Editorial
Hace unos meses
atrás, cuando editamos el primer número del año 2002, en nuestro país, en
Argentina, crisis era la palabra recurrente en todos los discursos:
académicos, políticos y de la ciudadanía en general. Pero no sólo eran
palabras; las situaciones que resultaban de la crisis se iban agudizando cada
vez más. Junto a las cifras que mostraban el porcentaje alcanzado por la
pobreza, la indigencia, la desocupación y la modificación de los hábitos de los
argentinos, los medios de comunicación mostraron rostros y cuerpos con las
huellas que dejaba la crisis. En las calles de todas las ciudades del país se
volvieron imágenes habituales las de hombres y mujeres tirando pequeños carros
en los que cargaban cartones, botellas y cuanto objeto pudiera ayudarles a
sobrevivir. La basura de algunos se volvió supervivencia para otros. Nada para
enorgullecer a nadie. Al mismo tiempo, los piqueteros se afianzaron como
actores sociales ante el descrédito de la clase política tradicional.
Al comienzo del año 2002 la incertidumbre y el
desencanto eran las emociones predominantes entre los argentinos. El escenario,
los actores y el guión de la obra no presagiaban una mise en scene que ayudara
a cambiar la vida y el humor de los argentinos.
En ese contexto nos pareció importante que
KAIRÓS fuera un espacio desde el cual pensar y entender la crisis.
Convocamos a cientistas e investigadores quienes a través de sus textos nos
ayudaran a reflexionar o discrepar, pues lo fundamental era acercar ideas que
nos permitieran comprender la situación el país, evitar caer totalmente en el
desánimo y re-conocernos en las voces de otros argentinos con las mismas
dificultades y también, por qué no, mostrarnos caminos alternativos para
continuar.
En las universidades públicas, durante el 2002,
la situación no fue demasiado diferente a otros años: partidas presupuestarias
sin llegar a tiempo que alteraron todas las actividades, demoras en el pago de
salarios y subsidios para la investigación. Sin embargo continuamos, apelando a
esas actitudes y acciones que muchas veces reclaman a los universitarios:
creatividad.
A pocos días de finalizar el 2002 volvemos a
reencontrarnos. El FMI continúa con sus reclamos, algunos fantasmas insisten en
regresar a la escena pública prometiendo ilusiones, no se fueron todos y
tampoco ingresaron muchos actores nuevos en la vida política. La Argentina se
asomó con su realidad no demasiado diferente a otros países subdesarrollados:
pobreza, desocupación, clientelismo político, corrupción, etc.