La investigación sobre comunicación en Alemania
Contribuciones recientes
Jórg Becker
La investigación sobre
comunicación de masas en Alemania ha tenido problemas de difusión por razones
idiomáticas y conceptuales. Una revisión de las obras recientes más destacadas
permite seguir los resultados obtenidos.
Con el objetivo de proporcionar a los lectores de
otros países una visión general de los temas y tendencias más sobresalientes
en la investigación sobre comunicación en Alemania, se revisarán diez libros
publicados en los últimos años. La selección de títulos se ha llevado a cabo en
cooperación con tres colegas del ámbito de la ciencia de la comunicación,
cuyos puntos de vista sobre la investigación son a veces totalmente distintos
de los del propio autor. Éste, sin embargo, tan sólo es responsable de la
selección final, que a pesar de los esfuerzos para que fuera representativa,
siempre será subjetiva.
LA RECEPCIÓN DE LA CULTURA
En la investigación norteamericana sobre
comunicación un lector alemán puede observar una curiosa batalla (aunque muy
discreta) entre dos enfoques: el cultural y el político-económico. Los
reproches mutuos realizados en el trascurso de esta batalla son bien conocidos:
cada parte reprocha a la otra el no prestar atención a los argumentos respectivos.
El libro Kultur und Medien. AngeboteInteresse‑Verhalten (Cultura
y medios. Servicios‑ intereses‑conducta) (8), de Bernward Frank, Gerhard Maletzke y Karl H. MüllerSachse, que apareció el año pasado, no refleja esta
dicotomía. Estos autores contemplan ambos puntos de vista, el cultural y el
político o económico.
La base para su trabajo fue un estudio encargado por
dos de las principales emisoras públicas de radiodifusión de Alemania (ARD y
ZDF). El conflicto configuró el punto de partida del
estudio. Por una parte, las emisoras de radiodifusión de Alemania están obligadas
por la ley y por la corte federal de justicia de 1986
a cumplir con una función cultural en la producción y radiodifusión de sus programas.
Por otra, los programas emitidos por estas emisoras han perdido muchos telespectadores
como resultado de la competencia con las emisoras de televisión privadas (RTLplus,
De los muchos y variados resultados, tan sólo quisiera citar los siguientes:
‑ Las circunstancias familiares durante la infancia de un individuo
influyen de forma significativa en los intereses que de adulto pueda tener con
respecto a la cultura.
‑ Entre la gente interesada por la cultura, no existe competitividad
entre las cinco áreas citadas con anterioridad. Por el contrario, este círculo
de personas presenta un gusto global por la cultura: cualquiera que va a los
conciertos de forma regular, también gusta de leer, o está particularmente
interesado en los programas culturales de la televisión. Los autores llaman a
este tipo de usuario el universalista
cultural.
‑ La comparación entre los programas culturales emitidos por las
emisoras públicas y privadas muestra claramente que la cultura es tan sólo un
interés marginal para las emisoras privadas. Las series de televisión, la
emisión de obras de teatro, los programas experimentales, las películas de
valor artístico, o las películas basadas en obras literarias no son muy
frecuentes en la televisión privada.
‑ Incluso aunque las bases del interés en la cultura se encuentren en
la clase social a la que pertenece la persona, este estudio muestra que los
telespectadores menos interesados en la cultura ven los programas culturales
de televisión cuando en otras emisoras no hay ningún otro programa que pueda
competir con ellos. En otras palabras, bajo ciertas circunstancias la
televisión puede llevar la cultura a los estratos de la sociedad menos privilegiados
culturalmente.
En concreto, esta última conclusión a la que llega
el libro Kultur und Medien señala
un dilema político que no es formulado expresamente en el estudio. La
libertad para elegir programas ensancha obviamente el desfase entre la minoría
privilegiada y la mayoría no privilegiada. La conclusión que puede deducirse
de esto podría ser el incrementar el número de programas culturales en la
televisión pública. Sin embargo, el hecho es que, desde el advenimiento de la
competencia establecida por las emisoras privadas de televisión, ha sucedido
casi lo contrario. En la batalla por los índices de audiencia (y de
publicidad), los programas emitidos por las emisoras públicas se están
pareciendo más y más a los de sus competidores de la privada, con un número de
programas culturales cada vez más reducidos.
Überlebt der Mensch die
Medien? (¿Puede el hombre sobrevivir a los medios (9) es el provocativo subtítulo de Kommunikation 2000 (Comunicación 2000), publicado con
ocasión del 750 aniversario de la Feria de Frankfurt.
El libro es el producto final de un simposio internacional que tuvo lugar en
el verano de 1990, como recopilación
de las conferencias presentadas o leídas durante el evento. Este libro es
importante por dos razones: en primer lugar, por las conferencias presentadas
por los profesores norteamericanos Joseph Weizenbaum,
Neil Postman y Herbert Schiller, tres de los más
renombrados representantes de la postura crítica en EE.UU,
que tuvieron la oportunidad de expresar sus puntos de vista. En segundo lugar,
el volumen es en sí mismo inusual, puesto que representa una iniciativa de
representación proporcional de una compañía privada. Así que me gustaría decir
que la pluralidad de puntos de vista presentados en este libro, la flexibilidad
que aporta para la controversia y la profundidad y la amplitud de los
diferentes argumentos esgrimidos, muestran el liberalismo político desde su
mejor aspecto.
Aparte de los conferenciantes norteamericanos,
otras ponencias y afirmaciones de importancia incluidas en el libro pertenecen
a los siguientes investigadores y políticos: Peter Glotz, un político de los medios del Partido Social
Democrático alemán, que advierte en contra de una evaluación maniquea de la tecnología,
y exige un enfoque racional y socialmente viable en los medios de comunicación
y en la política tecnológica. Neville Jayaweera de Sri Lanka critica lo que él llama un fetichismo
cuantitativo creciente, tanto en los países capitalistas como en los
anteriormente socialistas del Norte, y exige que se dedique un pensamiento
serio al término de crecimiento cualitativo. Tan sólo entonces podrá pensarse
en una alternativa nueva y humana de la política de los medios de
comunicación. Rolf‑Dieter Leister,
presidente de la junta supervisora de Correos de Alemania Federal, TELEKOM,
hace un llamamiento a la combinación de la innovación tecnológica y social, la
interconexión de medios de comunicación visuales y escritos. Barbara Mettler‑Meibom, una de
las más prestigiosas profesoras alemanas de la política de los medios, exige
más protección de los datos relacionados con la futura puesta en práctica del
ISDN. Satyendra Pitroda de
India (Secretario de Estado del anterior Primer Ministro Rajiv
Gandhi) hace hincapié en que él no tiene tiempo para
el concepto de moratoria tecnológica, y que en su país es prioritaria la
extensión a gran escala de la red de telecomunicaciones para su supervivencia
económica. Y finalmente, Yassen Zassoursky,
decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Moscú, señala
la debilidad de las infraestructuras en el proceso hacia una provisión
democrática de los medios de comunicación de masas y las telecomunicaciones en
la anterior Unión Soviética.
LA ECOLOGÍA DE LOS MEDIOS
Una de las charlas más controvertidas de este
simposio fue la protagonizada por Bernd M. Michael,
director general de Grey Group
en Düsseldorf y presidente de la Asociación Nacional
de Agencias de Publicidad alemanas. Fundamentalmente, hace un llamamiento a lo
que él llama el hombre de la post‑racionalidad.
¿Y qué quiere decir con esto? Michael afirma que el consumidor maduro
rechaza la publicidad que utiliza la razón, y desea que ésta refleje el mundo
de los sentidos. Michael ve los orígenes del hombre de la post‑racionalidad en
los movimientos hippies californianos y, en el momento
presente, en el feminismo. Lo que le lleva a la siguiente conclusión: “El
hombre post‑racional es un producto de un mundo más femenino”. Nell Postman rebatió el punto de
vista de Bernd M. Michael con la siguiente
puntualización cargada de polémica: “Si el señor Michael está buscando un
aliado, entonces pienso que tengo uno para él, incluso aunque no esté aquí
presente; se trata de Joseph Goebbels”.
El subtítulo de este libro ‑¿Puede el hombre sobrevivir a los medios? se refiere, de forma algo provocativa, a la discusión que
durante algunos años había estado determinando el debate público en Alemania,
es decir, la discusión sobre la ecología de los medios. Y es en este contexto
en el que hay que entender el enorme éxito en Alemania de los dos libros de Nell Postman The Disappearence of Childhood (1982) y Amusing Ourselves to Death
(1985). El debate instigado por Postman en Alemania sobre si tiene sentido o no, ver la
televisión debe ser el más controvertido y amplio de los debates jamás
planteados en la investigación sobre los efectos de los medios de comunicación
en Alemania. Así, Postman fue no sólo la estrella secreta de este simposio
organizado por la Feria de Frankfurt, sino también la del libro sobre ecología
de los medios, para el que redactó la introducción.
Este libro se titula Die verstelle Welt (El
mundo deshecho) (3) y su intención queda claramente subrayada por el subtitulo Beitráge zur Medienókologie (Contribuciones a la Ecología de los
Medios). Por una parte, este libro tiene sus orígenes
dentro del ambiente de la Deutsche Lesegesellschaft (Asociación alemana de lectores) y
contiene así muchas referencias y alusiones cruzadas al viejo debate de lectura
contra televisión, con todo su típico y doliente pesimismo cultural. Por otra
parte, también contiene una discusión seria sobre este tema y la resuelve
dentro de un entorno empírico concreto. junto con otros investigadores de las
comunicaciones de habla alemana como Ulrich Saxer de Suiza, Wolfgang Langenbucher de Austria, Hertha Sturm y Elisabeth Noelle‑Neumann de Alemania, este libro también contiene
contribuciones de Elihu Katz,
Karl H. Pribram y Dorothy G. Singer. En su ensayo Media Ecology‑Catchword
ora New Task in Communications Policy, Wolfgang Lagenbucher y Angela Fritz definen la ecología de los medios como un enfoque
científico concentrado “en las relaciones de comunicación de la gente entre sí
y con los entornos de comunicación”.
Bajo la luz de esta definición y desde un punto de
vista empírico‑secundario, trabajan, gracias a la más importante bibliografía
de investigación disponible, sobre los rasgos estructurales del entorno de las
comunicaciones y cuestionan el equilibrio entre a) los diferentes medios de
comunicación, b) los medios y sus receptores. A través de su trabajo de
investigación destacan que por el momento “no se pueden establecer todavía
valores para un estado normal opuesto
a desviaciones patológicas”, pero
que, sin embargo, los temores expresados al principio de la década de los 70
“de que una excesiva cantidad de medios de comunicación audiovisuales
pudieran tener efectos negativos”, han demostrado ser válidos.
Apoyadas por numerosos estudios empíricos sobre los
hábitos de lectura y de visión de la televisión en Alemania, Elisabeth Noelle-Neumann llega a conclusiones muy concretas, exactas y a
veces contradictorias, en su ensayo
Televisión y el futuro de nuestra cultura literaria. Señala que se ha
demostrado en reiteradas ocasiones que la lectura de libros es difícil
comparada con el acto de ver la televisión. La energía consumida en la lectura
de libros no se necesita a la hora de leer periódicos o revistas. Lo que ella
ha considerado siempre como algo extraño es el descubrimiento empírico de que los
lectores de libros son gente feliz, descubrimiento al que no se llega
fácilmente con respecto al consumo de otros medios de comunicación. Como Langenbucher y Fritz, Noelle‑Neumann también retorna a los miedos expresados en
la década de los 70 de que un flujo creciente de imágenes puede causar la
preocupación de la gente. No rechaza que pueda ser éste el caso, refiriéndose
en este contexto al hecho de que desde la introducción de la televisión en
Alemania en 1955, los lectores de prensa dan cada vez más importancia a los
artículos explicativos o que resumen un determinado tema. Por último, afirma
que “las políticas de los medios en la era de la
expansión de los nuevos medios de comunicación tendrán que incluir medidas para
promover la lectura. Este es un test de nuestra
sensibilidad y de nuestra capacidad de reacción. ¿Somos capaces de reaccionar a
los peligros que acechan a nuestra cultura, basada como está en la escritura,
incluso cuando estos peligros no son tan obvios como la deforestación?”.
Un aspecto fundamental de este libro es que sirve de
buena introducción a lo que está siendo discutido en Alemania en estos
momentos bajo el concepto de Ecología de
los Medios. También es muy interesante que este libro haya aparecido por
primera vez en rústica. La experiencia de los editores con los libros en
rústica es que tan sólo pueden ser distribuidos en el mercado alemán cuando la
estimación de ventas sea al menos de 10.000 ejemplares. (En contraposición con
esto, los áridos libros académicos a
veces sólo tienen una tirada de 500). Estas
condiciones del mercado editorial alemán propiciaron la publicación de otro
libro, Kultuindustrie und Populárkultur (Industrias culturales y Cultura popular)
(2) de Michael Kausch, aún más sorprendente,
puesto que también hizo su primera aparición en rústica, incluso cuando trata
de los medios de comunicación de masas desde el punto de vista de la Escuela
de Frankfurt. El riesgo que corrió el editor, Fischer
Taschenbuchveraig, con este título merece una mención
positiva, pues la Escuela de Frankfurt no está muy en boga en la Alemania
actual. Lo que sí está de actualidad en el debate alemán sobre los medios de
comunicación es el posmodernismo y sus numerosas
variantes ‑pero no la Escuela de Frankfurt‑.
Aunque así se crea en el extranjero este trabajo
exhaustivo, que recoge una investigación bien llevada sobre la teoría de los
medios de comunicación según la Escuela de Frankfurt, es posiblemente el
primer intento en todo el mundo de sistematizar los frecuentes enfoques ensayísticos
y algo deslavazados en los aspectos teóricos de la Escuela de Frankfurt.
RELECTURA DE LA ESCUELA DE FRANKFURT
En su monografía, Michael Kausch
trata exclusivamente con los escritos teóricos de Theodor
W. Adorno, Walter Benjamin, Max
Horkheimer y Leo Lówenthal.
Al principio del libro, el autor resume las experiencias históricas de los
años 20 y 30, el punto de partida de
los trabajos teóricos de la Escuela de Frankfurt: a) desacuerdo con la
evolución de la revolución rusa, b) desacuerdo con el declive teórico y moral
de la social‑democracia alemana, c) la estabilidad del fascismo y la consiguiente
expansión del pensamiento antisemita y del autoritarismo, d) la crisis del
marxismo como visión científica del mundo y e) la proliferación de nuevos
medios de comunicación de masas (radio, televisión y cine) y su instrumentalización por los Estados dictatoriales
(Alemania, Unión Soviética) y las industrias comerciales (EE.UU.).
Con este fondo de experiencias de fracaso, derrota y
pérdida, la Escuela de Frankfurt cobró energía para crear un nuevo principio
teórico (un pensamiento de considerable relevancia en la actualidad). De acuerdo con Michael Kausch,
las perpectivas y logros teóricos posteriores de la
Escuela de Frankfurt deben constituir el punto de partida de cualquier nuevo
trabajo empírico y teórico sobre la investigación del sector de los medios de
comunicación hoy en día:
I. En el área de la investigación de la recepción debe asumirse, como
Adorno desde los años 30, que las ideologías de los medios se han convertido en
independientes de su contexto social. Los productos industrial‑culturales no
pueden ser atribuidos ya, sin más comentario, a
estratos sociales específicos. Según Adorno, esto debe atribuirse al hecho de
que la regresión en la recepción corresponde al fetichismo en el acto de
escuchar y ver. No es una regresión de la que el individuo sea responsable,
sino más bien se debe a un carácter compulsivo, impuesto por la totalidad de
las tendencias sociales fuera del proceso actual de comunicación, y que produce
en el individuo la regresión.
II. En el área del análisis de la producción, Kausch se refiere al trabajo crítico y exhaustivo sobre
ideología, asumido por la Escuela de Frankfurt con respecto a los medios de
comunicación de masas y a su contenido. En sus declaraciones sobre la ideología
de la televisión, Adorno tenía dos cosas presentes: ideología como contenido,
pero sobre todo, como forma. Es la forma de la televisión a la que debe
atribuirse la dependencia que produce.
El libro de Kausch tiene
un breve ensayo a modo de introducción de Leo Lówenthal,
de Berkeley. Batallador, insistente y preciso ‑muchos
podrían decir que anticuado y obstinado‑ este último teórico vivo de la
Escuela de Frankfurt resume dos momentos característicos: “Primero, es
importante dejar constancia de la trascendencia y análisis del carácter
político de la cultura cotidiana y de sus medios de comunicación, siguiendo el
rastro a la política en el aparente día a día apolítico. Por ello, no era la
tecnología lo que seleccionábamos como objeto de nuestro criticismo. Los
medios no son culpables. Lo que es decisivo para nosotros era la fundamentación capitalista de su tecnología”.
En 1954 Theodor W. Adorno
escribió su ensayo Cómo mirar la
televisión, expresando un agradecimiento explícito a su joven colega George Gerbner. En este ensayo
afirma, entre otras cosas, que “ la reiteración, la mismidad, y la ubicuidad
de la cultura de masas moderna tiende a reforzar las reacciones automatizadas y
a debilitar las fuerzas de resistencia individuales”. Si uno compara esta
afirmación de Adorno, con casi 40 años de antigüedad, con los descubrimientos
de la investigación crítica de los medios de comunicación actuales, es casi
una experiencia de déjá vú. El libro
de Kausch es recomendable para todos aquellos
interesados en el trabajo teórico serio pero arduo. Como se da el caso de que,
entretanto, está académicamente de moda el ejercitar el criticismo de la forma
en que lo hace la Escuela de Frankfurt, sin tomarse el trabajo de estudiar a
sus teóricos, sería muy oportuno contar con la traducción inglesa de este
libro.
Así y con buenas razones, Leo Lówenthal
se refiere en su ensayo introductorio a Jürgen Habermas y a su
participación en la Escuela de Frankfurt. Naturalmente, Lówenthal
se refiere a la obra clásica de Habermas Sturkturwandel der Öffentlichkeit (La transformación estructural de la esfera
pública) (5), publicada en 1962. En la época en la que se realizó el
análisis, este clásico demuestra que en la era de los medios de comunicación de
masas había nacido una especie de nuevo límite desdibujado entre las esferas
pública y privada. Por una parte, la esfera pública, vía medios de comunicación
de masas, penetra hoy en día en las esferas más íntimas de la vida privada. Por
otra, la esfera pública está perdiendo cada vez más su función como una cuarta
fuerza, como un correctivo a la dominación. Según Habermas,
la esfera pública se ha convertido en un instrumento para la dominancia de los
grupos con intereses políticos, por encima de cualquier forma de legitimidad
democrática.
De acuerdo con Adorno, Habermas
escribe: “La emisión de programas de los nuevos medios de radio, cine y
televisión limitan de manera peculiar las reacciones del receptor, cuando se
comparan con los medios escritos. Producen un hechizo en el público oyente o
telespectador, a la vez que le despojan de la distancia necesaria para que
realice un juicio maduro, es decir,
su oportunidad para ser capaces de responder o contradecir. (...). La piedra de toque del estrato social culto, educado para
utilizar la razón en la esfera pública, se ha roto. El público está siendo
dividido en minorías especializadas, comprometidas con el discurso intelectual
en la esfera de lo no‑público, y la gran mayoría queda consumiendo lo público.
Así ha reducido su forma de comunicación específica a pública”.
EL NUEVO HABERMAS
Ahora que el libro de Habermas,
después de 17 reimpresiones, se ha convertido en un clásico y ha sido por fin
publicado en su traducción inglesa por MIT Press en
Boston, 1989, una nueva edición del trabajo apareció en 1990. Lo interesante
en esta nueva edición es la introducción del autor de 50 páginas, en la que se
distancia de ciertas afirmaciones básicas de su libro original. Esto lo realiza
bajo la influencia de dos procesos sociales fundamentales que han repercutido
de forma significativa en la relación entre la esfera pública y los medios de
comunicación. Por una parte, existe el hecho de que con el levantamiento de la
generación del 68, numerosos discursos en agrupaciones informales (el
movimiento de la mujer, la ecología y otros grupos alternativos) han influido
mucho en lo que se ha llamado discusión pública. Por otra parte, la
transformación de las sociedades del Este de Europa hacia la sociedad civil ha
subrayado la influencia de los medios de comunicación en el proceso.
Cierto es que Habermas
llega a esta evaluación a través de premisas teóricas diferentes a las de la
edición original. Si en aquel momento, bajo la influencia del experto demócrata
radical en derecho constitucional, Wolfgang Abendroth, estaba preocupado con una transformación de todo
el sistema capitalista (incluyendo la economía y el aparato de Estado), ahora
se ha vuelto más modesto en sus objetivos. En este nuevo prólogo lo que
considera como el logro del análisis teórico es “el cierre democrático al
abuso colonialista por imperativos del sistema en contextos del mundo de vida (Lebensweltliche
Bereiche)”. Así, retorna al término mundo de vida (Lebenwelt)
que introdujo a finales de los 60, y al que atribuye una relativa
autonomía, por encima de las restricciones del sistema. Más allá de dichas
restricciones, como dice en su nuevo prefacio, existe una “comunicación
pública, regenerada de forma espontánea desde las fuentes inmediatas de la
vida”.
En una omnipresencia electrónicamente producida, Habermas ve no sólo las tendencias hacia la
homogeneización compulsiva de la vida de los receptores, sino también posibilidades
para una ““pluralización de las formas de vida y de la individualización de
los planes de vida”. En conclusión, el prefacio afirma que “hay muchas
evidencias que indican que el potencial democrático de la esfera pública, cuya
infraestructura está marcada por las crecientes restricciones de selección
impuestas por los medios de comunicación electrónicos, es ambivalente. Lo que
quiero decir con esto es que si tuviéramos de nuevo que intentar llevar a cabo
un análisis de la transformación estructural de la esfera pública, no sabría
cuál sería el resultado para una teoría de la democracia ‑quizás una que
pudiera llegar a una evaluación menos pesimista y a una visión menos
provocativa, más objetiva, que la de aquella otra época‑“.
Con este prefacio Habermas
ha dejado atrás el potencial crítico de la Escuela de Frankfurt, y Michael Kausch actuó correctamente al no entrar en detalles con Habermas en su libro sobre teoría crítica de los medios de
comunicación de masas. Quizás no sea más que un desliz
freudiano cuando en la página 45 de su nuevo prefacio la teoría de la acción
comunicativa de Habermas (Handels)
(!) fue publicada como teoría del comercio comunicativo
(Handels) (!). Por supuesto, uno no puede reprochar a
un autor el cambiar de opinión. Por el contrario: aprender también significa
ser capaces de cambiar de opinión. Sin embargo, hay todavía muchas preguntas
que hacer al nuevo Habermas. Por ejemplo, ¿a qué se
parece el fundamento sociológico de la categoría fuente espontánea de vida?. Ya que esto no puede caer como deus ex machina del cielo. ¿Hasta qué punto
pueden las recientes experiencias de Europa del Este (desde una perspectiva
global Europa del Este era y sigue siendo marginal) generalizarse para una
teoría de la esfera pública?. ¿Por qué debe el colapso del comunismo en Europa
del Este conducir a un abandono de la perspectiva (utópica) del cambio de sistema?.
¿Acaso el resultado del colapso en Europa del Este, no ha dejado clara la
debilidad del capitalismo, expuesta a la vista de todos, haciendo más necesaria
que nunca una investigación analítica de la transformación del sistema?. ¿Por
qué el análisis de Adorno sobre el presente carácter de valor de cambio de los
medios ya no es válido ‑especialmente en vista de una omnipresencia creada electrónicamente‑?.
ENTORNOS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
En el volumen dos del trabajo Medienwelten jugendlicher (El mundo de los medios de
comunicación de la juventud) (6), del renombrado pedagogo Dieter Baacke, el trasfondo ha
sido configurado tanto por la categoría de Habermas
de mundo de vida ‑LebensweIt(sin
estar teóricamente desarrollado), como por la categoría de ecología de los
medios, que proporciona el marco analítico para el examen. Contrario a la
investigación tradicional de los efectos de los medios, el enfoque ecologista
de los medios de comunicación que realiza Baacke y
sus colegas asume que, entre la juventud, los mundos de vida (Lebenswelten) están
integrados. La multiplicidad de medios de comunicación utilizados en el más
variado de los entornos sociales (cine, grandes almacenes, discotecas, contexto
familiar) y en los respectivos contextos de vida de los individuos jóvenes se
ven conectados de forma integral con la evaluación subjetiva de las respectivas
situaciones afectadas por ellos. Básico para este examen empírico, llevado a
cabo entre 1986 y 1989, es el interés
en “analizar los entornos de los medios de comunicación como un todo” para los
propósitos de la investigación.
Presentaré tan sólo algunos de los numerosos
descubrimientos: para la juventud la televisión es el medio de comunicación más
importante; los jóvenes siguen la tendencia de los nuevos medios; la gente
joven tiene un fuerte deseo de más medios de comunicación nuevos; la mayoría
de los padres son indiferentes a los problemas inherentes al consumo de medios
en sus hijos; entre la mayoría de la gente joven el uso activo de los medios
corresponde con relaciones sociales activas, de tal forma que la extendida
tesis de que el uso activo de los medios reduce la calidad de la experiencia
directa no queda confirmada en este estudio. Mientras las diferencias se
producen en todos estos descubrimientos de acuerdo a varias variables socio‑demográficas,
las diferencias en la relación campo‑ciudad en Alemania han quedado más o menos
equilibradas.
El primer volumen, Lebenswelten sind Medienwelten
(Los mundos de vida son los mundos de medios de comunicación), resume los
descubrimientos cuantitativos del estudio. El segundo volumen, Lebensgeschichten sind Mediengeschichten (Las historias de vida son las historias
de los medios), reproduce la perspectiva de algunos de los jóvenes
entrevistados. Bajo ladillos como “Leer me ayuda con mis problemas”o “A veces
me paso ocho horas frente al ordenador “, este volumen reproduce los textos de
las entrevistas.
Se trata de un estudio cautivador por dos razones:
en primer lugar, debido a su enfoque integrado evita caer en la trampa monocausal de la investigación tradicional de los efectos
de los medios. En segundo lugar, el estudio muestra claramente que el carácter
diferenciado de sus descubrimientos tiene mucho que ver con la habilidad
metodológica del investigador social para escuchar con mucho cuidado al objeto de su examen. Las limitaciones
del estudio han de ser buscadas más en la teoría que en la parte empírica. En
ausencia de referencias a la teoría social o al criticismo ideológico, lo que
aquí se llama la teoría ecológica de los medios no es más que una (buena)
descripción de la realidad.
LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA ALEMANA
Massenkommunikation. Theorien, Methoden, Befunde (Comunicación de masas. Teorías, métodos, descubrimientos) (4) es el título de un tomo de casi 550 páginas de Max Kaase y Winfried
Schulz. Publicado como una edición especial del
internacionalmente conocido Kólner Zeitschrift für Soziologie und Sozialpsychologie (Periódico de Sociología y Psicología
Social de Colonia). De esta antología se puede
afirmar que es una visión de conjunto muy representativa del estado presente
de la investigación académica sobre medios de comunicación en Alemania. Sin
embargo, no sería injusto para los autores representados aquí añadir que este
volumen sólo cubre el trabajo de investigación de la línea central. No representa
a las mentes independientes, excéntricas, creativas y críticas, ni los
científicos que se encuentran fuera de los confines de la investigación
establecida sobre la comunicación, como Alphons Silbermann o Axel Zerdick, BerndPeter Lange o Claus Eurich,
Hansjürgen Kleinsteuber o Barbara Mettler‑Meibom. No es un
problema grave, pero es mejor saberlo de antemano, para ser capaces
de estimar el valor del libro.
Dentro del marco de esta recopilación sería
imposible tratar adecuadamente de las 32 contribuciones a veces muy importantes
de este enorme volumen. Por ello, me gustaría limitarme a presentar tan sólo
los temas más importantes de los que trata. El libro está dividido en siete
secciones: Introducción, Medios de comunicación y cambio social, Funciones y
consecuencias de la comunicación política, Comunicadores en un contexto social,
Utilización y uso de los medios de comunicación de masas. Sobre la teoría de
los efectos de los medios, y Desarrollo de la metodología y análisis de contenido.
Al final del libro hay un breve sumario en inglés de cada contribución. Que se mezcle importantes contribuciones sobre temas
fundamentales con otras sobre temas más marginales es un hecho que comparte con
la mayor parte de las antologías. A mi entender, los siguientes ensayos son
los más importantes: el relato de Horst Reimann sobre los inicios de la investigación sobre
comunicación, la contribución de Max Kaase sobre el papel de la televisión en el progreso del
cambio social en Alemania, las observaciones de Heribert
Schatz sobre la conexión entre las políticas de alta
tecnología y la comunicación de masas, la contribución de Siegfried
Weischenberg y sus colegas sobre las intenciones de
las comunicaciones periodísticas, el ensayo de Maria‑Luise
Kiefer sobre la difícil interrelación entre los
medios complementarios y la competitividad de los medios, el ensayo de Michael
Schenk sobre el papel de la comunicación de masas en
la espiral del silencio (una versión abreviada de su libro en alemán de título
similar de 1982, edición inglesa de 1984).
Por muy controvertidas que puedan ser unas y otras
contribuciones al volumen, yo tengo mis dudas sobre si los editores han hecho
justicia a su propio objetivo. En su introducción afirman que, entre otras
cosas, este volumen contradice la afirmación de que “en gran medida la
investigación sobre comunicación carece de teoría”. Tanto si este reproche es
justificado como si no lo es depende de lo que uno entienda por teoría. Como
científico social, entiendo por tal una reflexión fundamental de la naturaleza
analítica e histórica en proceso de cambio en una sociedad determinada. De
especial interés para mí es el papel de las comunicaciones en su relación con
el trabajo, el capital, la tecnología y la esfera privada. En particular, los
filósofos y científicos alemanes como Karl Marx, Max Weber,
Gustav Schmoller. Werner Sombart, Carl Schmitt, Theodor
W. Adorno, Max Horkheimer, Helmut Schelsky, Herbert Marcuse, Jürgen Habermas, Carl Friedrich von Weizsácker o Niklas Luhmann, resolvieron y
apoyaron la llamada teoría de la sociedad. Dado este significado de teoría, la
antología a la que nos referimos carece absolutamente de teoría. En su
introducción, los dos editores también afirman que la naturaleza de la
antología debería ser descrita con el término de eclecticismo, haciendo
hincapié en que no utilizan este término en forma despreciativa. Por mi parte,
no estoy del todo seguro de que haya o debiera haber un sentido positivo del
término eclecticismo.
Hace algunos años, en una conferencia en Hamburgo,
James Halloran afirmó de forma algo irónica que la
palabra Wirkungsforschung (investigación de efectos) era una palabra
típicamente alemana. Se estaba burlando de la gran cantidad de investigación
que se estaba realizando en Alemania (también en EE.UU.) en aquel momento, en
la que los problemas específicos de los efectos de los medios estaban siendo
analizados, con un considerable esfuerzo metodológico, pero sin prestar
atención al trabajo teórico que debería corresponder a tal esfuerzo. Esta
crítica, muy razonable, no puede aplicarse desde luego a la monografía de
Michael Schenk Medienwirkungsforschung (Investigación de los Efectos de los
Medios) (1) .
Este libro no es uno de tantos trabajos científicos. Por el contrario, es más
bien algo bastante raro dentro del mundo científico, donde o se publica o se
perece. Es decir, es un informe de investigación extraordinariamente exhaustivo
sobre la totalidad de la investigación de los efectos de los medios de
comunicación, desde sus comienzos hasta el día de hoy.
Este volumen de 500 páginas (uno podría describirlo
con cierto sentido del humor como teutónico
por su densidad) está dividido en cinco partes: 1. Efectos de los medios
de comunicación de masas sobre las actitudes, emociones y conocimiento; 2.
Comunicación de masas y comunicación interpersonal; 3. Efectos sociales de la
comunicación de masas; 4. Investigación sobre el público de los medios y
gratificación; y 5. Estado de la investigación de los efectos de los medios de
comunicación. Algunas áreas, en las que el autor no se considera a sí mismo
como especialista, han sido trabajadas por otros colegas: Michael Kunczik escribió la sección sobre investigación de la
violencia, Heinz Bonfadell
la de la investigación del vacío de conocimiento, Konrad
Burdach escribió una sección especial sobre las
investigaciones de Goerge Gerbner
sobre la excesiva visión de la televisión, y Wolfgang
Donsbach una sección sobre la investigación de la
espiral de silencio.
El libro de Michael Schenk
ha bebido de diferentes fuentes: teoría del sistema, investigación social
empírica y teoría de la comunicación. Puede manejar de modo adecuado tanto
argumentos teóricos externos como los problemas metodológicos inmanentes
inherentes a los estudios individuales y a los enfoques de investigación. Como
se puede esperar del libro, el autor rechaza no sólo la casi tradicional
afirmación de que los medios de comunicación de masas son relativamente
ineficaces, sino también que los medios de comunicación de masas son
omnipotentes en la influencia que ejercen. En estas conclusiones Schenk subraya una y otra vez que para los trabajos de
investigación futuros será importante combinar diferentes enfoques en la
investigación de los efectos de los medios y concentrarse en estudios
longitudinales. Pero dada la complejidad de los enfoques entremezclados, la
cualidad de la recopilación primaria de datos puede ser pasada por alto (como
está ocurriendo por ejemplo con el número creciente de entrevistas telefónicas). En resumen, Schenk dice que
“desde el punto de vista de la investigación actual, ha quedado patente, una
vez más, la complejidad de la interconexión y los efectos, y lo inapropiado que
es hacer afirmaciones lineales y monocausales sobre
el contenido y el efecto”.
Como autor de estas reseñas, tan sólo puedo comentar que efectivamente hay mucho de cierto en
ello. Desde luego, espero que el libro de Schenk sea
conocido más allá de la frontera alemana. Puede convertirse en un libro de
texto imprescindible para aquellos que desean dedicarse a aspectos especiales
dentro del entorno general de la investigación de los efectos de los medios.
EL DERECHO SOBRE LA RADIODIFUSIÓN
Muchos investigadores de la comunicación no parecen
darse cuenta plenamente de que la economía de los medios de comunicación está
sujeta a normas, para ser capaz de establecer políticas, básicamente con la
ayuda de dos instrumentos: las normas técnicas y legales. El trabajo de
investigación sobre el derecho de los medios, por lo tanto, es de gran
importancia en la fase actual de convulsión que conduce hacia la llamada
sociedad de la información. Wolfgang Hoffmann‑Riem, uno de los más prominentes especialistas en
derecho de los medios, es completamente consciente de este hecho. Su último
libro, Rundfunlrecht neben Wirtschaftsrecht (Derecho de la radiodifusión junto con
derecho comercial) (7) no es sólo una obra maestra, sino un ejemplo
excelente de lo importante que es el conocimiento legal específico para ser
capaces de encontrar nuestras relaciones con la política de los medios.
En vista de la base normativa del Art.5 de la
Constitución alemana, que garantiza la libertad de radiodifusión, Hoffmann‑Riem pregunta sobre la posibilidad de
coexistencia del derecho de la radiodifusión y del comercial. Mientras las
consideraciones legales sobre radiodifusión tiene que
estar necesariamente orientadas al decreto constitucional sobre la pluralidad
de opiniones, las consideraciones legales en el sector comercial trabajan sobre
la asunción del modelo competitivo del mercado. Ahora que el Tribunal Supremo
alemán, con su decisión de 1986, ha declarado que un orden de radiodifusión
dual de servicios de radiodifusión pública y privada es constitucional, Hoffmann‑Riem se siente obligado a preguntarse cómo es
esta relación entre estas dos áreas legales examinadas más de cerca, y si una
de ellas debe ser tratada con prioridad sobre la otra.
En su examen, Hoffmann‑Riem
llega a las siguientes conclusiones, entre otras:
‑ En todas sus decisiones sobre normas hasta la fecha, el Tribunal
Supremo ha asumido que no es absolutamente necesaria una orientación de la
radiodifusión hacia los principios económicos del mercado. El derecho
fundamental a la libertad de radiodifusión no sólo es un fin en sí mismo, sino
que está constitucionalmente protegido en relación con su función en el
proceso de formación de la opinión pública. Conclusiones complementarias
pueden derivarse de ésta.
‑ La competitividad existente entre las diferentes emisoras de
radiodifusión pública no se deriva del principio de competitividad económica.
‑ En el sector de la radiodifusión comercial el legislador utiliza
los impulsos directivos del mercado, pero no sólo éstos.
‑ La relación entre las cadenas de la radiodifusión pública y privada
está orientada alrededor del concepto de competitividad de opiniones. “Un
recurso complementario al derecho comercial lo señala el tribunal sólo para
la relación entre las diferentes cadenas de la
radiodifusión privada, pero no para su relación con las cadenas de la
radiodifusión pública”.
‑ De particular interés para el lector extranjero son, sobre todo,
los argumentos legales de Hoffmann‑Riem sobre el
Libro Verde, Television Without frontiers (Televisión sin fronteras) (1984), y la
correspondiente Television Directive of the European
Communities (Directiva de televisión de las Comunidades
Europeas) (1989). Después de una evaluación legal del Tratado de Roma de
las Comunidades Europeas (1957) y del Art. 10 del Congreso Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (1950),
el autor llega a la conclusión radical de que la Comisión de las Comunidades
Europeas no tiene competencia legal con respecto a la dimensión comunicativa y
cultural de la radiodifusión. “La CE carece, a pesar de muchos intentos (...)
de una constitución política y, por lo tanto, de una constitución sobre
comunicación. (...). Las normas legales básicas
fundamentadas en las constituciones nacionales no tienen porqué tener un lugar
secundario en la legislación de la CE, y sólo sería así si dentro de la CE se
favorece un modelo legal básico que sea comparable a las leyes
constitucionales nacionales. Sin embargo, la protección efectiva de los
derechos básicos quedará incompleta si las normas del Tratado de Roma son
aplicadas a la radiodifusión sin que existan posibilidades adecuadas para el
respeto de las exigencias de la libertad de radiodifusión”.
Hoffmann‑Riem es, sin lugar a dudas, el único
especialista en derecho de los medios de comunicación en Alemania que niega a
la Comisión de la CE su competencia legal para quitarle a la radiodifusión su
dimensión cultural y comunicativa por medio de la palanca de los argumentos del
derecho comercial. Sin embargo, la argumentación rara vez es presentada de forma
tan clara y firme como por este autor: “Donde no hay demandante no hay juez”. A
primera vista este viejo refrán alemán puede parecer muy apropiado para el
caso. Pero la cuestión de que por qué nadie actúa contra la Comisión de la CE
(por ejemplo, los pequeños países miembros o países comprometidos con el
movimiento de los sindicatos y con la socialdemocracia), excede el marco del
análisis legal. En este punto, se invoca a la ciencia política para que
reaccione.
Tradicionalmente han existido cuatro importantes
revistas especializadas en los medios de comunicación y la ciencia de la
comunicación en la antigua parte occidental de la República Federal de
Alemania: Publizistik, Rundfunk + Fernsehen, Media Perspektiven y Medium. (En cuanto a las revistas especializadas de la
anterior República Democrática, todavía no está muy claro cuál de ellas
sobrevivirá y en qué forma). Cuando se comparan las
citadas Medienwissenschaft: Rezensionen
(Ciencia de los Medios: Reseñas) (10), que ha estado apareciendo desde
1984, representa una bocanada de aire fresco en la escena de la investigación.
La razón principal para esto es que hay tres editores, el profesor Thomas Koebner, el profesor Heinz B. Heller y el profesor Karl Riha, que siendo profesores de literatura, se han
aproximado a la disciplina de la ciencia de la comunicación un poco tarde como
independientes. Es verdad que esta revista no contiene ensayos de tipo
científico, sino más bien reseñas de publicaciones sobre todos los medios, desde
libros a teatro, desde televisión a vídeo.
La revista aparece trimestralmente y desde su primer
año ha publicado aproximadamente 1.500 reseñas de libros. Naturalmente las
obras tratadas son sobre todo alemanas, pero también se están considerando
nuevas publicaciones extranjeras. Para dar alguna pista sobre la amplitud y
profundidad de esta revista, sería útil reproducir un índice de contenidos del
último número de 1990: una sección discute sobre los léxicos y los libros de
consulta. Una segunda, sobre cultura de medios, ofrece unas reseñas de títulos
sobre política de telecomunicaciones en el Reino Unido, los ordenadores en la
vida cotidiana y el arte y la comunicación. Una tercera sección se dedica
exclusivamente a libros, prensa y el resto de los medios impresos. Aquí se discuten los libros aparecidos en el Volks‑Zeitung de Berlín del siglo XIX, en las librerías de la época fascista en
Alemania, o en informes de los tribunales en la prensa local de aquel tiempo.
Esta sección también contiene una recopilación de reseñas de varios títulos
sobre un mismo tema, en este caso, de los problemas en la ética del periodismo.
Dichas recopilaciones de reseñas sobre temas
específicos pueden encontrarse en casi todos los números de esta publicación y
están entre las secciones más importantes e interesantes que la revista puede
ofrecer a sus lectores. Una cuarta sección trata de las publicaciones sobre los
medios de comunicación escénicos, en este caso, sobre la comparación entre el
teatro contemporáneo francés y el alemán; el desarrollo del libreto operístico
alemán en el siglo XIX; y el cabaret en los primeros años de la Alemania
democrática. Una quinta sección se dedica a la fotografía y al cine. Una sexta,
a las nuevas publicaciones sobre radio y televisión, en concreto, una
recopilación de reseñas de televisión sobre información internacional. Una
séptima sección presenta nuevas publicaciones del sector de la pedagogía de
los medios de comunicación. Bajo el apartado de Miscelánea una octava sección presenta todo tipo de artículos
variados: un libro sobre las conexiones entre la política y la música; otro
sobre el retrato de mujeres en la canción pop actual alemana; y un libro sobre
Jean Cocteau. Esta sección también contiene una
recopilación de reseñas de libros sobre el director de cine y teórico de la
comunicación Alexander Kluge. Al final de cada
sección, bajo el título de Perdidos y
encontrados en la historia de los medios, hay un breve texto, a veces una
pequeña joya literaria; en el n° 2/1989, un ensayo corto
del año 1920 de Kurt Tucholsky
sobre el cine erótico; en el n°1‑2/1990, un poema del
año 1938 sobre la televisión con ocasión del Baile de Prensa de la Asociación
Imperial de la Prensa Alemana.
Lo que hace a Medienwissenschaft: Rezesionen tan
estimulante, no es sólo el enfoque de los temas tratados y la seriedad de sus
reseñas. Mientras otras revistas representan con frecuencia tan sólo la escuela
teórica, con autores pertenecientes a una sóla
tradición científica especializada, y mientras colecciones de citas, grupos de
seguidores y colegas invisibles, apenas conocidos por el público, determinan
con frecuencia la imagen de una revista, Medienwissenschaft: Rezesionen florece
en la agresiva pluralidad de sus diversos autores. Como modelo de lo que puede
ser el viejo concepto liberal de la pluralidad, autores de variadas opiniones
se expresan aquí.
Otro aspecto de esta revista, que merece especial
mención, es el hecho de que, donde es necesario, Medienwissenschaft: Rezesionen permite
la polémica contra la fama de perspectivas científicas banales; contra la
rimbombancia sin sentido de hechos empíricos; contra los precipitados cambios
de paradigma; o contra la multiplicidad de libros minoritarios cuyos autores no
sienten que la comunicación de masas podría, entre otras cosas, tener algo que
ver con el poder político. Para el lector con conocimientos de alemán, esta
revista proporciona una perspectiva excelente, y sobre todo profunda, de todo
el abanico de la ciencia de la comunicación en Alemania. También debe
recomendarse a las bibliotecas como ayuda para la selección de nuevas
adquisiciones de literatura alemana.
Traducción: Mar Hernández de Felipe
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
(1)
SCHENK, Michael, Medienwirkungsforschung. J.C.B. Mohr, Tubinga, 1987. Páginas 493;
precio 74 marcos.
(2) KAUSCH,
Michael, Kultunndustrie und PopulárKultur
Kritische Theorie der Massenmedien.
Mit einer Vorbemerkung von Leo
Lówenthal. Fischer Taschenbuch Verlag, Frankfurt,
1988. Páginas: 335,; precio: 19,80 marcos.
(3) WERNER
D. FROLICH, Rolf Zitzlsperger y Bodo Franzmann, ed., Die verstellte Welt. Beiträge zur Medienökologie. Fischer Taschenbuch Verlag, Frankfurt,
1988. Páginas: 279; precio 16,80 marcos.
(4)
Max KAASE y Winfried SCHÜLTZ ed. Massenkummunkation. Theorien, Methoden, und Befunde. Opladen: Westdeutscher Verlag 1989. (Edición especial de Kölner Zeitschrift für Soziologie und Sozialpsychologie, vol, 30). Páginas
541; precio: 72 marcos.
(5)
HABERMAS, Jürgen, Strukturwandel der Öffentlichkeit. Untersuchungen zu einer Kategorie
der bürgerlichen Gesellschaft. Mit einem Vorwort
zur Neuauflage. Suhrkamp, Frankurt, 1990. Páginas: 379; precio: 24 marcos.
(6) Dieter
BAAKE, Uwe SANDER y Ralf VOLLBRECHT, Medienwelten Jugendlicher, vo1.I: Lebenswelten sind
Medienwelten;vo1.II: Lebensgeschichten sind Mediengeschichten.
Leske+Budrich,
Opladen 1990. Páginas vol. I:
260; precio: 28 marcos. Páginas vol. II: 148; precio 16,80 marcos.
(7)
HOFFMANN‑RIEM, Wolfgang, Rundfunkrecht neben Wirtschaftsrecht,
Zur Anwendbarkelt des GWB und des EWG‑V auf des Wettbewerbsverhalten öffentlichrechtilchen
Rundfunks in der dualen Rundfunkordnung. Nomos
Verlagsgesellschaft, Baden‑Baden,
1991. Páginas 234; precio: 39 marcos.
(8) BERNWARD
Frank, Gerhard Maletzke y Karl H. MüllerSachse, Kultur und Medien. Angebote‑Interessen‑Verhalten. Eine Studie
der ARD/ZDF‑Medienkommission.
Nomos Verlagsgesellschaft,
Baden‑Baden, 1991. Páginas, 499; precio, 58 marcos.
(9) MESSE
Frankfurt Gmbh, ed., Kimmunikation 200: Überlebt der Mensch die Medien?. Umschau
Mreidenstein Verlag, Frankfurt, 1991. Páginas:
113; precio: 29,80 marcos.
(10) HEINZ‑B.
HELLER, Thomas KOEBNER y Karl RIHA ed.,
Medienwissenschaft. Zeitschrift für
Rezesionen über Veróffentlichungen zu sämtlichen Medien. Max
Niemeyer Verlag, Tubinga. Publicación trimestral desde 1984; páginas: 110
por ejemplar. Volumen: 92,00 marcos. Ejemplar. 3 ,00
marcos.