PAN Y ROSAS (COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN)
Paco Gallurt
La comunicación comienza
en nuestra mirada y termina en vuestro corazón, en vuestro espíritu. Un anhelo
que sólo a veces se consigue en el encuentro entre el educador con sus alumnas
y alumnos, cuando nos acercamos a la verdadera naturaleza humana. Aquí Paco Gallurt nos envuelve con un mensaje lleno de ternura en la
construcción de una escuela llena de vida, felicidad y arte.
A nuestros alumnos les
hace falta pan y rosas. El pan del cuerpo, que mantiene al individuo en buena salud fisiológica. El pan del espíritu, al que llamáis instrucción, adquisiciones, conquistas técnicas... Pero las rosas también. No por lujo, sino por necesidad vital.
(C. Freinet)
'Cada mañana cuando voy
en coche al trabajo un sol rutinario ilumina una carretera sorda y aburrida. El
trabajo es el pan nuestro de cada día con sudor y desidia‑ me digo. ¿Y
las rosas? Freinet afirma que los niños tienen necesidad de pan y de rosas; las
rosas del espíritu, la delicia, la concordia ...pero... ¿quién se atreve a
sembrar ternura hoy en los campos de batalla? Las cosas están como están ‑se
dice‑, la Utopía es quimera. La escuela ya no sirve ni para el pan. ¿Las
rosas?...que cada cual las busque donde pueda. No existe el Paraíso. Desde que
enterramos las petunias salvajes con el asfalto va cada tema por su lado. La
serpiente de la incomunicación acecha de continuo ganándonos terreno... y
batallas. ¿Apocalíptico?.'
La capacidad de
comunicarse no es innata en los seres humanos, sino aprendida, sin embargo
estamos hechos de pie a cabeza para la comunicación, sin ella no hay Educación; la Educación es Comunicación.
Pero ¿qué entendemos por
Educación y por Comunicación?
¿Informar?, ¿transferir
ideas o conocimientos?, ¿compartir emociones?
Para Freinet se trata de
algo tan metafórico como real: aportar pan y rosas.. Alimentar cuerpo y
espíritu. Ciencia y Poesía es el pan, la Educación; la rosa es la persona del
educador, la relación interpersonal, la Comunicación; por eso en “freinet” es tan importante el afecto junto al tanteo
experimental y el texto libre.
En el esquema clásico de
Comunicación ningún elemento: Emisor,
Receptor, Mensaje. Código, Canales y Contexto, puede faltar, con que falle
uno solo no se da comunicación. En la Educación ocurre lo mismo. Haciendo
coincidir todos y cada uno de los agentes educativos con los elementos de la
comunicación podemos encontrar algunas explicaciones al estado actual de crisis
educativa, esa crisis que cuando aprieta en el oficio nos hace ir a trabajar con
desidia.
Empecemos por el Mensaje: los Contenidos en Educación.
Contribuir al desarrollo
humano, desde la práctica escolar, supone transmitir los Valores Universales tradicionales contenidos en los propios
mensajes educativos. Son los valores esenciales que siempre hemos propugnado:
tolerancia, cooperación, solidaridad, espíritu crítico, etc., añadiéndosele
ahora nuevos valores encontrados en el conocimiento y mestizaje con otras
culturas: espiritualidad, recuperación del cuerpo, sencillez, pobreza, desasimiento...
El conjunto de estos valores es el contenido de una Educación alternativa que
busca caminos hacia formas de vida profundas, radicales, auténticas y sobre
todo diferentes, para poder afrontar el reto del mundo futuro, ese que va a
exigir individuos mental y espiritualmente sanos, preparados, entrenados; una
Educación que se contrapone a esta que es hueca y deleznable, llena de
contravalores: competitividad, hedonismo, materialismo, xenofobia, etc., y que
ha dado al traste con una educación noble, altruista, filantrópica, humanista y
de sentido espiritual. Urge restituir los nuevos contenidos‑mensajes.
El Emisor, digamos: el Docente.
En teatro cuando un
movimiento corporal está cargado de sentido, significa algo, tiene una
intencionalidad comunicativa, se dice que ese movimiento es acción, Acción
dramática. Con él se ha pasado de la simple expresión espontánea a la comunicación
aprendida, trabajada. Cuando un actor logra hacerse entender, cuando ya domina
el lenguaje corporal, debe despojar sus acciones, sus movimientos físicos
intencionales, de literalidad, de excesiva claridad o escritura para que el
lenguaje se haga más sutil y se puedan expresar realidades más profundas y
trascendentales; gestos rituales, económicos, precisos, claros y llenos de
energía interior. Pasar de mero enseñante, que sólo precisa de conocimientos y
habilidades sociales para transmitir esos conocimientos, a educador, en el
sentido más amplio, entendido como maestro, significa superar los meros límites
de la escuela y entender que la Educación excede ese territorio, es fenómeno
social, un patrimonio humano por el que se llega a la sublimación, a la
trascendencia de los sentidos, los valores y al propio cuerpo. Para ser y
sentirse educador hay que ser consciente de una tarea y una responsabilidad que
implica toda una vida y una actitud permanente.
¿Instructor?,
¿Enseñante?, ¿Educador? Instruir lo hacen los medios; enseñar les es más
difícil. Educar, imposible, esto es un fenómeno puramente humano que precisa
del cuerpo a cuerpo, del diálogo y del espíritu directo. Piel, palabra y alma.
Los Medios de Comunicación son en general sólo medios de información, cuando no
de alienación. Es una ligereza confundir las cosas. Educar no es sólo
informar. La comunicación verdadera es aquella que transmite conocimientos
cargados de afecto y/o emoción, hasta el punto que tras la presencia y acción
del emisor queda una soledad llena en el receptor/discípulo, unos posos
culturales, unos datos vitales que le permite sentirse tan informado como
apelado, tan invadido como impulsado al desarrollo, es decir, le ha hecho
madurar. Para educar es necesario hacer notar al otro nuestra presencia
generosa, nuestra cercanía, nuestra vida palpitante, por eso la incomunicación
tiene algo de muerte. Relaciones, contactos, transferencias, compartimientos,
entrega, son sinónimos de comunicación y educación. Los Medios de Comunicación
sólo educan en cierto sentido si quienes los utilizan son artistas y han
logrado obras artísticas, quiero decir, si han sido capaces de traspasar el
Medio con su propio espíritu, si han sabido transmitir la autenticidad de sus
sentimientos y sus ideas, si poseen el talento comunicador. Porque sólo es
posible comunicar, sólo, aquello que somos, quienes somos; y para eso hace
falta ser un creador, un comunicador, un artista de la comunicación y una
persona honesta, valiente y con talento para llegar al interno del receptor.
Así y sólo así se logran estimular semillas de crecimiento. Que duda cabe que
el arte nos hace crecer y, ¿no es cometido primordial de la Educación ayudar a
crecer?, luego la Educación como la Comunicación debe ser artística, además de
científica, ‑que lo cortés no quita lo otro‑. La misma enseñanza
debiera ser planteada como arte y técnica de la comunicación . Con todo lo
dicho, el Medio en sí no es el que educa, sino aquellos que los utilizan con
sentimientos y pericia, con conocimiento y honestidad.
La Educación es
comunicación de emociones a través de un lenguaje directo; un diálogo próximo
de células y energías vivas. Es un hecho tan biológico como metafísico. Sólo
se comunica la vida, las verdades, la autenticidad. Es un fluido directo de
corazón a corazón pasando por la mente. Una energía invasora que transforma
para siempre la visión de todas las cosas. Un educador es un intermediario
entre las realidades esenciales y la persona del discípulo, pero también un
artista que propone y expone su creación sin imposiciones puesto que el arte,
al precisar de toda libertad de expresión, fomenta esa misma libertad por su
valor de sugerencia sin ingerencias. El creador fabrica universos estéticos
que luego deja en libertad para que se desarrollen libres en las mentes de
quienes quieran contemplarlos; universos éticos, por eso también habría que
educar actitudes de contemplación que significa vaciamiento, limpieza y serenidad
de mente, actitudes receptoras y capacidad de discernimiento e intuición. No
hay comunicación que no aporte algún tipo de asimilación de valores
intelectuales, éticos, estéticos o espirituales. Escrituras efectivas/afectivas
para unos receptores expectantes.
Pero nadie es maestro
hasta que no ha reconvertido su propia carne y existencia: su cuerpo, su mente
y su pensamiento. Nadie educa sino a través de una experiencia propia. Esto no
es retórica sino ascética. No nos engañemos, para educar hay que entrar
previamente por la puerta estrecha de la implicación personal; vivir en propia
carne disciplinas y catarsis. Para ser educador se ha tenido que aprender a
aprender olvidando errores heredados. Lo otro es adiestrar y ganarse las
habichuelas como se pueda, que también es legítimo. Por eso será que hay tan
pocos educadores.
Cuando Freinet hablaba de
Métodos Naturales tenia razón. Esos
métodos son también los caminos que tiene que recorrer el propio educador para
asimilar con total consciencia los conocimientos y las actitudes que va a
transferir. Es un fenómeno de retroalimentación; cíclico y en espiral. Conocer
para enseñar. CONOCER (sobre todo nuestra verdadera naturaleza humana), para
ENSEÑAR (ayudar a otros descubrir la sabiduría). Perfeccionarse para educar.
Ser maestro de nuestros semejantes al tiempo que alumnos de la Naturaleza y
esclavos del Espíritu. Aplicación y humildad son imprescindibles. Ignorancia y
equivocación, fatales, aunque posibles, por eso es necesario el estudio con
atención y la Sabiduría, que es el conocimiento de
la intuición bondadosa y
amante. El MCEP debe empezar por sus propios miembros. Hay que ocuparse del
Cuerpo, de nuestros cuerpos, para descubrir el espíritu, sede y origen del
Conocimiento. Ya no nos basta con el conocimiento de las técnicas, los tiempos
nos piden el salto a la Sabiduría para educar a personas espiritualmente
fuertes y estables capaces de contrarrestar las fuerzas sociales inversas a los
valores humanos, la formación de profesionales lúcidos que no se dejen
amedrentar por la enorme distancia que se ha generado entre la utopía y el
quehacer educativo diario, en la escuela y fuera de ella. Reforzamiento
mental, psicológico y espiritual para comprender que el paraíso empieza en
nuestros pensamientos y en él se preserva de los agentes externos. Como bella
durmiente, la educación, siempre adolescente, espera en latencia tiempos
propicios.
El Receptor: el Alumno.
Si el receptor(alumno) es
el destinatario del mensaje educativo y él está ausente, no queda mas remedio
que retrotraerlo, seducirlo, ilusionarlo. Hagamos memoria de nuestra práctica freinetiana de antaño e imaginemos el futuro. Volver y
volar, si, adaptados a los tiempos, pero volver al pasado con imaginación
científica para recuperar las esencias. Los pedagogos saben que no hay otra
alternativa. “freinetizar” el presente y actualizar
la Pedagogía freinetiana. El Receptor espera, él es quién tiene necesidad vital de
Mensajes/Contenidos, sin embargo es en los demás elementos de la comunicación
donde se tiene que proponer y propiciar la alternativa.
¿Quién ha dicho que
aprender es fácil y cómodo? Puede ser gratificante pero no confortable.
Reconfortante pero laborioso. La libertad y la perfección hay que trabajarlas.
La Escuela del Trabajo, hoy, puede tener esta versión: el trabajo de
hacerse uno mismo en sociedad.
Ocio y compromiso: una
nueva escuela, dura pero seductora, cálida pero exigente, personal y colectiva,
escolar y social, de maestros individuales y educadores colectivos. La escuela
en la vida. El alumnado debe esperar de sus maestros que sean sabios y
comprensivos pero también rectos y severos con su indolencia. Autoridad y
ternura. Humildad y buena disposición. El alumno tiene que querer la educación,
debe entender qué es perfección y desearla con toda el alma. ¿Son así nuestros
alumnos?. ¿Somos así nosotros?.
En la escuela no hay un
receptor sino muchos receptores, armonizar intereses debiera ser una nueva ciencia
de la Educación. Quizás descubriéramos que las materias “obligatorias” sólo
debieran ser aquellas requeridas por los alumnos por su interés, oportunidad y
unanimidad. Una nueva concepción más sensible de la vida y las relaciones convertirían
las hoy peyorativas “marias” en “madres” ‑y no
en transversales‑ a partir de las cuales nacerían, complementarias,
todas las demás (¡menuda imaginación haría falta para llegar a eso!), y todo en
un contexto totalmente diferente al actual. En cualquier caso las marias debieran responder a las necesidades espirituales
del siglo XXI: Cultura de los Valores, la Filosofía, el Espíritu y la Etica, añadiéndosele Social, por la Religión; Educación
integral del Cuerpo (Persona), que equilibrara, armonizara y uniera la
realidad que somos, por la Educación Física; Artística: Teatro, Música, Artes
Plásticas y también Danza, por Manuales o como se le llame ahora; y sobre todo
Lenguaje: comunicación total.
El Contexto: la Sociedad.
En la Escuela como en la
Sociedad se añoran las relaciones entrañables. Nosotros trabajamos con calor
humano.
La situación actual de
comunicación en la escuela está tan deteriorada como lo está en la propia
sociedad. La escuela se resiente y por ende la pedagogía y sus agentes
humanos. Los maestros y las escuelas no tienen capacidad de educar
íntegramente. La escuela está herida. Los educadores no son magos que
transforman el presente, la educación es un fenómeno lentísimo. Los métodos
pueden ser sustituidos, perfeccionados, desarrollados, investigados. pero ¿y el
contexto social?. Si la escuela refleja la sociedad y esa sociedad posee un
conflicto frio en su raíz, de incultura, ignorancia,
pobreza, mediocridad, violencia..., genera por tanto una escuela abúlica,
agresiva e inoperante, como la vida misma.
Pretender ganar la
batalla desde la escuela es pretencioso y descorazonador. Esa ha sido la gran
lección de estos últimos años de militancia pedagógica. La sociedad está
enajenada.
La madurez nos ha debido
dotar de una sensibilidad equilibrada entre nuestro masculino y nuestro femenino
profesional. Herramientas con sentimientos. Razón y corazón contra un mundo
hostil que manipula la información, destruye los valores y entristece al
individuo. La gente pide a gritos ternura junto al scanner. No ha sido
suficiente el desarrollismo económico, la sociedad del bienestar material no ha
tenido en cuenta otras razones para la felicidad. La felicidad reside en la
mente y en el espíritu y se sustenta en un cuerpo saludable. Atrincherados en
nuestra privacidad impuesta hoy, debemos hacer fructífera la espera, mientras
el mundo se sanea en su propia enfermedad, aprovechamos para ocuparnos de nosotros
como individuos, de volver a las relaciones internas, a la. comunicación de
compañeros y amigos, al oficio de la mística y la lírica que nos devuelva
energías y esperanzas. El futuro inmediato es prometedor.
Los Canales: Personas y Técnicas.
La Educación es la
persona del Educador, con sus técnicas. El mensaje educativo pasa a través de
él. A través de ellos fluye la energía educativa. Propongo Seminarios y Grupos
de Recuperación personal para educadores, nada de pedagogías y didácticas, solo
actividades artísticas, lúdicas, terapéuticas, relajantes. Grupos de teatro,
danza, yoga, música. Arcadias reales para después del trabajo. Yo ya tengo una.
Nuestro trabajo consiste
en ser felices y transmitir confianza. La tarea no es imposible. Los ejercicios
de expresión corporal para actores con su carga de emociones y acercamiento
físico, con su poder catártico y terapéutico ayuda a quienes los practican. El
descubrimiento del propio cuerpo a través de la psicomotricidad
o de la práctica del yoga nos proporciona unidad y consciencia, a través de
las cuales hallamos la paz que necesitamos y las capacidades de reflexión y
autoayuda, por eso el taller del Cuerpo tiene mucho que decir todavía en el
MCEP. Un colectivo educativo que tras el compromiso socio‑político pase
por la asimilación de lo corporal será convincente, puesto que propone una renovación
completa a través de la propia experimentación. Un colectivo así propondría a
los demás una alternativa radical por implicación de lo personal .
Luego preparar la
herencia. En nuestra madurez nuestro trabajo ya es casi un legado que se debe entregar
a las generaciones venideras. Hay que ir dando forma a la transmisión de
nuestros hallazgos, investigaciones, experiencias. Un sólo libro, una sola
aportación. El futuro es de los jóvenes, no habrá misión cumplida sin
herencia. La madurez nuestra no es una joya que nos pertenezca, hay que
entregarla, comunicarla.
El mosaico general de la
Utopía no existe al completo. Los paraísos hoy son individuales, como teselas
de ese mosaico. Extender el paraíso y socializarlo supone tomar nuestro núcleo
individual y crear a partir de él ondas expansivas; como un sistema neuronal.
La utopía se construye a partir de pequeños núcleos perfeccionados que
ramifican su radio de acción en la práctica diaria. La aldea utópica seria ese
mosaico aún completable.
Nuestro CUERPO es el
aspecto mas descuidado. Si nuestro cuerpo físico no se dinamiza se paraliza el
ánimo. Pobres educadores empobrecidos. Se trata de un compromiso rotundo:
reconversión personal radical. Un poner a punto los canales para la
comunicación profunda, extensa y fluida. Aplacar la mente, dominar las
emociones, cambiar hábitos de nutrición, desarrollar las capacidades
intelectuales y artísticas. Empezar por nosotros. Desde ya debe ser practica
habitual la respiración correcta y consciente, la relajación y el ejercicio
físico, sea este deportivo, artístico o yóguico según
la personalidad de cada cual. Y luego la meditación, la reflexión y la
conversación. El cultivo del alma en paz y solidaridad para que se una a la
vida en plenitud, esa Vida (con mayúscula)
que, como el amado de San Juan de la Cruz llega “estando ya mi casa sosegada.”
: Nuestro tiempo actual de ocio nos lo permite, es cuestión de hacer opción por el diálogo, las relaciones y la comunicación.
Ser bondadosamente feliz también es un
arte.
Vuestros niños tienen
necesidad de pan, del pan del cuerpo y del pan del espíritu, pero todavía
tienen más necesidad de vuestra mirada, de vuestra voz, de vuestro pensamiento
y de vuestra promesa.
(C. Freinet)