Estructura y política de la Comunicación en Cataluña
Una cuestión de Estado
Josep Gifreu
Un balance de las
estructuras y dinámicas de los medios en la sociedad catalana demuestra que no
puede dejarse este ámbito a la inercia del mercado. Se trata de una cuestión de
Estado que exige una acción politica.
EL MARCO INSTlTUCIONAL
Las instituciones relacionadas con la comunicación social y con sede
en el territorio del Principado de Cataluña son de titularidad pública o
privada. Los medios públicos dependen o bien de la Generalitat de Catalunya o
bien de los Ayuntamientos,
Las competencias de las
instituciones y las actividades de las empresas de comunicación, públicas o
privadas, están reguladas por tres bloques de normas, a saber:
a) Un bloque
de leyes fundamentales, el llamado bloque
constitucional, integrado básicamente por los artículos 20 y 149 de la
Constitución Española de 1978 (CE) y por el artículo 16 del Estatuto de
Autonomía de Cataluña de 1979 (EAC).
b) Las leyes
específicas sobre el sector. De la Administración central del Estado (Estatuto
de Radio y Televisión, ley del Tercer Canal, ley de la Televisión Privada, ley
de Ordenación de las Telecomunicaciones, ley de la Publicidad, etc.); o de la
Generalitat de Cataluña (ley de creación de la Corporació Catalana de Rádio i
Televisió, ley de Normalització Lingüistica, etc,).
c)
Normativa derivada del desarrollo de esas leyes (decretos, órdenes,
reglamentos, etc.).
Las
competencias autonómicas en materia de comunicación social para Cataluña vienen
determinadas fundamentalmente por el artículo 16 del EAC, que dice:
1.
En el marco de las normas básicas del Estado, corresponde a la Generalitat el
desarrollo legislativo y la ejecución del régimen de Radiodifusión y
Televisión en los términos y casos establecidos en la Ley que regule el
Estatuto jurídico de la Radio y la Televisión.
2.
Igualmente le corresponde, en el marco de las normas básicas del Estado, el
desarrollo legislativo y la ejecución del régimen de prensa y, en general, de
todos los medios de comunicación social.
3.
En los términos establecidos en los apartados anteriores de este artículo, la
Generalitat podrá regular, crear y mantener su propia televisión, radio y
prensa y, en general, todos los medios de comunicación social para el cumplimiento
de sus fines.
Con algunas
diferencias, las otras comunidades autónomas del Estado español ‑mención
especial merecen aquí la Comunidad Valenciana y Baleares, por compartir la
lengua catalana asumieron competencias similares en sus respectivos estatutos.
En este marco, y a tenor de los programas y sensibilidades del partido que ha
gobernado en cada comunidad (Convergencia i Unió en Cataluña, PSPV‑PSOE
en Valencia y Partido Popular en Baleares), se han desarrollado las limitadas
políticas sobre los medios en cada subárea.
ESTRUCTURA DE LA
CIRCULACIÓN DE LOS MEDIOS
Prensa
A principios
de esta década, la situación de la prensa en Cataluña ofrecía un panorama
inestable. Tendencias a menudo contrarias incidían sobre la dinámica de todo
el sector. Destacaban del conjunto algunos factores como los siguientes: la
profunda transformación tecnológica en los sistemas de producción, iniciada y
consolidada a lo largo de la década anterior; la creciente constitución de
empresas multimedias o reconversión de las tradicionales; la entrada de
capitales extranjeros en tales empresas; la contradicción entre la existencia
de una prensa absolutamente mayoritaria en lengua castellana y las progresivas
demandas de prensa en catalán; la pujanza de la prensa local y comarcal, la mayoría
en catalán, etc.
En prensa diaria, los periódicos con sede
en Cataluña en 1991, que tenían o pretendían tener una difusión para el
conjunto del territorio catalán, eran cinco de información general y dos de
información deportiva. También se editaba para Cataluña y Baleares una edición
del diario de Madrid El País. El
cuadro 1 ofrece el total de los diarios que se editaban en 1991 en Cataluña,
junto con datos relativos a su año de fundación, la lengua utilizada y la
difusión controlada.
La difusión
total a principios de los 90 no llegaba a los 600.000 ejemplares/día. El
índice de difusión por mil habitantes se situaba ligeramente por encima de la
media española (89/1.000, Unesco 1986). Del total de la difusión, los diarios
editados en Barcelona conseguían un 85 por ciento, y más de la mitad
correspondía a los dos primeros diarios en difusión, La Vanguardia y El Periódico. En general, la prensa de origen catalán
abastecía casi totalmente la demanda generada en este territorio.
CUADRO1
LA PRENSA DIARIA EN CATALUÑA
Periódicos |
Año |
Lengua |
Difusión |
|
fundación |
|
OJD 1989 |
Información
general |
|
|
|
AVUI |
1976 |
C |
38.098 |
DIARI DE BARCELONA |
1987 |
C |
12.715 |
|
(1792) |
|
|
EL OBSERVADOR |
1990 |
E |
|
EL PAÍS |
1982 |
E |
52.137* |
|
(1986) |
|
|
EL PERIÓDICO |
|
|
|
DE CATALUÑA |
1978 |
E |
171.439 |
LAVANGUARDIA |
1881 |
E |
210.624** |
* Información |
|
|
|
deportiva |
|
|
|
EL MUNDO |
|
|
|
DEPORTIVO |
1906 |
E |
58.073 |
SPORT |
1979 |
E |
66.923 |
* Local/comarcal |
|
|
|
DIARI DE GIRONA |
1942 |
C |
7.489 |
DIARI DE LLEIDA |
1966 |
C |
|
DIARI DE TARRAGONA |
1939 |
E/C |
10.916 |
DIARIO DE SABADELL |
1942 |
E |
7.635 |
DIARIO DE TERRASSA |
1939 |
E |
5.517** |
EL PUNT (Girona) |
1979 |
C |
15.832 |
LA MAÑANA (Lleida) |
1938 |
E |
7.409** |
NOU DIARI (Reos) |
1990 |
C |
|
REGIÓ-7 (Manresa) |
1978 |
C |
8.331 |
SEGRE (Lleida) |
1982 |
E |
8.750 |
Edición para Cataluña y Baleares. OJD 1989.
Fuente: EGM y OJD.
(C: catalán; E: español o castellano).
Como se
observa en el cuadro, la mayor parte de prensa era escrita en español (en torno
a un 85 por ciento contra un 15 por ciento). Tan sólo en algunas comarcas, la
prensa local en catalán conseguía una presencia relativamente importante.
Tres eran
los principales grupos de prensa diaria en Cataluña, a saber: el Grupo Godó (La Vanguardia, El Mundo Deportivo, accionista
principal de Antena 3 de Radio y de Antena 3 de TV, agencia Colpisa, Talleres
TISA, etc.); el Grupo Zeta (El Periódico,
La Voz de Asturias, gran número de revistas y semanarios como Interviu o Tiempo, distribuidora Coedis,
agencia OTR, Ediciones B, etc.); y el grupo madrileño PRISA (El País, Cadena SER de Radio, accionista
de Canal Plus TV, etc.).
La
estructura de la prensa no diaria en
Cataluña era y es absolutamente distinta de la reseñada para los diarios. Si
dejamos de lado la prensa local y comarcal, y nos centramos aquí en los
semanarios y revistas de gran difusión, comprobamos que el mercado catalán es
totalmente subsidiario del mercado español, tanto en la oferta de títulos y en
la difusión, como en el consumo.
En el caso
de los semanarios, cabe destacar un fenómeno, de origen típicamente británico,
y es la expansión de los dominicales de los grandes diarios. Así, los
suplementos dominicales de La Vanguardia
o de El Periódico alcanzaban unas
medias de 359.258 y de 347.542 ejemplares en 1990, respectivamente.
En cuanto a
los semanarios no vinculados a la prensa diaria, los títulos de mayor difusión,
editados en Cataluña y distribuidos al conjunto del mercado español, eran en
1989‑90 los siguientes: Pronto (925.109),
Tele Indiscreta (612.633), Lecturas (335.841), y Clan TV (276.276).
Medios
audiovisuales
El sistema
radiotelevisivo presente en Cataluña a principios de los 90, como en el
conjunto del Estado español, se caracterizaba por la coexistencia de emisoras
de titularidad pública y privada. La parte más significativa de las programaciones
con mayor audiencia era de cobertura española. Algunas cubrían el ámbito
exclusivamente catalán. Y muchas emisoras, algunas de las cuales todavía en
fase experimental, eran de carácter local.
A principios
de la década, el paisaje de la radiodifusión
existente en Cataluña ofrecía una gran vanidad y riqueza de experiencias.
El conjunto de emisoras en OM y en FM que cubrían la totalidad o partes del
territorio catalán superaba las doscientas, de las que unas 170 eran municipales.
Las grandes emisoras pertenecían a unas pocas cadenas, la mayoría con cobertura
de todo el territorio español.
Las emisoras
públicas con una difusión para el territorio catalán eran los tres canales de
Emissores de la Generalitat, filial de la Corporació Catalana de RTV (CCRTV), a
saber, Cataluña Radio, Catalunya Música y Radio Associació de Cataluña. Con
cobertura similar, Rádio 4, cuarto programa de RNE, emitía desde 1976 sus programas
en catalán, como las anteriores. RNE también emitía para Cataluña sus emisiones
para el conjunto del Estado sobre todo a través de sus canales Radio 1 y Radio
5.
Las emisoras
privadas con sede en Cataluña solían agruparse en cadenas: en algunos casos a
través de la propiedad de la misma emisora; pero en la mayoría, a través de
diversas modalidades de asociación o de conexión en cadena para parte de la
programación y de los anuncios publicitarios. Las cadenas más importantes en
recursos y en audiencias eran de hecho las grandes cadenas españolas (SER,
líder de audiencia, Antena 3, COPE y Onda Cero); en ciertas franjas horarias
estas cadenas permiten algunas desconexiones.
Con cobertura catalana y en catalán, hay que mencionar la pequeña red de
emisoras Cadena Nova (antigua Cadena 13), adquirida en 1990 por COPE.
En televisión, el panorama estructural no difiere
mucho del descrito para la radio. Por ley del Parlament de Cataluña fue creada
la Corporació Catalana de RTV (CCRTV) como ente público de la Generalitat, con
dos sociedades públicas, la mencionada Emíssores de la Generalitat y la
Televisió de Catalunya (TVC). Esta sociedad emite por dos canales, TV3 (desde
1984) y Canal 33 (desde 1989). El presupuesto de explotación de la TVC para
1990 era de 22.913 millones de ptas., mientras que el total de la CCRTV ascendía
a 26.321 millones. Las emisiones de TV3 eran sintonizadas desde casi todas las
áreas del dominio lingüístico del catalán: Andorra, Cataluña Norte (Francia),
Comunidad Valenciana y Baleares.
La
corporación estatal TVE, que emitía para todo el territorio español los dos
programas TVE 1 y TVE2, difundía además para Cataluña un conjunto de programas
en catalán, en régimen de desconexión, conocido como el circuito catalán de TVE.
Por otro
lado, las tres cadenas españolas de televisión privada (Antena 3, Tele 5 y
Canal Plus) empezaron a funcionar desde principios de 1990, con una cobertura
inicial del área metropolitana de Barcelona.
De ámbito
local, una serie de iniciativas surgidas en los años 80 se fue consolidando, a
menudo con el apoyo de los ayuntamientos. En 1990 podían detectarse un centenar
de emisoras locales, de las que una tercera parte ofrecían alguna
programación regular.
La
televisión por cable sólo había prosperado en algunas poblaciones de
poca demografía, mientras quedaba desestimado un ambicioso proyecto del
Ayuntamiento de Barcelona, anunciado en 1986 pero jamás iniciado.
NORMALIZACIÓN LINGÜÍSTICA: IRREGULAR
El uso de la
lengua propia en los medios de comunicación de masas ha llegado a ser hoy un
barómetro inapelable del nivel de normalización de una lengua y de una cultura
nacionales en Europa. La reivindicación de esa normalización en los medios no
representa ni más ni menos que una aspiración legítima en cualquier proceso
democrático de afirmación de los derechos elementales de los pueblos. Es éste
el caso de la lengua y de la cultura catalanas, duramente castigadas durante
dos generaciones de franquismo, y que ahora se plantean cómo afrontar la nueva
fase de integración en la historia europea.
La presencia del catalán
en los medios de las diversas regiones del área lingüística catalana ofrecía
una situación muy irregular a principios de esta década. En general, la oferta
de medios en catalán no se correspondía, ni de lejos, con el uso y el
conocimiento real del catalán (en Cataluña, según el padrón municipal de 1986,
un 90 por ciento lo entendía y un 64 por ciento lo hablaba).
En la década
anterior se registraron progresos indudables en la penetración del catalán, al
menos en algunos subsectores de los medios. En este sentido, las emisoras de
radio y de televisión de la Generalitat han jugado un papel crucial. También,
los medios locales en Cataluña presentaban un alto grado de normalización del
catalán.
Ahora bien,
si consideramos los datos de circulación de los medios e industrias culturales
en el conjunto de los territorios históricos del catalán, hay que concluir que
en muchas zonas y en la mayoría de subsectores, la presencia del catalán no ha
dejado de ser testimonial o simplemente marginal. El cuadro 2 nos ofrece esta
perspectiva global para el subsector de la prensa diaria, uno de los que
presentaban una situación más crítica para la normalización del catalán.
CUADRO 2
LECTORES DE LOS PRINCIPALES DIARIOS EN LOS
TERRITORIOS DEL ÁMBITO IJNGÜÍS71CO
CATALÁN DEL ESTADO ESPAÑOL (1988)
DIARIO |
LUGAR EDIC. |
LENGUA |
BALEARES |
CATALUÑA |
C.VALENCIANA |
AVUI |
Cataluña |
C |
|
150.400 |
|
EL PAÍS |
|
E |
15.366 |
225.600 |
102.200 |
EL PERIÓDICO |
|
E |
2.364 |
672.100 |
2.920 |
LA VANGUARDIA |
|
E |
4.728 |
601.600 |
5.840 |
EL MUNDO DEP. |
|
E |
7.863 |
225.600 |
2.920 |
SPORT |
|
E |
5.910 |
150.400 |
2.920 |
D.MALLORCA |
Baleares |
E |
73.875 |
|
|
ÚLTIMA HORA |
|
E |
85.695 |
|
|
INFORMACIÓN |
C.Valenciana |
E |
|
|
160.600 |
LEVE |
|
E |
|
|
102.200 |
LAS PROVINCIAS |
|
E |
|
|
183.960 |
ABC |
Madrid |
E |
4.137 |
18.800 |
14.600 |
DIARIO 16 |
|
E |
5.910 |
9.400 |
20.440 |
YA |
|
E |
|
4.700 |
|
|
" |
E |
1.773 |
23.500 |
14.600 |
MARCA |
|
E |
1.773 |
9.400 |
32.210 |
LA VERDAD |
Murcia |
E |
|
4.700 |
52.560 |
Fuente: EGM, febrero‑noviembre de 1988.
En radio,
sólo en Cataluña se conseguía una posición relativamente consolidada, no
superando en ningún caso un 25‑30 por ciento de la oferta total. En
televisión, la importancia de los canales de la CCRTV (TV3 y C33), así como del
Canal 9 de la RTV de Valencia, bilingüe, y del circuito catalán de TVE, estaba fuera de dudas. Sin embargo, con la
progresiva penetración de los tres nuevos canales privados españoles, que
utilizan en exclusiva el castellano, las expectativas vuelven a ser muy
desfavorables para la normalización del catalán en la oferta televisiva.
Finalmente, en los demás subsectores de las industrias culturales de masas,
sobre todo en la prensa no diaria, en el cine, en la videografia y en la
industria discográfica, la presencia del catalán era escasa, a pesar de
algunas medidas de fomento desde el Gobierno de la Generalitat. Por su parte,
la industria del libro en catalán, con una tradición más larga, había
conseguido notables cotas de presencia en el mercado.
BALANCE DE UNA DÉCADA
Durante la
última década, el volumen de creación y de producción vinculado a la cultura
de masas en Cataluña se ha incrementado notablemente. En determinados
subsectores, el crecimiento ha sido indiscutible, sobre todo porque se partía
de una situación anterior de ausencia total. Es el caso de la industria
televisiva, que ha tenido en TV3 y en la producción de TVE para el circuito catalán los dos puntales
básicos. Este potencial se amplió notablemente con la creación del Canal 9 de
la Televisió Valenciana. Las necesidades de los tres centros de producción y
emisión, especialmente TV3 con la creación del segundo canal C‑33,
indujeron a la aparición de una amplia gama de actividades y de agentes
vinculados a la televisión (productores de vídeo, estudios de doblaje, equipos
de guionistas, empresas auxiliares de diseño, de montaje o de decoración).
Una conclusión evidente se desprende de estas constataciones: el
papel crucial de la iniciativa pública en la potenciación de una cultura de
masas audiovisual en catalán. Ello se pone en evidencia por contraste con el
papel del sector privado. En este punto, la conclusión parece igualmente
patente: casi ningún sector de los medios y de las industrias culturales en
catalán, dejados exclusivamente en manos de la iniciativa privada, han
experimentado progresos importantes en los últimos años. Ni en prensa, ni en
cine, ni en discografía, por ejemplo, habían aparecido empresas comparables a
las establecidas en el sector editorial en anteriores etapas, como son
Edicions 62 o Enciclopedia Catalana.
La debilidad
del mercado de los medios en catalán deriva de diversos factores que se suman
para dificultar los avances en la normalización. Las dificultades para
articular un mercado propio de medios y bienes culturales derivan especialmente
de tres hechos: el predominio absoluto del mercado español, la presión cada vez
más acuciante del mercado internacional y la no menos decisiva fragmentación
del mercado virtual de medios y productos culturales en catalán (área cultural
que Cataluña comparte históricamente con las demás regiones del dominio
lingüístico). Si a estas dificultades se añade el hecho de que la lengua
catalana, principal eje diferencial, resulta a menudo discutida o marginada de
los circuitos del mercado, entonces se acaba de entender el por qué de la
ausencia, fracaso o debilidad de las iniciativas privadas en este sector.
Así pues,
tan sólo las corporaciones públicas de radio y televisión aportan un modelo
eficaz de vertebración de unas estructuras, infraestructuras y equipamientos
de creación, producción y circulación mediáticas en el espacio catalán.
Un balance
realista como éste sobre la dinámica estructural de los medios en relación con
su papel vertebrador de la sociedad catalana, nos lleva a situarnos en el
umbral de una nueva frontera. Es
decir, la dinámica de los medios en Cataluña, así como en las demás regiones
del área lingüística, no puede dejarse simplemente al arbitrio o a la inercia
del mercado, Como tantos otros sectores en crisis o en transformación, éste
también desborda el marco de las ocupaciones de empresarios, de profesionales o
de expertos, para pasar a convertirse en auténtica cuestión de Estado.
HACIA UNA NUEVA FRONTERA
La verdadera dimensión del problema, pues, para la sociedad catalana
y, por extensión, para las demás comunidades que comparten la misma lengua‑
es marcadamente política. Y a demandas políticas, soluciones también
políticas. En este sentido, la propuesta de construcción de un espacio catalán de comunicación puede
ofrecer, desde una posición previa a las opciones políticas concretas, un marco
de comprensión y de canalización de las respuestas políticas pertinentes.
Por consiguiente, y en la perspectiva de la acción política sobre los
medios, me permito acabar señalando cinco grandes áreas como las más
necesitadas de intervención específica, a fin de avanzar en la estrategia de
articulación de un espacio catalán de comunicación:
1.
En primer lugar, y limitándonos al Estado español, revisión del llamado bloque constitucional para garantizar
las condiciones de creación de este espacio catalán de comunicación, como las
siguientes: el reconocimiento territorializado de las lenguas nacionales
presentes en el Estado; la oficialidad exclusiva del catalán sobre sus
territorios históricos; la posibilidad de federación de las comunidades
autónomas, y una revisión de la distribución de las competencias entre el
Estado y las comunidades históricas.
2.
Renegociación, en cualquier caso, de las competencias
de la Generalitat de Cataluña ‑así como de la Generalitat Valenciana
y del Govern Balear‑ en materia de medios de comunicación. Sería preciso
elevar el techo de las competencias asumidas por cada autonomía en aspectos
como: distribución y control de emisoras de radio y televisión, intervención
sobre RTVE; cuotas de programación en catalán en las televisiones privadas,
control de los niveles de normalización de la lengua propia en los medios, y
posibilidad de legislar sobre nuevas tecnologías y nuevos medios.
3.
Adopción de políticas de normalización
lingüística para los medios de masas con más dificultades en el mercado,
como es el caso de la prensa diaria, las revistas o la radio. Convendría actuar
especialmente a través de políticas de fomento, sin abandonar del todo ciertas
facultades coercitivas de intervención.
4.
Adopción de políticas culturales, sobre
todo las relacionadas con las industrias culturales, acordes con la
centralidad que ostentan los medios en los procesos de producción y de
circulación de los bienes y servicios culturales. Ello debería conllevar la
negociación y adopción de un pacto
cultural y de comunicación entre todas las instancias políticas de
gobierno presentes en cada región del dominio lingüístico con dos objetivos
básicos: establecer una comisión interregional para la coordinación de
políticas en ambas materias y poner las bases para una acción mancomunada,
continua y coherente en este campo.
5.
Finalmente, negociación de un nuevo modelo
europeo de articulación de la comunicación, o de los espacios de
comunicación en la Europa en proceso de integración. Este modelo implicaría
constitucionalizar unos espacios territoriales/culturales de comunicación, en los
que habría que garantizar dos tipos de derechos fundamentales y
complementarios: el derecho colectivo de control de la circulación de los
flujos comunicativos en el propio espacio y el derecho personal de todos los
ciudadanos a ejercer su libertad de expresión y de información.
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