De la divergenciaa la convergencia en la

sociedadinformacional: fortalezas y debilidades de un procesoinconcluso

MartínBecerra


Docente e investigador en la Universidad Nacional de Quilmes(Argentina). Este artículo forma parte de la tesis doctoraldel autor, que realiza en la Universitat Autonoma de Barcelona con elapoyo de la Fundación Antorchas
  

1. La convergencia tecnológica, industrial y comercial

2. Informática, audiovisual y telecomunicaciones: testimonios divergentes en la hipótesis convergente.

Notas

Referencias Bibliográficas

 

Resumen: El proceso de convergencia entre las industrias de telecomunicaciones, audiovisual e informática representa un eslabón cardinal en la construcción del modelo de la Sociedad de la Información tal como ha sido definido por organismos como la Comisión Europea o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. En el presente artículo se analizan los niveles de convergencia que exceden la mera aproximación tecnológica, a la vez que se precisa cuáles son los rasgos característicos, en tanto culturas &endash;en algunos casos, centenarias&endash; de producción, distribución y consumo, de las actividades propias de las industrias info-comunicacionales de mayor envergadura. Estos rasgos suponen fortalezas y debilidades en la realización de la convergencia, que no pueden ser soslayados en el proceso inconcluso de cristalización de la sociedad informacional.

Abstract: The emerging convergence process among telecommunications, broadcasting and computing industries is an essential key for the Information Society´s strategy development, designed by the European Commission or the OECD. This article analyses the different levels of convergence among the three industries involved, that cannot be satisfactory explained in a technological point of view. The emerging convergence is a montage of divergent cultures of production, distribution and consumption, in the info-communicational industries. This complex movement implies strengths and weakness that are determining factors for the unfinished process of the informational society´s construction.


1. La convergenciatecnológica, industrial y comercial

La convergencia de lasactividades info-comunicacionales resume, al igual que el concepto deSociedad de la Información, una sofisticada multiplicidad deprocesos y escenarios que se articulan en las tres últimasdécadas del siglo XX. En rigor, el proyecto de la Sociedad dela Información, robustecido durante la década de 1990merced a los programas gubernamentales de las autopistas de lainformación (EEUU, ver Gore, 1994) y la sociedad informacional(Comisión Europea &endash;ver CE, 1994, 1996a, 1996b y 1996c-;OCDE &endash; ver OCDE, 1997), aparece sustentado por la necesidad deprofundizar los procesos de convergencia inicialmentetecnológica y en última instancia social,política y económica. La idea de la convergencia esacuñada, por su parte, como corolario del saltotecnológico que permite integrar progresivamente algunosaspectos de los circuitos productivos de las industriasinfo-comunicacionales.

Sin embargo, la posibilidadde concretar niveles de convergencia en el período posterior ala generación de la industria de la microinformática(esto es: durante los últimos treinta años del sigloXX) entre las industrias info-comunicacionales mástrascendentes1, las telecomunicaciones, la informática y elaudiovisual, representa la necesidad de revertir la lógica queha guiado el crecimiento de estas industrias. En efecto, lasactividades info-comunicacionales han tenido un nacimiento y unalógica de desarrollo diferenciada o divergente a lo largo delsiglo XX. ¿Por qué entonces se invierte la lógicadivergente por una convergente en los finales del siglo?¿Qué incluye y cómo se realizan los procesos deconvergencia?

La idea de la convergenciadescansa en la homogeneización de los soportes, productos,lógicas de emisión y consumo de las industriasinfo-comunicacionales, incluidas, además de las tresmencionadas en el prárrafo precedente, la prensa escrita y laedición. En los hechos, los grupos y plataformas multimediasuponen la posibilidad de imbricación de tecnologías,culturas y tradiciones de producción y procesamientoinformativo, y distribución de las diferentes actividadesinfo-comunicacionales que suscita el concepto de convergencia, a lavez que ilustran mediante transacciones vertiginosas ymultimillonarias las esperanzas depositadas en nuevos horizontes quecorresponde a la convergencia materializar.

La anunciada fusiónde América Online (AOL), el principal proveedor de Internetdel mundo, y Time Warner, uno de los principales complejosmultimediales que se ubica entre las diez compañíastransnacionales más grandes del planeta, tiende a respaldar,en tanto que mayor fusión de empresas de la historia hasta esemomento, la hipótesis de la convergencia2, toda vez queaparece justificada por la necesidad de aprovechar sinergias entrediferentes tipos de actividades y negocios info-comunicacionales. Elpresidente de AOL y futuro presidente de la nueva corporación,Steve Case, afirmó en el acto de difusión del enlaceentre las dos compañías, en enero de 2000, queìcon la unión de las empresas número uno deInternet y de los medios de comunicación, sus respectivosuniversos se transforman juntando lo mejor de ambos mundosî(Scaletta, 2000).

Inicialmentetecnológica, la idea de la convergencia supone impactos enescenarios relacionados con las culturas de producción, lasformas de organización, las rutinas de trabajo, los circuitosde distribución, las políticas de reglamentacióny control, y las lógicas de consumo de los bienes y serviciosinfo-comunicacionales.

Mientras que en algunasregiones del mundo no se ha profundizado sobre los diferentes nivelesde ejecución de la convergencia y sus directas implicancias enla conformación morfológica del modo de desarrolloinformacional (Castells, 1995), la perspectiva europea de la Sociedadde la Información trasciende, en los últimos documentosproducidos por la Comisión Europea, las meras valoracionestecnológicas del fenómeno de la convergencia. Si fuesetecnológico el meollo de la metamorfosis del modo dedesarrollo de las economías más pujantes del planeta, yse redujera lo que es un modelo de organización de laproduccióna una serie de productos de la innovacióntecnológica, la convergencia aparecería como unobjetivo ya conseguido3. En realidad, la convergencia es untérmino cuyos usos encubren distintos niveles susceptibles deser identificados analíticamente: la convergencia deíndole tecnológico; la convergencia económica(alianzas, integraciones y concentración de grupos4); laconvergencia reglamentaria (tarea que sintetiza la ComisiónEuropea); la convergencia de aplicativos de consumo, entre otras. ElLibro Verde Sobre la convergencia de las telecomunicaciones, losmedios de comunicación y las tecnologías de lainformación y sobre sus consecuencias para lareglamentación, aprobado en 1997 por la CE, plantea dosdefiniciones distintas. La convergencia es, desde estaperspectiva:

- La capacidad dediferentes plataformas de red de transportar tipos de serviciosesencialmente similares; o bien,

- La aproximación dedispositivos de consumo tales como el teléfono, latelevisión y el ordenador personal (Comisión Europea,1997b:1).

La segundadefinición goza de mayor aceptación, vulgarmente, comosignificado de convergencia, ya que, además de ser másfácilmente comprensible, ìposee el interésañadido de evocar la lucha por el control de los mercadosfuturos entre las industrias de informática,telecomunicaciones y radiodifusiónî (ComisiónEuropea, 1997b:1).

Sin embargo, la CEsentencia que hasta el momento se verifica más la convergenciaentre distintas plataformas de red que entre dispositivos de consumo.Esta distinción se articula con el objeto prioritario deintervención del modo de desarrollo informacional queencuentra en la convergencia un dispositivo medular; es posiblelocalizar el objetivo del modo de desarrollo informacional muchomás en la necesidad de vigorización de los procesosproductivos5 que en la generación de nuevos productos.

Puede objetarse comocontraejemplo que los operadores de telecomunicaciones ofrecen yaprogramación audiovisual a través de sus redes, aunqueciertamente de forma experimental, y son importantes suministradoresde acceso a Internet y de infraestructura básica; mientras quelas compañías audiovisuales prestan servicios de datos,fundamentalmente en aquellas plataformas digitales detelevisión satelital o por cable. Estas tendencias seinscriben en un proceso de construcción de la Sociedad de laInformación y deben ser concebidas al calor de otrastendencias que exceden las estrategias diseñadas por lascompañías info-comunicacionales. En todos los casos esimportante subrayar que los actores involucrados en larealización de los procesos de convergencia son sociales,económicos y políticos. La construcción de laconvergencia, que supone en muchos niveles la consecuentedeconstrucción de tradiciones divergentes en las actividadesinfo-comunicacionales, debe someterse también a lasdinámicas de apropiación que realizan estos actores. Eneste sentido, sobre la base que aporta el citado Libro Verde puedeformularse el siguiente gráfico acerca de los niveles de laconvergencia y sus distintos grados de cristalización:

En letras blancas sobrenegro aquellos en donde se verifica la hipótesis convergente;en letras blancas sobre gris aquellos donde se verifica parcialmentey en letras negras sobre fondo blanco aquellos donde no se verifica odonde la actividad es escasa.

Gráfico 1: Nivelesde la convergencia

La convergenciatecnológica, la integración de soportes que facilita ladigitalización, la reducción de todo mensaje a uncódigo binario, así como la febril actividad en materiade fusiones, concentraciones y alianzas entre actores industrialespermiten observar que en los dos niveles más bajos delGráfico 1 (Alianzas y fusiones empresariales e industriales;Tecnologías y plataformas de red) se produce actividad. Y demodo creciente. Estas alianzas y concentraciones suponen, en algunoscasos, que el nuevo actor empresarial estará en condiciones decontrolar parcial o completamente los canales de producción ycomercialización de un mercado de comunicación(integración vertical) o que el nuevo actor empresarialestará en condiciones de diversificar su actividad endistintos mercados de comunicación (concentraciónhorizontal) incluso alentado por la posibilidad de provocar sinergiastecnológicas que le permitan aprovechar o reciclar losproductos destinados a un mercado en otro distinto (verSánchez Tabernero et al., 1993). En los dos niveles másbajos del gráfico precedente se verifica, pues, lamaterialización de procesos convergentes en las actividadesinfo-comunicacionales.

Sin embargo, en el resto delos niveles mencionados en el Gráfico 1 no existetodavía una actividad convergente de modo significativo,aunque tanto en las políticas y en la reglamentación,como en algunos servicios (conexión a Internet) se registranavances, tal como reconoce la Comisión Europea, que es unejemplo de organización proto-continental supra-gubernamentalpionera en la cristalización de un plan de acción ydesarrollo a favor de la Sociedad de la Información. Con todo,los productos info-comunicacionales masivos siguen siendo producidos,distribuidos y consumidos por los métodos tradicionales, esdecir, en forma divergente, con la excepción de algunasaplicaciones novedosas de Internet, como la World Wide Web, que es elejemplo más difundido de convergencia info-comunicacional apesar de estar circunscripto a una minoría de usuarios entodas las sociedades. El gráfico muestra además que noexiste un efecto automático de contagio entre los distintosniveles de convergencia.

Porque estáinconclusa, Bernard Miège (Becerra, 1998b) prefiere considerarque la convergencia aún no puede conceptualizarse comoresultado de un proceso irreversible. El gráfico precedenterefuerza la premisa que comparten la CE y la administracióndemócrata estadounidense, que es a partir de lasdeterminaciones socioeconómicas que la convergencia sematerializa progresivamente, tomando como ejes el uso social (endonde el consumo de las mercancías info-comunicacionalesaparece como una manifestación medular), las estrategias delos grandes grupos de capitales de las actividades informacionales ylas políticas de los estados centrales.

La propia ComisiónEuropea, a pesar de alentar decididamente el proceso de convergencia,aclara que no existe una sola aproximación a un tópicoque goza de gran aceptación en el discurso apologéticode la denominada revolución informacional. Así como hayquienes invocan una supuesta incertidumbre en materia dereglamentación que perjudicaría el desarrollo de nuevosproductos y servicios, ìya que las normas actuales sedefinieron para un entorno nacional, analógico y de unsólo medio, mientras que los servicios se muestran cada vezmás indiferentes a los sectores tradicionales y a lasfronteras geográficas y pueden prestarse a través dedistintas plataformasî (Comisión Europea, 1997b: iii),por otro lado, hay quienes consideran que las característicasespecíficas de cada una de las actividades industriales en elárea de la comunicación, la cultura y elentretenimiento, limitarán las posibilidades de convergencia.El Libro Verde Sobre la convergencia de las telecomunicaciones, losmedios de comunicación y las tecnologías de lainformación es partidario de debatir y resolver estascuestiones en contextos de amplia participación:

Para encontrar unasolución habrá que tener en cuenta la totalidad de losintereses existentes en los distintos sectores afectados por laconvergencia. Al mismo tiempo, las posibilidades detransformación se apreciarán de forma distinta y aniveles distintos (por ejemplo, tecnología, industria,servicios y mercados). Aún cuando, gracias a ladigitalización, la convergencia haya progresado mucho en loque se refiere a la tecnología, el presente Libro Verde no daautomáticamente por sentado que la convergencia en uno de losniveles induzca de forma irremediable el mismo grado de convergenciaen otros niveles. Y tampoco que la convergencia en latecnología, la industria, los servicios y/o los mercados exijanecesariamente un marco reglamentario uniforme (ComisiónEuropea, 1997b: iii y iv).

En tanto suma de procesosinconclusos que involucran formatos y tradiciones productivos yorganizacionales centenarios, la convergencia no escapa a lalógica de cambios inherente a la historia de lascomunicaciones modernas: las transformaciones se producen poracumulación antes que por ruptura extrema (Hamelink, 1996).Entonces, tal como ocurre con el concepto mismo de Sociedad de laInformación, es útil utilizar el conceptocinematográfico de montaje para analizar la convergencia,porque ésta deviene, en su triple faceta social,económica y política, como un montaje de sucesivastransformaciones, y también tradiciones, en las actividadesligadas a la información, el entretenimiento y a la industriabélica, en las últimas décadas. Laapropiación social también hace eco a la nociónde montaje porque existe ciertamente una superposición y unaarticulación entre viejos y nuevos usos info-comunicacionalesque no están necesariamente definidos de modo intencional enla fase de concepción del producto o servicio. Así,incluso en el seno mismo de una industria es posible hallarfundamentos divergentes, como los que aporta Zallo conrelación a la informática: la informáticadoméstica establece puntos de contacto y también deseparación con la de uso en las empresas, dado que ìsuinserción en el espacio doméstico, suaceptación, no se hace fuera de las lógicas de otrosbienes y servicios culturales que han conformado las prácticassocialesî (Zallo, 1992: 43).

La ubicación de laconvergencia fuera de todo contexto y de todo desarrollohistórico puede ser provechosa como estrategia depromoción superficial del tema ante cierto público,pero es estéril ante la necesidad de elucidarla como procesohistórico. Para este objetivo se precisa, en cambio,identificar las tradiciones subyacentes a las actividadesinfo-comunicacionales al interior de la convergencia.

2. Informática, audiovisual ytelecomunicaciones: testimonios divergentes en la hipótesisconvergente.

En pos de identificar estastradiciones, es significativa la consolidación de culturasdivergentes en las actividades info-comunicacionales durante casitodo el siglo XX. La historia de las telecomunicaciones y delaudiovisual presenta, en efecto, hitos que al evocarsedeberían funcionar como luces de emergencia para losplanificadores e interesados en que el proceso de convergencia lleguea buen puerto. Mientras que la radio nació como medio decomunicación entre dos puntos fijos, el teléfono fueconcebido en su primera aplicación como medio detransmisión de noticias y entretenimientos. No obstante, tantoen su apropiación social como en su aprovechamiento comercial,estos dos medios sufrieron una singular inversión de laslógicas fundacionales (Garnham, 1990b).

Asimismo, el audiovisualadoptó como medio de transmisión las ondas hertzianas ylas telecomunicaciones las redes de cables, pero en losúltimos años se advierte una nueva inversión delógicas entre ambas actividades: el audiovisual tiende ahora autilizar las redes de cable (la televisión, por ejemplo)mientras que las telecomunicaciones se independizan de ellas(telefonía sin hilos).

El surgimiento de unadeterminada invención puede producir el desarrollo de unaindustria completamente nueva, en concurrencia con otras mástradicionales, como ocurrió con el surgimiento de latelevisión de masas en relación con el cine, o bienpuede traducirse como liquidación pura y simple de latecnología o la industria anterior dominante, comoocurrió con la introducción del cine hablado(Bolaño, 1998: 6).

En este sentido, laindustria de la informática presenta atributos compatibles conla de las telecomunicaciones como con la del audiovisual. Si bien susorígenes ligados a los subsidios estatales, su familiaridadcon el complejo militar industrial, su concepción y soportelógico la acercan a las telecomunicaciones, la industria de lamicroinformática aparece como una bisagra entre dostradiciones divergentes. Así, como un nuevo esperanto, lainformática se propone como lenguaje universal. Al igual queel telégrafo, la informática es reductible a unasencilla combinación universalmente comprensible (no para losusuarios, pero sí para los mediadores).

La informáticainscribe su fundamento histórico en una ambiciónsostenida durante cientos de años por el hombre, que se resumecomo el sueño de creación de un otro artificial: elautomatismo6. De la unión entre información yautomática nace la informática (términoacuñado por Philippe Dreyfus en 1962), cuyo desarrollohistórico como industria es mucho más reciente que elde las telecomunicaciones y el audiovisual, aunque ya se hable devarias ìgeneracionesî de ordenadores. En rigor, lainformática desarrollada a partir del nacimiento de la primeracomputadora en 1945 (heredera de la sostenida inversiónmilitar de los estados centrales en la última mitad del siglo)mantiene pugnas con la industria audiovisual por las terminales deconsumo final de los productos, pero parece que su escaso desarrollohistórico, la digitalización que incita en su baseoperacional y la innovación de su tecnologíaintelectual, la favorece a la hora de complementarse o ensamblarsecon alguna de las otras dos actividades mencionadas:

La tecnologíainformática desempeña hoy un papel clave en lacreación y producción de contenidos tanto en el cinecomo en la radiodifusión. Los procesos de producción,entrega y consumo de material audiovisual están experimentandouna gran transformación. Los contenidos son cada vezmás ìmodulablesî, por lo que pueden utilizarse enentornos diferentes y entregarse a través de infraestructurasde red distintas (CE, 1997b: 3).

Por su parte, la poderosaindustria de las telecomunicaciones es tributaria de la lógicade la telefonía vocal básica, que sigue constituyendosu aplicación fundamental, dado que representa más del75 por ciento del mercado de servicios en telecomunicaciones. Ofreceuna red de cable de cobre de provisión de servicios cuyoscontenidos son creados por los usuarios de la red general detelecomunicaciones. Este complejo está financiadofundamentalmente por el pago por consumo, el servicio estáprovisto por grandes corporaciones empresariales cuyo referente es elmercado de monopolio, duopolio u oligopolio (ejercido por el sectorpúblico en Europa y América Latina hasta fines de losochenta, y por el sector privado en los Estados Unidos y en Europa yAmérica Latina post 90) y está dirigido a clientesindividuales o corporativos, con perfiles de consumo identificados,cuya terminal es el teléfono. En síntesis, puedeafirmarse que en el modelo telefónico el consumo esìproductivoî y está directamente vinculado con elfinanciamiento de la red. La reglamentación del sectorestá fundada en la idea del servicio universal, es decir, lamaximización del acceso a la provisión delservicio.

Como enseña elGráfico 2, los servicios de telecomunicaciones son la vetamás importante del mercado info-comunicacional. Sumadosservicios y equipos, las telecomunicaciones representan el 35 porciento de los ingresos del mega-sector. La informática, comomercado en pleno crecimiento, le sigue en envergadura. La importanciade la industria de telecomunicaciones ha sido mundialmente reconocidacon los procesos de liberalización del sector emprendidosenfáticamente por los poderes públicos de Europa yAmérica Latina durante la última década delsiglo XX. Esta liberalización y su posteriorprivatización, paradójicamente, contrasta con eldesarrollo histórico del sector.
Gráfico 2: Distribución en 1996 de los ingresosmundiales (1,750 billones de ecus) en los sectores relevantes.
Fuente:Libro Verde Sobre la convergencia de las telecomunicaciones,los medios de comunicación y las tecnolgías de lainformación y sobre sus consecuencias para lareglamentación (Comisión Europea: 199b: 11 ).

El primer embriónmoderno de las telecomunicaciones fue el telégrafo. Con eltelégrafo, los sostenidos esfuerzos para lograr mecanismosefectivos de comunicación a distancia, lograron dar un saltosignificativo. Pero a pesar de las experiencias llevadas a cabo desdeel siglo XVII, el telégrafo no fue desarrollado ni adaptadocomo un instrumento eficaz de transmisión de informacionessino hasta que el Estado se hizo cargo de su potencial. La primeraaplicación de magnitud del telégrafo (como delsatélite o de la informática) fue bélica y, porextensión, política7. Desde entonces, muchos hechossignificativos de la historia de las telecomunicaciones giraron entorno a la intervención estatal y a la utilización delas innovaciones como estratégicas armas de guerra o decontrol: el desarrollo de los satélites responde a estepatrón.

La telefonía vocalbásica, que es el servicio masivo por excelencia de laindustria de las telecomunicaciones, supone en su aplicaciónmás extendida la participación de dos enunciadores yreceptores de mensajes, que crean contenidos utilizando la redprovista por la o las empresa/s del área de cobertura, y lasterminales ubicadas en el mismo lugar en que ellos se encuentran. Elfinanciamiento del servicio se ejecuta mediante el cobro de un abonopor el uso de la red (generalmente) y por el cobro por la cantidad detiempo que ésta se utiliza cada vez que el usuario realiza unacomunicación. De este modo, el usuario crea contenidosmientras consume, o consume creando contenidos. El acto decomunicación del usuario no está exento, entonces, derepercusiones económicas fundamentales para el funcionamientodel servicio.

Por otro lado, la industriaaudiovisual está estructurada alrededor de lafabricación y difusión de contenidos, es decir queofrece información y entretenimientos, las modalidades deconsumo son masivas aunque en los últimos años, y enuna de las aplicaciones como es la televisión por cable o porsatélite directo, la oferta (no siempre necesariamente laaudiencia) tiende a segmentarse.

Como muestra el Cuadro 1comparativo entre las tres actividades, en el caso del audiovisual nose supone que el usuario deba producir el mensaje8 del modo en queello es imprescindible en la industria telefónica;además el financiamiento del audiovisual está basado enla publicidad (Estados Unidos, Europa y América Latina), en elsubsidio público (España y Portugal, además dela mayoría de los países latinoamericanos, en loreferido a la televisión pública) o en el pago de uncanon por posesión de receptores (Europa con laexcepción de España y Portugal, porejemplo). 

El pago por consumoconocido como pay-per-view es una aplicación novedosa que estodavía marginal en el mercado audiovisual, pero constituyeuna posibilidad de cruce con la tradición de latelefonía, toda vez que, como se reseñó,ésta es la lógica vigente en los servicios detelecomunicaciones de carácter masivo. En la industriaaudiovisual, asimismo, los usuarios están másindiferenciados que en el caso de las telecomunicaciones pues setrata de públicos consumidores de una cantidadhistóricamente limitada de ofertas cuya distribución hasido realizada vía hertziana antes de los añosochenta.

Tradicionalmente, elservicio audiovisual fue provisto por grandes empresaspúblicas (Europa de postguerra hasta los años ochenta)o privadas (Estados Unidos, Latinoamérica y Europadespués de los 80). En cuanto a la reglamentación, losgobiernos siempre han tenido una activa participación en lalegislación sobre los contenidos de la industria audiovisual,definida por la lógica del servicio de interéspúblico o del servicio público (en países comoSuecia o Inglaterra por ejemplo).

La centralidad del rol delEstado en la regulación del audiovisual como serviciopúblico o de interés público estuvo vinculada ala escasez del recurso de las ondas hertzianas. Pero el saltotecnológico de los ochenta y la consecuente apariciónde otras modalidades de distribución en la industria, como latelevisión por cable o el satélite directo,replantearon este argumento histórico al tiempo que nuevosactores se introdujeron en la actividad, en muchos casos asociados alcapital financiero o al de empresas de servicios para aprovechar lasinergia de sus redes. Este proceso estuvo acompañado por uncambio de escala en la participación de la publicidad&endash;un ejemplo temprano, por otro lado, de actividad convergente-en el financiamiento de los productos y serviciosaudiovisuales.

La codificación delos contenidos audiovisuales y los cambios en la cultura deproducción y distribución del servicio difundidosdurante los ochenta y noventa no alteraron, sin embargo, lalógica de la dirección del mercado audiovisual, quecontrasta con la reseñada del mercado de telecomunicaciones.En efecto, en el caso audiovisual el producto sigue siendo fabricadopara ser luego consumido y esta relación se da en una mismadirección, a pesar de las nuevas aplicaciones que permiten unamayor cantidad de opciones a consumir, posibilidad éstaúltima que en rigor no se verifica en la producciónaudiovisual, caracterizada mucho más por el reciclaje deviejas producciones. Este reciclaje de viejos contenidos se verificaen la programación de la televisión por cable y sepresenta maquillado de nueva opción en el caso de losprogramas televisivos referidos a la crítica, laironía, el humor o la mera retransmisión de otrosprogramas. También en este caso es útil aplicar elconcepto de montaje para referirse a la producción (en rigor,reproducción) de contenidos ante la multiplicación delos canales de emisión.

En tanto, el espacio de lainvocada interactividad sigue siendo, aún ampliado en la gamade ofertas, un espacio de consumo. El usuario, contra lo que sucedeen la tradición de la industria de las telecomunicaciones-concretamente en la telefonía vocal-, no crea contenidosaunque la configuración de la red presente mutacionesfundamentales. Esta relación de consumo es destacable porcuanto se pretende hacer de ella, soslayando que existe en primerainstancia el pago para que después se habilite al consumo, elarquetipo de la comunicación dialógica.

Asimismo, la posibilidad deintegración de servicios producidos por la telefonía ypor el audiovisual y la distribución a través de unmismo cable a hogares y empresas plantea nuevos horizontes yexpectativas. Pero para ello debe afrontarse no sólo lacuestión de la imbricación del soportetecnológico y su velocidad de transporte de contenidos, sinotambién las diferencias de estructuración industrial,de producción de bienes, de financiamiento y dereglamentación de las actividades info-comunicacionales. Estosprocesos son además diferenciados según la industriaque los protagonice. No hay, desde este punto de vista, una solaaproximación al modelo convergente de la Sociedad de laInformación, puesto que si bien la digitalización quele da origen al permitir la decodificación de todo texto encódigos binarios, facilita la integración de soportes,dos actividades fundamentales como las telecomunicaciones y elaudiovisual, identificadas como el corazón del nuevo modelo desociedad, presentan históricamente tipologíasdiferenciadas (Garnham, 1996) o divergentes.

El Cuadro 1 que se presentaaparece desglosado por cada una de las industrias centralmenteinvolucradas en el desarrollo del modelo de la Sociedad de laInformación, con relación a sus circuitos productivosde acuerdo con las respectivas tradiciones, que representanobstáculos que los procesos de convergencia deben ir salvando,para imponerse como lógica dominante en el sectorinfo-comunicacional, a la vez que fortalezas.

Entre las debilidades quese destacan en el contraste entre el discurso acerca de laconstrucción del modelo de la Sociedad de laInformación y la configuración en proceso de losmercados de las actividades info-comunicacionales, es digno demención el carácter oligopólico que lasdiferentes industrias van adoptando. Este carácteroligopólico expresa una paradoja del modelo: por un lado,fortalece las expectativas de convergencia porque supone que lascorporaciones dominantes en los diferentes sectores van tejiendoalianzas, estableciendo fusiones, desarrollando concentraciones eintegraciones; pero por otro lado, contradice el objetivo deincremento de la competencia y la apertura de mercados enunciado porlos organismos y gobiernos interesados en la construcción dela sociedad informacional. Por último, este tipo de mercadostiende a ser inasible para los objetivos reglamentarios decarácter local, regional o nacional, toda vez que incluyen laparticipación protagónica de actores transnacionalesgigantescos.

Por ello, la convergenciase desempeña también como emergente de las tensionesque van invistiendo al proyecto de la Sociedad de laInformación de rasgos complejos y por momentos contradictoriosque se articula en diferentes fases y niveles, en un proceso quecuenta con el aval de los países centrales y con el atractivode presentar diferentes resoluciones posibles a esas tensiones en laconfiguración de los nuevos escenarios nombrados como sociedadinformacional.
 
 


 

 Notas

1. Se adopta en estetrabajo la definición de organismos como la ComisiónEuropea o la Organización para la Cooperación y elDesarrollo Económico interesados en el desarrollo de laSociedad de la Información, así como la perspectiva deBernard Miège (ver Miège, 1997 y Becerra, 1998b).
2. Al mismo tiempo, esta mega fusión es otro indicador de laimportancia estructural de las industrias info-comunicacionales, esdecir de la centralidad de estas industrias en la constituciónactual del entramado económico en las sociedadescentrales.
3. Este meollo resuelto desde un punto de vista tecnofílicoresume tanto el éxito como las limitaciones de enfoques comoel de Nicholas Negroponte, que se popularizan como best sellers endirecta relación con su propensión al vaticinio defantasías electrónicas.
4. Proceso sobre el que el Libro Verde Sobre la convergencia de lastelecomunicaciones, los medios de comunicación y lastecnologías de la información y sobre sus consecuenciaspara la reglamentación rinde cuentas: ìActualmente lasempresas suelen estar presentes en uno o más elementos de lacadena del valor. Algunos consideran que la convergenciainducirá a muchos de los agentes del mercado a estudiar laposibilidad de entrar en actividades distintas de su negociofundamental y piensan que esta tendencia se aprecia ya en algunas delas adquisiciones más recientesî (ComisiónEuropea, 1997b: 2).
5. Necesidad de robustecimiento que se manifiesta en lospaíses centrales a partir de las sucesivas crisis del modeloprevio, ilustrado por el contrato social y las políticaskeynesianas