ASPECTOS EN EL APRENDIZAJE DEL SEGUNDO IDIOMA: El grupo que aprende

 

AUTOR: JOSÉ M. GONZÁLEZ DE DURANA GAMARRA
PAÍS: España
EMAIL: duranajm@yahoo.es
DIRECCIÓN: http://www.maseducativa.com/webs/durana/art5pag1.htm 

RESUMEN

El autor trata de hacer ver la importancia del grupo que aprende un segundo idioma, el número y su homogeneidad hacia los objetivos. Qué pasa con el currículo escolar y los idiomas; cómo el profesional de idiomas debe saber ‘conformar’ un grupo, motivarles, evaluarles, y sobre todo crear un clima psicológico donde ‘aprender a hablar’, con sus miedos, errores y titubeos, va a ser la tarea primordial. Qué medios en técnicas grupales, el ambiente físico, relajación... debe saber emplear, para llegar al aprendizaje óptimo en idiomas.

 

La comunicación es un acto social.

El hablar se aprende en descendencia (de padres a hijos) y se desarrolla en horizontal en nuestro grupo social. Se realiza por lo tanto en grupo, y en esta metodología es un elemento fundamental.

 

1.                 Currículo Escolar:

Para componer el grupo material de aprendizaje, hace falta alumnos; alumnos que vengan, al menos externamente con la idea de aprender un segundo idioma.

         El número de alumnos en clase, el número de alumnos en el grupo que va aprender este segundo idioma es el primer punto que tenemos que examinar.

         El número de componentes del grupo que estudia el idioma es relevante, a la hora de aplicar una u otra estrategia o método, y uno u otro objetivo. No existe un número definido para el tamaño óptimo del grupo. Pero Moreno, por medio de González, Mª.L.,(1995:52) nos dice que "Lo importante para la determinación del tamaño óptimo del grupo es la capacidad de contacto emocional directo que un miembro puede alcanzar con los otros. Un grupo puede crecer en tanto en cuanto éste pueda absor­ber nuevos miembros sin disminuir la productividad del grupo" .

 

         El ambiente grupal que es necesario crear en el aprendizaje del idioma, se vería comprometido si el número de miembros del grupo es grande; a más miembros, menos posibilidad de conocerse, de comunicarse, de crear un buen ambiente; y el grupo es fundamental en esta experiencia. Existen estudios y trabajos sobre este aspecto de la vida de los grupos; ver, por ejemplo, la obra de Watzlawick, P., Beavin,J.H. y Jackson, D.D.(1981), la de Sbandi, P.(1977), la de C. Rogers, la de Remouchamps, R. y Mathot, R.(1972), la de Pagès, Max (1977).

 

         Por otro lado, el número de alumnos es determinante para el objetivo que se quiera conseguir y por lo tanto, de la estrategia o método que se escoja.

Es bastante difícil intentar conseguir el objetivo de llegar a hablar con un número de veinte alumnos, o más; ¿qué tiempo se podría dedicar a cada alumno en dicho caso?, ¿qué tiempo tendría cada alumno para hablar?. Dado que el objetivo en este caso sería llegar a hablar, no llegaremos a hablar si no hablamos y no hablaremos si no tenemos el tiempo para hacerlo. Si un alumno habla cinco minutos, su clase es de cinco minutos dentro de nuestra metodología; durante el tiempo empleado por los demás, se aburrirá o creará problemas a los demás. En nuestra metodología, tratamos de que el alumno hable la mayor parte del tiempo: por eso tenemos el primer estudio y trabajo principal, el más costoso en tiempo, por cuenta individual, en el laboratorio o en casa; después comienza, en clase, el diálogo en pa-rejas donde todos deben practicar y por último la 'ronda' y la escenificación (role-play) con todo el grupo, donde el tiempo y el número de miembros limitan los diálogos y la práctica del idioma. 

         Si se sobrepasa el número que permite atención a todos, ambiente grupal único, agilidad en el aprendiza­je, en las 'rondas' de preguntas / respuestas, deberemos cambiar de estrategia y de objetivos. Es el caso de la mayor parte de las aulas de la enseñanza pública y privada 'reconocida'. Un profesor honrado explicaría al grupo, al comienzo del curso, que no se podrá pasar de la explicación de la gramática, de los ejercicios escritos, de la lectura de algún libro. Aquí hay que reflexionar y hablar de la teoría curricular y el aprendizaje de idiomas; creo que la enseñanza reglada ha tomado dicha teoría de una forma externa y ha encua­drado todas las materias dentro de una parrilla-horario y dentro de una organización de salones, iguali­taria; con lo cual, se da el caso de que después de matemáticas viene inglés; los cuarenta alumnos cambian de libro y de profesor, y siguen el horario, en español, en un ambien­te aséptico y con un contenido aburrido, en franca contradicción con lo que pensaban era un idioma. El profesor 'tira del carro', lucha porque aprendan algo; los alumnos apáticos, se montan en el carro; sólo la nota, el suspenso, mueve a algunos. Tenemos la masificación y el desinterés de la enseñanza reglada, frente al aprendizaje en grupo, al conocimiento de sus miembros, a la exigencia del grupo, a la comunicación en inglés como objetivo diario.

         En general, la masificación en la clase perjudica cualquier tipo de enseñanza. Pero, dada la particulari­dad del aprendizaje de idiomas, el número de alumnos en la clase, mejor el número de miembros del grupo de aprendizaje, está limitado por todas las característi­cas, que hemos mencionado y que irán saliendo en esta expe­riencia.

 

         La pregunta, sería, ¿es que puede seguir la ense­ñanza de idiomas dentro de lo que en la enseñanza pública se llama curriculum del centro?. En la realidad diaria, en la práctica, no sigue; me parece que si un alumno quiere llegar a hablar/ entender un idioma, va a un centro privado, dedicado a ese tipo de aprendizaje, después de las clases. Esta consecuencia del número de alumnos y de la metodología empleada es patente en la enseñanza española.

         Resumiendo, el número de alumnos es determinante para escoger la estrategia y los objetivos a seguir en el curso de idiomas. Y si queremos conseguir los objeti­vos de comunicación oral, la limitación de alumnos a lo que se puede considerar un grupo ideal de comunicación es necesaria y obligatoria.

 

Además, un grupo más numeroso no permite tener el ambiente físico, externo que debe reinar en un grupo de aprendizaje. El profesor y los alumnos pueden llegar a crear un buen ambiente con 15 y mejor con menos, llegar a conocerse, llegar a exigirse trabajo, respeto, libertad y tranquilidad, en resumen buen ambiente. Algo necesario para que se obtenga un buen y rápido aprendizaje, como veremos mas abajo.

Aquí interviene el papel de la administración en la enseñanza pública o privada. Si se sigue con la mentalidad de que después del profesor de matemáticas viene a la clase el profesor de inglés...sin cambiar nada, pues no tendremos aprendizaje de un idioma (objetivo  hablar /entender), podremos llegar a saber gramática inglesa, y sin duda, sabemos más que los ingleses, pero no hablamos inglés. Y como saber gramática sirve para muy poco y/o nada para hablar el idioma, tenemos el fracaso escolar en esta materia, el repudio de dicha clase que les ha privado de la posibilidad de comunicarse, hablar / entender en inglés. Es asignatura pendiente durante toda la vida para la mayoría de los españoles.

Existe el gran problema de saber si la enseñanza de los idiomas tiene que estar dentro de servicio curricular de la escuela o fuera de él, dentro de los colegios, de las universidades, o fuera de él.

En España está solucionado el problema, algo que, al menos, tenemos positivo: hemos separado la clase de gramática del idioma por un lado, y esa está entroncada dentro del curriculum de materias que se imparte en la escuela general , y por otro, damos en numerosos centros externos y sin control, la clase de comunicación, de hablar el idioma, y ahí tenemos a Wall Street, Opening, y miles  de academias que intentan enseñar a hablar el inglés.

Claro que el fracaso que se arrastra de la enseñanza reglada en idiomas, perjudica el otro aprendizaje, el del hablar /entender el otro idioma, además es difícil de quitar esa experiencia. Y tampoco tenemos dos bolsillos, dos cuentas bancarias, dos salarios; más bien tenemos uno y escaso. Y entonces, ya se sabe, el que puede, puede y el que no...De hecho pagamos dos, o tres veces la enseñanza de idiomas; uno se pregunta, por qué los padres seguirán pagando esa cantidad...?

 

¿Qué se puede hacer con este despropósito?

Solución práctica, real, posible, respecto al número de alumnos, dentro de una mentalidad comunicativa en el aprendizaje de los idiomas: Dividir el número de alumnos que hacen las clases normales de matemáticas, física o geografía, en dos, y poner dos profesionales de la enseñanza de idiomas, nativos, en la exclusiva aula de idiomas. O sacar, quitar la asignatura de idiomas del currículum escolar y dejarlo en manos de los padres, en las propias manos.

Creo que, con treinta alumnos, no se puede llevar a cabo una buen aprendizaje del idioma para comunicarse; quizá en ese mismo contexto, seamos claros, tendríamos que hacer gramática, lo único que se podría hacer, por cubrir el expediente, no para llegar a hablar.

 

 

2. Existe UNA RELACIÓN ESTRECHA entre el ambiente de grupo (ambiente

de trabajo, de aceptación de los demás, de libertad, de autoestima, de relajación para hablar y hacer errores) y la eficacia en el aprendizaje. O sea, el profesor debe poner atención a este punto en el aprendizaje de idiomas, influye de forma vital a la eficacia de dicho aprendizaje.

Es la suma de todos estos aspectos grupales lo que hace que el aprendizaje sea bueno y exitoso, y que el profesor sea un profesional.

 

Hay que saber que se trabaja bastante en parejas, para aprovechar el tiempo por un lado (a hablar se aprende hablando), para hacer pedagógicamente la tarea difícil de repetición de la parte funcional, por otro, dentro de la metodología comunicativa.

El profesional de la enseñanza, nativo del idioma que da, debe ser un experto en la dinámica de grupos, en psicología social. Los primeros días debe ‘vender’ su metodología, entusiasmar y motivar al grupo, explicar a fondo la experiencia del aprendizaje en grupo de un idioma, hacer pruebas con los miembros del grupo para ver si son aptos psicológicamente para aprender a hablar /entender un nuevo idioma, (hay personas que no lo son y no es  a causa de sus conocimientos lingüísticos). Tiene que conseguir poner a todos los miembros del grupo en una sola dirección, que no haya disonancias, que perjudican la marcha rápida en el aprendizaje (Hay que tener en cuenta que aprender a  hablar un idioma, no es cuestión de años, en plural; se llega antes de lo que estamos acostumbrados).

Resumiendo hay que llegar a crear y mantener un buen ambiente en el grupo. En la enseñanza privada competitiva es un requisito de todo aprendizaje; de lo contrario los alumnos se marchan. La enseñanza puede ser efectiva y notarse a corto plazo; el trato debe ser no sólo lo más correcto posible, sino lo más estimulante, comprometido y motivado, porque de ello depende su efectividad.

 Siempre me ha llamado la atención una de las hipótesis de Krashen, la del filtro afectivo, ya que perso­nalmente he experimentado su importancia, a la hora de aprender y hablar otro idioma y también la he encontrado reflejada en mis alumnos. Diría que el aprendizaje de idiomas  depende en un noventa por ciento de este filtro, de la estructura psicológica del alumno; pero no en relación a su inteligencia, comprensión o memoria de estructuras del otro idioma, sino más bien en relación a su autoestima; dicha estructura va a dar un alumno abierto, sin complejos para expresarse con un mínimo de conocimientos, o un alumno con miedos internos o externos a la hora de expresarse. Además del citado Krashen, anterior­mente hemos dado numerosos autores en el tema relaciona­do con la hipótesis de Krashen.

         De aquí la importancia que suelo dar al grupo en el aprendizaje del idioma, porque en su interior uno se da cuenta de este problema y el mismo grupo ayuda a solu­cionarlo.

 

A menudo salen a  la luz fallos de autoestima, o de perfeccionismo, de estructura de la personalidad que no permite ponerse en estado de aprender algo nuevo. Es posible que el profesor, hablando con dicho alumno, le aconseje ir a un psicólogo educativo, o a que deje el aprendizaje del idioma; por no tener las capacidades necesarias para aprender un idioma nuevo.

En todos los que empezamos un aprendizaje nuevo y sobre todo en grupo se da esa ansiedad; es algo nuevo; vamos a ver cómo la dominamos y cómo podemos hacer que sea algo positivo para el aprendizaje. Así pues, podemos tener dos clases de ansiedad.

         La ansiedad "facilitadora" estimula a "enfrentarse" a los nuevos ejercicios, a la nueva situación de aprendizaje. Este aspecto está muy relacionado con la autoestima y depende de ella para que sea positiva o negativa. El estudio de Klein­mann (1977) es un buen ejemplo de la interacción entre ambos tipos de ansiedad. La predisposición al riesgo está estrechamente relacionada con la ansiedad o con el grado de tolerancia en situaciones que provocan ansie­dad. "Rubin (1975) define a los buenos aprendices de lenguas como aquellos a los que no les importa inventar palabras ni parecer ridículos si así pueden comunicar­se...". En seguida se nota si el alumno está predis­puesto a arriesgarse, a soltarse en las respuestas, sin estar muy seguro; como también se puede predecir cierta sensibilidad al rechazo, donde el alumno piensa que "los demás tienen la capacidad de reforzarle negativamente". Los alumnos no participan por temor a que sus compañeros o el profesor les pusieran en ridículo, Así, la falta de participación en clase se traduciría en una ASL con desventaja, referente a los otros que asumen todos los riesgos posibles. La ansiedad negativa debe ser digerida, diluída en un grupo bien formado; el grupo puede llevar a cambiar de signo la ansiedad, -y esta es otra ventaja del aprendizaje en grupo-; éste puede dar la aprobación y el reconocimiento del trabajo y comportamiento de sus miembros.

 

         Las ventajas de trabajar en grupo son todas, tanto a nivel humano, personal, como a nivel de aprendizaje. Todos son interlocutores válidos para preguntar / responder en el idioma que se aprende, todos tienen una actitud positiva hacia un trabajo bien realizado, todos reflexionan y evalúan su aprendizaje.

 

Tiene que haber un buen grupo de aprendizaje para que sea eficaz. Se trabaja individualmente (en casa, en el coche, repitiendo el diálogo del cassette..), pero sobre todo se trabaja en pareja y en grupo. Hay que conocer un poco el apartado funcional de una ‘situación’, los diálogos cortos que se realizan en una determinada ‘situación’, conocer el desarrollo de una unidad en este método comunicativo, para entender la metodología concreta a la hora de realizar una clase.

 

3. Hay varias posibilidades de llevar a cabo el aprendizaje de un idioma, y dentro de este campo, la forma de interrogar.

         Pero, si definimos y concretamos los objetivos a los que va dirigido este aprendizaje, veremos que el campo de los métodos y, dentro de ellos, el de la interrogación disminuye.

 

         Como la idea que tengo sobre los idiomas es llegar a comunicarse oralmente, el objetivo del aprendizaje va dirigido, primeramente, a la adquisición de unas habili­dades (semánticas y fonéticas) que nos permitan mantener un diálogo y relacionarnos con otras personas en el idioma que queremos aprender, que nos permitan comuni­carnos en ese idioma.

 

         En segundo lugar y cuando hayamos asegurado cierta fluidez en el hablar, podríamos hacer atención en la parte de la comunicación escrita. Dejamos de lado, por lo tanto, la interrogación escrita para cuando el aprendizaje esté más adelantado, y sobre todo, dejamos de lado, muy de lado, el estudio y la interrogación sobre la gramática, (la consideramos para especialistas).

 

         Aún dentro de los objetivos, -llegar a hablar/en­tender con cierta fluidez-, consideramos que el simple monólogo, la descripción de unos hechos o de un cuadro estático, primero no tiene mucha importancia dentro de este aprendizaje (al grupo no le gusta que uno tome la palabra y le explique sus sentimientos con un monólogo) ni tampoco se va a desarrollar de forma programada, dada la facilidad que existe en cualquier persona e idioma en reproducir dichos monólogos. Uno puede ir contando las cosas con las estructuras que fácilmente domina de antemano. No espera ideas diferentes de un interlocutor, preguntas en otro acento y vocabulario diferente.

Por lo tanto, es el trabajo en parejas y en grupo, a base de preguntas / respuestas, de diálogos cortos centrados en la ‘situación’ y bien graduados, el centro de esta metodología de aprendizaje para hablar /entender un idioma. Esto exige un grupo bien ‘conformado’. No se trata de la masificación, del anonimato del alumno en esas clases de enseñanza reglada, sino de un grupo que se propone trabajar en clase, no sólo en inglés, sino también en el proceso de aprendizaje y en la formación del grupo.

 

         No sólo hay un trato personalizado del alumno, hay un número determinado de personas que quieren "confor­mar" un grupo para experimentar el aprendizaje del inglés. Esto significa que el grupo va a ser consciente de su trabajo, va a reflexionar sobre la marcha del aprendizaje y va evaluar su trabajo y la eficacia de su trabajo.

 

         Consideraría dos aspectos respecto a la interroga­ción pública (en pareja o 'ronda' en el grupo de aprendiza­je:

         En primer lugar, la constatación de la fluidez y de la corrección en el campo de la fonética, así como en el de la semántica, tanto a la hora de comprender la pregunta como a la de responder. Se trata de una evaluación: ver y hacer ver a la pareja, al grupo, que su fonética es o no es muy ajustada a la del casete o a la del nativo, o que su velocidad no corresponde a la real. El alumno se acostumbra en seguida a esta evaluación, porque se hace en un buen ambiente grupal.

         Pero además de la evaluación, en segundo lugar, la interrogación en pareja o en grupo, es estudio en sí; una vez más y sin darse cuenta, se afianzan las estruc-tu­ras fonéticas y semánticas al repetirlas, se toma más agilidad y fluidez. Se trata de un nuevo estudio, de una nueva rehabilitación.

        

La ‘ronda’ de preguntas con el profesor.

         El primer ensayo público, en parejas, permite después pasar a la ronda de preguntas / respuestas hechas por el profesor-animador o por un alumno a todo el grupo. En este caso hay más presión psicológica, -también la habrá a la hora de hablar con un nativo-, hay mayor velocidad, de la parte del profesor, al menos; se dará más temor a hacer errores delante de los demás (el filtro afectivo).

 

         En una primera pasada, por ejemplo, el profesor-animador toma el "role" de preguntar a todos y a cada alumno, en la segunda, es cada alumno el que pregunta al grupo.

         Se hace el ejercicio varias veces, hasta que se vea que hay dominio del tema en cuanto a velocidad, fonética y comprensión.

 

         En cuanto a las preguntas, son las más elementales en un principio 3.

 

         En este método se exige mucha repetición por parte del alumno en privado y también en clase, tanto auditiva (escuchar el casete) como oral (repetir frase por frase). Exige también mucha repetición, en clase, de los verbos y estructuras más frecuentes. No existen listas de vocabulario, a la antigua usanza pedagógica, pero en todas las clases, se repiten frases dentro de los diálogos, para unas determinadas situaciones. Porque consideramos que el habla es en todos los idiomas reflejo, no reflexivo, y por lo tanto no tenemos tiempo de pensar en como formar las estructuras, más bien intentaremos pensar que ideas queremos pasar a través de las estructuras. Y todo este trabajo de repetición, de diálogos cortos, se hace con el compañero o con el grupo; es imprescindible en esta metodología. Luego hay que tratar el tema ‘grupo’ como algo esencial de esta metodología, aquí no se va por libre; en todo caso, cada alumno puede en casa, individualmente preparar sus diálogos, repetir para que en pareja se tenga mucho trabajo andado.

 

 

4. Experto en dinámica de grupos:

El profesional de idiomas y nativo en el idioma que enseña, debe ser un experto en grupos, en técnicas grupales, en trabajo en grupo, en evaluación grupal.

Hay que saber y saber dominar toda clase de estructuras de grupo. En la vida del grupo van a surgir líderes, van a surgir personas que no dejan hablar, personas que no hablan o no participan; surgirán las distintas dependencias de unos a otros. Un buen animador de grupo conoce todo tipo de dinámica del grupo.

Pero sobre todo debe ‘conformar’ el grupo los primeros días. Siempre hay poco tiempo, luego hay que acelerar el conocimiento de los otros, hay que ver que objetivos trae cada uno, habrá que consensuarlo; necesitaremos sensibilizar el grupo al trabajo común, a las relaciones entre ellos, y a la evaluación.

Este es el proceso que sigo a la hora de empezar el aprendizaje en grupo, las primeras horas en las que me dedico a ‘conformar’ el nuevo grupo:

 

TECNICAS GRUPALES.

 

         1. Ejercicios para conocerse (principio de curso)

            (Presentación, círculos dobles, espejo mági­co)

 

         2. Ejercicios para conocimiento de objetivos.

            En busca de consenso, Difícil decisión...

 

         3. Sensibilización al grupo:

         El contrato.

         Puesta en marcha (ejercicios..)

         Relaciones individual en grupo

 

         (Relevos, rotación a-b-c.,cadena de edades,)

              Phillips 66, método del caso, role-play...)

 

         4. Evaluación en grupo

            Autoevaluación y evaluación.

 

           

Hay numerosa bibliografía sobre técnicas grupales; pero este conocimiento y experiencia de la dinámica del grupo no se improvisa; hace falta horas de grupo, saber usar los recursos que tenemos; saber autoevaluarse en cada experiencia grupal que se tenga.

 

Por qué se fracasa en este aprendizaje..? Motivación, medios de tiempo y dinero, exigencia de grupo,...

 

 

5. APRENDER / ENSEÑAR  EN GRUPO

La tesis de Newcomb (1956) era que todo proceso de interacción es un proceso de comunicación. Muchas propiedades de un grupo, según este autor, son el resultado de sus actos comunicativos, siendo las principales la homogeneidad de la orientación hacia ciertas metas u objetivos y la homogeneidad del consenso percibido.

Ambas propiedades están dirigidas hacia la cohesión del grupo con la finalidad de llegar a una meta, -llegar a expresarse en el idioma-, algo esencial en este aprendizaje. Esto es una ley natural de todo grupo; ¿el profesional de idiomas, no podría aprovecharla para conformar un grupo en dirección a sus objetivos...?

 

 

La comunicación es un acto social.

El hablar se aprende en descendencia(de padres a hijos).

La madre no suele ser licenciada en Filología y todos hemos aprendido a hablar rápidamente. Somos la misma persona el niño que aprendió a hablar el idioma nativo y el que quiere aprender otro. Aprendizaje natural: en esa línea hay que investigar, porque es el que respeta la naturaleza humana (su forma de pensar         y estructurar las ideas, su psicología, su fisiología...)

 

            Uno, solo, puede prepararse para hablar, para comunicarse, pero después necesita otro. El trabajo en pareja es fundamental: el aprendizaje -la repetición no mecánica- de los diálogos entre dos alumnos, bien distribuidos los momentos para no ser antipedagógicos, cambiando las parejas para no tener los mismos errores, evaluando el trabajo de pareja.... es el motor del aprendizaje, en esta metodología.

 

            El grupo es el medio mejor para aprender a comunicarse; te exige a hablar como sea (con signos y gestos, con palabras sueltas, con frases incorrectas, a un nivel bajo, pobre en vocabulario), o un alto si le quieres decir a tu compañera que tiene unos ojos hipnotizadores y tienes que aumentar tu vocabulario para hablar de sentimientos (Necesidades..). Tu compañera/o, los demás y tú tenéis necesidades y os comunicáis para solucionarlas.

 

            El grupo crea el medio para el aprendizaje y evalúa el aprendizaje; uno o varios interlocutores que te responden o sea que te confirman si tu habla, tu comunicado es entendible (no quiero decir correcto). Si no tienes otra persona que quiera escucharte, no hablas (o estás loco, si lo haces, en cualquier idioma).

            El grupo crea unas situaciones y necesidades que originan la comunicación y el habla (Si no existe esa necesidad o esa situación, es difícil hablar, (de qué...).

El grupo es el lugar para hablar, para decir tonterías, para hablar con un vocabulario bajo, o medio, o te exige un vocabulario alto, para cometer errores, para rectificarlos... pero siempre para 'obligarte' a hablar en el idioma que aprendes.

            En último lugar sería la corrección (filología) y con mucho tacto, porque lo que hay que desarrollar es la comunicación como sea y la mucha corrección o con poco tacto cierra a las personas, las coarta (la gramática siempre coarta la comunicación).

 

El grupo es el lugar de revisión y evaluación

            El animador-nativo que cohesiona el grupo, el entrenador que ejercita la frase refleja, el profesor que domina la psicología y pedagogía del aprendizaje (solo es una persona), está dentro del grupo, es uno más, y diferente como todos los miembros del grupo, pero dentro del grupo. El profesor debe 'crear' el grupo para que el aprendizaje sea óptimo.

 

            Y no sólo el ambiente grupal psicológico es un importante para este aprendizaje, la relajación fisiológica personal y ambiental es fundamental, pues en gran medida el aprendizaje depende directamente de estas variables físicas. Venimos muy estresados de la calle; para hablar y sobre todo en  otro idioma debemos relajarnos; no vendrían mal unos ejercicios y una música relajante antes de empezar la sesión de aprendizaje.

 

Resumen: El autor trata de hacer ver la importancia del grupo que aprende un segundo idioma, el número y su homogeneidad hacia los objetivos. Qué pasa con el currículo escolar y los idiomas; cómo el profesional de idiomas debe saber ‘conformar’ un grupo, motivarles, evaluarles, y sobre todo crear un clima psicológico donde ‘aprender a hablar’, con sus miedos, errores y titubeos, va a ser la tarea primordial. Qué medios en técnicas grupales, el ambiente físico, relajación... debe saber emplear, para llegar al aprendizaje óptimo en idiomas.

 

Autor: José M. González de Durana, doctor en Pedagogía, didáctica de idiomas, con más de 30 años de experiencia nacional e internacional.