Antonio.Bartolome@doe.d5.ub.es
Los ordenadores no necesitan ser grandes, pesados y
difíciles de manejar
Los ordenadores no son como los pingüinos
Los ordenadores no son los culpables de lo que
hacemos los hombres
Utilizar la nostalgia como criterio axiológico
Sé que a Vd. se lo parece pero no es cierto. Este artículo no está dirigido a
los "locos de las máquinas", esos compañeros amantes de la Informática
(¿"amante" de un ordenador?) que siempre están dispuestos a echar una
mano. Este artículo está dirigido a los profesores que odian, temen, recelan de
o simplemente conviven con los ordenadores en su escuela. Y, también, a
aquellos que nunca los han visto, al menos en su actividad docente.
Este
no es un artículo sobre ordenadores: es un artículo sobre cambios. O quizás
sobre el cambio. Los ordenadores en la enseñanza están cambiando. Están
cambiando ellos, los ordenadores. Están cambiando su función en un contexto
educativo. Y están cambiando la enseñanza. En este artículo presentaré en qué
consiste ese cambio y cómo nos afecta a todos los profesionales de la
Educación.
Hace tiempo que comenzaron a aparecer los primeros
indicios de este cambio. Lamentablemente, y como ha ocurrido en otras
ocasiones, los profesionales más profundamente inmersos en este campo no
siempre se han dado cuenta, no han sido capaces de percibirlo. Afortunadamente
algunos sí lo han hecho. Y afortunadamente también, otros profesionales
provinentes de campos como las Ciencias de la Comunicación o la Sociología nos
lo están advirtiendo.
Hace unos meses oía a una especialista que utiliza
ordenadores con niños de Educación Infantil algo así como:
- "Nuestros niños no
necesitan muletas para trabajar con el ordenador"
Las muletas a las que se refería
era el "ratón". Resulta difícil pensar en el "ratón" de un
ordenador como una "muleta" que "ayuda" a moverse. Y, por
supuesto, tampoco creo que el teclado sea una muleta. Pero, claro, alguien
tendría que decirle a esta "especialista" que dentro de 5 ó 10 años
quizás empiece a dejar de utilizarse el teclado (quizás, también, el ratón)
para pasar a introducir la información en el ordenador mediante la voz... y la
"muleta" de un micrófono.
Veamos otro ejemplo. Una
profesora de Pedagogía me decía:
- "Poner un ordenador en
manos de un niño de 3 años es una barbaridad".
Debo reconocer que al pedirle
que justificara esta afirmación no acertó a hacerlo. Me pareció entender que
hasta que no se solucionasen todos los problemas en relación a la educación
afectiva, social, humana, etc. no había que gastar dinero en introducir
ordenadores en Educación Infantil. Bueno, eso pone el plazo muy lejos,
posiblemente en el fin de los tiempos o con el advenimiento del "mundo
feliz" de Huxley. Aplicando un criterio similar no deberían haber
ordenadores en ningún nivel educativo. Pero, volvemos a lo mismo, alguien
debería decirle a esta profesora que los ordenadores no son unos seres
malvados, robots asesinos o algo parecido, sino unas herramientas que,
abiertamente, han entrado al 100% en numerosos campos profesionales, y, encubiertamente,
en la mayoría de nuestros momentos cotidianos. ¿O quizás no sabe que muchos de
los electrodomésticos, equipos electrónicos o partes del vehículo en el que
viaja están siendo controlados por diminutos microprocesadores, con sus
dispositivos de almacenamiento, sus interfaces de comunicación con el usuario
y, en muchos casos, con "puertos" de entrada y salida de información?
Detrás de estas personas existen
percepciones equivocadas. Por ejemplo, parecen pensar que un ordenador se
define como un objeto cuadradote, razonablemente pesado e incómodo de
transportar, provisto de un teclado y una pantalla (eventualmente, también
incluyen del ratón). Me olvidaba decir que también atribuyen a los ordenadores
intenciones diabólicas como estropearse siempre cuando más falta hacen (un
nuevo concepto interesante: "ordenadores sensibles al estrés del
usuario"). Cristina Alonso, una profesora de Barcelona, me hizo notar lo
afortunados que somos en una sociedad que permite justificar muchas situaciones
diciendo que "la culpa es del ordenador".
Un ordenador es un dispositivo que incorpora un microprocesador capaz
de manipular información. También, incorpora dispositivos para almacenar la
información y, naturalmente, para comunicarse con el exterior. Bueno, es
parecido a nuestro cerebro y de hecho puede ayudarnos a procesar información al
igual que las muletas, las auténticas, pueden ayudarnos a caminar. O como los
zapatos o las botas que también, nos ayudan a caminar.
Aquí entra una segunda
equivocación: creerse que los ordenadores son como los pingüinos: todos
iguales. Y claro, no voy a entrar aquí en temas propios de la biología como las
diferencias individuales entre los pingüinos, pero sí hay que saber que a partir
de la definición de ordenador anterior, cada equipo se adapta a situaciones y
necesidades muy diferentes. De hecho, pueden no tener ningún parecido entre sí.
Un libro electrónico, como el Data Disk de Sony o el Bookman de Franklin Elect.
Publishers no tiene un excesivo parecido con un monstruo del tipo de los que
habitan en los centros de Supercomputación. Los hay del tamaño de un reloj o
los hay que no podrían transportar entre doce hombres. Algunos usan teclado y
otros únicamente la voz humana. Unos nos ayudan a escribir, a pintar, a
recordar, a encontrar la información... pero existen muchos que permiten que
nuestro automóvil arranque, que podamos hablar por teléfono o que la lavadora
no empiece a centrifugar antes de tiempo.
Pero volvamos a los ordenadores más conocidos por los
educadores, los "PC" ("personal computer", ordenadores
personales). Bueno, también aquí nos encontramos con un extraño concepto. Viene
a ser algo así como la "Ley General de Coste de un equipo en función del
Nivel Educativo". Según esta ley, que todavía no he visto escrita en
ningún sitio pero que parece estar en muchas mentes, existe una relación
directa entre el costo de un equipo y el nivel educativo en el que va a ser
utilizado. Los departamentos de Universidad pueden tener equipos muy caros
mientras que en Enseñanza Primaria hay que resignarse a equipos más económicos.
En
ocasiones he oído interesantes argumentos relacionados con la pobreza en el mundo.
Como persona especialmente sensibilizada con la pobreza, la falta de respeto a
los derechos humanos y la destrucción de la naturaleza, me veo en la obligación
de decir que, lamentablemente para algunas personas, esta vez la culpa no es
del ordenador. Siento tener que insistir en que los hombres y las mujeres somos
responsables de esos problemas, algunos/as quizás más que otros/as, pero que me
opondré formalmente a que ningún ordenador sea juzgado por delitos que no ha
cometido. Y, ya puestos, debo añadir que, considerando que hay que buscar el
equipo más adecuado a cada función, el nivel de desarrollo de la investigación
en algunos departamento Universitarios y las necesidades sociales, hay que
convenir que en muchos casos es más rentable invertir más dinero en equipos
adecuados para preparar a los niños de hoy que para permitir continuar una
existencia tranquila y endogámica en la Universidad.
Pero sigamos con esas ideas que dificultan la visión del
cambio. Si nos preguntasen qué es más "humano", un libro o un
ordenador, ¿cuál sería nuestra respuesta? Bueno, yo tengo que insistir en que,
por supuesto, ambos son igual de "humanos". El ordeandor no es un
trasto extraño a nosotros; los ordenadors son producto de nuestra capacidad
creadora, los hemos diseñado y construido, son nuestros "hijos". No
nos son algo extraño, no han venido de otro planeta. Comprendo que para quienes
no hemos nacido con ellos se nos aparecen como objetos nuevos, extraños y vagamente
amenazadores, por ejemplo en el ámbito laboral. Pero he visto como para niños
de 4 años el ordenador en su clase era un objeto más, un amigo más,... hasta
recibir un nombre cariñoso como un compañero más. Porque para ellos, Macky no
es algo más extraño o nuevo que un libro: han llegado a su vida juntos, desde
fuera; y estos niños han integrado ordenadores y libros como elementos
cotidianos. En todo caso, el ordenador les resulta más cercano, quizás porque
es una herramienta más manejable en sus manos. Los ordenadores, nos guste o no,
son humanos porque son nuestros hijos, y creo que podemos empear a estar
orgullosos de ellos.
Quizás lo que no sea humano sea
la guerra, el matarse entre individuos de la misma especie, la opresión,...
incluso personalmente considero poco "humana" (en el sentido de
"humanitaria") a esa visión capitalista de la economía tan de moda
hoy en día. Pero no debemos mezclar la añoranza o la nostalgia en estos temas,
por muy legítimas que sean. Si les preguntará por las sensaciones que provocan
en Vds. la yunta de bueyes y el tractor, ¿qué les resultaría más entrañable,
más "humano" (¡otra vez!)? Bueno, pues si alguno escoge la yunta de
bueyes le recomendaría que tratase de pensar que respondería el niño yuntero
del poema de Miguel Hernández.
Si
consigue superar todos los errores citados es posible comprender que los
ordenadores han cambiando, que ahora ya son nuestros compañeros de viaje,
herramientas cotidianas a las que tenemos mucho que agradecer. Desde aquí
podemos seguir adelante. Porque ahora los ordenadores ya no son ordenadores.
Desde hace dos años iba percibiendo que se estaba
produciendo un cambio importante en el uso de los ordenadores en nuestra
sociedad. Y también que ese cambio se percibía con mayor intensidad en el
ámbito educativo. Hace un año cayó en mis manos un libro de Matthew Hodges y
Russell Sasnett (Hodges y Sasnett, 1993)
que presentaba algunos trabajos del proyecto Athena del MIT. Y descubrí allí
escrito lo que había estado intuyendo: "la comunicación es el papel
de los ordenadores hoy. La evolución de la informática ha sido una expansión
continuada de instrumentos para la comunicación y la expresión de ideas".
Así que los ordenadores ya no
son ordenadores, es decir, ya no son instrumentos para "ordenar" la
información, ni siquiera para "realizar computos" (en Sudamérica se
les denomina "computadoras"). Ahora son instrumentos de comunicación.
Pero, quizás convenga mostrar un poco ese cambio. Para ello veamos algunos de
los últimos movimientos en la evolución de los ordenadores.
En primer lugar, tenemos los
sistemas Multimedia (o "Multimedios"). La idea "Multimedia"
va más allá de simplemente añadir nuevos tipos de datos. Hay dos palabras que
juntas la definen: Integración e Interactividad. Integración de medios, pero no
"yuxtaposición" de medios; la integración de información soportada en
diferente códigos implica que se "construyen" nuevos mensajes en lo
que implica un nuevo lenguaje. Y respecto a la Interactividad no hace sino
remarcar el carácter bireccional de esa comunicación.
Otra palabra de moda:
"autopistas de la información": porque ahora el tema no es tener
información o manipularla, sino "hacerla viajar" y para eso hacen
falta autopistas, los nuevos canales para el nuevo medio. Y si miramos el
último gran salto en Internet veremos que está ligado al World Wide Web (la
"gran telaraña del mundo") una red no estrictamente limitada a
distribuir información sino orientada a comunicarse.
Los ordenadores están
evolucionando hacia un nuevo medio, un medio de comunicación que integra todos
los anteriores y nos proporciona una capacidad nunca antes disponible. Aquí hay
que señalar que, a pesar de los habituales esfuerzos de quienes detentan el
poder, esa evolución se produce en gran medida a través de mecanismos
democráticos y desde la base de usuarios. Martin Ryder (Ryder y Wilson, 1995) decía en la
Conferencia anual de la AERA, en S. Francisco (Abril, 1995): "Internet
difiere, sin embargo, de muchas innovaciones tecnológicas en que parece ser en
gran medida dirigida desde la base, desde la comunidad académica y desde
individuos y pequeños grupos de entusiastas populares
("grass-roots"). Las organizaciones se encuentran a sí mismas
respondiendo a un salto cultural no planeado, más que implementando una
tecnología de arriba hacia abajo".
Otro ejemplo: la revista Veja
(nº 9, Marzo 1995, pg. 49) citaba que cómo los rebeldes zapatistas utilizaban
Internet para transmitir sus comunicados; existe una historia sobre cómo los
guerrilleros fueron avisados por Internet del cerco que estaba formando el
ejercito regular. Es efectivamente lamentable que grupos fascistas
norteamericanos se expliquen cómo fabricar bombas a través de Internet pero eso
mismo es una prueba de la dificultad de controlar esta red y es una esperanza
frente a los mecanismos del poder.
Existe más argumentos a favor de
la existencia de este cambio, pero es difícil recogerlos en este breve espacio.
Y es importante señalar otras consecuencias. Por ejemplo, desde el momento en
que los, llamémoslos, ordenadores se convierten en medio de comunicación pasan
a "depender" de una Teoría de la Comunicación en vez de una Teoría de
la Información, como comentaba Adalberto Ferrández, un catedrático de la UAB.
¿Y qué diferencia hay entre ambas perspectivas? Bueno, pues bastantes. Mientras
esperamos el artículo que prometió este profesor podemos adelantar que la
Teoría de la Información es más analítica, racional, precisa y sistemática. La
Teoría de la Comunicación está por el contrario, más abierta a una concepción
intuitiva, global, sintética. Incluso se podría hablar (con reservas) de que
cada una se orienta más hacia uno de los dos hemisferios.
En
este momento se hace necesario cambiar la definición de ordenador que había
escrito hace unas páginas: Un ordenador es un dispositivo que nos permite
comunicarnos, integrando diferentes sistemas de símbolos e interactuando con
nosotros. Y si los ordenadores son instrumentos que permiten comunicarnos,
habrá que ponerlos en manos de profesores y alumnos.
El papel de los ordenadores en la enseñanza ha ido
evolucionando durante estos años. Naturalmente han existido diferentes
perspectivas que han coexistido con diferentes áreas de influencia. Esto ha
servido para animar la polémica y permitir a los estudiosos perder el tiempo en
profundas discusiones sobre el Basic y el Logo, por ejemplo. La verdad es que
con la perspectiva de los años está comenzado a resultar difícil encontrar los
imbéciles profundos que debía haber generado el Basic. Espero que los
partidarios del Logo me perdonen esta broma, pero tanto unos como otros, y como
otros muchos profesionales en este campo, han estado muy cerca de caer en la
tentación (¿O han caído?) de confundir ciencia con ideología, pensamiento
científico con pensamiento religioso.
Y ahora, ya sin prejuicios,
observamos qué hemos aprendido en estos años y cuál es el cambio que puede
observarse hoy. La introducción de ordenadores en la escuela se ha desarrollado
ligada un aprendizaje del funcionamiento del ordenador. En el mundo de los
estudiosos han preferido fijarse en aplicaciones más relevantes desde un punto
de vista educativo como el desarrollo cognitivo con ayuda del lenguaje Logo, el
desarrollo de destrezas con ayuda del Basic, y en la adquisición de
conocimientos o destrezas con ayuda de programas de Enseñanza Asistida por
Ordenador.
Hoy estos usos pueden seguir
siendo válidos. Pero existe otra percepción global del uso de ordenadores: son
instrumentos. Es posible que sea necesaria una asignatura relacionada con la
Informática para cubrir objetivos en relación al uso instrumental de las
máquinas o a la adquisición de su nuevo lenguaje.
Pero los ordenadores se han
concebido también como algo que atañe a todas las materias. Son instrumentos
que el profesor de Expresión plástica utiliza y facilita utilizar a sus alumnos
para expresarse con imágenes.
Permiten acceder a información
en Naturales, o acercarse a otros países en Sociales, etc. Por supuesto, siguen
utilizándose el Logo o los programas tutoriales y las simulaciones. Pero ahora
es en un marco más global, como algo que afecta a todos los profesores y desde
la perspectiva de herramientas intelectuales.
Evidentemente, hace años que los
ordenadores se conciben como herramientas en la enseñanza. Existen muchos
libros que podríamos citar. A mí me sigue pareciendo una joya poco leída el
libro de Enrique Calderón (Calderón,
1988) no porque aporte experiencias desconocidas (aunque las que aporta son
interesantes e ilustradoras) sino por su capacidad de relacionar el uso
instruccional con la realidad social. Pero incluso en libros como éste, al
concebir los ordenadores como instrumentos se piensa en "instrumentos
didácticos", y ese es el cambio: no son instrumentos didácticos, son
instrumentos de comunicación que podemos utilizar con finalidades instructivas.
Vamos a compararlo un momento
con otro medio: la Televisión. La Televisión no es un recurso didáctico, es un
medio de comunicación. Es cierto que existen programas de televisión que se han
producido con una intencionalidad didáctica: estos programas reciben el nombre
de programas educativos o didácticos según los casos, y el proceso de emitirlos
por televisión se denomina "Televisión educativa" o, en ciertos
casos, "Televisión escolar". También, es cierto que existen programas
que nunca tuvieron esa intencionalidad instructiva, pero que son utilizados por
los profesores en sus clases: aquí aparecen muchos programas
"culturales" pero también podemos encontrar series históricas más
orientadas al entretenimiento, informativos, etc. Así, es el uso que el
profesor hace de la televisión lo que le confiere el carácter didáctico al
programa. Hace mucho tiempo que en mis cursos comienzo gastando una broma a mis
alumnos (ver figura 1).
Figura 1:
Y les explico que el mayor problema para la introducción de los Medios en la
Enseñanza fue causado involuntariamente por alguien, cuando escribió en la
pizarra, en el orden incorrecto, el contenido de tres papeles que le habían
entregado. En realidad debían haberse colocado de otra forma (ver figura 2):
Figura 2:
Pues bien, los ordenadores no son recursos didácticos sino instrumentos de
comunicación que pueden ser utilizados con fines instructivos o para aprender.
Aunque en la práctica más
generalizada, los ordenadores han sido introducidos en el sistema educativo a
nivel de Primaria y Secundaria como "objeto de estudio"
("aprender SOBRE la Informática") existen numerosos ejemplos de cómo
introducirlos como instrumento en el diseño del currículum. Pues bien, no es
ése el cambio al que me estoy refiriendo; por poner un ejemplo, no se trata de que
podemos utilizar un procesador de textos en clase de lenguaje o una hoja
electrónica en clase de matemáticas para aprender lenguaje o matemáticas. Se
trata de que cada vez más se utilizan, por ejemplo, los procesadores de textos
para escribir (que al fin y al cabo no deja de ser para lo que fueron
diseñados). Hace dos años me contaba un sobrino cómo preparaba sus trabajos en
BUP con un ordenador y luego los pasaba pacientemente con ayuda de una máquina
de escribir porque sus profesores no le dejaban presentar los trabajos hechos
con ordenador. ¿Les dejaría a sus alumnos utilizar el corrector ortográfico o
sintáctico para corregir sus trabajos escritos antes de presentarlos? ¿Les
dejaría tener un ordenador con una base de datos durante un examen? ¿Les
dejaría hacer dibujo lineal con un ordenador y una impresora láser?
Su respuesta puede ser correcta
tanto si responde sí como no: basta que sea coherente con sus objetivos
curriculares. Los que puede que no sean correctos son sus objetivos
curriculares. ¿Para qué sociedad está preparando a sus alumnos? Una y otra vez
viene a la mente la frase de Margaret Mead: "Mi abuela quiso que yo
tuviera una educación: por eso no me mandó a la escuela". Y la de McLuhan:
"¿Por qué he de ir a la escuela para interrumpir mi educación?" (citada por Ferrés, 1987).
Como
consecuencia quizás haya que incluir una matización en la definición: Así
hoy el ordenador es un recurso de comunicación, que ayuda a aprender, que
utiliza contenidos multimedia, y que está conectado a otros ordenadores en todo
el mundo.
Los ordenadores, entendidos como sistemas integrales de
comunicación multimedia, representan un tema tan vasto que no puede ser
abarcado en una revista. Pero, tampoco es un tema del que nunca se haya
escrito. Por tanto en este número de Aula no se pretende dar una visión
completa de las posibilidades de la Informática en la Enseñanza. Trata de
recoger algunos aspectos que nos han parecido especialmente significativo para
referenciar ese cambio del que hemos hablado.
Así se han escogido unos pocos
temas clave: los sistemas multimedia, la comunicación a través de redes, la
organización de la información a través de Hipertexto/s... y unas referencias a
los ordenadores como instrumentos en algunas áreas y niveles específicos.
Ha terminado de leer este
artículo y quizás le queden dudas o, por el contrario, le gustaría plantear mil
objeciones. Vd. puede estar en desacuerdo absolutamente con todo lo que dice
aquí. Me gustará compartir sus dudas o sus objeciones. En cualquier caso, antes
de pasar la página le ruego que se detenga un momento y reflexione. Puede que
lo que se dice en este artículo esté equivocado, el tiempo lo dirá. Y sin
embargo queda la pregunta: ¿Qué representan hoy los ordenadores en la Sociedad?
¿Y en la escuela? ¿Están cambiando?
Calderón, E. (1988). Computadoras en la Educación. México: Edit.
Trillas.
Ferrés, J. (1987). Vídeo y
Educación. Barcelona: Edit. Laia.
Hodges,
E. and Sasnett, M. (1993). Multimedia Computing. Reading (Ma):
Addison-Wesley Publishing Company.
Ryder,M.
y Wilson, B. (1995).From local to virtual learning environments; Making the
connection. En American Educational Research Association 1995 Annual
Meeting, April 18-22, San Francisco, California.