http://www.fices.unsl.edu.ar/kairos/kairos1-indice.htm
AUTOCONCIENCIA Y GLOBALIZACION
Martha H. Casanova.
Dra. en Filosofía y Ciencias Sociales. Academia de
Ciencias. URSS.
Prof. Titular "Sociología". Centro Universitario Junín. U.B.A.
Este
trabajo constituye un intento de acceder a la elaboración de, mínimamente,
hipótesis que nos permitan reflexionar sobre el hombre particular y
"su" mundo, sobre la conciencia de sí que tiene el hombre que, por
cierto, se desarrolla en él paralelamente a la "conciencia del
nosotros". Las interrogaciones a este respecto suelen adquirir caracteres
angustiantes en oportunidades en las que los datos concretos sobre
acontecimientos y vicisitudes humanas se muestran en aparente contradicción con
sus acciones y opciones.
Porque
no constituye el ámbito específico de mi reflexión prefiero citar conclusiones
que me parecen pertinentes, algunas referidas al proceso de globalización y
otras a las formas en que este proceso se traduce en la sociedad de los países
latinoamericanos.
Recordemos
algunos conceptos en Parsons [1], él estudia la base sociológica de los cambios
en el sistema global, calculando el grado en que se mueve en la dirección de
una colectividad establecida más firmemente. En general, Parsons ve más
movimiento hacia una comunidad global que la mayor parte de los científicos
políticos y que muchos sociólogos. Descubre algunos procesos universales
compartidos por todas las naciones modernas, tales: la "industrialización
y la modernización.".
Afirma
Parsons: "...el proceso inicial de lo que llamamos
industrialización tuvo lugar bajo los auspicios de la "iniciativa
privada", es decir, no de la autoridad política que podría presumirse que
representa el "interés público". Desde el punto de vista de la matriz
institucional dentro de la cual se desarrolla, esto podría fácilmente
interpretarse como usurpación de las prerrogativas del interés público en favor
del interés "propio" privado. Fue un proceso innovador de alcance e
importancia funestos que se realizó dentro de un margen de tolerancia pública,
y no directamente en nombre del interés público"
"El
concepto clave es aquí el de propiedad. Fue común pensar en ésta como en
una simple categoría "económica" en cierto sentido. Pero el principal
problema a discusión es precisamente lo que se entiende por económico. En
relación con el desarrollo institucional, pienso que la mejor caracterización
de la propiedad es considerarla como el aspecto de la autoridad política -o del
poder político- que no se mantuvo en manos del gobierno ni fue absorbido por
éste. Es la esfera privada del poder, que a su vez sirve para controlar lo
que en un sentido más específicamente analítico podría llamarse aspecto
económico de la función social. En esta medida es correcta la teoría marxista.
El capitalismo es esencialmente un fenómeno "político", puesto que se
funda sobre la autoridad para controlar el proceso de producción, y este
control a su vez opera mediante la institución de la propiedad".
"La
producción capitalista fue definida por primera vez como política por Marx
cuando se vió claro, en el siglo XIX, que la unidad típica de producción no
eran ya ni el individuo ni su familia inmediata -como en la agricultura
campesina- sino que comprendía una clase empleada. Ese rasgo no sólo perduró,
desde luego, sino que aumentó y se ramificó mucho con el desarrollo de la
organización en gran escala del que llamó Max Weber ‘aspecto burocrático’ del
capitalismo moderno."
Dice
Alicia Argumedo en Los laberintos de la crisis - América Latina: poder transnacional
y comunicaciones" [2]: "La política internacional de los últimos
años fue gestando un nuevo tipo de policentrismo (...). Dentro de la esfera de
influencia capitalista (global), esta situación se traduce en una fuerte
competencia económica y tecnológica entre las corporaciones transnacionales de
Europa Occidental y Japón con las de los Estados Unidos, acompañada de una
creciente independencia política de los países altamente desarrollados frente
al liderazgo norteamericano."
"La
reformulación del esquema de relaciones internacionales se halla en una crisis
económico-financiera que, a su vez, es manifestación de una crisis más radical,
más abarcadora, una crisis que adquiere carácter epocal."
"El
término "crisis" signa diversos aspectos de la vida de
Occidente (...): crisis del dólar, crisis energética, crisis de superpoblación,
crisis ecológica, crisis alimentaria, crisis de marginalidad social en la
periferia, crisis estructural de empleo en los países del centro, crisis
de legitimidad política, crisis de la democracia, crisis ideológica. Nuevas
formas de crisis que afectan gravemente la efectividad occidental para gestar
consenso, tanto en las distintas sociedades nacionales como en lo
internacional; y se sobreponen a las recurrentes crisis económicas frente a las
cuales el sistema capitalista central había demostrado una amplia capacidad de
recuperación. Crisis que adquiere sus aspectos más dramáticos en las áreas
periféricas, donde más de 1.500 millones de seres se encuentran en estado de
indigencia y sorda rebeldía, sin que el actual modo de expansión de los
intereses transnacionales pueda dar respuesta efectiva a sus demandas por una
vida más humana.".
Siguiendo
las reflexiones de Argumedo, atendemos su propuesta: "Centraremos los
lineamientos principales del análisis en un marco de confrontación que reconoce
como polos antagónicos a los intereses transnacionales -aliados con diversos
actores económicos, sociales, políticos e institucionales en los distintos
países- y a los sectores nacionales y populares del continente."
"...Analizar
los procesos sociales desde una perspectiva de relaciones de fuerza supone
considerar el momento político como resolutivo, como el lugar
donde se sintetizan los diversos fenómenos sociales; ya que son las instancias
políticas las que reflejan la condensación de las distintas expresiones del
poder social: los intereses materiales, económico-sectoriales, los objetivos y
valores fundantes, las identidades sociales y culturales, que se vertebran y
expresan como voluntades colectivas. El momento político es el
lugar donde se manifiesta la síntesis de las contradicciones en el seno de cada
sociedad y de sus relaciones con el ámbito mundial. Contradicciones y
significados históricamente determinados, que dan cuenta tanto de los
antagonismos entre intereses económicos y objetivos, como de precisas
identidades y aspiraciones sociales y culturales que actúan como ejes de unidad
política, ideológica e histórica. La política es el espacio donde tales
manifestaciones se expresan como capacidad para generar y desarrollar núcleos
de articulación y convocatoria de voluntades sobre la base de un proyecto de
sociedad."
"...las
"leyes económicas" que caracterizan la fase transnacional de
desarrollo no se desenvuelven como un proceso "natural". Por el
contrario tales leyes se encuentran condicionadas -potenciadas,limitadas o
anuladas- por factores políticos y culturales, por las relaciones de fuerzas
entre proyectos antagónicos ..."
"El
reconocimiento de la historicidad de los problemas sociales conlleva el desafío
de volver a "lo concreto" -a la historia real- y, desde las formas
pasadas y presentes de confrontación, interrogarse acerca de las instancias
resolutivas de los procesos sociales. Desde tales lineamientos, la
reformulación de las articulaciones entre economía, política y cultura, entre
sociedad civil y estado, debe contemplar sistemáticamente la relación entre
sociedades, ya que el proceso histórico torna evidentes las dinámicas
diferenciadas de las sociedades centrales, por una parte, y de las sociedades
dominadas o dependientes, por la otra. En este marco cobra decisiva vigencia el
problema nacional que no debe ser planteado en términos de abstractas naciones,
sino considerando que la relación entre países en cada momento histórico
sobredetermina y condiciona las relaciones internas entre los distintos
sectores en el seno de cada sociedad. Esta "sobredeterminación", que
conforma una específica realidad socio-política en los países dominados,
también genera una forma particular de relaciones políticas y sociales en los
países dominantes, así como da cuenta de la dinámica que establece la
confrontación entre potencias"
"...la
convocatoria alrededor de valores fundantes, de identidades sociales básicas,
ha demostrado históricamente poseer en determinadas coyunturas una potencia
equivalente o superior a la de los intereses materiales, económico-sectoriales.".
"...supone
plantear un problema central: la inexistencia de una oposición articulada, como
alternativa a los proyectos que han logrado establecer los sectores dominantes
en las distintas etapas históricas: ¿indica necesariamente la gestación de
un consenso, o se trata de un disenso latente, replegado, defensivo, un
disenso suficientemente desestructurado como para no hacer necesaria la
represión?"
"Consideramos
que no puede hablarse de una conciencia enajenada de los sectores populares en
las regiones sometidas, más allá de la composición específica de clases y
fuerzas sociales y culturales que hayan constituído lo popular en cada sociedad
y/o en cada momento histórico. Hablamos de conciencia enajenada
en el sentido de aceptar como propios y válidos la visión del mundo y las
formas de expoliación establecidas por los proyectos (imperiales) en las
distintas etapas, de subordinarse a la hegemonía de las capas opresoras, de no
percibir la realidad del dominio y la explotación".
En
más sí el planteo afecta puntualmente al campo de nuestras preocupaciones.
Aludía Marx en sus obras de juventud a la vida individual afirmando que
ella se realiza cuando la vida se convierte en objeto para el hombre, esto es,
cuando el hombre puede vivir para-sí-mismo conscientemente como género, la vida
individual, por consiguiente, se contrapone al hombre particular cuyo fin es
la autoconservación y cuya necesidad consiste en la identificación con todas
las convenciones y exigencias del sistema..
El
hombre contemporáneo, sujeto de la globalización, más allá de su
particularidad, accede a la vida individual?
Es
necesario que en el desarrollo de esta problemática realicemos precisiones
respecto de lo que se constituye en nuestro objeto: el Hombre.
Nos
referimos a los hombres concretos, que trabajan ( o que no trabajan), que
estudian, aman, esperan... que consumen los productos del trabajo, en otras
palabras: los que forman parte de la sociedad que funciona sobre su base
económica y que, en la mayoría de los casos reaccionan a las pretensiones de la
propia socialidad en cuanto hombres particulares, surgiendo el ser de la
sociedad de la totalidad de las acciones particulares.
Por
tanto, la sociedad podrá ser comprendida en su evolución, en su totalidad cuando
estemos en condiciones de entender la vida "particular" en su
heterogeneidad universal.
Decimos
la vida "particular"y estamos diciendo la vida cotidiana. Ella
constituye la base de todas las reacciones espontáneas de los hombres a su
ambiente social. A menudo puede parecernos caótica justamente porque en ella
está dada la totalidad de los modos de reacción, explicitados bajo formas
caótico-heterogéneas. Si pretendemos comprender la génesis histórico-social de
tales reacciones debemos investigar esta zona del ser.
Tanto
en lo que hace a metodología de investigación como a forma de exposición he
tomado como base los trabajos de Agnes Heller [3], que ha hecho los aportes de
mayor originalidad al estudio de la vida cotidiana, diferenciándose de
otros autores o escuelas de pensamiento que, tanto sea en el plano de la
psicología, la historia o la sociología han reducido el ámbito de la vida
cotidiana al de la empiria no logrando superar sus trabajos el nivel de
crónicas más o menos originales de la cotidianeidad. Al par de otorgarle
categoría ontológica Heller se permite sostener que, junto a la estructura
intranscendible de la vida cotidiana y a pesar de ella una vida cotidiana no
alienada es también, al menos concebible. Así está superando el abordaje del existencialismo,
más puntualmente de Heidegger, el Heidegger de 1927, que en "Ser y Tiempo"
describe la vida cotidiana como una vida enajenada por principio,
ya que, el punto central de su teoría es precisamente el estar arrojados a esta
vida alienada. A partir de ello sólo habría una salida para el individuo y en
un sentido negativo: la elección del ser para la muerte como ser auténtico.
En
cuanto a Hegel, figura decisiva en cuanta reflexión vinculada a la historia se
intente, su posición deja a la vida cotidiana, por principio,
fuera de la filosofía. En consecuencia, el objeto de la filosofía es la alienación
y el posterior retorno del espíritu universal a la historia universal. En este
retorno, el hombre particular y su vida no cuentan en absoluto.
Afirmaba Hegel: "El derecho del espíritu universal está sobre todos los
derechos particulares", diciendo así que el hombre particular sólo
cuenta en la medida en que es portador del espíritu universal y, con ello, de
una personalidad histórico-universal.
El
camino que toma Agnes Heller si bien considera como un problema central para
sus investigaciones las conexiones prácticas e histórico-ontológicas de la vida
cotidiana con las posiciones de valor auténticas de la genericidad
(ética, filosofía y praxis social y política), su exposición está siempre
orientada hacia las formas particulares de objetividad y de actividad de la vida
cotidiana como totalidad específica.
De
este modo trataremos de hacer comprensible la paradójica heterogeneidad de la vida
cotidiana: una base ontológica constituída por la espontaneidad que es
propia de la naturaleza particularista de las actividades humanas que acompañan
a las reacciones primarias de los hombres a su humanización y se expresan en
ella. Sin embargo, el desarrollo muestra cómo, incluso en los complejos
suscitados por las reacciones particulares más primitivas, está presente como
tendencia objetiva, algo más elevado de lo que se podría deducir de esta
inmediatez. Es juntamente esta escala que se inicia en la pura particularidad
inmediata y llega hasta las posiciones más generales ( y elevadas),
realizándose como "ser-para-sí"la que define la esfera ontológica de
la vida cotidiana.
Los
hombres particulares nacen en un mundo determinado y, necesariamente, deben
apropiarse de los sistemas de exigencias de ese mundo determinado para poder
vivir. Este mundo determinado no se ha constituído por obra de la vida
cotidiana, en su constitución gravitan e intervienen un sistema de
producción y de distribución, justamente aquél en el que nacen los
particulares. La vida cotidiana es el ámbito de reproducción de las
relaciones sociales que de tal modo de producción y distribución dominantes se
derivan.
Qué
sistema de producción y distribución son interiorizados en la vida cotidiana,
así como qué principios morales y qué praxis moral se convierten en partes
integrantes necesarias de la vida cotidiana, en qué medida
están presentes el arte y la ciencia en la vida cotidiana y qué
arte y qué ciencia nos dicen todo sobre la estructura conjunta de una
determinada sociedad y de su grado de desarrollo genérico. Por lo tanto, en
este sentido, el desarrollo ( o la regresión) genérico se refleja en la vida
cotidiana y es explicitable en ella.
Las
claves que dén satisfacción a nuestros interrogantes sobre la autoconciencia
en el hombre de la globalización las hallaremos en las categorías propias de
tal proceso.
La
vida cotidiana es el ámbito donde las motivaciones y acciones tienden a la
autopreservación que, por cierto, trasciende el plano de lo biológico y adhiere
a las costumbres, los prejuicios, las conductas pragmáticas y un saber regido
por el sentido común. Cuanto permita deslizarse por lo cómodo, evitar
transgresiones que "desentonen", no faltar a las tradiciones
legitimadoras, constituyen la realidad cotidiana, que se despliega en tiempo y
espacio propios donde la intersubjetividad se plantea en términos de contactos.
Los
contactos cotidianos son fecuentemente alienados, predeterminados casi
universalmente por relaciones derivadas de la división del trabajo, así, en el
seno de la familia la relación entre padre e hijo, por ejemplo, se ha
transformado muchas veces en el curso de la historia y las formas de contacto
entre hombres y mujeres, mediadas por las costumbres, cambian notablemente.
Recordemos
un planteo que uno suele hacer a su interlocutor, cuando quiere eliminar de la
relación cuanto factor de alienación pueda afectar sus conclusiones, así
decimos: "Quisiera que hablemos de hombre a hombre", se está diciendo
que no se quiere considerar los puestos en la división del trabajo o las
costumbres que regulan los contactos en la sociedad. En otras palabras, el
" de hombre a hombre" es un reclamo a la genericidad, a la superación
de la particularidad . Tomando en cuenta que, los que se relacionan en los
contactos cotidianos son hombres particulares concretos, no
portadores de roles, por consiguiente, el carácter del particular se
manifiesta como un todo unitario en los diversos contactos, ante cualquier
persona y en distintas situaciones; sólo en casos de extrema alienación el
contacto cristaliza en rol.
¿Qué
decir sobre las posibilidades de igualdad y desigualdad en los
contactos cotidianos?
Una
mirada a las sociedades de clase muestra que los contactos basados en la igualdad
son correlativos a los basados en la desigualdad. El ministro y el
ministro,ama de casa y ama de casa, abogado y abogado, entran en contacto entre
ellos de igual a igual. De modo que la misma igualdad personal es alienada,
en cuanto se convierte en función de la desigualdad social. Se tiene
además, una relación igualada entre desiguales, puesto que se está considerando
iguales a personas desiguales por sus cualidades humanas. No nos referimos
solamente a que sea potenciada la apariencia de las cualidades personales
(digamos: quien tiene dinero es hermoso, gracioso, inteligente), sino sobre
todo a que solamente algunos sectores privilegiados en la división social del
trabajo ofrecen la posibilidad de desarrollar ciertas capacidades humanas
(saber, cultura, buen gusto). Para aquellos que se empeñan en renovadas
apologías a la sociedad de clase este fenómeno les sirve de argumento contra la
igualdad. Daré un ejemplo (entre muchos):Se dice: "las mujeres no pueden
ser situadas al mismo nivel que los hombres, nunca han producido nada grande,
aún hoy son incultas, votan de un modo reaccionario, etc, etc,."
Sólo
podríamos hablar de una igualdad personal no alienada y que ella se
constituyera en fenómeno socialmente típico cuando en lugar de las vigentes
relaciones de superioridad-inferioridad, existan relaciones de dependencia
personal basadas únicamente en la diferencia de capacidad. El opuesto real de
la desigualdad no es, por consiguiente, la igualdad, sino la igualdad libre
en la que el contacto interpersonal es efectivamente un contacto de hombre a
hombre, entre este "ser humano" y aquel otro "ser
humano".
Espero
poder desarrollar una breve caracterización de espacio y tiempo cotidianos
para, al menos haber explicitado estas categorias y analizado los contactos que
puedan significar elementos básicos en aquéllo que sólo me he propuesto
plantear como interrogante dotado de algunos fundamentos teóricos: La
autoconciencia.
El
contacto cotidiano tiene su espacio que le es propio, cuyo carácter distintivo
es ser antropocéntrico: en su centro siempre está un hombre viviendo su
vida cotidiana; en ella son importantes lo conocido y lo habitual que son
el fundamento de nuestras acciones y una necesidad nuestra. Necesitamos poseer
un punto fijo en el espacio, un lugar desde el cual
"partir" todos los días, y al cual "volver" siempre, esto
forma parte de la vida cotidiana de la mayoria de los hombres. Este
punto fijo es la casa. La casa, no es sólo el edificio, la
habitación, el lugar donde está la familia. Lo conocido y lo habitual son
necesarios para crear un sentido de familiaridad, pero no agotan la categoría
de casa. Es necesario que exista también el sentido de seguridad:
la casa protege. Contribuyen también relaciones afectivas intensas y sólidas:
lo que el lenguaje cotidiano llama con precisión el calor de hogar.
Al
cabo de la jornada de trabajo, (o de búsqueda de trabajo), de las horas de
estudio, de la fiesta, de las vivencias felices o desgraciadas del
"afuera", ¿qué significa "me voy a casa"? Ir a casa
significa moverse hacia un lugar fijo en el espacio donde están (nos esperan)
las (nuestras) cosas conocidas, habituales, la seguridad y una importante dosis
de sentimiento.
El
tiempo cotidiano, al igual que el espacio, es antropocéntrico. Así como el
espacio se refiere al aquí del particular, el tiempo se refiere al ahora. El
sistema de referencia del tiempo cotidiano es el presente.
Si
nos remitimos al concepto filosófico del tiempo nos encontramos con que éste se
reduce a la irreversibilidad de los acontecimientos y de los hechos. La
irreversibilidad en cuanto concepto no aparece en el pensamiento cotidiano,
pero el hecho de la irreversibilidad es parte orgánica de nuestra
conciencia temporal cotidiana. De ello dan cuenta las múltiples expresiones de
lamento por las ocasiones perdidas, lo que no se supo aprovechar, la suerte que
se dejó pasar, así las formas de decirlo como: "lo que está hecho, hecho
está y no tiene remedio", "las cosas pasadas no volverán",
"todo tiempo pasado fue mejor", "lo pasado, pisado", etc.
Si bien advierte la irreversibilidad, el pensamiento cotidiano no puede
resignarse a ella y en sus afanes en torno a lo irremediablemente pasado se
dan los múltiples juegos sobre "lo que habría sucedido si".Cuanto más
mísera es la vida de alguien más difícil resulta aceptar la irreversibilidad de
lo pasado. De aquí nace también la necesidad religiosa que impulsa a creer que
los hechos negativos se han dado por voluntad divina, que el arrepentimiento
cancela nuestras culpas y que el "más allá", la vida eterna, cumple
la función de reparación en el infinito.
La
no resignación a la irreversibilidad es un modo de reaccionar al hecho
irrevocable de la finitud de la vida, su limitación. El saber relativo
al fin de la vida, a la muerte (la nuestra y la de otros) penetra todo
el campo de acción de la actuación y del pensar cotidianos. Los hombres no
consiguen prescindir de la muerte en sus acciones. Si no existiese la muerte
los hombres, en su gran mayoría, serían honestos porque la deshonestidad es,
frecuentemente, una consecuencia de "la falta de tiempo": el temor a
perder para siempre lo que no se haya obtenido hoy. Esto no significa que la
gente esté pensando en la muerte; por el contrario, en la vida cotidiana lo que
predominan son los objetivos a lograr, los proyectos, el trabajo, los viajes,
la compra del auto o de la vivienda así como el dolor por las pérdidas
sufridas.
El
marco teórico explicitado hasta aquí requiere de la referencia concreta: a los
hombres particulares, concretos, históricos,remitidos a esta vida cotidiana
que se realiza en estos contactos determinados por estos espacio
y tiempo cotidianos que vivimos en esta formación social, cuya base está
dada en la presente etapa del desarrollo capitalista con las modalidades de
producción y circulación que le son propias y de las que se derivan las
relaciones sociales que nos son contemporáneas. Con el desarrollo científico y
tecnológico que nos permite reducir a la virtualidad "contactos" que
"fueron" tan inmediatos como el sexo y que despliega formas tan fugaces
como carnavalescas en las múltiples e insólitas personificaciones del poder. Ya
las irónicas fantasías de Woody Allen en "El dormilón" o los mágicos
coroneles de García Márquez no alcanzan a sus sinónimos reales.
¿Cuántos
hombres han perdido su espacio cotidiano, el lugar de los afectos, lo conocido,
lo seguro y familiar?
¿Que
proporción del tiempo cotidiano que no es trabajo obligado no está determinado
por el azaroso viaje a través del territorio urbano plagado de amenazas e
incertidumbres?
Si
suponemos una visita a una casa, en la que alguno de los miembros de la
familia o su único habitante nos reciban: ¿a qué informativo de cadenas
nacionales o, internacionales deberemos prestar oído desde el primer momento
porque...el bombardeo al Líbano, la conferencia de prensa del Comandante
Marcos, las nuevas formas de asesinato político-cibernético, el desfile de
Valeria Massa o esta cuestión de la venta de armas a Ecuador son información
que debemos conocer impostergablemente?
Además,
cuando termine el informativo quizá podremos saber más en cantidad y
calidad de verdad si vemos algún espacio que con vestiduras académicas esté
mostrándonos uno de los numerosos "formadores de opinión",
(manipuladores quizá los hubiesen llamado los filósofos de Francfurt).
¿Si
decidimos un encuentro o un solitario paseo a una plaza? Allí estarán sus
infaltables pobladores cuyos paseos en grupo, cada uno asido a su correa deja
secuelas de residuos porque el espacio público, el de "nosotros"
no merece cuidado; también puede ser que el relativo silencio de la plaza haya
sido anulado por uno o más vociferantes difusores de fórmulas para la
salvación...
En
algunos lugares vip, si ése fuera nuestro imaginario ámbito de recorrido
cotidiano, podríamos vernos rodeados por un volumen de sonido excluyente al
punto de haber dejado sólo bailarines que con un dejo marcadamente autista
acompasan sus cuerpos a la música .
En
los primorosos lugares de, por ejemplo, Puerto Madero, esa especie de orquídea
que se ha colgado Buenos Aires junto al río, otros son los olores, las
conversaciones, el tiempo destinado a comer, a resolver un negocio o, por ahí,
negociar una buena compañía. Aquí, como allí, allá, los particulares ¿gozan de
la posibilidad elevadamente humana de ser uno, irrepetible, singular, único y
al mismo tiempo todos, genérico, "nosotros"?
Mi
interrogante es: ¿Estos tiempos de la globalización , con su a-historicidad, no
están postergando el placer, "mediatizándolo" quizá, como cosa
propia de esta cultura de imagen de imágenes? ... Si así fuese, esta
contemporaneidad "globalizada" profundiza más allá de lo supuesto la
"extrañación", aún en el plano de la satisfacción de las necesidades
particulares, de ellas mismas los hombres somos extrañados; si en esta sucesión
de momentos comprometidos con el intercambio y el consumo ya no cabe el placer,
se observa como muy lejana la posiblidad de la "autoconciencia",
entendiendo que ella es posible cuando el hombre asume la conducción de su
vida, más allá de las determinaciones emanadas de la dominación, cuando la
conciencía de sí supera el límite de la autoconservación porque las
acciones se desarrollan mediadas por la genericidad; mediación
que se materializa a partir de la ética y su concreción en la conducta moral.
Este
es el momento -que la historia ha registrado bajo formas diferentes en
distintas etapas- de vigencia de las relaciones solidarias, de re-conocimiento
de sí en el otro, de reencuentro del hombre consigo "enteramente",
superando la fragmentación, la reducción de la subjetividad a sucesivos roles .
Desde esta perspectiva interpreto las constantes demandas de distintos grupos
de la sociedad que reclaman la ética, en crisis, acorde con otras situaciones
críticas. Cuando los ciudadanos son convocados a elegir gobernantes,
crecientemente observamos que el análisis y la opción se detienen en la ética;
podemos suponer que decrece la seducción del discurso que no cuente con tal
fundamento ético, que, necesariamente el hombre busca tal reencuentro
que planteo en términos de autoconciencia. Y este reeecuentro se
dará simultáneamente en el ámbito "privado" de la vida
cotidiana, como en el "público" de las instituciones, puesto
que ambos son in-escindibles.
Notas
[1] - PARSONS, Talcott,
"El comunismo y Occidente, sociología del conflicto" en ETZIONI,
Amitai y Eva, Los cambios sociales", F.C.E., México, 1968.
[2] - ARGUMEDO, Alcira, Los laberintos de la crisis - América latina: poder
transnacional y comunicaciones, Instituto Latinoamericano de Estudios
Transnacionales, Puntosur Editores, Montevideo-Buenos Aires, 1987.
[3] - HELLER, Agnes, Sociología de la vida cotidiana,2º. edición, Península,
Barcelona,1987.