE. Madrid.
FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO DE LATINA EN
BIBLIOGRAFÍAS:
Nombre del autor, 2003; título del
texto, en Revista Latina de Comunicación Social, número 53, de enero-febrero de
2003, La Laguna (Tenerife), en la siguiente dirección telemática (URL):
http://www.ull.es/publicaciones/latina/200353mateos.htm
Revista Latina de Comunicación Social
La Laguna (Tenerife) – enero-febrero de 2002 - año 6º - número 53
D.L.: TF - 135 - 98 / ISSN: 1138 – 5820
http://www.ull.es/publicaciones/latina/200353mateos.htm