Los proveedores de servicios ante el Mercado Único
Europeo Fortalezas y debilidades
Ricardo Gaitán / Ascensión Escario / Rosario
López
El análisis de usuarios y
proveedores de servicios de telecomunicación a nivel internacional proporciona
un marco de evaluación de las ventajas y debilidades de la situación española.
Recientemente se ha concluido un trabajo realizado
por Fundesco: “Consecuencias del Mercado único de 1992 para la industria y los
servicios de telecomunicación”, en el que han participado las principales
empresas del sector de las telecomunicaciones en España, así como los
organismos de la Administración más relacionados con la problemática del
sector. El estudio ha sido realizado por un equipo de Fundesco con la
colaboración de un Comité Asesor en el que han participado representantes de
las siguientes instituciones: Alcatel, Amper, Cables de Comunicaciones, Cetesa,
Dirección General de Electrónica y Nuevas Tecnologías, Dirección General de
Telecomunicaciones, Eritel, Ericsson, Indelec, Sintel, Telefónica, Telefónica
Sistemas y Telettra.
Puesto que de este trabajo se dan más detalles en
otros artículos de este número monográfico de Telos, aquí únicamente vamos a
citar un modelo del sector de las telecomunicaciones que se ha definido como
herramienta de análisis. En este modelo, en el que ahora no vamos a
profundizar, aparecen cinco agentes principales producto de la especificidad de
este sector: instituciones reguladoras, industria de equipos y terminales,
operadores de red (OR), usuarios y proveedores de servicios (PS). Precisamente
estos últimos, junto con los usuarios, son los que probablemente tengan el
papel principal en el desarrollo de la competencia en este sector.
En este artículo vamos a analizar el papel de los PS
españoles. Para ello, teniendo en cuenta que es difícil aislar tanto su
composición como sus relaciones con otros agentes, en primer lugar se analizan
brevemente los cambios estructurales y estratégicos que se están produciendo
dentro de este sector, que han llevado a la aparición de nuevos actores, como
son los PS, Después se particularizará este proceso cambiante para los PS y se
incluirá un apartado especial sobre los sistemas de inteligencia de red que
están llamados a producir un nuevo cambio fundamental dentro de las
telecomunicaciones y, por último, expresaremos lo que pueden ser los puntos
fuertes y débiles de los PS españoles.
1. LA DINÁMICA DEL SECTOR
Uno de los fenómenos más característicos de la
evolución del sector de las telecomunicaciones durante los últimos años es lo
que se ha denominado como la expansión
del sector. Este concepto trata de reflejar un conjunto de procesos
interrelacionados que han colocado a este sector en la cresta de la ola de la
sociedad de la información. Entre los procesos que se suelen mencionar -a veces
demasiado profusamente, por lo que aquí no vamos a incidir más en el temacomo
causantes de esta evolución se incluyen factores de naturaleza diversa;
económicos, tecnológicos, industriales, institucionales y sociales. El conjunto
de factores trata de enmarcar este proceso de cambios dentro de la futura
sociedad fuertemente apoyada en los servicios, dentro de tendencias generales
de terciarización de la economía, interconexión de mercados mundiales y nuevas
pautas de comportamiento social. En unos casos estos factores han incidido
directamente sobre la propia evolución del sector y en otros de manera
indirecta a través de las crecientes relaciones entre las telecomunicaciones,
el sector de la informática, los medios audiovisuales y, en general, el
conjunto de actividades que se realizan en la sociedad actual, léase
actividades en las que cada día se aplican más las llamadas nuevas tecnologías
de la información (defensa, hogar, enseñanza, sanidad, industria manufacturera,
sector financiero, etc.).
El incremento de actividad en torno a las
telecomunicaciones ha propiciado una dinámica de cambios, tanto estructurales
como estratégicos, que permiten afirmar que este sector va a pasar en unos años
de ser uno de los más intervenidos a regirse por las leyes más puras del
mercado, para bien o para mal, reservando algunas parcelas, todavía no
definidas de forma clara por los agentes responsables, para el servicio básico.
Los límites y el horizonte están cambiando continuamente, así como los
participantes en la competencia y sus roles, por lo que es difícil predecir
cuál va a ser el final del proceso. En este momento nos interesa destacar, bajo
la perspectiva de la temática del artículo, algunos rasgos de la dinámica de
evolución de este sector.
Tradicionalmente, el sector se ha caracterizado a
nivel mundial por la existencia de monopolios en la explotación de los
servicios, mercados cautivos en la provisión de equipos y la consideración como
un todo de la red, los servicios y los terminales necesarios para el acceso a
los mismos. En esta situación la fuerza impulsora era la capacidad de la oferta para extenderlos servicios. El sector se
caracterizaba por una industria de equipos y terminales que se relacionaba casi
exclusivamente con los OR; éstos actuaban como proveedores de servicios
relacionándose directamente con los usuarios, y los precios soportaban
distintos tipos de subsidios cruzados (entre los abonados, entre llamadas y
entre los distintos tipos de servicios).
Ahora, la situación está cambiando muy rápidamente,
se está produciendo la entrada de nuevos agentes, se reconfiguran los roles y
se dan todas las relaciones posibles entre ellos, incrementándose de manera
notable el número de canales comerciales con los usuarios. El gran reto de cara
al futuro va a consistir en conseguir la perfecta adaptación entre el proceso
de cambio, con todas sus implicaciones, y las demandas de sus agentes. En el
cómo sintonizar estos dos procesos se encuentran la mayor parte de las
controversias y conflictos que están afectando, no sólo al sector de las
telecomunicaciones, sino también a la sociedad en general.
Establecidas brevemente estas premisas, se puede
asegurar que la dinámica del sector va a evolucionar de aquí a los próximos
años de forma análoga a como lo hacen otros sectores de actividad económica.
Esto quiere decir que existirán diferentes fuerzas que definirán la competencia
dentro del sector, entre las cuales la
entrada de nuevos competidores, dependiendo de las barreras que existan
para el ingreso; el poder negociador de
los usuarios, como fuerza que más ha crecido en los últimos años y una de
las más importantes en el futuro; la intensidad en la rivalidad de los competidores, determinada por el número y la
dependencia entre las empresas, y la acción de las Instituciones Reguladoras serán las que tendrán mayor importancia
en la definición futura del sector.
2. LA PROVISIÓN DE SERVICIOS DE
TELECOMUNICACIÓN
De los factores definitorios de la evolución de este
sector en este momento nos interesa resaltar el mayor conocimiento por parte de
los potenciales usuarios de las posibilidades que ofrecen los servicios de
telecomunicación, que ha propiciado una demanda
más especializada y, a su vez, que el mercado de las telecomunicaciones
haya pasado a ser liderado por las necesidades
de la demanda. El hecho añadido de la liberalización de los mercados ha
propiciado también la aparición en los últimos años de los proveedores de
servicios.
Los PS y los servicios que éstos prestan tienen hoy
en día una importancia económica fundamental y suponen uno de los negocios de
mayor crecimiento para esta década. Resulta esencial diseñar la estrategia de
participación desde el primer momento, sobre todo para las empresas europeas,
por razones que podríamos llamar de aprendizaje,
porque no se puede olvidar que en el mercado americano y japonés las
empresas de servicios llevan años compitiendo, tanto las grandes empresas
informáticas como las empresas de servicios o los suministradores de equipos de
comunicaciones, y tienen ventaja al contar con suficiente experiencia.
Frente a ello, las empresas europeas deben seguir
estrategias que, por un lado, les permitan actuar de una forma global, con
perspectivas mundiales (marketplace) para
conseguir mercados que les permitan un volumen de negocio suficiente, y por
otro, aprovechando las ventajas para las empresas locales. Este es el caso de
la necesidad de contar con fuertes canales de distribución y fuerzas de ventas
especializadas a cada mercado y su correspondiente segmentación específica.
Esto ocurre también en las dificultades de analizar los mercados externos
frente a las empresas locales, ya sea por las culturas nacionales, prácticas
laborales, hábitos de consumo, etc. También las necesidades de mantenimiento a
nivel local pueden suponer una ventaja para la industria local, así como la
diferenciación de los productos ofrecidos, la capacidad de influir en las
tarifas o que tengan que competir con empresas integradas bien verticalmente
y/o hacia adelante, etc.
Hay otro aspecto de mayor importancia, si cabe, que
es el aprendizaje de los usuarios. La
creciente sofisticación de los servicios avanzados exige en la actualidad
mantener una atención especial ala evolución de las necesidades de los clientes,
a su actualización y a la formación y difusión de los productos y servicios. El
mercado global exige proporcionar soluciones totales de red que incluyen hardware, software, red y aplicaciones,
así como la experiencia y conocimientos.
Por último, es preciso hacer referencia al creciente
número de organismos internacionales relacionados con las telecomunicaciones.
Recientemente han cobrado actualidad dos foros internacionales en los que se
han reflejado la importancia de este sector, y más en concreto de la provisión
de servicios, el GATT y el Telecom 91. La
Ronda Uruguay del Acuerdo General sobre Aranceles aduaneros y Comercio
(GATT), que se encuentra en estos momentos en curso, está discutiendo sobre la
liberalización y multilateralización de los servicios en general, entre los que
las telecomunicaciones tienen un papel destacado, hasta el punto de requerir un
anexo específico al margen de los principios del acuerdo general. Este anexo
trata de asegurar que los PS de telecomunicación liberalizados tengan el acceso
y uso de la red y los servicios básicos en igualdad de condiciones, a la vez
que se asegura la posibilidad de establecer salvaguardias en la prestación de
servicios básicos.
Por otra parte, en el Telecom 87 los aspectos
principales fueron los productos, la tecnología, y un aspecto significativo fue
la importancia concedida a la RDSI. Sin embargo, en este Telecom 91, que ha sido el último antes del MUE, el tema global ha
sido las necesidades de los usuarios. Los usuarios esperarán en el futuro la posibilidad
de elegir entre varios proveedores sus redes de datos, la telefonía conmutada,
telefonía móvil, etc. La liberalización será un hecho y, a medida que el
mercado sea más abierto y los productos más estandarizados, la competición será mucho más fuerte y esta
competencia no se va a dar en la red sino en los servicios (móviles, VPN,
redes inteligentes, etc).
3. EL PASO SIGUIENTE: LA INTELIGENCIA EN LAS REDES
Una de las principales tendencias de los últimos años
en el ámbito de las telecomunicaciones es la necesidad de que éstas deben ser
accesibles a todas las personas, tanto el segmento de los usuarios
residenciales como los de negocios. Esta tendencia significa que las
telecomunicaciones deben evolucionar hacia la
satisfacción de las necesidades de los usuarios mediante sistemas
tecnológicamente avanzados que se adapten a cada usuario particular, es decir, la personalización de las redes y los
servicios.
Esta evolución tiene tres fuerzas impulsoras, como
son las comunicaciones móviles, la transmisión de banda ancha y las redes
inteligentes. En el primer caso, la movilidad que permiten las comunicaciones
móviles hará realidad la comunicación personal o la sustitución de la línea de
abonado por sistemas de radio. La banda ancha permitirá acceder a servicios que
se consideran con más futuro, como son la interconexión de LANs, MANs y las
comunicaciones multimedia. Pero el cambio más importante, sin duda, será la
constitución de redes inteligentes que
permitirán una centralización de la gestión de las redes y a la vez la
posibilidad de incorporar nuevos servicios, incluso por parte de los propios
usuarios, que personalizarán las redes públicas. Mediante la introducción de
los sistemas de señalización por canal común en las redes digitales, y el paso
siguiente que será la posibilidad de que los terminales inteligentes
(utilizando, por ejemplo, los canales D de la RDSI) puedan rediseñar las
facilidades de la red, tanto nacional como internacionalmente, se caminará hacia
las redes híbridas, en las que las redes públicas convivirán con las redes
privadas virtuales.
Este último aspecto tiene una importancia
fundamental para el futuro de las telecomunicaciones globales y en las
relaciones entre los diferentes agentes del sector, puesto que permitirá a los
OR desligarse de la industria a la hora del diseño de los servicios y, a su
vez, a los PS y, por qué no, a los usuarios de los OR y de la Industria. En
definitiva, las redes serán más flexibles
y personalizadas.
La implementación o no de la Inteligencia de Red
(IN) puede permitir a los OR sobrevivir en el mercado de los servicios de valor
añadido o quedar relegados probablemente a meros instaladores y mantenedores de
las redes. Con la IN la provisión de los servicios podrá ser ofrecida por
cualquiera que tenga acceso a la red, salvo los servicios básicos. Otro aspecto
que hay que tener en cuenta es que el aumento de la competencia va a producir
la disminución de las tarifas y, por tanto, de los ingresos de los OR, que deben
buscar alguna salida para su negocio compitiendo con los PS.
Por tanto, la IN permitirá a los PS estar más cerca
del mercado y ser más agresivos, relegando a los OR como proveedores de medios
de transmisión. En estos momentos existen servicios pre‑inteligentes como
el 900, pero a medida que se incremente la competencia con verdaderos servicios
de inteligencia será necesario seguir estrategias más agresivas teniendo
también presente que la IN conlleva unos fuertes costes de implantación.
En este sentido, como ha ocurrido en los EE.UU.,
donde se diseñó la ONA para permitir que los proveedores pudieran acceder en
igualdad de condiciones, término parecido a la ONP en Europa, la introducción
de la IN ha provocado que los proveedores de servicios de información, no
necesariamente de telecomunicación, estén presionando para que se les permita
igual acceso, lo que provocará que estos proveedores puedan hacer su propia
programación de los servicios y gestionar las redes.
En todo esto subyace la necesidad de ampliar las
redes sin perder el control de su gestión y a la vez mantener a los propios
usuarios. En Estados Unidos, en el mercado de las telecomunicaciones es donde
se da la mayor competencia y, ante la demanda cada vez más sofisticada, se
incrementan las alianzas para ofrecer soluciones globales a las necesidades de
los clientes, de forma que casi todas las operadoras son proveedores de
servicios con un conocimiento bastante ajustado de sus mercados. En Japón,
existen los operadores de tipo II, que son en realidad proveedores de servicios
porque no operan ninguna red, sino que alquilan los medios de transmisión.
La solución no está muy clara, pero en los ambientes
internacionales lo que se está produciendo es el movimiento de alianzas,
consorcios de cooperación o proyectos puntuales como pueden ser los casos de ABK (AT&T, BT y KDD), Commax (MCI, BT y KDD), Patlifinder (DBP Telekom, BT y NTT), US
Sprint y C&W, Fairfield (France
T, AT&T, BT y KDD), etc.
4. FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE LOS
PROVEEDORES ESPAÑOLES
Para analizar las fortalezas y debilidades de los PS
españoles es necesario primero hacer algunas breves consideraciones respecto al
sector de las telecomunicaciones español y su situación en el contexto europeo
desde la perspectiva de la provisión de servicios.
En términos generales, existe un bajo índice de
penetración y una desigual distribución (urbano‑rural) del servicio
telefónico. Existen retrasos en la infraestructura de telecomunicaciones, desde
el punto de vista tecnológico, en comparación con otros países europeos y un
retraso en la implantación y disponibilidad de servicios avanzados. Además,
existe una falta de cultura de uso de los servicios en general, contrastado con
datos sobre el consumo telefónico, que añade a lo anterior la dificultad de encontrar
la masa crítica necesaria para el desarrollo de los servicios avanzados. En
España el porcentaje de empresas que conocen estos servicios no es muy alto,
pero el de empresas que los utilizan, aunque se nota un despegue, es todavía
más bajo. Las grandes empresas, en especial con filiales distribuidas, son las
que destacan en el uso de servicios avanzados. Las PYME tienen todavía un largo
camino por recorrer y para ello es necesario estimular la transmisión de datos
y dar a conocer servicios, posibilidades, ventajas, utilidad, rentabilidad,
etc., que los medios y su uso les pueden reportar. Sin olvidar, por supuesto,
el coste de las comunicaciones, más caras que en la mayoría de países
industrializados, con especial relevancia en servicios internacionales y de
transmisión de datos.
La expansión del mercado nacional, cuyo consumo
aparente ha crecido mucho en los últimos años, ha sido superior al incremento
en su capacidad de producción y de oferta de servicios. La respuesta de las
empresas y usuarios demandantes ha sido la importación de los productos y
servicios, lo que produce, además de un desequilibrio en la balanza comercial,
un retraso tecnológico acumulativo.
Estructuralmente, el número medio de empleados de
las empresas es inferior al de otros escenarios, en las grandes y las pequeñas.
En España existe gran cantidad de pequeñas compañías, aproximadamente un 70 por
ciento tienen menos de 250 empleados. Además, en general el mercado español
presenta unos valores medios muy reducidos (en facturación, VAB, peso en el
PIB, etc.) en comparación con otros mercados. En concreto, los PS tienen un
número de empleados y un volumen de facturación muy reducido.
La inversión española en Investigación y Desarrollo,
en función de los ingresos totales, los beneficios y el número de empleados, se
acerca a los grandes mercados internacionales, gracias al aumento de los
últimos años, pero sigue siendo muy insuficiente en un sector en el que la
necesidad de inversiones es creciente debido a la modernización de las infraestructuras
por la tasa de recambio de la planta existente, por el I+D y por la necesidad
de extender el servicio básico a todo el territorio nacional.
De acuerdo con lo anterior, la matriz DAFO para los
proveedores de servicios que se ha concretado en el trabajo antes mencionado es
como se presenta en la tabla expuesta a continuación.
5. CONCLUSIONES
Para resumir lo que puede suponer el MUE, que en
otros artículos se analiza en profundidad, hay que hacer referencia a la mayor competitividad a la que tendrán que
hacer frente las empresas por las nuevas condiciones y dimensiones del mercado.
Los PS españoles tienen ante sí la necesidad de elegir entre una estrategia global, difícil dada la
situación actual, o especializarse en
nichos de mercado, más acorde con nuestras características y saber hacer.
En cualquiera de los dos casos, lo que es evidente es que se necesita emprender
una política de cooperación con otros agentes, preferentemente europeos, en la
que se alcancen acuerdos de crecimiento, diferenciación, simbiosis, etc. En
paralelo con esto existen factores genéricos a todos los sectores de actividad
que agravan la situación de los PS españoles, como son la existencia de altos
costes financieros que comprometen mucho las inversiones, las dificultades inherentes
de acceso a los mercados internacionales por la falta de cultura competitiva y,
por último, las incertidumbres en la reglamentación y posicionamiento de los
agentes.