"La inmortalidad" es una reflexión
metafísica sobre el mundo de hoy, que abarca prácticamente todo.
Kundera utiliza a sus personajes (Agnes,
Laura, Paul, Avenarius) para contar la historia de su contemporaneidad, de tal
manera que los verdaderos personajes son las superestructuras, las ideas, los
conceptos, el pensamiento, el organigrama de un mundo que cada vez tiende más
a prescindir de los individuos y en el que, sin embargo, estos todavía se
rebelan contra su pérdida de protagonismo. Al mismo tiempo establece un
paralelismo entre las acciones de sus personajes que tratan de encontrar una
pequeña inmortalidad y aquellos otros (Goethe, Bettina, Christiane, Von Armin)
cuya gran inmortalidad ocupa parte
de la memoria del mundo.
En Agnes y Laura, Kundera manifiesta los
sentimientos y las contradicciones de la mujer centroeuropea de la segunda
mitad de siglo. Pero mientras Agnes representa a la mujer más espiritual, que
está más disconforme con la existencia que le ha tocado encarnar, Laura es el
personaje más terrenal, más pragmático y caprichoso, más conformista. Así Laura
intenta sólo salvarse a sí misma, a diferencia de Agnes, que se sacrifica por
el recuerdo de los otros.
Paul es el hombre honesto que combate contra
todos los agentes exteriores que dominan el mundo. El episodio de su despido
de la emisora de radio sirve a Kundera para reflexionar sobre el poder, la
política, el periodismo y la verdad, los sondeos de opinión pública, la ideología
y la imagología.
Avenarius es una especie de contra-yo, de
complemento. Es el personaje mágico, enigmático, curioso y divertido que va
uniendo y encauzando hacia un fin a cada uno de los personajes de la novela.
Kundera también dirige su mirada hacia los
políticos contemporáneos obsesionados por la eterna memoria terrenal.
En «La Inmortalidad» Kundera ha montado
sabiamente no sólo un relato literario, sino también un buen manual de
metafísica contemporánea.
Dirigiendo sus dardos justo contra el corazón del
hombre de hoy. Y lo hace cargado de una sabiduría sin soberbia.
En fin, un libro escrito con brillantes
artificios.
* Kundera, Milan: «La inmortalidad). Ed.
Tusquest. Barcelona 1990.