Revista Candidus Año 2 -
No.13 - Enero/ Febrero 2001
Una experiencia
sobre integración de personas con necesidades especiales en Venezuela, estado
Lara.
Milagros Viloria
Sobre el proceso de integración se han escrito y se han expresado muchas
opiniones, lo difícil es realizar la práctica de dicho proceso, por todas las
implicaciones del mismo.
A continuación describiremos una reciente experiencia realizada por la Unidad
Psicoeducativa «Cabudare», una de las unidades operativas de la modalidad de
Educación Especial en el estado Lara (Venezuela) que funciona en una Escuela
Básica (U.E. «Cabudare»), situada en el Municipio Palavecino.
Aproximadamente en el mes de Mayo el equipo de trabajo (formado por
Psicopedagogos, Terapista de Lenguaje, Trabajador Social y Psicólogo) discutió
sobre la situación de aquellos alumnos que iban a egresar de 6° grado y que por
diferentes situaciones (bajo nivel de rendimiento por diferentes necesidades
especiales, y alto riesgo social), quienes tenían pocas probabilidades de
continuar estudios en la tercera etapa de la Escuela Básica. Por este motivo se
planteó la necesidad de buscar alternativas de ofrecerles cursos cortos, de
capacitación laboral, cuyos requisitos de nivel instruccional, fuese flexible
para poder incorporar a estos alumnos.
Se realizó la solicitud al Instituto de Cooperación Educativa (INCE),
aprovechando un Convenio que existe entre esta institución y la modalidad de
Educación Especial, concertando un curso de «Huertos Familiares» a través de su
Programa de Unidades Móviles, estableciendo como únicos requisitos que fuesen
mayores de 14 años y poseer su Cédula de Identidad, para la inscripción, y con
un cupo de 15 participantes.
El nivel de edad exigido, fue una limitante porque muchos de los alumnos con
las características antes señaladas quedaron excluidos. Por tal motivo, se
invitaron a otras personas a participar quedando formado el grupo por alumnos,
padres, hermanos y vecinos de la comunidad, entre los cuales cinco (5)
presentaban necesidades especiales: tres con Retardo Mental (leve y moderado),
uno con Trastornos de Atención con Hiperactividad y otro con Dificultades de
Aprendizaje.
Inicialmente el curso se realizaría en el espacio físico de la escuela, pero
previendo el cierre por las vacaciones escolares y las elecciones nacionales,
los participantes buscaron como alternativa, recibir el curso en la casa de uno
de los participantes, ubicada en una de las urbanizaciones cercanas a la
escuela, dejando algunos semilleros en los espacios de ésta.
El curso fue básicamente práctico, con algunas clases teóricas, que eran
expuestas por la instructora con lenguaje sencillo y entendible, con ejercicios
inmediatos que les permitiera comprender la explicación. Esto facilitó la participación
activa de los jóvenes con necesidades especiales, mostrándose atentos,
colaboradores, logrando realizar las actividades previstas: preparar la tierra,
realizar semilleros, preparación de insecticidas caseros, cuidado y riego de
vegetales y hortalizas.
De los cinco
participantes que comenzaron el curso, dos desertaron: uno porque sufrió un
accidente automovilístico durante un fin de semana, sufriendo una lesión que
requirió que guardara reposo, y el otro joven, se tuvo que ir de viaje con su
familia.
Durante el curso, me correspondió como Psicólogo de la U.P.E. visitar
semanalmente el grupo para brindar apoyo en lo que fuese necesario, o cuando la
instructora del curso lo solicitó, para orientar algunos desajustes de comportamientos
en los jóvenes respectivos, siendo superados fácilmente, por el gran apoyo que
dieron los miembros del grupo y la instructora del curso, quien aplicó diversas
estrategias para lograr su participación.
Al terminar el curso realizaron unas maquetas de sus casas, para mostrar en qué
lugar realizarían sus siembras. Y a las cuatro semanas aproximadamente, se
visitaron sus casas y se constató que ya tenían sus huertos familiares.
De esta experiencia de integración de personas con necesidades especiales, se
puede extraer como aprendizaje, que: el factor humano es determinante en el
proceso de integración. Las actitudes positivas, el respeto, la aceptación y la
valoración de sus potencialidades en un trabajo compartido, es lo que hace
posible este difícil, pero hermoso trabajo. (Se anexa testimonio gráfico del
proceso).
La Integracion en la
Educación
II Jornadas de
Investigación Educativa
Barquisimeto-Estado
Lara Venezuela
24 y 25 de Noviembre
del 2000
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