CONSTRUIR LA ESCUELA DESDE LA DIVERSIDAD Y PARA LA IGUALDAD

 

VV.AA.

 

Este no es un artículo al uso, es el resultado de un esfuerzo colectivo que distintas organizaciones situadas en la izquierda sindical y en los movi­mientos de cambio e innovación de la escuela pública (padres, estudiantes, MRPs, Movimiento Cooperativo de Escuela Popular) han elaborado como documento‑guía. Este documento tiene por finalidad constituir una base para el debate en las comunidades autónomas, con un carácter únicamente orientativo. Al final de este documento se incluye el proceso congresual previsto. Que desembocará en un Congreso en Diciembre de 2.000.

 

Los objetivos son muy ambicio­sos, se pretende:

Socialmente, promover un estado de opinión lo más favorable posible a la igualdad y la diversidad educati­ va, con abierto rechazo a las vías clasificadoras y segregadoras.

- Dentro de la comunidad educativa, aumentar nuestra capacidad de actuar de forma positiva y real con todo el alumnado que asiste a nuestros centros.

‑ Para conseguir los dos objetivos anteriores, es necesario:

  Fortalecer la educación pública desde los ámbitos político, ideoló­gico y pedagógico.

• Potenciar la actuación conjunta de los diferentes sectores que com­ponen la comunidad educativa.

• Avanzar, de forma real, hacia la educación que defendemos: cons­truyendo lo que esté a nuestro alcance, denunciando lo que limi­ta, reivindicando lo necesario, imaginando alternativas.

 

Declaración de principios

 

La igualdad y la diversidad en el ámbito educativo son temas recu­rrentes que generan una creciente preocupación social, tanto en el con­junto de la sociedad como en los pro­fesionales de la enseñanza. Las actitu­des y respuestas vinculadas con el tema son considerablemente contra­puestas según cuales sean los princi­pios generales de los que se parta.

El Congreso, promovido por Confederación de MRP, CEAPA, Fed. de Ens. de CCOO, FETE‑UGT, Con­federación STEs, Fed. Ens. de CGT y MCEP, parte de los siguientes princi­pios:

I. Nos proponemos articular, en la Comunidad Educativa, un sistema de análisis y debate que nos permi­ta conocer mejor los mecanismos de la exclusión y de la desigualdad dentro de los centros educativos, así como los procedimientos más adecuados para lograr una escuela plural, democrática, libre y com­pensadora de desigualdades.

2. Rechazamos todos aquellos plante­amientos, tanto teóricos como prácticos, basados en la exclusión o en la categorización jerárquica de los escolares a partir de un supuesto patrón único de “norma­lidad”.

3. Entendemos los centros docentes como lugares educativos y de con­vivencia dentro de la diversidad, y no reducidos a ser meros instru­mentos de promoción social y profesional.

4. Entendemos la educación como un objetivo compartido que requiere la participación coordinada de padres, madres y profesorado, así como la de diferentes profesiona­les en psicología, pedagogía, trabajo social, etc. y, en general, del conjunto de la comunidad.

5. Consideramos que la atención a la diversidad no debe relacionarse únicamente con “minorías” o “cul­turas diferentes”, aunque éstos aspectos deban incluirse necesaria­mente. Por un lado, los seres humanos son diferentes entre sí por el mismo hecho de ser perso­nas; por otro, existe un importan­te sesgo social en el llamado “fra­caso escolar” en perjuicio de los grupos no dominantes (sectores de menores rentas y capacidad de influencia).

6. Tampoco hemos de reducir “la diversidad” a “problemas de aprendizaje”: hay que dar respues­ta a éstos, pero dentro de un marco educativo que aproveche las aportaciones de cada persona y ayude a que cada cual supere sus limitaciones. Esto sólo es posible dentro de un enfoque que acepte la diferencia como un punto de partida real y positivo.

7. Consideramos que el tratamiento de la diversidad compete a todos los centros financiados con fondos públicos a partir de sistemas globa­lizados que establezcan criterios y procedimientos generales, por encima de las particularidades de cada uno de los centros.

8. Los indicadores que se suelen utili­zar para valorar el funcionamiento de las escuelas y el rendimiento que obtiene el alumnado han de ser revisados, puesto que pueden utilizarse contra los grupos socia­les más desfavorecidos.

9. Entendemos la Escuela Pública como una escuela para todas y todos, que debe partir de la indivi­dualidad de cada persona y consi­derar las diferencias como valor positivo promoviendo una orienta­ción antimarginadora, compensa­dora de las desigualdades y respe­tando la singularidad. Una escuela que parta del respeto y el derecho a la diferencia y que preste aten­ción especial a los grupos más des­favorecidos y marginados por razones económicas y sociales o bien por minusvalía física, sensorial o mental, sin crear sistemas parale­los de escolarización que supongan institucionalizar y consolidar la segregación. Por el contrario, han de realizarse planes de acción sin­gular dentro de otros globales y de carácter general que afecten a las condiciones de vida de las perso­nas y colectivos implicados.

 

I.Análisis global y puntos de partida

 

I.I. El marco social y cultural

 

I.I.I. Desenmascarando falsas concepciones

La confusión conceptual, intencionada en la mayoría de la ocasiones, establece significados y relaciona con­ceptos de una forma que es necesario desenmascarar. Denunciamos como falsas y tendenciosas las siguientes concepciones:

   a) Las personas son diferentes en su naturaleza física, psíquica, intelec­tual,.. y por tanto no pueden ser nunca iguales. La igualdad sólo se conseguiría por coacción hacién­donos a todos idénticos. Por

tanto, diversidad e igualdad son términos contrapuestos.

   b) La libertad, como principio supremo de la humanidad, genera desi­gualdades que son inevitables. Cualquier intento de hacernos “iguales” nos hace menos “libres”. c) El sistema social establecido ha lle­gado al limite en la reducción de las desigualdades con el reconoci­miento de los Derechos Sociales d) Si hay conflicto entre principios (ej.: entre libertad de elección y convivencia/integración) siempre prima el de la libertad. e) Existen dos formas aparentemente contrapuestas de considerar la diversidad: una que distingue parti­cularismos que dan mayor presti­gio social y una negativa que estig­matiza y provoca exclusión social. En el fondo, más bien constituyen dos caras de una misma moneda.

I.I.2. Resituando conceptos Una visión progresista nos lleva­ría, por el contrario, a significados diferentes:

a) La igualdad, referida al individuo y a la sociedad, no es sinónimo de identidad ni de uniformidad. La “igualdad” hace referencia a la posibilidad de optar, de decidir, y de disfrutar de iguales derechos y posibilidades (legales y reales). b) La diversidad es consustancial a la historia de la humanidad y por tanto un valor positivo. Las diferen­cias personales y culturales enri­quecen nuestra propia existencia. c) En un mundo progresivamente más interrelacionado y cambiante la constatación de la diversidad será cada vez mayor y más próxima. d) La libertad es un eufemismo y una entelequia si no está relacionada con las condiciones reales de exis­tencia. Sin el reconocimiento efec­tivo de los Derechos Sociales no es posible hablar realmente de libertad. e) La diversidad, por sí misma, no genera la desigualdad: ésta será siempre el resultado de las condi­ciones sociales, culturales y econó­micas que imponga el sistema real. f) La libertad, como principio genéri­co, se utiliza descaradamente para legitimar normas, conductas y pro­cedimientos que crean mayores desigualdades sociales. g) Preservar la cultura propia no es aislarse ni negar las otras culturas. La cultura de los pueblos ha sido y será siempre un proceso abierto y dinámico. h) Es necesario redefinir conceptos como, integración, adaptación, .. que parten del supuesto de que lo diverso y distinto debe desapare­cer dentro de un único modelo admitido como “normal”. i) El reconocimiento de Derechos Sociales implica articular sistemas reales que los hagan efectivos. Los Derechos Sociales no existen si sólo están genéricamente formula­dos.

 

1.2. El marco educativo

 

La educación está condicionada por el sistema económico y social, pero, al mismo tiempo, es uno de los factores que inciden en el cambio social. En el ámbito educativo, la diversidad y las desigualdades adquie­ren una dimensión especial por un doble motivo: por afectar a la pobla­ción en edad escolar, y por constituir un ámbito desde el cual es posible incidir, positiva o negativamente, sobre ellas. Algunas consideraciones sobre el tema:

a) La educación ha sido uno de los factores de progreso de la socieda­des. La educación ha pasado de ser un privilegio para unos pocos a un Derecho para todos.

b) Un puesto escolar gratuito es el primer, y no único, requisito del Derecho a la Educación.

   c) En una primera fase de universali­zación del Derecho a la Educación se primaron los aspectos más uni­formizados del sistema educativo. La opción estaba entre “dar lo mismo a todos” o “que cada uno obtenga lo que pueda”. La respon­sabilidad del Estado en garantizar el Derecho a la Educación se tra­ducía en un sistema público de centros docentes, coexistente con el privado, y en la unificación del sistema educativo.

   d) Etapas y ciclos educativos, conteni­dos curriculares, metodologías, sis­temas de evaluación,.. se estable­cieron a partir de una sola variable: la edad.

   e) Todas aquellas situaciones, que por sus características físicas, psí­quicas o culturales, no pudieran

ser atendidas, quedaban excluidas o se autoexcluían del sistema.

   f) La población en edad escolar excluida del sistema educativo (minusvalías física o psíquicas, minorías étnicas, individuos “aso­ciales”,...) recibía, en el mejor de los casos servicios residuales y       asistenciales, más propios de la beneficencia que de los Derechos Sociales.

   g) El sistema público era y sigue sien­do aquel que, tanto por su propia naturaleza como por imperativo    legal, intenta dar respuesta a la diversidad en sus vertientes más      desfavorables vinculadas a situacio­nes de desigualdad; y el sistema privado, por el contrario, atiende solo la diversidad que resulta de una selección socioeconómica.

   h) Paradójicamente, no hay mayor igualdad que la que se da entre los privilegiados. Lo difícil es tratar y    relacionar como “iguales” todo aquello que es “diferente”.

   i) En la medida en que “lo diverso” se concentra fundamentalmente en los centros públicos; y en la medida que los recursos personales y materiales de que dispone son limitados, las posibilidades de éxito en el tratamiento de la diversidad son escasos.

    j)Todos los centros sostenidos por fondos públicos han de recoger ala diversidad del alumnado, sin distin­ción, en este aspecto, entre centros públicos y centros concertados.

k) En la actual fase de desarrollo del sistema educativo las perspectivas de futuro se plantean en torno a la cuestión de la flexibilidad, pero con dos interpretaciones radical­mente contrapuestas: flexibilidad para reproducir y aumentar las desigualdades y flexibilidad para atender la diversidad.

k.1) La demanda de mayor flexibili­dad que reproduce y aumenta las desigualdades argumenta a partir del concepto manipula­do de la libertad. Libertad de elección de centro, libertad de contenidos, libertad en la for­mulación de los principios y los objetivos de cada cen­tro,... son algunas de las rei­vindicaciones que pudiendo ser válidas en si mismas, pue­den conllevar, implícita y sote­rradamente, políticas educati­vas que contribuyan a la exclu­sión y a mayores desigualda­des. Su defensa es fácil y sus resultados inmediatos.

k.2) La flexibilidad requerida para atender la diversidad es mucho más difícil y compleja. Sin renunciar ni un ápice a la universalización ni a la igualdad de oportunidades del sistema educativo, esta flexibilidad nos ha de permitir tratar adecua­damente lo que es diverso; y además actuar, a través de una diferenciación positiva, para dar más a quien más necesita.

 

1.3. El marco legal del conjunto del estado

 

Nuestro sistema educativo se configura a partir de un marco legal. Sería oportuno revisar críticamente y desde la perspectiva de la diversidad y las desigualdades las disposiciones legales que contribuyen, positiva o negativamente, a una resolución satis­factoria:

1.3.1: La Constitución.

1.3.2: La Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE)

1.3.3: La Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE). El conjunto de la ley establece el marco en el que debe analizarse el tema del Congreso. Más específicamente, el título 1 plantea la atención al alumna­do con necesidades educativas espe­ciales y el título V se refiere a la com­pensación de desigualdades.

1.3.4: Otras disposiciones legales de ámbito estatal en materia educativa.

1.3.5: Otras leyes y disposiciones que puedan estar relacionadas con la diversidad y la igualdad social (Ley de Extranjería ...).

 

1.4. Tipología de diversidad que puede generar exclusión o desigualdad

 

1.4.1: Discapacidades:

‑ Físicas

Psicoafectivas

1.4.2: Actitudes y comportamientos.

1.4.3: Capacidades cognoscitivas / Estilos de aprendizaje

        - Alumnado con dificultades de aprendizaje

        - Alumnado con alta capacidad

       Alumnado con estilos de aprendiza­je distintos a los más habitualmente utilizados en la escolarización.

1.4.4: Situación socioeconómica

1.4.5: Orígenes étnicos y culturales no mayoritarios o no dominantes

1.4.6: Género

1.4.7: Factores territoriales (rural ‑urbano, territorios con más o menos renta...)

 

1.5. Puntos para el debate

 

1.  ¿Cómo entendemos la “igualdad” y la “diversidad” en la sociedad actual?

2.  Diferencias y desigualdades en función del sexo‑género, la clase social, el grupo cultural de perte­nencia, el territorio que se habi­ta... ¿Cómo influye cada uno de estos factores? ¿Cuáles son los criterios que separan “diferencia” (en su sentido positivo) y “desi­gualdad”?

3.  Desigualdad y uniformización en la sociedad actual y las formas de su encubrimiento.

4. Retos interculturales: peligros a evitar, potencialidades a aprove­char.

5.  Contradicciones entre los fines explícitos de la escolarización y los implícitos del propio sistema educativo y del sistema social.

6. ¿Cuáles son las disposiciones lega­les del actual sistema educativo que provocan mayores desigualda­des y dificultan la atención a la diversidad?.

7.  Para introducir sistemas más ade­cuados para atender la diversidad, ¿cuáles son los impedimentos y dificultades que presenta el actual sistema educativo?.

8.  Valoración de la formación del profesorado en la atención a la diversidad.

9.  La participación en los centros de otros profesionales. Valoración de los perfiles profesionales y de los sistemas de coordinación.

10. La igualdad y la diversidad en qué medida están condicionadas en la educación por:

        10.1.     La estructuración del sistema (etapas obligatorias, no obliga­torias...)

        10.2.     Su orientación (educación básica, selección / no selección...)

10.3.            La titularidad de los centros (privada / pública, ...). Poder de decisión.

10.4.            La tipología de los centros. La red de centros. Ubicación de los centros.

10.5.            Los medios dedicados

10.6.            Su forma de funcionamiento colectiva (participación del pro­fesorado / de la comunidad edu­cativa, gestión técnica...)

10.7.            La división de tareas en los cen­tros (ciclos, departamentos, asignaturas...)

 

11.La vida diaria en los centros y las aulas:

11.1. ¿Cómo es sentido el trabajo con la diversidad y por la igual­dad en los centros y las aulas por parte del alumnado, de las familias, del profesorado? ¿Cuá­les son los problemas más importantes (aprendizaje, com­portamiento...)?

11.2. ¿A través de qué mecanismos el sistema escolar sanciona la desi­gualdad personal y social?

11.3. Cómo influyen y en qué senti­do:

  los objetivos y contenidos seleccionados y su secuencia­ción

-  la organización horaria y espacial; las agrupaciones del alumnado; las optativas

  la forma de trabajo habitual.

- el sistema y las decisiones específicas sobre apoyos, dis­ciplina,..

 

12.Diversidad e igualdad en los aprendizajes realizados fuera del sistema educativo “formal”:

        12.1. Educación de adultos, acción sociocultural.

        12.2. Educación familiar.

12.3. Grupos y colectivos ....Activida­des culturales, deportivas,...

12.4. Acción cultural y educativa en los medios de comunicación

 

2. La realidad en la diferentes comunidades autónomas

 

             En cada una de las comunidades autónomas sería conveniente que se reflexionase respecto a las cuestiones que se detallan a continuación.

2.1. Disposiciones y normativas

          ● Sobre la concertación de cen­tros privados.

          ● Sobre las financiación del siste­ma educativo: público y privado sobre normas de inscripción a los centros.

          ● Sobre la reglamentación de la normativa estatal.

          ● Sobre la tipología y funciones de centros, aulas, módulos, servi­cios ,..creados para el trata­miento de la diversidad.

 

2.2. Análisis del sistema educativo

          ● Estado de la aplicación de la Reforma.

          ● Aspectos actuales más proble­máticos de la educación.

          ● Funcionamiento y resultados de los centros, aulas,... de Educa­ción Especial, Garantía Social,..

          ● Conflictos que se generan en los centros por cuestiones rela­cionadas con la diversidad.

          ● Actitudes y actuaciones de los diferentes sectores de la Comu­nidad Educativa.

 

2.3. La igualdad y la diversidad fuera del ámbito escolar

 

• Desigualdad social

• Diversidad cultural

• La inmigración

• Minorías étnicas

• Actitudes racistas

 

3. Nuestras respuestas y pro­puestas

 

La diversidad es lo habitual, es un hecho positivo y es enriquecedora (debe serlo, si se trabaja adecuada­mente); otra cosa es que nos suponga retos a superar (en este sentido, a veces nos exige transformar cosas, a veces puede causar “tensiones creati­vas”, pero no porque sea algo negati­vo, sino como parte de un proceso vital y profesional de avance).

La desigualdad es una realidad negativa, algo que está en contra de lo que establece la Declaración de Derechos Humanos. Por tanto, debe­mos y queremos poner todo nuestro esfuerzo en superarla, sabiendo que todas las intervenciones son necesa­rias, desde las actuaciones más con­cretas de aula hasta las más estructu­rales y políticas, y siendo conscientes de que el sistema educativo no tiene la mayor parte del peso en este tema.

 

3.1. Dirigidas a la sociedad

 

a) Si las desigualdades no son crea­das por el sistema educativo (que a lo máximo solo podrá aumen­tarlas o reducirlas) sino por el sis­tema socioeconómico y si la diversidad no es únicamente una          realidad dentro de los centros docentes, el conjunto de la socie­dad debe asumir que la resolución de los conflictos no compete sólo al ámbito escolar.

b) La sociedad debe progresar en la cultura de la diversidad y en la comprensión de que lo distinto   no nos es ajeno. Deben atajarse de forma real el racismo y la xenofobia.

 

3.2. Dirigidas a las administraciones públicas

 

a) La educación recibida no puede depender de la situación socioeco­nómica de las familias.

b) Son inadmisibles sistemas diferen­ciados que estigmaticen o margi­nen. El carácter asistencial debería estar proscrito del sistema educati­vo. La flexibilidad consiste en dar a cada uno “según sus necesidades y según sus capacidades”.

c) Se han de arbitrar las normas y los sistemas de control para que todos los centros financiados con fondos públicos estén abiertos a la aten­ción de la diversidad de la pobla­ción escolar y dispongan de los procedimientos que garanticen la calidad de la educación para todos.

d) La normativa sobre la adscripción de los alumnos a los centros, basa­da en la libertad de elección, ha dado lugar a claras injusticias, como el hecho de que una parte impor­tante y “significativa” de la pobla­ción escolar no tenga tal posibilidad de elección, o que se concentre un tipo de alumnado en un centro y otro en otro. Debe revisarse el sis­tema actual.

e) La atención a la diversidad no admi­te ni ratios ni modelos estándar preestablecidos. Los recursos per­sonales y materiales deberán ajus­tarse a cada situación concreta.

f) Es necesario redefinir las compe­tencias educativas de los diferentes niveles de la administración (en especial de los municipios, asegu­rando la igualdad entre unos y otros mediante la adecuada finan­ciación). La educación es el sector público que admite menos rigideces burocráticas.

g)Resulta imprescindible una forma­ción inicial y permanente del profe­sorado adecuada a estos objetivos, basada en la práctica y orientada por los principios de igualdad y diversidad

h) Debe establecerse un sistema de coordinación entre:

     -los distintos departamentos administrativos que intervienen en la atención a la diversidad(Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Trabajo, ....)

- los niveles de la administración (Autonómica, Local)

     - los y las profesionales (profesora­do, especialistas en psicología, trabajo social, educación...)

3.3. El trabajo en las aulas, los centros y el entorno social

 

3.3.1. Vías de actuación ante las dificultades de aprendizaje

          Consideramos que no todas las posibles líneas de actuación tienen el mismo valor. Algunas de ellas necesi­tan matizarse, y otras son claramente rechazables:

a) Denunciamos aquellas que, bajo el nombre de atención a la diversidad, buscan en el fondo segregar a determinado alumnado e incluso a ciertos grupos sociales de las agru­paciones ordinarias. Nos pronun­ciamos en contra de la formación de grupos homogéneos (que, ade­más, nunca pueden llegar a serlo): suponen una injusta clasificación del alumnado y un empobrecimiento de los grupos humanos.

b) Consideramos rechazables las vías de actuación que, bajo la justifica­ción de la adaptación al contexto, mutilan de antemano y rebajan las expectativas educativas de las clases populares. Tampoco es admisible que para determinados alumnos sea suficiente la resignación a su suerte y el bienestar afectivo.

c) Entendemos que las actuaciones especiales deben restringirse y rea­lizarse siempre bajo determinadas condiciones (objetivos concretos, pretensiones integradoras, limita­ción en el tiempo...).

d) No deben utilizarse los apoyos indi­viduales de forma generalizada como la vía normal de atención a las diferencias: sus resultados suelen ser escasos, pues parten de una concepción restringida y equivocada del aprendizaje. Su uso indiscrimina­do suele constituir un motivo de segregación y un tratamiento inade­cuado para atender a la diversidad.

          Otras líneas de actuación pueden, en cambio, potenciar el desarrollo educativo de la población escolar:

a) Necesitamos potenciar la participa­ción comunitaria (alumnado, profe­sorado, familias, asociaciones,...) como forma de afrontar mediante la implicación colectiva los proble­mas actuales de los centros y las aulas.

b) Los proyectos y la organización de centro deben estar en función de las necesidades de aprendizaje de todo su alumnado y en relación con el entorno social para potenciarse mutuamente.

c) Como siempre hemos defendido, enriquecer la actividad ordinaria dentro de los agrupamientos habi­tuales ha de ser la vía normal de atención a las necesidades de todo el alumnado. Este enriquecimiento, que dé cabida y haga avanzar a todos y todas, implica dar respuesta a las necesidades afectivas en los centros y reorganizar los conteni­dos, la metodología, la utilización de recursos y la evaluación en fun­ción de toda la población y no de la rutina académica. Consideramos una alternativa el trabajo mediante proyectos con sentido personal y social (y con sentido de presente y de futuro) en función del alumnado concreto con el que trabajamos, manteniendo siempre que lo que han demostrado hacer es sin ningu­na duda menos de lo que pueden llegar a hacer.

d)La posibilidad de elección por parte del alumnado (entre opciones de igual valor), por un lado, y la debida compensación de recursos (supe­rando cierta concepción del “déficit cultural”), por otra, son también líneas de actuación necesarias.

e) Dentro del marco de las anteriores orientaciones, pueden tener senti­do determinadas actuaciones de atención individual e incluso agrupa­mientos temporales distintos a los habituales (incluyendo aquellos que aprovechan las diferencias como factor de aprendizaje).

 

3.3.2. Enriquecerse desde la diferencia, vivir en igualdad

‑ Una educación intercultural. Si que­remos una educación para toda la población y que no sea uniformiza­dora, necesariamente tenemos que hablar de una educación intercultu­ral, y para ello es necesario:

‑ Organizar la escuela partiendo de la idea de diversidad cultural, de sexo /género, de clase social, per­sonal, contexto rural‑urbano...

‑ Organizar el aprendizaje y la convi­vencia de acuerdo con la idea de que las diferentes formas cultura­les han de acogerse en pie de igual­dad, estableciendo un diálogo críti­co y persiguiendo un avance de todas las personas implicadas.

‑ Valorizar las experiencias y “pun­tos fuertes” de los sectores discri­minados socialmente. Contrarres­tar las desigualdades sociales, de género...

- Priorizar las necesidades inmedia­tas y sentidas por toda la comuni­dad escolar y actuar consecuente­mente, de forma integral, participa­tiva y concreta.

‑ Considerar la comunicación y el diálogo como bases del aprendi­zaje.

‑ Una educación que respeta y poten­cia a la persona como tal.

‑ Las personas tenemos necesidades: físicas, de protección, sociales, psi­cológicas y de autorrealización. Si analizamos en qué situación se encuentra cada uno de los alumnos y alumnas de la clase podemos ver que alguien responde bien al modelo de conducta esperado, pero tiene dificultades psicológicas: timidez, no saber mantener sus propios crite­rios, etc; hay alumnado con un cociente intelectual alto y sin embargo no estudia; otro no sabe leer y se siente perfectamente en el grupo... Al final del estudio podemos concluir que cada alumno o alumna presenta diversidad en relación con el resto; tiene una serie de necesida­des resueltas y otras no.

          Aunque no podemos considerar que las diferencias sean exclusivamente de cariz individual y que la calidez de las relaciones en el aula sea suficien­te, es obvio que cada persona, y por tanto cada alumno/a y cada profe­sora, interpreta lo que le acontece según se ve a sí mismo/a y según cómo se sitúa respecto a los demás. Lo socioafectivo es suficientemente importante por sí mismo, pero, ade­más, el tener bloqueado ese campo entorpece e incluso impide el desen­volvimiento intelectual y académico. Por todo ello, tenemos que promo­ver:

          • La autoestima tanto del profeso­rado como del alumnado.

          • El respeto, entendido como tener en cuenta al otro en sus necesida­des.

          • Una actitud de incondicionalidad, distinguiendo al niño o niña de su conducta.

          • Dar posibilidades, tener expectati­vas altas, esperar lo mejor de cada cual, aprender a cuidar y a cuidar­nos, a poner límites adecuados por medio de pactos.

 

3.3.3. ¿Cambiar las perspectivas habi­tuales?

          - Quizá haya que plantear el avance desde perspectivas diferentes a las habituales, partiendo de que el aprendizaje es siempre posible y se genera en contextos de comunica­ción y participación.

          - Hay que hacer frente a la resigna­ción de que la cuarta parte o más de la población no va a conseguir nada. No podemos anticipar el fracaso: hay que mantener expectativas ele­vadas.

          - Sustituir la idea de “enseñanza” (uni­direccional) por “aprendizaje” (mul­tidireccional).

          - Para que haya avance, debe haber comunicación entre las personas implicadas (entre el alumnado, de éste con los adultos...).

          - La actuación basada solamente en la idea de compensar carencias es limi­tada. Hay que compensar deficiencias mediante mayores dotaciones, pero el progreso en el aprendizaje debe partir de potenciar las habilida­des que ya se tienen (valorándolas previamente y dándoles cabida en el proceso escolar) con objetivos no restringidos de antemano.

‑ Complementariamente, hemos de asegurar que habilitamos en lo que resulta imprescindible para integrar­se socialmente y para ser competen­te en los diferentes ámbitos del pre­sente y del futuro.

 

3.4. Puntos para el debate

          1. ¿Cuáles son los criterios que se deberían seguir para la adscripción del alumnado a los centros docen­tes?

          2. ¿Cuáles son los procedimientos que permiten a los centros con­certados (y ¿algunos públicos?) seleccionar su alumnado? ¿Cómo evitarlos?

          3. ¿Qué profesionales deberían inter­venir, en torno al sistema educati­vo, para un trabajo interdisciplinar en la atención a la diversidad? ¿Cómo se coordinarían?

          4. Si la administración municipal es la más próxima y por tanto la que, teóricamente, podría dar respues­tas más adecuadas rápidas y flexi­bles a las situaciones concretas y cambiantes: ¿qué competencias educativas podría asumir?, ¿qué sistemas de coordinación, de financiación y de control deberían establecerse?

          5. ¿Qué estrategias son las más ade­cuadas para tratar la multiculturali­dad en el ámbito educativo?

          6. ¿Cómo ha de entenderse la “com­prensividad” en las etapas educati­vas obligatorias? ¿Qué medidas políticas, sociales y pedagógicas la hacen posible?

          7. A partir del análisis de los sistemas establecidos para atender la diver­sidad (en especial la procedente de los movimientos migratorios y de las minorías étnicas), ¿qué sistemas alternativos se pueden proponer?

          8. ¿Se “rebajan” los objetivos y las expectativas según el origen social del alumnado (respecto a un cen­tro y/o respecto a otros grupos de alumnos y alumnas)?

          9. ¿Cómo definir “qué es lo común” que deben aprender todas las per­sonas? ¿Existen diferentes formas de adquirirlo? ¿Las adaptaciones curriculares tienen límites?

          10. ¿Qué sucede cuando trabajar con la diversidad se entiende como sinónimo de ocuparse de “caren­cias”? En todo caso, ¿qué hacer cuando una persona o un grupo cultural, aunque tenga otros pun­tos fuertes, tiene dificultades en lo que la sociedad valora?

          11. ¿Qué tipos de respuesta diferen­ciada o conjunta necesitan los pro­blemas de aprendizaje y los de comportamiento?

          12. ¿Hasta qué punto y de qué mane­ra ha de actuarse de forma con­junta en lo sociocultural y en lo escolar en un entorno concreto? ¿Cómo ha de integrarse lo escolar en lo social?.

          13. ¿Qué valoración merecen las dife­rentes vías de actuación ante las dificultades de aprendizaje, las propuestas que pretenden enri­quecer la diferencia...? ¿Cómo lle­var nuestras propuestas a cabo? ¿Qué implican en el aspecto rei­vindicativo, en el de nuestras orga­nizaciones y en el de la comunidad escolar de cada centro?

          14. Si bien filosofía ha de ser común a todas las etapas educativas, al menos a las básicas y/o obligato­rias ¿qué elementos diferenciado­res deben tenerse en cuenta en cada etapa?

          15. ¿En qué medida han de tenerse en cuenta las actuaciones culturales (dirigidas a la población infantil, joven y adulta) que se dan fuera del sistema académico?

          16. ¿De qué formas actuar para ir ganando espacios y favoreciendo nuestros objetivos en la sociedad y dentro de los centros educati­vos?

          17. ¿A qué preguntas “no puede dejar de responder” la fase final del Congreso? ¿Cómo puede organi­zarse ésta para que se acerque lo más posible a lo que pretende­mos?

          18. ¿Qué iniciativas concretas pode­mos desarrollar antes y después de la celebración del Congreso (centros, comunidad autónoma, estado)

 

4. Congreso diciembre 2.000

 

En consonancia con los objetivos marcados en el “Documento‑Guía para el debate en las CCAA” la orga­nización y metodología del Congreso, incluyendo su fase preparatoria, fomentará la máxima participación posible.

La fase final del Congreso, en diciembre de 2000, tendrá también un carácter participativo, basado en el trabajo previo y en el de las personas asistentes. Pretende desarrollar líneas y principios comunes, pero también contrastar y enriquecer las diferentes visiones que puedan existir.

De cara al exterior, hemos de debatir con quienes asumen posturas contrarias a los objetivos de “igualdad y diversidad” en educación y hacer llegar a la sociedad nuestras posturas. El debate y trabajo interno, por el contrario, pretende realizarse entre quienes comparten esos objetivos generales, centrándose en clarificar cómo los entendemos y cómo los damos respuesta.

 

4.1. Organización

         

          • El Congreso es promovido por Confederación de MRP, CEAPA, Fed. de Ens. de CCOO, FETE‑UGT, Confederación STEs, Fed. Ens. de CGT y MCEP.

          • Se constituyen dos comisiones con representantes de todas las entidades organizadoras:

          - Comisión de contenidos: Respon­sable de la elaboración del Docu­mento‑Guía y de los documentos que irán al Congreso redactados a partir de las aportaciones recibi­das, así como del sistema de traba­jo a seguir en el Congreso.

          ‑ Comisión técnica: Responsable de los aspectos logísticos (lugar del Congreso, instalaciones, financia­ción,..).

• Coordinación de la Comisión de Contenidos: Joan Amézaga y José Emiliano Ibáñez

• Coordinación de la Comisión de Infraestructura: Pedro Crespo

• Calendario:

‑ A finales de marzo: convocatoria del Congreso y envío del Docu­mento‑Guía

‑ De abril a finales de mayo, trabajo en las CCAA y elaboración de propuestas.

‑ Primera semana de junio, envío a la Comisión de contenidos de los documentos elaborados en cada CCAA.

‑ Julio: elaboración de los documen­tos congresuales.

‑ Octubre ‑ noviembre inscripción al Congreso y envío de materiales

‑ Tres días del “puente” de diciem­bre: celebración del Congreso.

          • Lugar: Madrid o lugar no muy alejado.

          • Participantes en el Congreso: Se prevé un máximo de 500 asistentes al Congreso, aunque esta cifra puede variar en función de la infra­estructura disponible. La mayor parte de estas personas asistirán en función del cupo que corresponda a cada entidad organizadora y el resto lo harán de forma individual. Opor­tunamente se concretarán estos aspectos.

 

4.2. Metodología

         

          • Se establecen dos fases:

          : Precongresual de elaboración de propuestas en las CCAA y “anima­ción del debate” público a nivel esta­tal (abril y mayo 2000)

          2ª El Congreso (3 días del “puente” de diciembre 2000)

          La Comisión de contenidos ha ela­borado un Documento‑Guía que será remitido a todas las organiza­ciones en sus distintos ámbitos territoriales, con la finalidad de pro­mover el debate y ser superado mediante las aportaciones de las diferentes comunidades.

          En cada comunidad autónoma, las entidades organizadoras:

          ‑ Elegirán una persona responsable para dinamizar el proceso precon­gresual, comunicando el nombre de esta persona a la Comisión organizadora estatal.

          ‑ Establecerán los sistemas que per­mitan un debate conjunto (entre las entidades organizadoras y otras ....) a partir del Documento‑Guía de la forma en que estimen más oportuno, asumiendo la finan­ciación de los gastos generados en esa comunidad.

          • Los contenidos del Documento‑Guía van de lo general a lo concreto:

          ‑ La “Declaración de principios” pretende clarificar unas ideas bási­cas comunes, de tal manera que el debate se produzca entre aquellas personas y colectivos que, aunque no tengan similares puntos de vista, compartan los objetivos generales de “igualdad” y “diversi­dad” en la educación.

          - “Análisis global y puntos de parti­da” pretende reflexionar sobre los conceptos y el marco normativo general.

          ‑ “La realidad en las distintas CCAA”, nos ha de permitir conocer la situación diferenciada que sobre el tema de la diversidad y las desigualdades se da en las diferen­tes CCAA. Sería especialmente importante poder disponer de los sistemas vigentes en la atención a la diversidad para poder realizar análisis comparativos.

          ‑ “ Nuestras respuestas y propues­tas”. Este apartado debería reco­ger propuestas alternativas, a dife­rentes niveles, de atención a la diversidad, incluyendo tanto aspec­tos reivindicativos como actuacio­nes a nuestro alcance.

          • Los textos introductorios de cada apartado pretenden servir de refe­rencia común para la discusión, pero no prefiguran los documentos del Congreso. Tiene sentido realizar valoraciones críticas, pero no realizar propiamente “enmiendas”.

          • Los “Puntos para el debate” que aparecen en el Documento‑Guía tie­nen la finalidad de ser orientativos, y, por tanto, no deben tomarse en sentido limitativo.

          • Los documentos elaborados por cada CCAA serán remitidos a la Coordinación de la Comisión de Contenidos, en soporte informático (se ruega enviarlos en formato “RTF”).

          • La Comisión de contenidos elabora­rá los documentos congresuales previos y establecerá los mecanis­mos mediante los cuales se aproba­rán los documentos resultantes del Congreso. Los documentos previos y finales pueden recoger, cuando sea necesario, distintas posiciones ante un aspecto determinado.