La investigación sobre comunicación en España Un
balance cualitativo
María
Dolores Cáceres/Carmen Caffarel
Un
análisis cualitativo sobre la investigación básica en comunicación desarrollada
en España en los últimos años muestra sus problemas, sus virtudes y sus
lagunas, pero orienta también hacia las vías de solución.
Esta colaboración tiene
por objeto presentar los resultados de un análisis cualitativo de la producción
sobre investigación en comunicación en España. En este sentido, es continuación
de una investigación que se realizó en 1988 y que fue presentada en el II Simposium Internacional sobre Políticas Comunicativas, que
tuvo lugar en Madrid en el mes de febrero de 1989, organizada por la A.I.C.(Asociación de Investigadores en Comunicación).
Lógicamente, la
investigación debía iniciarse en el punto exacto en el que finalizó la primera
fase: esto es, iniciar ahora el análisis cualitativo de los documentos
seleccionados entonces y que abarcaban un período de diez años, desde 1978 a
1987. Entendimos, sin embargo, que ello presentaba una serie de dificultades:
En primer lugar, una
cierta obsolescencia de los datos. Con ser interesante el análisis de la
investigación en esos años y toda vez que el trabajo que ahora se iniciaba
exigía una planificación que nos iba a llevar al menos dos años, pensamos que
quedaría una laguna bastante considerable entre 1987 (último año que se abordó
en la fase anterior), y la fecha en la que se iba a concluir este trabajo
actual, prevista para finales de 1991.
En segundo lugar, se
trabajó entonces con un registro de 3.579 publicaciones. Un trabajo meramente
descriptivo del nivel cuantitativo permitía, aunque con dificultades, abordar
tan amplio número de protocolos. Ahora teníamos que abordar el análisis
cualitativo, lo que implicaba que teníamos que llegar a un acceso directo al
material que teníamos seleccionado, y una lectura atenta de su contenido. Ello,
contando con los recursos humanos, económicos y de tiempo, hacían
imposible que mantuviéramos el mismo material seleccionado.
Bajo estas premisas
decidimos pues partir del mismo objeto, sólo que ahora mirado desde el prisma
de un análisis cualitativo, eso sí, sacrificando la cantidad de registros en
aras de la calidad, y modernizar los datos para que obtuviéramos un mapa de la
investigación lo mas cercano posible al momento
actual. Al ampliar los años hasta 1990 (año que se alcanza en este trabajo),
tuvimos que acortar el período, como punto de arranque y limitarlo al año
1987, el equipo humano, el tiempo y los recursos no nos permitían abarcar todas
las fechas previstas, ya que ello redundaría en perjuicio de la propia
investigación que ahora nos ocupa. De alguna manera, en este trabajo se
reproducen muchos de los inconvenientes que tiene que afrontar la investigación
que se lleva a cabo en España.
En primer lugar, se hizo
necesario adoptar unos criterios para discernir aquello a considerar dentro de
las limitaciones materiales (por ejemplo, en la imposibilidad de recuperar el
universo de la información bibliográfica existente).
Estas y otras limitaciones, en ocasiones, han amenazado con constituirse en
exponente geométrico de las dificultades con que se enfrenta el investigador de
la comunicación para acotar su propio campo de estudio desde una perspectiva
teórica inter o transdisciplinar,
puesto que el ámbito temático de la comunicación, aún en un estadio formativo,
no presenta en el momento actual de la historia de la ciencia unos perfiles muy
definidos. No se va a pretender en esta investigación hacer esta tarea
epistemológica de definición o demarcación científica, incluyendo o excluyendo
arbitrariamente del dominio comunicacional unos u
otros objetos particulares, y unos u otros enfoques o paradigmas. No obstante,
hemos optado por elegir un criterio ad hoc: dejar de lado la
investigación aplicada, para centrarnos en la Investigación básica, aún siendo ésta la más escasa, y a pesar de
que a penas se le preste atención desde algunas instancias, dada su nula rentabilidad
económica a corto plazo (salvo cuando es para satisfacer la urgencia de las
necesidades burocráticas de los
investigadores académicos: curricula, memorias,
concursos, oposiciones, etc.). Porque, en última
instancia, es en ella donde se apoya el resto de la investigación en
comunicación, dotándola de supuestos teóricos y recursos metodológicos que
permiten todo tipo de desarrollos: aplicados o no, con marcado carácter de
rentabilidad económica, o inscribibles en lo que se ha venido en llamar, en
los últimos tiempos, I+D.
Así, como investigación
básica hemos incluido también la investigación académica producida en el
ámbito universitario, puesto que es la que satisface a priori todos los
requisitos que reclama una investigación sensu estricto.
De esta forma, se han
considerado los trabajos de autores españoles que tratan sobre temas de
comunicación centrados en nuestro país y publicados en el mismo. Para mantener
los mismos criterios que se utilizaron en la primera fase de la investigación
de 1988, los soportes de la investigación se han dividido en: libros (sea de uno o varios autores), artículos publicados
en revistas, y tesis (sean de licenciatura o de doctorado).
El corpus final de la
investigación procede de una selección en tres etapas:
1.
Consulta de fuentes secundarias.
2. Selección de
un repertorio de documentos sobre la investigación básica en comunicación.
3. La consulta
y depuración de estas fuentes primarias como última fase de selección, que
comprende 138 documentos.
El protocolo que hemos
diseñado se divide en dos partes claramente diferenciadas. La primera de ellas,
descriptiva, pretende recoger información sobre aspectos muy concretos de la
investigación (autor, título, lugar de publicación, etc.).
La segunda parte del protocolo, contempla los apartados que creíamos que había
que incluir en cualquier trabajo que se llame a sí mismo de investigación
(temática, metodología, etc.) y que suponen, por nuestra parte, una manera de
plasmar nuestra concepción de lo que, formalmente, es una investigación en
comunicación.
ESTUDIO DE
LOS DATOS
La mayoría de las
investigaciones publicadas en España se llevan a cabo por un solo autor. Cuando
analizamos la autoría de las investigaciones en relación con el soporte donde
se publican, hemos podido observar que:
‑ La autoría de las tesis exige la existencia de
un investigador individual tal y como prescribe la normativa vigente, que es
quien se presenta física y nominalmente ante una comisión encargada de valorar
su trabajo.
‑ Los libros que son manuales, suelen realizarse
por un colectivo de investigadores, y ello supone una excepción dentro del
apartado libros.
Lo que cabe concluir de
los curricula de los autores, publicados a su vez en
sus trabajos, es que el mayor porcentaje de la investigación en comunicación en
España corre a cargo del profesorado universitario y, en menor medida, por los
profesionales de los medios de comunicación.
La publicación de las
investigaciones se localiza, sobre todo, en Madrid (81.9 por ciento) y
Barcelona (10.9 por ciento), lugares donde se concentran los poderes político,
económico y de iniciativa cultural. Por otra parte, es en estas dos ciudades
donde se localizan las dos primeras Facultades de
Ciencias de la Información del Estado, y con el mayor número de alumnos y
profesores. Hemos encontrado también, aunque en menor medida (7.2 por ciento),
documentos publicados en Bilbao, Valencia, Murcia y Navarra. Se observa, cada
vez más, un aumento de la publicación autonómica.
Respecto al tipo de
soporte, Madrid presenta una pauta distinta al resto de la geografía española.
En la capital del Estado son artículos, sobre todo, lo que se publica, al
contrario del resto de las ciudades españolas, en donde son los libros los
soportes más frecuentes.
Madrid aparece como la
ciudad en donde se publica mayor número de revistas sobre comunicación,
mientras que Barcelona se manifiesta como un centro editorial importante en lo
que a la publicación de libros sobre comunicación se refiere. Las
investigaciones destinadas a establecer modelos para una determinada región,
estudios sobre aspectos locales y regionales que no pertenecen a estas
ciudades, se publican en Madrid o Barcelona. Publicadas en Barcelona y Bilbao,
hemos analizado investigaciones escritas en las lenguas vernáculas de esas
autonomías. No hemos encontrado, por el contrario, ninguna investigación
escrita en gallego.
La proyección
internacional de las publicaciones españolas en comunicación no tiene prevista
su traducción o difusión al extranjero. No existen libros ni artículos o tesis
con traducción simultánea al inglés, como ocurre con algunos escritos pensados
para ser distribuidos internacionalmente. En algunas revistas suele aparecer,
al comienzo del artículo, un breve resumen en inglés o francés.
La mayor parte de la
investigación (47.8 por ciento) es publicada por Instituciones. En menor
proporción (31.2 por ciento) lo hacen las editoriales y, en último lugar, las
universidades (21 por ciento).
No hemos recogido en
nuestro trabajo publicaciones sobre comunicación a cargo de periódicos, en sus
suplementos semanales o diarios, aunque hemos apreciado que en los últimos años
estos escritos se han multiplicado en prensa. Este periodismo de
investigación, en comunicación, se incorpora al estado de la cuestión en
comunicación en España, y crea un clima de opinión sobre la comunicación.
Tampoco hemos recogido publicaciones de estudiantes o de organizaciones no
gubernamentales.
TÓPICOS DE
INVESTIGACIÓN
El repertorio de tópicos
de investigación que se han registrado no responde a un intento de clasificación
arbitrario, sino que ilustra la distribución con que la investigación‑objeto
estructura los temas de estudio. A este respecto, se observa que, quizás por
la profesión docente de la mayor parte de los investigadores, se reproduce en
muchos casos la división administrativo‑científica de
los departamentos universitarios a los que pertenecen en la elección del
objeto de análisis, a no ser por el tratamiento específico que reciben todos y
cada uno de los tópicos relativos a los medios de comunicación de masas (M.C.M.), las nuevas tecnologías y las políticas de
comunicación.
Si hacemos un repaso de
los tópicos (véase histograma de la figura 1), entendidos como agrupaciones de
objetos de estudio, observamos que predomina, ante todo, la preocupación por
aquellos procesos comunicativos y sociales en los que se implican los M.C.M.. Pero es que, además, si unimos a este hecho la
proporción de estudios realizados en torno a cada uno de estos M.C.M. (específicamente sobre la TV, la prensa, y en
general los medios audiovisuales), se podrá apreciar que el resultado conjunto
se aproxima porcentualmente (44, 78 por ciento) a la
mitad del total de temas abordados en la investigación española sobre
comunicación. No obstante, las dimensiones de esta fijación temática son aún
mayores, como puede inferirse de la permanente vinculación con los M.C.M. que se atribuye a la mayor parte del resto de los
tópicos que se investigan (por ejemplo, con el marketing y la publicidad, con las nuevas tecnologías, con las
representaciones sociales, con el consumo cultural, con las políticas
comunicativas y con el propio desarrollo teórico, conceptual y metodológico en
el campo de la comunicación).
Por otra parte, estas
consideraciones se ven confirmadas al descender a los objetos de estudio
específicos que integran los tópicos: los contenidos y programación de la TV,
la construcción de representaciones en los medios audiovisuales, el lenguaje de
los M.C.M. se erigen junto a la epistemología de la
comunicación y las políticas de comunicación en los más frecuentados.
Desde una perspectiva
epistemológica, se observa que las investigaciones sobre comunicación ocupan
el campo de la comunicación humana, obviando el campo de la comunicación
animal. En lo que se refiere a la comunicación humana, se estudia únicamente
la comunicación institucionalizada, siendo apenas perceptibles los intentos
por investigar la comunicación informal, interpersonal y grupal. Por otra
parte, dentro del ámbito de la comunicación institucional, existe una predilección
por abordar objetos que conciernen a los medios de comunicación social o a las
prácticas profesionales de la comunicación, y algunas incursiones en la
propuesta de modelos sobre políticas de comunicación, siendo prácticamente
estéril el campo de la cultura si no es por los estudios realizados desde la
óptica del consumo, o de los usos sociales de los M.C.M.
y de las nuevas tecnologías.
Si bien pueden
considerarse como específicos los tópicos y los objetos de análisis encontrados,
puede concluirse que la demarcación científica del campo de la comunicación,
que cabe extraer de la bibliografía estudiada, se perfila con limites borrosos,
quizás por sus implicaciones interdisciplinares. En
este sentido, los aspectos temáticos sobre los que se aborda el estudio de la
comunicación hacen que ésta aparezca como proceso y producto social, político,
histórico, de opinión pública y de consumo, así como práctica profesional y, en
medida insignificante, como fenómeno antropológico, lingüístico, psicológico,
económico, jurídico, o filosófico, en el ámbito de las ciencias sociales.
Sin embargo, y a reserva
de otros análisis más pormenorizados, hay un dato que conviene resaltar aquí a
propósito de la elección de los objetos de estudio, un dato esperanzador que
nos hace recapacitar sobre la evolución que ha experimentado la investigación
sobre comunicación en España. Aunque el mayor número de objetos de análisis
contenidos en el tópico tradicional de los procesos massmediáticos,
hacen de él el ámbito temático más frecuentado, esto
no debe ocultar la preferencia específica de los investigadores españoles en
los últimos años, decantada por un objeto inusual en el pasado: la epistemología de la comunicación. Tema fundacional de una
disciplina que aún tiene pendiente la legitimación de un estatuto propio, y
que da muestras ahora de requerir una fundamentación
más sólida de la que ofrecen las meras aplicaciones o prácticas profesionales
de los comunicadores en los M.C.M., en favor de los
desarrollos teóricos y metodológicos de los comunicólogos.
PERSPECTIVAS
FORMALES
A la hora de abordar los
distintos tópicos de investigación, se hace desde diferentes perspectivas
formales. Dicho con otras palabras, el mismo objeto material de estudio, puede
plantearse desde enfoques diferentes (distinto objeto formal).
Así, por ejemplo, el estudio de la publicidad puede abordarse desde una
perspectiva histórica, económica o desde un punto de vista comunicativo en el
que se estudie v.g. el
lenguaje de los mensajes publicitarios.
En los documentos que
hemos analizado, hemos encontrado las siguientes perspectivas formales, que
obedecen a tres categorías cualitativamente distintas:
A)
Planteamientos que responden a los respectivos enfoques de las siguientes
disciplinas: 1) ciencias jurídicas, 2) historia, 3) ciencia política, 4)
economía, 5) psicofisiología,6)
documentación periodística, 7) ética, 8) pedagogía, 9) lingüística, 10)
sociología.
B) 11‑ Teoría de la comunicación: una gran cantidad
de documentos obedecen al enfoque propio de aspectos
puntuales del proceso de comunicación. Aspectos que tienen que ver con la
recepción, transmisión, difusión de mensajes, procesos de persuasión, efectos
cognitivos, proxémica, gestualidad,
mediación, etc.
C) 12‑
Enfoque pedagógico: planteamiento que obedece a la aplicación instrumental del
método pedagógico o, dicho con otras palabras, a hacer saber (manuales).
La perspectiva que
obedece al enfoque pedagógico sólo se encuentra, como es obvio, en los libros,
puesto que sólo en este soporte encontramos manuales.
También es en el soporte
libro en donde se encuentra mayor variedad de perspectivas formales, siendo las
tesis las que ofrecen menor repertorio (este dato resulta sesgado, a nuestro
entender, por ser las tesis el soporte que menos abunda en nuestro corpus).
También, no sin lógica,
aparece la teoría de la comunicación en todo tipo de soportes, puesto que
además de ser un enfoque formal, es el objeto de esta investigación.
METODOLOGÍAS
UTILIZADAS
Por tratarse de un
trabajo dedicado a la investigación en comunicación, resulta sorprendente que,
en muchos de los documentos analizados, no se haga explícita la metodología
de análisis empleada, excepto en el caso de las tesis ‑y no siempre‑.
La metodología utilizada no consta, tal vez porque los trabajos carecen de
ella, sensu estricto. En consecuencia, ésta ha tenido
que ser deducida por el equipo investigadora partir de la lectura minuciosa
del documento y contando con la formación, en la materia, de los analizadores.
Debemos señalar también
que las investigaciones no obedecen a una sola metodología, sino que en la
medida en que se plantean diferentes niveles en cada trabajo, se van adoptando
distintas metodologías ad hoc. En consecuencia, no
siempre ha sido fácil enmarcar una investigación bajo una sola rúbrica toda vez
que, en alguna ocasión puede superponerse más de una orientación metodológica.
En todos los casos, se ha tomado en cuenta aquella que predomina en razón de su
peso específico.
Se pueden señalar dos
tipos, cualitativamente distintos, de metodologías que se han detectado:
A) Las
metodologías que pueden ser adscritas a una corriente de pensamiento
consolidada dentro de las ciencias sociales: 1) estructuralismo, 2)
conductismo, 3) dialéctica, 4) heurística.
B) Métodos
de trabajo o conjuntos de técnicas, que no se corresponden estrictamente con
una metodología de trabajo científico, pero que definen una forma de
acercamiento metodológico al objeto de estudio: 5) descriptivo‑analítica,
6) teórica, 7) análisis empírico, 8) didáctica, 9) divulgativa.
Dicho grupo de categorías
han sido definidas de la siguiente manera:
‑ Descriptivo‑analítica:
bajo esta rúbrica englobamos los trabajos que con
carácter de exposición general abarcan aspectos descriptivos de un tema, o de
carácter histórico, de revisión bibliográfica y de clasificación y elaboración
de tipologías .
‑ Teórica: recoge aquellos trabajos que abordan
cualquier tópico de investigación desde la reflexión teórica y el esfuerzo conceptualizador, cercanos a lo que podríamos denominar
ensayo (sobre todo en el caso de los libros).
‑ Empírica: desde los análisis empíricos se
abordan tanto los análisis de contenido de los medios de comunicación de masas,
como otros análisis que sin poder ser rubricados de esta misma forma, abarcan
trabajos cuantitativos, estadísticos de comparación de datos y también
trabajos de campo.
‑ Didáctica: aquellos trabajos que presentan un
marcado interés didáctico que cristaliza, en el corpus estudiado, en la
elaboración de manuales, lo que queda explícitamente expuesto por su autor a
modo de declaración de intenciones.
‑ Divulgativa: (más propia de los artículos de
revista) bajo este rótulo aparecen todos aquellos trabajos cuyo interés y
profundidad en su tratamiento, difícilmente pueden sobrepasar los límites de una
publicación divulgativa (no hay que olvidar que en nuestro corpus de análisis
aparecen artículos de escasa extensión que, precisamente por esta limitación,
es difícil que aborden un tema exhaustivamente o con cierto rigor).
Es más frecuente
encontrar en nuestras investigaciones, metodologías pertenecientes al grupo B
que al grupo A. Esto no es de difícil justificación toda vez que el manejo de
éstas últimas requiere del dominio de unos métodos y técnicas que no siempre
deben ser presupuestos en nuestros investigadores. También, habría que aducir
una razón en la que el tipo de trabajo justifica, de entrada, la metodología
que se utiliza. No todos los trabajos publicados pueden presentar una
metodología sensu estricto: por
ejemplo, en un informe de investigación no cabe seguir otro procedimiento que
no sea el, por nosotros denominado, descriptivo‑analítico
o, tal vez, el divulgativo, si se
trata de ofrecer un documento de fácil lectura o dirigido a un público amplio.
En algún libro se encuentra también la metodología didáctica cuando se trata de un manual, sin menoscabo de que su
autor a la hora de proceder en su investigación, haya utilizado una
metodología que bien podría inscribirse en la corriente estructuralista,
conductista, etc.
RELACIÓN CON
OTROS CAMPOS DE CONOCIMIENTO
En el corpus estudiado
existen escasas investigaciones que partan exclusivamente desde las categorías
propias de la teoría de la comunicación, aunque el objeto material sea algún
aspecto específico del proceso de comunicación. La comunicación es analizada a
partir de las categorías de otras disciplinas; se entiende entonces la
comunicación como objeto multidisciplinar, que puede abordarse desde distintos
enfoques de forma simultánea.
Agrupamos los principales
campos de conocimiento relacionados con las investigaciones en comunicación en
tres áreas:
A. Área de
ciencias sociales: l) sociología (incluyendo en esta disciplina sociosemiótica y teoría de la cultura), 2) política (incluyendo teoría política,
historia política, políticas culturales, políticas territoriales), 3) economía
(incluyendo teoría económica, historia económica, economía cultural, economía
territorial), 4) derecho (incluyendo historia del derecho, derecho de la
información, derecho político), 5) psicología (incluyendo historia de la
psicología, psicología de la percepción, psicología de la comunicación, fisiopsicología), 6) antropología (incluyendo etnometodología), 7) documentación (incluyendo
biblioteconomía).
B. Área de ciencias humanas; l) filosofía
(incluyendo historia de la filosofía, teoría de la cultura, deontología,
retórica, ética y religión, que se asocia al campo anterior, en relación con
estudios de creencias y representaciones, en el tópico de representaciones sociales),2) lingüística
(incluyendo: semiótica, pragmática, sociosemiótica, estructuralismo), 3) historia (incluyendo
historia de la cultura, de la política, de la economía, de la filosofía, del
arte en relación con la estética).
C. Área de
ciencias puras y naturales: 1) física (que se asocia a la psicología, analizando
aspectos de capacidades expresivas y relacionadas con la recepción), 2)
matemáticas (incluyendo estadística).
La elección de un tema de
análisis o la elección de un enfoque científico se encuentran
interrelacionados. Bien es cierto, que un tema se selecciona por múltiples
razones ajenas al enfoque que se ha de adoptar, que van desde la actualidad, la
vigencia teórica o la utilidad práctica que pueda tener para el lector, hasta
la oportunidad científica que supone el abordarlo para
el autor. Tampoco resulta aventurado pensar que en la mayor parte de los casos
no se elija tanto la perspectiva desde la que se abordará el tema por las
características de éste, como por la pertenencia o adscripción del
investigador a un ámbito disciplinario o a una corriente teórica o metodológica
específicas. En cualquier caso, no cabe considerar que en la investigación
científica sea posible abordar un tema (objeto material) si no es desde una
perspectiva (objeto formal), o viceversa. En las siguientes líneas
observaremos cómo se adoptan determinados enfoques científicos de la
investigación en comunicación, en virtud de cada tema de análisis, y cómo se
seleccionan los temas en este tipo de investigación en virtud de cada enfoque
científico.
a) Los enfoques
científicos de la investigación en comunicación en virtud del tema de
análisis.
Si
exceptuamos la perspectiva documental, elegida si, y sólo si, el tema es
relativo a la documentación, la mayor parte de los temas son susceptibles de
ser abordados desde diversas perspectivas. Así, aunque los temas comunicacionales se abordan casi siempre desde una
perspectiva propia de la teoría de la comunicación y/o desde la óptica sociológica,
esto no excluye otros enfoques.
Los temas
acometidos desde más enfoques diferenciados son los que abarcan el campo de
los procesos en los M.C.M, y los relativos al
marketing, la publicidad y las relaciones públicas. Estos tópicos de la
investigación, únicamente, no son frecuentados por la psicología y la lingüística,
y es destacable cómo el primero excluye, además, los análisis de la Economía
mientras el segundo elude, además, los análisis de la ética.
En cambio,
algunos tópicos de la investigación se caracterizan por requerir escaso número
de enfoques, aparte de los ya mencionados de la teoría de la comunicación y de
la sociología. En concreto, hay que resaltar la especificidad de la
perspectiva política para el tópico políticas de
comunicación; la perspectiva pedagógica para el tópico
medios audiovisuales, la perspectiva histórica para el tópico nuevas
tecnologías, y la perspectiva lingüística para los análisis de otras prácticas
de cariz minoritario, como las pintadas o la traducción.
El resto de
tópicos temáticos se caracterizan por seleccionar no
sólo los enfoques comunicacionales y sociológicos,
sino también por ser abordados diversamente desde otras perspectivas,
coincidiendo o diferenciándose de los demás a estos respectos. Así, el tópico
teoría, conceptualización y metodología coincide con
el tópico prensa en recibir un tratamiento lingüístico y político, y coincide
con el tópico televisión en recibir un tratamiento político, provocando un
análisis específico desde la perspectiva psicológica.
El tópico
prensa determina análisis históricos y políticos como el tópico televisión, y
análisis pedagógicos como el tópico representaciones sociales. E1 tópico
representaciones sociales, además, orienta los análisis desde enfoques
jurídicos y didácticos, en los que encuentra perspectivas singulares respecto
del resto de tópicos. Finalmente, el tópico relativo a las industrias culturales
y el consumo, coincide con el tópico prensa en recibir un tratamiento económico,
y se diferencia del resto de tópicos de este bloque, en suscitar análisis
desde una perspectiva ética.
Con
independencia del tópico que se analice, en la investigación sobre comunicación
puede destacarse el predominio de la perspectiva propia de la Teoría de la
comunicación (40,5 por ciento) y del enfoque sociológico (15,2 por ciento),
seguidos de los planteamientos políticos (10,1 por ciento), económicos (7,2
por ciento), históricos y pedagógicos (5,1 por ciento), y los habidos desde la
óptica lingüística (4,3 por ciento).
b) Los temas
de la investigación en comunicación en virtud de los enfoques científicos.
De forma
correlativa a lo que acontecía en a) si exceptuamos el tema documentación,
elegido si, y sólo si, la perspectiva del análisis es documental (correlación
entre a) y b)), la mayor parte de los enfoques científicos son susceptibles de
abordar diversos temas. Así, aunque las perspectivas elegidas abordan casi
siempre temas relativos a los procesos en los M.C.M.,
esto no excluye otros temas de análisis.
Los enfoques
que abordan más temas diferenciados son los que parten de la teoría de la
comunicación (aunque ésta no se caracterice por investigar los tópicos medios
audiovisuales y políticas de la comunicación) y los que parten de la
Sociología (aunque ésta no frecuente los tópicos de la prensa y de otras
prácticas). Ahora bien, estos enfoques se adoptan en
función del tema de análisis, y en ningún caso, el tema a investigar se sigue
de la elección de una perspectiva sociológica o comunicacional.
Por otra
parte, algunos enfoques se caracterizan por indagar escaso número de temas,
aparte del tradicional relativo a los procesos en los M.C.M..
En concreto, hay que resaltar la especificidad temática para las perspectivas psicofisiológicas y éticas, centradas en el análisis de
las industrias culturales y el consumo, o para la perspectiva didáctica de los
manuales que escoge el tema de las representaciones sociales, o la perspectiva
jurídica a la que interesa además de las representaciones sociales, la
regulación del sector del marketing, la publicidad y las relaciones públicas.
El resto de
enfoques se caracterizan por seleccionar no sólo los temas propios del tópico
procesos en los M.C.M., sino también por abordar
otros ámbitos temáticos, coincidiendo o diferenciándose de los demás a estos
respectos. Así, la perspectiva política se orienta al estudio del tópico TV,
en lo que coincide con los enfoques históricos, pedagógicos y lingüísticos.
Asimismo, estudia el tópico prensa, coincidiendo con las perspectivas económicas
y lingüísticas, o aborda el tópico teoría, conceptualización
y metodología como ocurre desde el enfoque lingüístico, y el tópico
marketing, publicidad y relaciones públicas al que también se aborda desde un
enfoque económico. Los enfoques políticos seleccionan específicamente los
temas relativos a las políticas de comunicación. Los enfoques históricos,
además, coinciden con los pedagógicos en abordar el análisis de los medios
audiovisuales, siendo específico de la perspectiva histórica el tema de las
nuevas tecnologías. Los enfoques económicos abordan específicamente las
Industrias culturales y el consumo. Finalmente, los enfoques pedagógicos
reservan su especificidad en este bloque para el análisis de las
representaciones sociales.
Del análisis que acaba de
efectuarse, cabe rescatar la desproporción existente en cuanto a la
distribución que articula temas y enfoques. Así, en general, se ha podido
apreciar la concentración de enfoques que recoge el tópico procesos en los M.C.M., en detrimento de otros tópicos, quizá por la
composición múltiple de los objetos de estudio que agrupa este ámbito temático
(recuérdese sobre actores, contenidos, lenguajes, usos, funciones y efectos). De otro lado, resulta destacable la predilección por los
enfoques comunicacionales y sociológicos, que
abordan la mayor parte de los tópicos de análisis, presentando el resto un
panorama bastante desigual. Se ha verificado que la proliferación de estos
enfoques no hay que atribuirla tanto a la consolidación de una teoría de la comunicación
o una sociología de la comunicación como disciplinas especializadas, sino a
los aspectos comunicacionales y/o sociales de los
temas que se analizan, ya que cada uno de ellos demanda un análisis específico
dentro del campo de estudio propio de esas disciplinas. Una última conclusión
nos pone en la pista sobre la explicación de la desproporción y desigual
distribución de temas y enfoques en el ámbito comunicacional
que nos ocupa: son los enfoques científicos los que determinan los temas a
analizar, y en menor medida los temas que llegan a suscitar determinados
enfoques de análisis. Esta conclusión no debe parecer excesivamente extraña al
investigador de la comunicación que reconoce en la pluridimensionalidad
de su objeto material un vasto campo abierto a las incursiones desde las
perspectivas más diversas, muchas veces a la conquista de un insignificante
botín, por buscar sólo allí donde su enfoque es capaz de iluminar.
La calidad metodológica
de una investigación proporciona una idea bastante aproximada del nivel
científico del trabajo en cuestión. Este apartado pretende dar cuenta de ese
nivel al tiempo que clarificar, hasta donde es posible, los procedimientos de
que se valen los investigadores para abordar distintos temas en el campo de la
comunicación. Si hay o no metodologías específicas, si se recurre o no a
métodos y técnicas empíricas, si se carece de método o se crean nuevas
metodologías, si se depende de las ya existentes, etc. Si para cada tema se
emplean uno o varios métodos, si cada método se utiliza para abordar uno o
varios temas. ¿Qué métodos, qué temas, en cada caso?. Veámoslo.
a) Los temas abordados en la investigación sobre
comunicación según la metodología de análisis.
A los procedimientos descriptivos‑analíticos, los más prodigados para todos los
tópicos, hay que añadir métodos de mayor rigor en la investigación, de
carácter teórico y empírico, como son las que contienen los estudios para
construir o validar modelos respecto del tópico teoría, conceptualización
y metodología de la comunicación, o los estudios sobre la prensa, la TV, las
representaciones sociales, las políticas de comunicación. De este tipo de
estudios cabe destacar los trabajos solamente teóricos, o solamente empíricos.
Entre los primeros, están los que abordan temas relativos a los procesos en los
M.C.M., o sobre las nuevas tecnologías, así como los
que teorizan respecto de otras prácticas comunicativas minoritarias. Entre los
segundos, los empíricos, se encuentran aquellos que se detienen en el estudio
de los medios audiovisuales o centran su labor en las industrias culturales y
el consumo.
Los métodos
estructuralistas, generalmente de índole semiótica, son utilizados para abordar
temas epistemológicos de la teoría, conceptualización
y metodología de la comunicación, procesos sociales en los que se implican los
M.C.M., formatos y contenidos de la TV, y en algún
caso se recurre a ellos para solventar problemas del
ámbito de la documentación. Por otra parte, el conductismo, como método de
investigación, se utiliza para explorar los medios audiovisuales, los procedimientos
heurísticos para replantearse el lugar que ocupan las industrias culturales y
el consumo en la sociedad actual, y la metodología dialéctica, para
desarrollos epistemológicos en torno a la teoría, conceptualización
y metodología de la comunicación.
Los objetivos didácticos
y divulgativos, sobre todo en libros y artículos, nos han obligado a incluir
como métodos estas prácticas que se traducen en meras técnicas discursivas, que
atienden a satisfacer una necesidad de conocimiento superficial de determinados
temas (prensa, TV, nuevas tecnologías, industrias culturales y consumo,
marketing, publicidad y relaciones públicas) o que buscan instruir o iniciar
al lector en temas especializados mediante manuales generalmente monográficos
(representaciones sociales), o ambas cosas a la vez (procesos en los M.C.M., medios audiovisuales).
Las metodologías con las
que se abordan más temas, a parte de las descriptivo‑analíticas,
las más numerosas, son las teóricas, empíricas y divulgativas, en ese orden. En
cambio, las que menos temas abordan son la conductista y la dialéctica.
b) Las metodologías empleadas en la investigación
sobre comunicación según el tema de análisis.
Se comprueba que la mayor
parte de los temas de la investigación‑objeto se
abordan con una metodología descriptivo‑analítica. A
este respecto, no sería apropiado señalar que es el tema de análisis el que
viene a determinar la adopción de tal metodología, sino que a partir de ésta
el investigador se vale de cualesquiera temas comunicacionales
para dar salida a una literatura dudosamente científica. No se trata sino de
descripciones fenomenológicas, de carácter taxonómico o clasificatorio, o se
trata de compendios, recensiones, reseñas, resúmenes, a lo sumo con
pretensiones literarias. Podría decirse que el sustantivo metodología viene a
este tipo de prácticas un tanto holgado, cuando de lo
que se está hablando es de meros procedimientos discursivos, más cerca del artificio
estilístico‑retórico o, en el mejor de los casos, de
las técnicas biblioteconómicas o documentales, que de
una metodología científica. Y, sin embargo, nos estamos refiriendo a la
metodología más empleada en el área de la comunicación. A pesar de todo, y como
contra‑argumento, que creemos de cierto peso, se
puede recordar que las investigaciones básicas consultadas aparecen
fundamentalmente en documentos no siempre apropiados para el desarrollo
riguroso de una metodología. Este último razonamiento podría aplicarse con
indulgencia a la mayor parte de documentos consultados: artículos de revistas
y libros.
Todos los temas comunicacionales que se abordan se analizan con distintas
metodologías. Los temas de la comunicación investigados que han permitido el
recurso a un mayor número de métodos son los medios audiovisuales, los
procesos en los M.C.M. y las industrias culturales y
el consumo, seguidos de la teoría, conceptualización
y metodología, la prensa y las representaciones sociales. Las metodologías
empleadas para estos temas son siempre descriptivo‑analíticas,
empíricas y/o teóricas, y divulgativas. Para analizar los medios audiovisuales
y los procesos en los M.C.M. son también didácticas;
para estudiar los procesos en los M.C.M.,
y en concreto la TV son además estructurales; y son
específicamente conductistas para analizar los procesos en los M.C.M., y heurísticas para estudiar las Industrias
culturales y el consumo. Los temas de la comunicación que han permitido
recurrir a un menor número de métodos son: la documentación (metodología
estructural) y otras prácticas comunicativas minoritarias (metodología
teórica), o a ambas (metodología descriptivo‑analítica).
Con independencia del
tópico que se analice, en la investigación sobre comunicación puede destacarse
el predominio de las metodologías descriptivo‑analítica
(44,9 por ciento), las teóricas (20,2 por ciento), las divulgativas (14,49
por ciento) y las empíricas (11,59 por ciento).
Son los temas los que
determinan el recurso a determinados métodos, y en menor medida las
metodologías las que llevan a elegir los temas de análisis. Esta conclusión
debe interpretarse en el sentido siguiente: la especificidad de los temas comunicacionales y el poco desarrollo metodológico
experimentado en el campo de la teoría de la comunicación conducen a una
situación que invita al pesimismo. Es una muestra de la pobreza científica en
la que aún hoy se debate la investigación en comunicación, carente del nivel
metodológico suficiente para abordar el objeto comunicacional
con el rigor y las garantías que a estas alturas cabría esperar de ella. Es
decir, la investigación en comunicación continúa haciéndose sin los requisitos
metodológicos mínimos, como puede comprobarse en el repertorio de las
metodologías elegido por los investigadores. Para muchos de los que investigan
sobre comunicación (abundan sobre todo los especialistas de otros campos y los
profesionales de los medios) ésta sigue perteneciendo a aquella clase de temas
sobre los que se puede opinar frívolamente, hacer literatura, filosofar con
gratuidad, lo importante resulta ser a la postre comunicarse, por ejemplo,
publicando sobre comunicación.
En el análisis que sigue
se pretende pulsar la tensión que se deriva de considerar si los temas elegidos
en la investigación española definen la especificidad o interdisciplinariedad
del campo de la comunicación, o si es la asunción de esta condición lo que
lleva a definir qué objetos de estudio plantearse. Este análisis tiene en
cuenta las aportaciones que se realizan desde disciplinas pertenecientes a las
ciencias sociales, las ciencias humanas y las ciencias puras y naturales, estas
contribuciones no abarcan todos los estudios específicos sobre comunicación
que se realizan desde esas disciplinas, sino sólo aquellos que poseen un rango
interdisciplinario alcanzado por su relación con la teoría de la comunicación,
a través del cual cabe incluirlas en las denominadas ciencias de la
comunicación. Por lo que, en este apartado, cada vez que hablamos de esas aportaciones,
hemos de excluir su especificidad, rasgo que exclusivamente atribuimos, como
es obvio, a la teoría de la comunicación,
a) Los temas de la investigación en comunicación en
virtud de la especificidad o de la relación con otras disciplinas.
Como cabía esperar, las
ciencias sociales (65.4 por ciento) se reparten mayoritariamente este objeto
de estudio, desde diferentes disciplinas. Así, desde la sociología, la
política, la psicología o la pedagogía, la economía, el derecho, la
antropología, y la documentación. En tanto que las ciencias humanas (20,7 por
ciento), mantienen su interés por la comunicación a través de los estudios
tradicionales provistos por la filología o la lingüística, la historia y la
filosofía. Por su parte, las ciencias puras y naturales (0,9 por ciento)
reducen su aproximación al campo de la comunicación, a la aportación que
proviene de la física y de la matemática.
Tanto las ciencias
sociales como las ciencias humanas se ocupan preferentemente de los procesos en
los M.C.M., de la teoría, conceptualización
y metodología, y de la prensa. El campo de estudio propio de la teoría de la
comunicación, quizás a la búsqueda de su identidad epistemológica, es el de la
teoría, conceptualización y metodología, campo que
atrae la atención exclusiva de las ciencias puras y naturales.
La sociología de la
comunicación (24, 8 por ciento) impera sobre el resto de disciplinas,
independientemente de los objetos comunicacionales
que se aborden. Esta primacía es compartida con la ciencia política (13,8 por
ciento) y con la propia teoría de la comunicación (12,9 por ciento), seguidas
de la psicología‑pedagogía (11.5 por ciento), de la lingüística‑filología (9,2 por ciento) y de la economía
(7,8 por ciento).
Si exceptuamos la física
y la matemática que se instala exclusivamente en el tema de la teoría, conceptualización y metodología de la comunicación, el
resto de disciplinas aborda diversos ámbitos temáticos. La economía y la
filosofía son las que más temas atienden, seguidas de la sociología, la politología, el derecho y la teoría de la comunicación. En
cambio, las disciplinas que presentan una mayor concreción temática, a parte
la física y la matemática, son la documentación, que se reserva el campo
restringido de las prácticas documentales y de la prensa, y la lingüística y
filología, cuyo punto de mira se orienta a los aspectos teóricos, conceptuales
y metodológicos de la comunicación, a los procesos de los M.C.M.
y al análisis del discurso periodístico de la Prensa.
Como se observa, a la
mayor parte de las disciplinas resulta familiar el estudio de alguno de estos
tres temas, si no todos ellos: la
teoría, conceptualización y metodología de la comunicación,
los procesos en los M.C. M. y la prensa.
Aparte de estos temas, en
el ámbito de las ciencias sociales se ofrecen las siguientes preferencias en
la investigación: la sociología elige con prioridad antes los tópicos relativos
a las nuevas tecnologías, las representaciones sociales y el marketing, la
publicidad y las relaciones públicas; la ciencia política comparte con la
antropología el objeto TV, ocupándose además de las políticas comunicativas,
constituyendo para la antropología el tópico de las nuevas tecnologías un
objeto de estudio primordial; las ciencias jurídicas comparten con la economía
los estudios sobre las industrias culturales y el consumo, a los que añaden su
preocupación por la regulación de los medios audiovisuales.
Si nos fijamos en las
ciencias humanas, y con independencia de los tópicos señalados como comunes a la
mayor parte de disciplinas, se ofrecen las siguientes preferencias temáticas en
la investigación:
A la filosofía y la
historia interesan los medios audiovisuales. Aunque específicamente la
filosofía atienda también las nuevas tecnologías y las industrias culturales y
el consumo, mientras que la historia se incline por indagar en la evolución
del medio televisivo.
En lo que respecta a la
teoría de la comunicación y su invocada especificidad, aparte de los tópicos
señalados como comunes, entre los cuales se aprecia un retroceso en el número
de estudios sobre la prensa, existe una tendencia a ocuparse, casi
exclusivamente, de la TV, las nuevas tecnologías de la comunicación y del
marketing, la publicidad, y las relaciones públicas.
b) Especificidad y relación con otros campos de
conocimiento en la investigación comunicacional,
según el tema de estudio.
El tema de los procesos
en los M.C.M. (19,8 por ciento) impera sobre el resto
de tópicos por ser el más frecuentado por las distintas disciplinas que conforman
las ciencias sociales y humanas, independientemente de cuáles sean éstas.
Este lugar privilegiado es compartido con la teoría, conceptualización
y metodología (17 por ciento) y con la prensa (11 por ciento), seguidas por la
TV (8,7 por ciento) las nuevas tecnologías (7,8 por ciento), los medios
audiovisuales (7,3 por ciento) y el marketing, la publicidad y las relaciones
públicas (7,3 por ciento).
Si exceptuamos el tema
documentación, exclusivamente abordado por la disciplina que lleva su nombre,
el resto de temas son abordados desde diversas disciplinas. La teoría, conceptualización y metodología se constituye en el tópico
atendido por más disciplinas: todas las que conforman el repertorio de las
participantes en la investigación sobre comunicación, con la salvedad de la
disciplina documental. Esta materia de estudio viene seguida de los procesos
en los M. C. M. , de la prensa, de la TV y de las
nuevas tecnologías de la comunicación. En cambio, los tópicos que presentan una
mayor concreción disciplinar, a parte la documentación, son las
representaciones sociales y las practicas comunicativas minoritarias como las
pintadas, la traducción, y la comunicación en la empresa.
Si hacemos un seguimientos de los temas más frecuentados por una
disciplina concreta, nos encontramos con que es el tópico documentación (80
por ciento), con la disciplina que le es propia, la más discriminante. Las
representaciones sociales (63,6 por ciento), para la sociología; las políticas comunicacionales (50 por ciento), para la Ciencia
Política; las nuevas tecnologías (47 por ciento), también para la sociología;
y las industrias culturales y el consumo (41,6 por ciento), para la economía.
El análisis de esta
rúbrica nos ha permitido un acercamiento al estado de la cuestión que, sobre la
ubicación epistemológica de la teoría de la comunicación, se ha ido conformando
en los últimos años, a través de la investigación española en este campo. Se ha
dicho en multitud de ocasiones, que los estudios sobre comunicación habrían
de agrupar diferentes perspectivas disciplinares para abordar un objeto tan
complejo, y se ha especulado sobre si esta necesidad no revelaba más que una
carencia: el aún incipiente desarrollo de una teoría de la comunicación
autosuficiente. Mucho antes de que se produjeran estos planteamientos fundacionales
sobre la especificidad del campo de la comunicación, la investigación sobre
este objeto había progresado ya ampliamente al albur de las demandas sociales,
económicas y políticas, hasta que la literatura científica norteamericana y
europea, planteada sobre todo desde la sociología y la psicología, conoció un
auge que fructificó en la institucionalización docente e investigadora en este área. A raíz de estos procesos históricos se ha venido
constatando el carácter pluridisciplinar de la
investigación o los logros interdisciplinares en el
dominio de las ciencias sociales, humanas, puras y naturales, y esta evolución
presenta hoy el interrogante de si la tendencia se
decantará al fin hacia el desideratum transdisciplinar, o hacia la consolidación de la
especificidad de la teoría de la comunicación, o ambas cosas a la vez como
rasgos de un estatuto definitivo.
En este sentido, y como
conclusión general a este apartado, cabe decir que son las características
específicas de los temas de la comunicación las que determinan el recurso a
unas u otras disciplinas científicas. Esto significa, que la
interdisciplinariedad es más aparente que real: lo que interesa analizar son
aspectos sociales, humanísticos, etc. de la comunicación y en esta medida se
apela a las disciplinas que pueden proveer de los conocimientos para
desentrañar esos aspectos. Es decir, se sigue manteniendo el estatuto pluridisciplinar, pero no se ha ganado en
interdisciplinariedad, y no se sabe nada sobre transdisciplinariedad.
Lo más penoso es tener que reconocer a la teoría de la comunicación como una
disciplina que aún busca encontrar una imagen singular en su espejo
epistemológico, cuando el reflejo sólo le ofrece especificidad en el
tratamiento de los procesos que implican a los M.C.
M.
CONCLUSIONES
La mayor parte de las
investigaciones sobre comunicación analizadas han sido publicadas por
fundaciones, instituciones, asociaciones profesionales, etc. (48.6 por ciento),
estando las editoriales y universidades muy igualadas respecto al número de
publicaciones (29.7 por ciento y 21.7 por ciento, respectivamente).
La conclusión que podemos
extraer de aquí es que son, precisamente, estos organismos ‑no lucrativos, en general‑ (fundaciones como Fundesco,
gabinetes de estudios como los de RTVE, asociaciones, etc.) los que más se
interesan por investigar, a nivel básico, la
comunicación. O, dicho con otras palabras, la investigación de la comunicación
no es un negocio salvo cuando se trata de temas puntuales: los medios de
comunicación de masas (procesos), industrias culturales y los temas
relacionados con publicidad y relaciones públicas.
Cabe añadir que aunque
las universidades aparezcan como menos relevantes, puede deberse a que, a nivel de tesis, sólo se han tomado en cuenta aquellas que
se han llevado a cabo en las facultades de Ciencias de la Información de España
(por ser las que estaban recogidas en nuestras fuentes) cuando es imposible
olvidar que también desde otras facultades, por ejemplo de Sociología, Psicología,
Filosofía, Filología, Pedagogía, Bellas Artes, etc., se estudian los problemas
de comunicación.
Para terminar, la
investigación española está protagonizada por profesores universitarios que
trabajan, en general, solos. Sorprende comprobar la escasísima investigación
que se publica en equipo, salvo cuando se trata de elaborar manuales. Se diría
que la investigación española en comunicación es más fruto de los esfuerzos
individuales, que de equipos de investigación que trabajen organizadamente.
Cabe esperar, en este sentido, que con el incremento de las ayudas oficiales a
este respecto (Plan de promoción general del conocimiento del Ministerio de
Educación y Ciencia, CICYT, CAICYT, DGICYT) los equipos de trabajo también se
incrementen, ya que ésta es una exigencia para que tales ayudas se formalicen.
No hemos podido verificar
las fuentes de financiación en la investigación que hemos analizado. Cabe
suponer que ésta es escasa, toda vez que nuestros textos carecen de una alusión
explícita a tales fuentes. Es habitual, cuando la investigación ha contado con
recursos económicos de alguna institución pública o privada, que se haga
constar ese hecho cuando la investigación se publica.
Quien más publica en
temas de comunicación son las instituciones (no universitarias), en segundo
lugar las editoriales comerciales (centradas más en libros que en revistas), y
en último lugar, las universidades, que vuelcan sus esfuerzos, principalmente,
sobre los trabajos de tesis. Sorprende este dato, pues parecería lógico pensar
que es la Universidad (centro de investigación por excelencia) en donde se hace
mas ingente incorporar los últimos datos de la
investigación al acervo cultural de la comunidad científica, lo cual es posible
con cierta premura si tales datos ven la luz en artículos de revista y no en
soporte libro por lo dilatado de su período de preparación, corrección de
pruebas, etc. Tal hecho, no se confirma con los datos de la realidad comunicativa
española. Nuestras universidades publican principalmente tesis y no son muy
abundantes aquellas que editan con regularidad revistas científicas; esta
tarea queda encomendada, en España, a fundaciones como Fundesco,
gabinetes de estudio como el del Instituto de RTVE o asociaciones que sí
demuestran un interés constante por los temas relacionados con la comunicación.
Es importante reseñar
aquí el hecho de que son escasas las colecciones de libros específicas sobre
comunicación.
Existen grandes desequilibrios
geográficos respecto al lugar donde se publica la investigación sobre
comunicación. Hay que destacar la preponderancia de Madrid frente al resto del
territorio español, sobre todo por lo que respecta a revistas especializadas en
temas de comunicación. Así, como Barcelona destaca por su elevada actividad
editorial (libros) es, sin embargo, Madrid quien ocupa la cabecera. Este hecho
nos parece importante por las razones que acabamos de aducir para las
publicaciones periódicas, toda vez que éstas poseen una agilidad de la que carecen
los textos a la hora de aportar datos de interés sobre las últimas
investigaciones que se llevan a cabo en el campo comunicacional.
Las publicaciones
aparecen muy ligadas a los intereses locales en las autonomías: problemas de
identidad cultural, políticas de comunicación, etc.
Del examen de tópicos
aparecidos en nuestra investigación, hay que concluir que, en España, se
investiga sobre los medios de comunicación de masas principalmente. Las
cuestiones teóricas ocupan un lugar importante (no olvidemos que se trata de
investigación básica en comunicación), pero son temas como la televisión, la
publicidad y las relaciones públicas y, recientemente, la incorporación de
las nuevas tecnologías como tema de investigación, los que copan el interés de
nuestros investigadores.
No podemos dejar de
señalar el hecho desalentador de comprobar que el mundo de la investigación en
comunicación se circunscribe exclusivamente a la comunicación humana, la
comunicación animal ni siquiera constituye un tema de investigación (ni una
sola referencia en nuestro corpus de análisis). Pero
tampoco todas las prácticas comunicativas humanas son objeto de investigación.
El objeto, por excelencia, de la investigación en comunicación siguen siendo los medios de comunicación de masas y las
otras prácticas alternativas de comunicación no merecen ser elevadas al rango
de tópicos, que despierten el interés de los investigadores en comunicación en
nuestro país. Esto es así para todos los casos que hemos estudiado:
independientemente de que se trate de libros, tesis o revistas,
independientemente de quién sea el autor de la investigación, quién la publique
y también con independencia de los campos disciplinares desde los que se
aborda la investigación o del punto de vista que se adopte en ella.
Tal vez sea ésta la mayor
laguna que se detecta en la investigación española en cuanto a temas, En España
nunca han sido frecuentes los trabajos que se han interesado por la
comunicación informal, grupal o animal y, en la actualidad, sigue sin serlo.
Quizás, la explicación a
este injustificado abandono haya que buscarla en el hecho de que la
investigación en comunicación aparece muy vinculada a los profesores
universitarios, presumiblemente a aquellos que provienen de las facultades de
Ciencias de la Información del territorio español. Este dato sesga los tópicos
cuando se trata de investigar; los medios de
comunicación de masas están mucho mas próximos a los intereses de estos
centros.
Tal vez podrían aducirse
razones de índole más general: los medios de comunicación de masas al ser un
sector de importancia estratégica en la sociedad (aquí podríamos apuntar la
incidencia de las nuevas tecnologías en los medios de comunicación de masas)
reclaman el interés de profesionales, técnicos, sectores industriales, público
en general, y, también, de los estudiosos.
A la hora de abordar los
estudios de comunicación, nos parece interesante apuntar que casi la mitad de
los trabajos que hemos analizado tienen como perspectiva formal la propia
teoría de la comunicación. De ello, cabe deducir que en este momento existe un
marcado interés por consolidar el estatuto epistemólogico
de la comunicación. Aún así, es fácil detectar las huellas de la herencia sociológica
o de la más superada tradición psicologista, ya que,
en segundo lugar, destaca el enfoque sociológico de numerosos trabajos.
No es el rigor
metodológico lo que caracteriza a la investigación española. Abundan los
trabajos que no pasan de ser una exposición general de carácter descriptivo,
histórico, o de revisión bibliográfica (que aquí hemos denominado descriptivo‑analíticos). Incluso
cuando se trata de trabajos empíricos, no es frecuente que se haga alusión
explícita a los métodos y técnicas que se han utilizado (por ejemplo, el
análisis de contenido).
A la vista de los
trabajos analizados, podemos concluir que nuestras
investigaciones no se caracterizan especialmente por la endogamia. Los estudios
de comunicación se plantean en relación a numerosos
campos de conocimiento, destacando entre todos ellos el campo sociológico. De
nuevo, podemos comprobar que no es fácil desprenderse de la herencia de esta
disciplina que marcó sus comienzos (recuérdese la mass communication research) por lo que respecta a la investigación de la
comunicación de masas y que sigue en la actualidad.